LA DEBILIDAD DE LOS RELATOS
“En historia, a veces el techo es más importante que los cimientos”. Yuval Noah Harari
“De hecho, hasta donde llega nuestro conocimiento científico, ninguno de los miles de relatos de las diferentes culturas, religiones y tribus han inventado a lo largo de la historia es cierto. Todos son solo invenciones humanas” [ii]
“Supongan que yo hago rayas en una pared. De algún modo eso se asemeja a escribir, pero es una escritura que ni yo, ni nadie, reconocerían ni entendería. Así que digamos que garabateo. Luego, un analista comienza a formularse preguntas, a buscar asociaciones… y así llegamos a una explicación del por qué hago eso. Entonces ya podemos correlacionar las diferentes rayas que hice con los diferentes elementos de la interpretación. Y podemos referirnos al garabateo como una especie de escritura, como al uso de un tipo de lenguaje, aunque no fuera entendido por nadie”.
Las preguntas clave a hacernos:
¿Podemos dar significado a cualquier cosa y apoyarnos en él para crear un sentido a nuestra vida?
¿Utilizamos un racionalismo ramplón para tratar de explicar lo que está
fuera de toda explicación?
Nos cuenta Carla Carmona en 'La consciencia del límite', que en 1920 Wittgenstein comenzó una conferencia que pronunció en Cambridge "diciendo que no quería dar una conferencia de divulgación científica que pretendiera hacer creer a sus oyentes que entienden algo que realmente no entienden y satisfacer así lo que le perecía uno de los deseos más bajos de su tiempo, la curiosidad superficial sobre los últimos resultados de la ciencia".
Las preguntas clave a hacernos:
¿Podemos dar significado a cualquier cosa y apoyarnos en él para crear un sentido a nuestra vida?
¿Utilizamos un racionalismo ramplón para tratar de explicar lo que está
fuera de toda explicación?
Nos cuenta Carla Carmona en 'La consciencia del límite', que en 1920 Wittgenstein comenzó una conferencia que pronunció en Cambridge "diciendo que no quería dar una conferencia de divulgación científica que pretendiera hacer creer a sus oyentes que entienden algo que realmente no entienden y satisfacer así lo que le perecía uno de los deseos más bajos de su tiempo, la curiosidad superficial sobre los últimos resultados de la ciencia".
Nos cuenta Carla Carmona en 'La consciencia del límite', que en 1920 Wittgenstein comenzó una conferencia que pronunció en Cambridge "diciendo que no quería dar una conferencia de divulgación científica que pretendiera hacer creer a sus oyentes que entienden algo que realmente no entienden y satisfacer así lo que le perecía uno de los deseos más bajos de su tiempo, la curiosidad superficial sobre los últimos resultados de la ciencia".
Me gusta el Papa Francisco (que hoy aborda en su columna del País Manuel Vicent) [iii] por determinados estilos de vida que adopta. Uno de ellos es el que haya roto con muchas de las pompas y parafernalias y boato de su vida en el Vaticano.
“El otro Pontífice se llama Francisco. Lleno de congoja pasea por el jardín con unos zapatones negros preparados para pisar muchos charcos. Su Dios es un ente embarrado que a duras penas logra abrirse paso entre sucias cuestiones para las que la teología no tiene respuestas”. Manuel Vicent
El paso siguiente es buscar relatos alternativos, tener siempre a mano uno por si el principal falla.