domingo, 26 de noviembre de 2023

APRENDER A APRENDER



APRENDER A APRENDER

“La democracia no tiene sentido, la democracia, la fuerza del pueblo, la fuerza de lo público, de la solidaridad, no puede funcionar si no hay una educación, o sea, el mecanismo que fecunda y fomenta la democracia. Porque al lado de la democracia ,aparece la caricatura de la democracia, la demagogia, descubierta por las griegos como la enfermedad de la democracia.”  Emilio Lledó  (El subrayado es mío)


No sé, como es obvio, si Lledó explicó en la conferencia que dio en su día bajo el título de 'En el origen de las humanidades'  que hoy yo recojo del libro titulado  'SABER, SENTIR, PENSAR' editado por  Ediciones Debate, Marzo 1997. Para el propósito de este artículo podemos entenderla como “formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen.”

Todos ignoramos más de lo que sabemos. Si ponemos en una balanza todos nuestros conocimientos y en la otra todo lo que ignoramos, ninguno dudaría  hacia donde se inclinaría la balanza. Imaginemos que pudiéramos poner en el  platillo de una balanza el conocimiento de todos y cada uno los humanos del planeta tierra,  y, en el otro platillo,  todo lo que ignoramos todos y cada uno de los mismos habitantes: con un análisis, medianamente objetivo,  se nos podía aplicar  a todos,  y a cada uno de nosotros, el siguiente enunciado: 'tiene una gota de conocimiento en un mar de ignorancia'. No hay más que recordar a Sócrates y su “solo sé que no sé nada”. Pero, si reconocer esto es de sabios, es  propio de personas que no tienen capacidad de asombro, el auto complacerse en la propia ignorancia, la falta de deseo de salir de la misma y de aprender, la falta de receptividad y curiosidad por lo que no conocemos. La capacidad de aprender va unida a la capacidad de asombrarse. Pensé durante mucho tiempo que cualquier persona con cierta sensibilidad y con determinadas inquietudes era poseedor de una gran capacidad de asombro. He conocido a personas que cada mañana se maravillaban de estar vivos y parece que estrenaban el mundo dada su curiosidad por indagar y conocer cosas. Hoy en día sigo pensando lo mismo, si bien es cierto que son muy escasas las personas anteriores. Con el tiempo he descubierto que al asombro le pasa como al colesterol, que lo hay bueno y que lo hay malo. Decrecieron hasta el punto que yo diría que están en extinción las que son poseedoras del asombro bueno y proliferan por doquier individuos que viven la mayor parte del día exhibiendo asombro del malo.  

En el Libro Blanco,  de  José Antonio Marina  que en su día entregó al ministro de Educación, en aquel entonces Iñigo Méndez de Vigo, después de que el ministro le encargara su elaboración, lo cual ocurrió después de que Marina le enviara al ministro una misiva abierta en la que sostenía que urgía entrar cuanto antes en la sociedad del aprendizaje, se aboga por una formación de calidad si no nos queremos convertir, como país, en el “bar de copas de Europa”, según Marina. Se apoya Marina en una frase del secretario de empleo y formación de EEUU, Doug Ross, el cual decía que “los nuevos pobres serán los que no puedan o no quieran aprender”.

 En estos tiempos actuales en los que vivimos, el  aprendizaje ya no es un periodo más o menos largo de la vida, sino que dura toda la vida convirtiéndose en un proceso y una experiencia. Solía decir en mis cursos,  que ya  aprendemos antes de nacer, que cuando estamos en el útero de nuestra madre ya 'aprendemos' y que cuando, en función de la edad, se acerque la hora de nuestra muerte, con tiempo suficiente nos llegará un comunicado de la seguridad social, o como se llame entonces, que dirá algo parecido a lo siguiente: Acercándose la hora de su muerte,  le convocamos a un curso sobre  cómo afrontar la muerte de manera tranquila y apacible. 

La lógica de la vida en los países desarrollados nos enseña que la forma de progresar social, cultural y económicamente es subiendo el nivel educativo y, estableciendo como prioritario, el ocuparse del desarrollo personal y profesional.

Para comprender y profundizar en esto que decimos, te invitamos a ver el siguiente video al cual puedes acceder a través de cualquiera de uno de los dos enlaces que adjunto.

“Decálogo de Autogestión. Cardar para progresar: El ciclo DAR” 

1. http://tv.uvigo.es/es/video/mm/15178.html

2.   https://tv.uvigo.es/video/5b5b62ff8f420804526d055e                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

De las tres variables que aparecen en la imagen: Desarrollo Personal y Profesional, Aportaciones que haces al entorno y Recompensas que recibes de ese entorno:

¿En cuál pones el foco? 
¿En cuál te centras y es prioritaria para ti?

De los cuatro perfiles que aparecen:

¿A cuál corresponde el tuyo en estos momentos?
 ¿Tal vez al 1: alto desarrollo, altas aportaciones y bajas recompensas? 

Si aspiras a llegar al 4: alto desarrollo, altas aportaciones y altas recompensas, la estrategia más avalada para conseguirlo es centrarte en el desarrollo personal y profesional. 





Para comprender y profundizar en esto que decimos, te invitamos a  reflexionar después de haber visto el vídeo y sacar sobre el mismo tus propias conclusiones personales. 

                                                                                                                        

    

o

A mi juicio hace falta una educación integral, no mercantilizada e instrumental, que nos permita formarnos para la vida y para el trabajo. Que nos haga ser mejores personas, mejores ciudadanos y mejores profesionales. Que nos enseñe y desarrolle las competencias técnicas necesarias y, también, las competencias transversales. Hay que formar personas y no sólo trabajadores lo cual pasa por la formación ética, cultural y social. En definitiva, aprender a vivir.

Como señala J.A. Marina, necesitamos entrar en una sociedad del aprendizaje ya que aprender es el recurso de la inteligencia para adaptarse en el entorno y progresar.

                                                                                                                        

Según nos dice Manuel Vicent en la columna que puedes leer a continuación  “En medio de la violencia iluminada por las llamas se supone que estas camadas están dirigidas por unos mandos que las usan como fuerzas de choque en la lucha política. Pero la violencia se rige por las reglas de la orgía y se alimenta de sí misma sin que nadie pueda detenerla si se le suelta la correa. Quien pretenda controlarla se arriesga a ser devorado por ella.” 

Coincido con Vicent y  cada día  me da la impresión  de que abundan más los individuos dispuestos a hincar sus  colmillos en la  yugular de la democracia y que se reafirman en  su ira mal canalizada  hasta acabar con ella.  A mi juicio la única solución es incrementar en la población el asombre del bueno que genere en los ciudadanos un constante afán de una formación permanente

 La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos”. Karl Popper     

  



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                  COLUMNA

¡Quieto, Rex!

La violencia se rige por las reglas de la orgía, sin que nadie pueda detenerla si se le suelta la correa



El dueño de un perro peligroso, de un pitbull terrier o de un rottweiler, está obligado a tenerlo siempre bajo control, en la jaula, con la correa y el bozal. Si un día lo encuentras por la calle y una de esas mascotas se te echa encima dispuesta a arrancarte media pantorrilla de un bocado, el dueño tratará de controlarla y puede que lo consiga. ¡Quieto, Rex! —le grita—. A la quinta o sexta vez de tirar con fuerza de la correa, por fin el perro desiste y el dueño aprovecha el que no te ha destrozado una pierna para ponderar sus virtudes. En efecto, Rex es muy noble y cariñoso, el guardián más fiel y seguro de la casa. Pienso en esta raza de perros cuando en una manifestación pacífica veo a esos jóvenes salvajes que rompen escaparates, incendian contenedores y se enfrentan cuerpo a cuerpo con la policía. En medio de la violencia iluminada por las llamas se supone que estas camadas están dirigidas por unos mandos que las usan como fuerzas de choque en la lucha política. Pero la violencia se rige por las reglas de la orgía y se alimenta de sí misma sin que nadie pueda detenerla si se le suelta la correa. Quien pretenda controlarla se arriesga a ser devorado por ella. El dueño del rottweiler tenía la costumbre de dejarlo de noche suelto por el jardín. Cuando volvía a casa de madrugada, al abrir la cancela allí estaba el perro en la oscuridad recibiéndolo con grandes muestras de alegría. No se sabe qué sucedió aquella vez. Puede que al olisquearlo detectara un perfume femenino que no era el de siempre, puede que oliera el sudor de una bebida que no reconocía, puede que el perro hubiera optado por darse un buen festín. De hecho, el rottweiler lo tomó por un extraño que invadía su territorio, se abalanzó sobre su amo y por mucho que el amo le gritaba por su nombre, ¡Quieto, Rex!, el perro hincó los colmillos en su yugular y no cesó en su furia hasta matarlo.


domingo, 19 de noviembre de 2023

LA LÓGICA DEL AGUA

 


Del YO al NOSOTROS

 

Permítaseme una metáfora para explicarme, sin levantar susceptibilidades,   y manifestado previamente mi respeto por todos los españoles aunque no respete, para nada,   muchas de las ideas y acciones  que algunos exhiben. Debemos respeto a todos los humanos (yo lo ampliaría a todos los seres vivos), pero no a todas las ideas y acciones generadas por algunos humanos. Si alguien tiene la idea de que hay que quemar los montes  no solo no habrá que respetarla, además habrá que repudiarla y denunciarla. Si alguien dice “yo no soy presidente porque no quiero” y todos sabemos que nos miente, procede respetar a la personas que aspira a ser presidente pero no respetar una mentira constatada: 

"Pero nadie es más detestable que el jugador que tiene mal perder, que está dispuesto a cometer cualquier trampa, a romper la baraja o a dar una patada al tablero con tal de no admitir la derrota. Es como quien tiene mal vino y encima no sabe beber". Manuel Vicent

 Si  nos concebimos como una piedra separada,  incluso si nos unimos a otra piedra, de todos modos seguimos siendo  dos piedras. Cuando creemos (autoengaño) en la supremacía del YO como algo diferenciado , con la ilusión de poder personal y de control total sobre el destino, y en que nuestro “YO” está de alguna forma separado de otros entes del mundo, caemos en el narcisismo (autoengaño) entendido como un problema social  manifestado a través del egoísmo individual. El yo no deja de ser una ilusión óptica.

Por lo contrario, si pensamos que somos agua y nos unimos con otra persona, sumar agua con agua da como resultado agua por igual. La idea de perder el sentido del yo, y no potenciarlo a través de una falsa  y artificial autoestima, es el mejor camino  para incrementar el BIS ) Bienestar Individual Subjetivo de los ciudadanos.

 Si las relaciones de España con Cataluña  pasan de las piedras al agua todos habremos ganado: Las piedras rozan y chocan, el agua fluye (Según la RAE:  “Dicho de una idea o de una palabra: Brotar con facilidad de la mente o de la boca.”) expresando  una intención de no forzar que las cosas pasen.

 

 Comenzaba su discurso de investidura hace 4 años Pedro Sánchez diciendo: “No se va romper España”.

La frase nos permite inferir que el ambiente político que se respiraba en aquel entonces es posible que se pareciera, algo o mucho,  al que hoy tenemos. Estuve expectante para ver si también en esta ocasión empezaba de nuevo así su discurso de investidura Pedro Sánchez. Tal vez no lo haya empezado así para no echar más leña al fuego. En esta ocasión (Noviembre del 2023) lo empezó diciendo:  “Manifestarse en la calles es una de las formas   de ejercer la democracia   que reconoce nuestra constitución”.

 

Tengo una característica que no soy capaz de clasificarla como “buena” o como “mala”. Dado que predico que con los humanos no funcionan las escalas  dicotómicas, aquellas que solo tienen dos valores posibles (blanco- negro; bueno-malo, etc.), es probable que  me aporte en ocasiones algunas ventajas  y en otras todo lo contrario. La característica en cuestión es que, en un tiempo prudencial,  me olvido de los acontecimientos desagradables que me han sucedido y generando todo un cúmulo de emociones negativas.  No tengo claro si ya no existe lo olvidado, si desapareció de mi cerebro para siempre o, por lo contrario,  sí sigue en mi memoria a largo plazo pero  no soy capaz de recuperarlo para que aflore y me haga  consciente del mismo. En consecuencia con lo anterior, no recuerdo nada de lo que vociferaban entonces los apocalípticos  de aquellos años. Recuerdo, sin embargo,  perfectamente  los exabruptos (brusquedad, incorrección, grosería, inconveniencia, salida de tono)  que se escucharon en las calles, sobre todo en la de Ferraz, en el parlamento y en determinados medios de comunicación en estas dos últimas semanas.

Por otra parte, también observo que tenía razón Pedro Sánchez ya  que España no se rompió y no sólo eso sino que además fueron múltiples y variados los colectivos de  ciudadanos que  mejoraron su vida, entre ellos los trabajadores en general, los pensionistas, las mujeres, y un largo etcétera.  

En Cataluña  dejó de hablarse de unilateralismo (en toda sociedad hay obligación de cumplir normas  pero no hay nadie que pueda exigírselo) y hoy ya hablamos de bilateralismo ( alguien  exige deberes  y otorga facultades; alguien debe cumplir y hay alguien que  pueda exigírselo).

 

Todo esto sucedió, a mi juicio,  gracias al pragmatismo y al buen hacer de Pedro Sánchez y su equipo.

 John Rawls (neo pragmatismo)  entendía que en una sociedad civilizada, que merezca tal nombre,  las personas somos racionales y razonables, y en función de estas dos apreciadas  características vivimos en democracia. Puede sonarnos a jauja a  muchos españoles, viendo las calles y manifestaciones varias llenas de agresividad tanto físicas como dialécticas en las que prevalecieron los comportamientos irracionales ganaron por goleada a  los racionales:

"Es más elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay más estética en el fracaso que en el éxito, tiene más literatura el perdedor que el ganador". Manuel Vicent

 También nos decía Rawls que “las personas racionales y razonables que van a compartir un acuerdo social se deben ver  a sí mismas como libres e iguales.”

El pragmatismo considera que algo puede ser considerado verdadero y útil en función de sus consecuencias prácticas (las cuales tendrá, a mi juicio, la investidura de noviembre del 2023).

  Todo habrá merecido la pena si España y Cataluña pasan del YO  al NOSOTROS,  de la lógica de la PIEDRA  a la lógica del AGUA: el INDIVIDUO consagrado al COLECTIVO.

  A veces sucede que nos entra una piedra en el zapato: ¿Cómo reaccionamos? ¿Seguimos caminando o nos paramos a sacarla de inmediato? Aunque lo más funcional sería detenernos y librarnos de ella en muchos casos sucede que por la prisa, la vergüenza, la inercia, la pereza, etc. seguimos caminando cargando con la china, “piedra pequeña y a veces redondeada.” (RAE). Pedro Sánchez ha caminado mucha parte de la legislatura con una piedra en su zapato. Alberto Feijóo ha tenido ( y sigue teniendo) desde que preside el PP muchas piedras en su zapato que le ha obstaculizado  su trayectoria hacia el éxito.

 Le urge, a mi juicio, aplicar una auditoría a sus programas mentales  recordando que es todavía conceder algo denegar con gracia. Para ello es necesario detenernos y observar aquello con lo que cargamos. Pueden ser piedras mentales: prejuicios, creencias que tenemos sobre nosotros mismos, los demás o la vida. Piedras emocionales: relaciones no deseadas o tóxicas, compañías limitadores y castradoras... Piedras materiales: Objetos de escasa o nula utilidad que vamos acumulando hasta quedarnos sin espacio físico en casa; compras compulsivas o para sentirnos bien cayendo en una bulimia consumista.

Nos decía Willian James que “ser sabio es el arte de saber qué pasar por alto”.

Pararnos a revisar nuestros hábitos (prejuicios creencias, relaciones tóxicas y un largo etcétera, que actúan como piedras molestas que se nos meten en el zapato que incluso no nos dejan caminar; renunciar a un hábito nocivo no es fácil y requiere un esfuerzo a veces muy importante.

 Cuando a lo largo de nuestra vida intentamos algo y no funciona, solemos y suelen decir, que nos salió el tiro por la culata.  Aún en estos casos tenemos  diversas opciones.

Sin duda, la opción más funcional y  más productiva (además de la 4 de la imagen) es utilizar  el fracaso como una experiencia de vida y aprender de ella, reflexionando y sacando las conclusiones pertinentes. Suelo decir que  sólo tenemos experiencia sobre las cosas que hemos reflexionado. 

"Un monje del monasterio del Nido del Tigre de Bután me dijo un día que ante cualquier fracaso repitiera 100 veces como si fuera una oración: ”He sido derrotado, algo he hecho mal, no importa, mañana empezaré de nuevo”. Es más elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay más estética en el fracaso que en el éxito, tiene más literatura el perdedor que el ganador".Manuel Vicent

 

Invito a ver el siguiente VIDEO:

 LA PRACTICA CONSCIENTE TE LLEVA A SER COMPETENTE

https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/418444215550406



En mi limitada  opinión (no digo "en mi modesta opinión" ya que estoy convencido que la suelen utilizar personas desde la óptica de falsa modestia) sobre un  tema que me queda muy grande (lo digo desde la óptica del realismo), y siendo consciente de que puedo equivocarme: 

 

Las relaciones de España con Cataluña requieren una visión a largo plazo pero un cambio de comportamiento a corto plazo. También, tener un propósito de comenzar a cambiar y dar un simple pequeño paso. Un pequeño paso tras otro es la mejor estrategia que se puede aplicar, sin olvidarnos de la actitud de considerar “el individuo consagrado al colectivo".

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COLUMNA

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La derrota

Aunque el tenista rompa la raqueta contra el suelo, por muy bronco que haya sido el partido al final deberá subir a la red para felicitar a

MANUEL VICENT

19 NOV 2023 - 05:00 CET

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A un jugador de póquer muy avezado que había perdido una cifra exorbitante en una partida, al día siguiente sus compañeros de garito le preguntaron qué tal había dormido esa noche y él contestó que había dormido como un bebé, porque cada cinco minutos se despertaba y lloraba. Añadió que para un jugador que sabe perder las derrotas cicatrizan enseguida. En ese momento estaba sentado de nuevo a la mesa y tenía dos ases en la mano. El mundo se creaba de nuevo y la suerte volvía a rodar. Un monje del monasterio del Nido del Tigre de Bután me dijo un día que ante cualquier fracaso repitiera 100 veces como si fuera una oración: ”He sido derrotado, algo he hecho mal, no importa, mañana empezaré de nuevo”. Es más elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay más estética en el fracaso que en el éxito, tiene más literatura el perdedor que el ganador.

Por mi parte, prefiero a Van Gogh con una sola oreja que con dos y al Picasso de la época azul, muerto de hambre, en calzoncillos que al triunfador con esmoquin y pajarita. En todos los colegios anglosajones el deporte está considerado como una asignatura fundamental porque en la cancha se aprenden todas las reglas que luego hay que aplicar a los negocios, a la política y a la moral ciudadana, el juego limpio, el respeto al adversario, pelear hasta la extenuación sin rendirse nunca, valorar el triunfo y aceptar la derrota como una lección. Aunque el tenista rompa la raqueta contra el suelo, por muy bronco que haya sido el partido al final deberá subir a la red para felicitar y abrazar al ganador. Sería expulsado del circuito si no cumpliera estas reglas. Pero nadie es más detestable que el jugador que tiene mal perder, que está dispuesto a cometer cualquier trampa, a romper la baraja o a dar una patada al tablero con tal de no admitir la derrota. Es como quien tiene mal vino y encima no sabe beber.

 

 

 

 

 

domingo, 12 de noviembre de 2023

LOS AUTOENGAÑOS DE LA POLÍTICA-II

 

 


LOS AUTOENGAÑOS DE LA POLÍTICA-II


CONTEXTO

En un artículo anterior, escrito en este mismo blog, exponía yo sin ningún tipo de condicionamiento, mi opinión actual escribiendo que de todos los políticos activos, a mi juicio, es Pedro Sánchez el más bregado (RAE:  Luchar con los riesgos y trabajos o dificultades para superarlos),y el más preparado (número de competencias desarrolladas) para lograr los cambios tan necesarios. Podemos definir la competencia como habilidad adquirida para obrar con facilidad.

 

Dado que algunos lectores me pidieron que profundizase más en el concepto de competencia, aporto una transparencia con los tres círculos que dan consistencia a la   misma, y , también aporto un vídeo más exhaustivo de cómo se desarrollan, desde hace algunos años, las competencias dentro de las empresas.

CONCEPTO DE COMPETENCIA

En la imagen de abajo  puede verse una síntesis. En el vídeo explicamos cada uno de los tres círculos

 





DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS

En el video, cuyo enlace aporto en este mismo artículo,  se explica más  a fondo la imagen y se expone el procedimiento que se utiliza en las empresas para desarrollar las competencias de sus plantillas. En el mismo se desarrolla  una exposición de las pautas a seguir:

LA PRACTICA CONSCIENTE TE LLEVA A SER COMPETENTE

https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/418444215550406

 

 También exponía yo,  sin ningún tipo de condicionamiento,  mi opinión actual,  escribiendo que Pedro Sánchez me parecía el mejor presidente de gobierno desde la transición democrática hasta hoy  y que esperaba que todavía,  dado el mucho tiempo que le queda por delante, puede presidir muchos más para seguir mejorando la vida de los ciudadanos, desde los trabajadores a los pensionistas a los que se pueden añadir otros muchos colectivos que mejoraron su vida con él al frente del gobierno.

 Seguí a Pedro Sánchez en sus inicios en la política y, cuando nadie daba un duro por él, escribí un artículo en mi blog, que puedes leer si te interesa el tema,  en el siguiente enlace:

martes, 13 de diciembre de 2016

EL REGRESO DE PEDRO SÁNCHEZ: EL VALOR DE LA PREDICCIÓN

https://neuroforma.blogspot.com/2016/12/el-regreso-de-pedro-sanchez-el-valor.html

Digo esto desde la autenticidad y sin ningún tipo de condicionamientos,  siendo consciente de que en estos momentos está Pedro Sánchez en un laberinto muy complejo,  de un único camino, lleno de minas invisibles y explosivas,  dispuestas a causar el mayor daño posible al entendimiento y a la convivencia de los ciudadanos. En el actual panorama también se pueden observar tanques dialécticos a la vista  que disparan, ya no contra  Pedro Sánchez, sino todo aparenta que lo hacen contra la propia democracia. Dicho de otra forma,  para que no suene con tanta gravedad: manifiestan estar contra Pedro Sánchez saltándose, las reglas y estándares democráticos. No han entendido que los tiempos cambian y que ya no se trata de  exhibir una ideología patriotera de pura palabrería,  como escudo protector ante todo tipo de atropellos que puedan cometer, que sea el que sea su autor, se va de rositas, por supuesto, siempre y  cuando   exhiba la etiqueta de “conservador” de alto status.  Parece que la autora de la frase de  "los pagos en diferido"  vuelve, cuando ya se creía  a salvo, a los tribunales. Ya no ocurre, en estos tiempos,  como bien dice en su columna de hoy Manuel Vicent que, en aquellos tiempos "Ir a la universidad significaba un cambio de estatus", en el sentido de que alguien puede irse de rositas, ni siquiera que llegue a alcanzar un status digno.

No me gustan las clasificaciones de los humanos dadas las dificultades que encierran y los sesgos que llevan consigo. En coherencia, no me gusta, por las connotaciones que encierra, la clasificación izquierda – derecha. Prefiero mucho mejor la de progresista – conservador. El conservador, dicho grosso modo,  busca que todo siga igual  para conservar su status. El “progresista”, dicho también grosso modo, busca mejorar la sociedad en general y muy especialmente en dos parámetros fundamentales: la justicia  y la igualdad. Mejorables, en general, y muy mejorables en nuestra España. La pregunta hoy sería: 


¿Quiénes son los más propensos a caer en el  autoengaño los conservadores o los progresistas? 


Todos los ciudadanos  que han desarrollado el sentido de la observación, a mi juicio muy importante, podían poner muchos ejemplos, reales, basados en hechos, en evidencias empíricas de casos de injustica y desigualdad. Desde la autenticidad, y sin ningún tipo de condicionamiento yo voy repetir de nuevo, dada su relevancia, a mi juicio,  uno  ocurrido la semana pasada (no me voy explayar verbalizando mi sentimiento), y, para amortiguarlo e impedir que lo vuelva a revivir removiendo mis vísceras,  voy a recurrir a una imperfecta metáfora: Aulló el 'lobo' “el que pueda hacer que haga”, que ejerció de macho alfa en su día (pido perdón a los animales  lobos por la comparación) solicitando  auxilio y movilizó a sus devotos desde los  beta hasta llegar a los últimos  de la escala. 

 Cierto es que también hay ciudadanos que no han desarrollado el Espíritu de Observación, que recorrieron su camino sin ver  haciendo suyo el síndrome de la ceguera voluntaria y sin oír las enseñanzas de la vida y si algún día escuchan  algo que les angustia o que desean, para no caer en la frustración, miran para otro lado como fórmula que les facilita imaginar vívidamente su mundo irreal, autoengañándose de tal forma que lo creen real.

LA ESTRATEGIA DEL  AVESTRUZ

https://neuroforma.blogspot.com/2019/10/laestrategia-de-la-avestruz-elterror.html

 También hay ciudadanos que miran para otro lado desentendiéndose  de todo y que se caracterizan por un pensamiento egocéntrico (muy propensos a vivir auto engañados permanentemente) que parten  de la premisa de que lo que se creen es cierto,  sin haber cuestionado jamás las bases de sus creencias y sin acudir nunca al clarificador pensamiento crítico. Podemos sintetizar su autoengaño y la forma de argumentarlo   así: “Yo lo creo,  luego es cierto”. La base de nuestros  pensamientos está en lo que creemos. Nuestras  creencias son las responsables de nuestros pensamientos. Investiga tus creencias y llegarás a la raíz de tus pensamientos. Son ellas las que dan una estructura a nuestra mente, creando un “estilo de pensar”, unos hábitos o programas mentales (conexión neural solidificada) orientados  en un sentido u otro.También son los cimientos de los valores. A partir de lo que creemos, creamos nuestros valores. Los valores son las priorizaciones que tú haces acerca del valor que tienen para ti las cosas. Influyen en tus pensamientos, sentimientos y acciones. Este esquema de cómo pensamos,  podemos generalizarlo a todos los humanos.

Además de lo anterior, que podríamos llamarle egocentrismo personal,  hay que añadirle el  grupo al que pertenecemos. Desde esta perspectiva,  partimos  de la premisa de que las creencias más relevantes del grupo son ciertas; tampoco  las hemos  cuestionado nunca. La síntesis argumental  sería así: “Nosotros lo creemos,  luego es cierto”. Si el anterior era un egocentrismo personal, esto es un socio centrismo  radical. Ejemplo paradigmático de esto nos lo han ofrecido esta semana que hoy acaba, los “conservadores” en sus manifestaciones ante la sede del PSOE en la calle Ferraz.

 He repetido, a lo largo de este artículo, varias veces la expresión ‘desde la autenticidad, y sin ningún tipo de condicionamiento’. Por si cansé con su repetición a alguien, necesito decir que  me atrevo a exponer mi opinión, dando por hecho que puede haber quién no coincida para nada con ella ¡Perfecto! Siempre es bueno y productivo tener opiniones distintas, siempre, claro está,  que estén respaldadas por los argumentos oportunos,  es decir, por razonamientos que demuestran, refutan o justifican algo. Mis opiniones pueden ser más o menos atinadas, pero,  lo que sí es seguro, es que tienen el valor de basarse en respuestas propias que expresan lo que realmente   siento y pienso. Estoy convencido que hoy en día, esto de expresar lo que uno piensa realmente, cuando la mayoría de la población tiene miedo a manifestar su opinión sobre determinados temas (las razones son múltiples y variadas) aporta por sí mismo  un valor añadido importante. Hay un motón de estudios experimentales que nos muestran la necesidad de discrepar y de exponer cada cual su punto de vista: Gracias a Irving Janis, ya conocemos las nefastas consecuencias del “pensamiento de grupo”. También, por los experimentos de Stanley Milgram  sabemos que obedecer, sin más, a ciertos mandatos contrarios a la propia conciencia personal  acarrea nefastas consecuencias. Los experimentos de Salomón Asch sobre la conformidad de grupo, ponen de relieve que la presión social a la que somos sometidos, nos hace comulgar con ruedas de molino.

Parto de la premisa  de que todos entendemos que para cuestiones complejas no existen soluciones simples, así como tampoco hay soluciones que contenten a todos. Aun cuando en general no rehuyo el “mojarme”,  y suelo manifestar mi juicio con pasión y convicción, según sea la naturaleza del tema,  busco el objetivo de que cumpla la función de “no satisface plenamente a nadie y no insatisface, tampoco, plenamente a nadie". Cumpliría así con el aristotélico  “justo término medio”,  entre dos actitudes extremas y, por lo tanto,  con la virtud. Claro que ello supone, a veces,  cumplir a rajatabla aquello de que  algunas personas no se sabe si suben o bajan las escaleras. Es una forma de seguir la regla del mal menor. Se me ocurre que también ha seguido esta regla Pedro Sánchez con los nacionalistas y muchos votantes que ante lo que se avecinaba votaron en clave progresista. 

Lo que sí sería urgente,  es acabar con los debates actuales defendiendo posturas que o bien se ubican en el exceso o bien en el defecto y  que más que razonar y argumentar se defienden con exabruptos.

SIN DUDA BAJARÍA LA DOSIS DE AUTOENGAÑO DE LA POBLACIÓN

PREGUNTAS

¿Tienes miedo a hablar, a manifestar abiertamente tu opinión? No me refiero al miedo escénico derivado de hablar en público, sino a hablar  en contextos interpersonales o intergrupales.

¿Eres consciente de que la palabra, es la herramienta que utilizamos para la manifestación de uno mismo?

¿Qué opinas  de la libertad de expresión? ¿Crees que la mejor forma de garantizarla es practicándola?

¿Ante un tema determinado, sueles tener una opinión propia formada y la capacidad de exponerla con asertividad?

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ARTÍCULO MANUEL VICENT

Sin conexión

La avalancha digital ha pillado por la espalda a aquellos hijos de proletarios que accedieron a la universidad en los años ochenta y los ha convertido en seres analógicos

MANUEL VICENT

12 NOV 2023 - 05:00 CET

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Hubo en España una generación de jóvenes, hijos de proletarios, labradores, albañiles, obreros, que pudo acceder a la universidad gracias a un sistema de becas y al esfuerzo de unos padres deseosos de que su prole conquistara el horizonte de la cultura que la libraría de una vez de la pobreza hereditaria. Ir a la universidad significaba un cambio de estatus. En general este salto se dio en nuestro país en los años ochenta del siglo pasado. Aquellos esforzados progenitores se sentían muy orgullosos. Oías decir a un taxista que su hija estaba estudiando románicas en Frankfurt; cualquier campesino presumía de que su hijo era biólogo, médico o arquitecto. Padres e hijos de aquella generación confluían en la mesa de la cocina a la hora de comer. Unos venían de la huerta con la azada al hombro, otros regresaban de la facultad con los libros bajo el brazo. Sobre el mantel de hule la madre dejaba el plato de sopa que unos y otros consumían sin hablar o hablando poco, solo lo necesario. Salvo de cosas rudimentarias de la vida ya no tenían nada que decirse. La cultura los había desconectado. Durante siglos los padres habían transmitido sus experiencias y conocimientos a los hijos, pero llegó un momento en este país en que estos hijos comenzaron a saber más que sus padres, un hecho que hoy se repite de nuevo. La avalancha digital ha pillado por la espalda a aquellos hijos de proletarios que accedieron a la universidad en los años ochenta y los ha convertido en seres analógicos que se ven ahora obligados a callar, a escuchar y a creer a sus hijos y a sus nietos cuando en la sobremesa les explican el mundo en que viven, donde las cosas son y no son al mismo tiempo, bajan hacia arriba y suben hacia abajo. Si hoy el conocimiento se expresa con los dedos sobre un teclado, basta con fijarse cómo los mueven unos y otros para saber que existe un abismo entre ellos.