domingo, 24 de septiembre de 2023

PURA IMPOSTURA

 


 Para contextualizar la columna de hoy de Manuel Vicent  invito a leer una columna muy antigua pero muy ilustrativa:

 Felipe y la computadora

https://elpais.com/diario/1982/10/30/espana/404780428_850215.html

 

PURA IMPOSTURA


"LLAMAR LA ATENCIÓN A TODA COSTA: Todo se juzga por la apariencia; lo que no se ve no tiene valor. Por lo tanto, no es bueno perderse entre la muchedumbre ni quedar en el olvido. Hay que destacar. Llamar la atención a toda costa. Hay que convertirse en un imán que atrae la atención porque parece más grande, más colorido, más misterioso que las masas tímidas y blandas.

 Cuando se está en una mala situación, con pocas posibilidades de llamar la atención, un truco muy eficaz es atacar a la persona más visible, más famosa  y con más poder que se pueda encontrar".

'Las 48 leyes del poder'  (bestseller internacional),  Robert Greene  anuncia la ley 6 “Llamar la atención a toda costa”. 


Se ha podido ver, esta semana que termina, la fotografía  en muchos medios de comunicación de  Felipe González y Alfonso Guerra presentando el libro de Guerra en el Ateneo de Madrid. Ya es difícil ver a estos dos personajes juntos  pero, lo relevante,  no es lo que se ha podido ver sino lo que se ha escuchado salido de sus respectivas bocas.

No podemos ubicar sus palabras en ninguno de los odios de los que nos habla Manuel Vicent: ni en el teológico,  ni en el de eruditos y científicos, ni mucho menos en el que tiene lugar entre poetas; posiblemente ninguno de los dos hayan sentido, en toda su larga vida,  la “emoción estética”. La cualidad del sentir de ambos, no da para tanto: los juicios que hacemos sobre lo estético correlacionan con nuestros juicios intelectuales. Nunca se le ha reconocido al Sr. González  altura intelectual. Sí  pretendía tenerla el Sr. Guerra, pero a estas alturas ya sabemos que era una pura impostura.

Ambos disimularon en sus inicios  políticos que no les interesaba el dinero. Ambos adoraron siempre al becerro de oro y ahora ya no lo disimulan exhibiendo su vida de lujo.

“Este país viene de una larga pobreza y de un secular rencor en su lucha a muerte por una miserable sardina, que hoy se traduce en el resentimiento y en el cabreo político. Se trata de ese secreto placer que a unos viejos políticos, que fueron insignes en otro tiempo, hoy descatalogados, les produce el que un joven líder de su mismo partido acabe siendo derrotado.” Manuel Vicent

 Hay resentimientos breves, de corta duración y resentimientos duraderos. En el primer caso estamos ante una emoción que forma parte de las que se relacionan con la ira.  En el segundo caso, cuando dura mucho tiempo, a veces toda la vida, estamos ya hablando de otra cosa. Algunas  lacras sociales, algunos dramas personales, algunas patologías  mentales, tienen sus raíces en el resentimiento de largo alcance. Grandes  obras de la literatura y de la historia y personajes famosos,  se construyeron a partir del   resentimiento.  Está pues presente en el trascurrir de la vida diaria, y también, en grandes acontecimientos históricos.

El coctel del resentimiento, con todos y cada uno de sus ingredientes, es una mezcla que nos “emborracha”, nubla nuestro raciocinio no facilitándonos una vida saludable. Tiene un alto coste emocional y físico para quien lo lleva encima impidiéndole sentirse libre, con la sensación de que controla su vida, con proactividad y sentido de logro. Va por la vida sintiéndose víctima con todos los sentimientos negativos que ello conlleva.

En cuanto a la envidia, que era definida por Santo Tomás de Aquino, en su Suma de Teología como “tristeza de los bienes ajenos y que  el mismo Santo Tomás  nos dice que solamente se da envidia de aquellos con los que el hombre quiere igualarse o aventajarles en gloria”, según nos señala el psiquiatra Castilla del Pino,  no se da en todo resentimiento.

Si te interesa el tema puedes leer:

¿INDIGNADOS O RESENTIDOS? (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/06/cambio-depreguntas-4-cambiar-de.html

En otros  muchos resentimientos sí está presente la envidia, si bien son procesos diferentes. El envidioso busca disminuir la gloria ajena y tiene la esperanza de que en un futuro lo logrará y conseguirá el desprestigio público del envidiado. El resentido no tiene esperanza de lograr nada, se ve impotente ante lo que le sucede.

Sobre  la lealtad de estos dos personajes no vamos a extendernos, simplemente decir que se visualiza la auténtica lealtad cuando las cosas van mal, en las adversidades. Estamos ahora mismo en un contexto muy propicio para poner a prueba el nivel e intensidad de Lealtad que tenemos. Si nos damos cuenta que la cosa pinta fatal, de que la lealtad no está ni se la espera, lo importante es no caer en el optimismo de pandereta y sus recetas, que no harán otra cosa que mirar para otro lado y tratar de enmascarar la realidad.

 

Si te interesa el tema puedes leer:

LOS seis PILARES de la MORAL - 7: LEALTAD-2

https://neuroforma.blogspot.com/2020/05/los-seis-pilares-de-la-moral-7-lealtad-2.html


 Ambos personajes (entes ficticios) se han convertido en dos propagandistas de PP que lo único que logran es incrementar la cohesión del PSOE en torno a  la persona sobre la que canalizan su resentimiento, sobre Pedro Sánchez, el cual con la ayuda de estos dos personajes, más algunos otros,  gobernará cuatro años más.



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Un sucio calzón

Este país viene de una larga pobreza y de un secular rencor en su lucha a muerte por una miserable sardina, que hoy se traduce en el resentimiento y en el cabreo político

 

MANUEL VICENT

24 SEPT 2023 - 05:00 CEST

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El alma humana exuda tres clases de odios extremadamente puros. El más acendrado, el que más sangre ha provocado a lo largo de la historia es el odio teológico. La religión ha ido unida innumerables veces a la daga, a la horca, a la hoguera, a la guerra a degüello, todo en nombre de Dios. En segundo lugar, está el odio entre eruditos y científicos, que lleva a despreciar públicamente el trabajo de investigación de otros colegas, pese a que en esa labor hayan quemado su vida. Esa rivalidad intelectual no produce tantos estragos como causa la fe con sus sectas y herejías, pero inunda de pasiones envenenadas las cátedras y los laboratorios. Finalmente está el odio entre poetas, que nace de una distinta emoción estética y no va más allá del encono y maledicencia en alguna tertulia. Estos tres odios son muy desinteresados, solo buscan el reconocimiento, en ellos el dinero no cuenta para nada. En un estrato más superficial del alma, el odio se transforma en envidia e involucra a escritores, artistas, profesionales y políticos cuyo éxito en su profesión repercute directamente en la cuenta corriente o en la fama y la popularidad. La envidia es el dolor o enojo que produce el bien ajeno, un vicio, según parece, genuinamente español. Aunque, bien mirado, lo nuestro no es la envidia, que algunas veces puede provocar una sana emulación, sino el resentimiento, una de sus facetas más tenebrosa, que consiste en alegrarse del mal ajeno. Este país viene de una larga pobreza y de un secular rencor en su lucha a muerte por una miserable sardina, que hoy se traduce en el resentimiento y en el cabreo político. Se trata de ese secreto placer que a unos viejos políticos, que fueron insignes en otro tiempo, hoy descatalogados, les produce el que un joven líder de su mismo partido acabe siendo derrotado. Así es el alma española puesta a secar como un sucio calzón en un tendedero.

domingo, 17 de septiembre de 2023

LA CAUSA DE LAS CAUSAS

 


LOS 5 ¿POR QUÉ?

[...]pero flotando a tu alrededor en el aire que respiras permanecen todas las excreciones que emiten las redes sociales y los medios de comunicación donde alcanza el máximo valor informativo todo lo peor y más degradante que expele la humanidad. Esa clase de basura usa como único vertedero tu propio cerebro, donde no existe control de entrada ni capacidad para reciclarla. Nunca como ahora ha sido necesaria la higiene mental. Hay que realizar cada día un esfuerzo titánico para evitar que tu cerebro se convierta en un basurero digital”. Manuel Vicent

En mi adolescencia,  que coincidiría con la juventud de Manuel Vicent, eran muy comentados los libros y cursos de higiene mental conocidos también con el nombre de Cultura Psíquica. Todavía conservo en mi biblioteca unos que me llegaron por correo de Irlanda: AUBANEL PUBLISHER 14 Highfieled, Dublin 6.

Para resolver el problema que nos expone Vicent, sin duda podríamos encontrar muchas causas. Los japoneses nos dicen que un problema se resuelve, solamente,  cuando atacamos las causas últimas o raíz a la que llaman 'la causa de las causas' Entre las herramientas que nos ofrecen  para encontrarlas, una de ellas es la llamada 'Los 5 ¿Por qué?', ya que están convencidos de que   las causas se encuentran, por lo menos, cuatro niveles por debajo de la superficie. Por eso, para llegar a la causa raíz  se hacen, ante cada una de las causas,  5 veces la pregunta ¿Por qué?

Pongo un ejemplo que  pueda ser entendida y si procede  prácticada, la herramienta. 

                    MONUMENTO DE LINCOLN

El monumento de Lincoln se estaba deteriorando más rápidamente que los demás monumentos de Washington DC. ¿Por qué?

Porque se limpiaba con más frecuencia que los otros monumentos. ¿Por qué?

Se limpiaba con más frecuencia porque había más depósitos de pájaros en el monumento de Lincoln que en cualquier otro monumento. ¿Por qué?

Alrededor del monumento de Lincoln había más pájaros que en cualquier otro monumento, particularmente la población de gorriones era mucho más numerosa. ¿Por qué?

Había más comida preferida por los gorriones, en el monumento de Lincoln, específicamente ácaros. ¿Por qué?

Descubrieron que la iluminación utilizada en el monumento de Lincoln era diferente a los otros monumentos y esta iluminación facilitaba la reproducción de ácaros. Cambiaron la iluminación y solucionaron el problema.

Desde otra perspectiva , podemos leer en “La cibercultura, el segundo diluvio?” (P.Levy, 1998) que todo parece indicar que nos están ahogando con un exceso de información,  y que la nueva y sofisticada arma de manipulación,  ya no sigue la estrategia de  ocultar la información y el conocimiento manteniendo a la gente en la ignorancia  sino todo lo contrario: proporcionando tal exceso de información que ya no sepamos diferenciar la buena de la mala, la verdadera de la falsa, el grano de la paja.

 Ya no se trata de mantener a las personas ignorantes ocultándole información y conocimientos- estrategia muy utilizada en el mundo laboral de antes que se sintetiza muy bien con una frase que algunos jefes decían a sus subordinados: "tú a trabajar que para pensar ya estoy yo". Se trata de seguir manteniéndolas ignorantes pero con una estrategia distinta y contraria a la anterior: darle un exceso de ambos de tal forma que no sepa procesarlos adecuadamente y acabe confundiendo – permítaseme el término  coloquial-  el tocino con la velocidad.

La constante interacción entre personas,  que nos permite a todos y cada uno exponer nuestra opinión abiertamente en foros  masivos de redes sociales, profesionales y demás,  hace que sea imprescindible utilizar la competencia de cardar, ya no lino, en este caso,  sino información, con el objetivo de   diferenciar la buena de la mala, el grano de la paja, lo aplicable de lo utópico, lo práctico de lo teórico, lo que aporta resultados de lo que nos hace perder el tiempo, o peor todavía, nos lleva a tomar decisiones equivocadas a partir de información falsa y manipulada.

  La manipulación es la herramienta más utilizada hoy en día,  para que dejemos las riendas de nuestra vida en manos de otros y nos convirtamos en meros títeres, movidos por hilos invisibles de los que no somos conscientes.

 En mi opinión , se hace cada día más urgente desarrollar la competencia de CARDAR .Invito a leer, en este mismo blog,  como complemento a la columna de Manuel Vicente, el artículo:

                                           CARROÑA INFORMATIVA

https://neuroforma.blogspot.com/2020/06/carrona-informativa.html


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 MANUEL VICENT

17 SEPT 2023 - 05:00 CEST

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Ricos y pobres se diferencian por la cantidad de desperdicios que van dejando cada uno en el camino a lo largo de la vida. En este caso también rige el principio de Arquímedes, según el cual toda persona sumergida en el fluido del consumo experimenta un impulso vertical hacia arriba igual al peso de los desechos que desaloja. El cúmulo de basura que genera la humanidad crece en forma exponencial hasta el punto que llegará el día en que ya no podamos dar un paso sin pisar nuestra propia mierda. Tuve esta sensación apocalíptica mientras contemplaba una magnífica puesta de sol sobre Manhattan. Las Torres Gemelas habían desaparecido de la línea del cielo con el atentado que conmovió los cimientos de la Historia. Ahora el terror consistía en la visión del curso continuo de las inmensas gabarras cargadas con los excrementos que excretaba diariamente el poderío y la belleza de esta ciudad. Iban río abajo en busca de un lugar hipotético donde poder liberarlos. Ese lugar es cada día más difícil de encontrar, salvo que la tierra entera se convierta en un basurero. Por un lado, está la basura analógica y por otro la digital. Caminas por la ciudad entre papeleras y contenedores repletos de desperdicios; oyes de madrugada el camión que se lleva las bolsas negras que has dejado en la puerta; consigues alejar de tu vida las inmundicias que generas, pero flotando a tu alrededor en el aire que respiras permanecen todas las excreciones que emiten las redes sociales y los medios de comunicación donde alcanza el máximo valor informativo todo lo peor y más degradante que expele la humanidad. Esa clase de basura usa como único vertedero tu propio cerebro, donde no existe control de entrada ni capacidad para reciclarla. Nunca como ahora ha sido necesaria la higiene mental. Hay que realizar cada día un esfuerzo titánico para evitar que tu cerebro se convierta en un basurero digital.

 

 

 

domingo, 3 de septiembre de 2023

SENTIRSE CAPAZ

 


SENTIRSE CAPAZ


“Los cartujos no hablan. Su regla es el silencio. Solo cuando se cruzan por el claustro encapuchados hasta las cejas, con las manos metidas en la manga contraria del hábito se les está permitido saludarse con estas palabras mirándose de soslayo. Uno dice: “Hermano, morir tenemos”. Otro contesta:“Ya lo sabemos".

 ManuelVicent,  “Luz de vela”

 

 Si este diálogo se estableciera en estos  tiempos actuales  como costumbre  en el colectivo de las personas mayores, que han pasado de ser respetadas a ser un estorbo,  además de un coste insostenible de sus pensiones, según sostienen  los predicadores  apocalípticos que abundan en la actualidad,   surgiría una tercera persona que daría fin al escueto  diálogo  añadiendo:


¡Pero sin que nadie empuje!


El constructo cultural y social que las personas de nuestra época   se han formado sobre la vejez, considerándola como decadencia,  decrepitud y humanos instrumentalizados e inservibles, es la forma más sibilina de condicionar  e impedir, a las personas que llegan a ella, el disfrutar de una vejez activa y gratificante.

 Los epítetos que se le aplican a los viejos  son potentes fuerzas que derriban la autoestima de cualquier persona humana. 

La percepción social de los viejos como seres debilitados cognitivamente es otro atentado a  su  autoestima,  la cual opera directamente sobre un potente término de la Psicología – “Indefensión aprendida”- y a su vez sobre otro dramático término de la sociología  -“Anticipación social de la muerte”-. Hacerse una idea falsa de la vejez, compuesta a través de prejuicios y estereotipos,  es una agresión a la identidad social de los viejos. No todos los viejos son vulnerables, dependientes e inválidos . Ejemplo paradigmático de ello es el de Manuel Vicent, que a sus 86 años nos sigue regalando, todos los domingos,  esta sublime columna que copio y pego, como todos los domingos (excepto los del mes de agosto, en el que Vicent disfruta de sus merecidas vacaciones) más abajo.

 Los prejuicios y estereotipos conducen a que muchos que aún no llegaron a la vejez ya empiecen a tenerle miedo a esta: 

La gerontofobia está más extendida de lo que creemos y es una forma eficaz de empujar.


 "Murieron porque se les denegó el derecho a la vida y a la salud. Se les discriminó por edad y por dónde vivían. Se consideró que si eran mayores, eran prescindibles. Insisto: no es posible llamarnos un Estado de Derecho sin que se haga justicia. Si no, estamos condenados a repetirlo. En la próxima pandemia volverá a pasar. Dejar morir a gente mayor sale gratis."[2]

 Hay en el ecosistema social actual, muchas formas de “empujar”: una de las más efectivas,  la conceptualiza la sociología llamándole:

“Anticipación social de la muerte”.

 Vamos, para entender el concepto,  recurrir a la imaginación que utiliza Vicent para maravillarse con su libélula y desde ella diseñar el siguiente experimento mental:

1.     Seleccionamos 80 ancianos, de la misma edad y con igual grado de salud física y mental.

2.    Los dividimos en dos grupos y los ingresamos, cada uno de los grupos, en dos residencias distintas.

3.    Ambas residencias son similares en lo referente a la comida y  las condiciones ambientales. Lo que si varía, significativamente,  es el trato que le dan las personas que se ocupan de cuidar  a los componentes de cada uno de los grupos de ancianos. Los cuidadores del grupo 1 recibieron instrucciones de que los trataran como personas mayores con muchas deficiencias que les complicaban  mucho su autonomía y la vida en general. Los cuidadores del grupo 2 recibieron instrucciones de que los dejaran a su aire, moviéndose con  libertad y sin estar  permanentemente encima de ellos.

4.    Supongamos que un anciano del grupo 1 se cae  en el suelo de la sala. Un cuidador/a se dirige a él con premura y le reprocha que se mueva como si fuese una persona joven: “Tiene usted que tener mucho cuidado: Ud. ya es muy mayor y no  puede moverse así con esa soltura".

5.    Si se cae uno del grupo 2, se acerca un cuidador/a, lo levanta del suelo, y acto seguido, frotando un pie en el piso le dice al anciano: “Que horror, el suelo está muy resbaladizo. Voy hablar con lo persona que lo ha limpiado para que lo seque más a conciencia.”

 

El mensaje que le llega a la persona del grupo 1 es que la culpa de caerse es suya (interna)  que ya está muy limitado. El mensaje que le llega a la persona del grupo 2 es que la causa es externa, suelo resbaladizo y deficientemente seco.

 

Los mayores del grupo 1 no  solo tendrán un bienestar inferior al del grupo 2, sino que su autoeficacia quedará dañada, con todo lo que ello supone.

Entendemos la autoeficacia como la estimación de la probabilidad subjetiva de realizar una acción con éxito; es la expectativa de que se puede alcanzar con éxito una conducta que es necesaria para lograr algo. Ante un objetivo que nos hayamos establecido, lo primero que hacemos es calcular,  subjetivamente, las probabilidades que tenemos de alcanzarlo. Si no nos vemos antoeficaces para lograrlo, nos boicoteamos a nosotros mismos, por lo que lo primero sería tratar de sacarnos de la cabeza esa auto creencia:

 

La autoeficacia influye en la decisión de emprender la acción, en el nivel de esfuerzo implicado y en la persistencia de la conducta. Es fundamental para obtener éxito en la ejecución de una tarea y pone de relieve que no es suficiente con tener las habilidades necesarias: dos personas con las mismas habilidades para realizar una tarea pueden tener un resultado, totalmente diferente,  en función de su autoeficacia, lo cual determinará el grado de motivación y el nivel de dedicación que aplicará a la realización de la misma.

 

Las personas el grupo 1 no solamente tendrán un envejecimiento más complicado que los del grupo 2, sino que, además,  es probable que acaben muriéndose unos  años antes que los del grupo 2. De aquí viene lo de la “anticipación social de la muerte".

 La autoeficacia tiene una gran incidencias a todo lo largo del ciclo vital de las personas, pero, sobre todo, es muy importante en la vejez. 

Las personas que no llegaron a la edad de viejos, suelen desconfiar de las percepciones y de los criterios de los mayores. Al mismo tiempo, estos también empiezan a ser conscientes de que su mundo cognitivo es de distinta calidad  del que disfrutaban cuando eran más jóvenes. Generalizar estás creencias y ponerlas en práctica con todos los mayores en general, lleva inexorablemente a que estos últimos tengan su autoeficacia por los suelos, y en consecuencia, muy disminuido su  nivel de adaptación a su vejez y a las circunstancias derivadas de la misma. Si su meta era vivir los años que les quedan por delante con un determinado nivel de bienestar, después de estas “terapias” las probabilidades subjetivas que calculan anticipadamente de lograrlo, son nulas, bajan sus expectativas y se consolida el fenómeno de la profecía cumplida.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo se refiere a la forma de pensar -estereotipos-, sentir -prejuicios- y actuar -discriminación- con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad.

 Un  dramático  caso de Discriminación de los mayores  

  “A mediados de marzo de 2020, los mayores quedaron atrapados en las residencias. El coronavirus comienza a aniquilarlos por miles, pero no hay espacio para ellos en los hospitales de Madrid porque las autoridades han recomendado a los médicos reservar las camas para el resto de la población. En una pequeña sala de un hospital a las afueras un grupo de médicos piensa que esta decisión es horrible y prepara una respuesta. Este relato periodístico indaga en el dolor de los afectados y muestra, con material inédito, la actuación de los políticos que estaban al mando durante aquellos días” [3]

 Si te interesa el tema y quieres profundizar, te invito a leer y reflexionar:

 LOS seis PILARES de la MORAL -2: CUIDADO

 https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/303771287860504799

 Se suele decir, en algún tipo de coloquios, que los humanos podemos supervivir tres semanas sin comer, tres días sin beber, tres minutos sin respirar y tres segundo sin esperanza.  

Manuel Vicent termina su columna de hoy  así: 

 "La goleta de la taza desportillada me impulsa a navegar contra la adversidad por mares desconocidos, en este curso que empieza, sabiendo que no todo está perdido."

Sin la  ética del cuidado volvemos a las cavernas


 Referencias Bibliográficas

 [1]., “Luz de vela”: https://elpais.com/elpais/2018/10/13/opinion/1539442223_742924.html

 [2] Amnistía Internacional exige reabrir los casos archivados de los muertos por Covid en residencias. PABLO RECIO / LAURA MORO

JUEVES 26 DE ENERO DE 2023

https://www.65ymas.com/actualidad/amnistia-internacional-reabrir-muertes-covid-residencias_47273_102.html

 [3]https://elpais.com/especiales/2021/covid-19-en-las-residencias-de-ancianos/      Podcast: Puedes escucharlo aquí: 

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Pasa la vida

A unas cosas el tiempo las embellece y a otras las corroe. Sucede lo mismo con las ideas y con las personas

MANUEL VICENT

03 SEPT 2023 - 05:00 CEST

Llegaron las lluvias y se llevaron el verano. Los caracoles lo celebran trepando por las plantas silvestres y las avispas bebiendo en los charcos. Es un bello oficio dedicarse a contemplar cómo pasa el tiempo, cómo pasa la vida. Tomo café cada mañana en una taza de porcelana inglesa desportillada que contiene el dibujo de una goleta de tres palos con las velas desplegadas. Desde casa veo la bocana del puerto por donde entran y salen los barcos que van a Ibiza. He realizado muchas veces esa travesía; pero con cada sorbo de café la goleta de la taza me lleva a los azarosos mares de Conrad, a países donde suceden las novelas de Graham Greene, llenas de ventiladores en el techo y de sudor pegajoso en las guayaberas. La vida es el tiempo que se ha posado sobre todos los objetos que nos rodean y también sobre nuestros sueños. Envejecen los amigos; en cambio la alfombra de yute del comedor cuanto más la pisas más brilla; la cómoda ha adquirido una nobleza antigua pese a que cada cajón gime al abrirlo; el sillón en el que me siento a escribir tiene un brazo roto, me pregunto si también habrá envejecido lo que escribo. A unas cosas el tiempo las embellece y a otras las corroe. Sucede lo mismo con las ideas y con las personas. Leo en los periódicos a algunos intelectuales, escritores y políticos a los que admiré tanto un día cuyos ideales hoy el tiempo ha destruido. Ignoro si seré también yo uno de ellos. En el alfeizar de la ventana se ha posado una libélula verde y amarilla. Imagino que esta es la última que queda en el mundo, una de aquellas que se detenía en el aire sobre el agua dormida de las acequias donde nos bañábamos mientras a la mayor gloria de su creador cantaban las ranas. La goleta de la taza desportillada me impulsa a navegar contra la adversidad por mares desconocidos, en este curso que empieza, sabiendo que no todo está perdido.