domingo, 14 de noviembre de 2021

QUE NO TE COMAN EL COCO

 


QUE NO TE COMAN EL COCO

Nos decía Saint-Exupéry que

 “La perfección se logra no cuando no queda nada que agregar, sino cuando ya no queda nada que quitar”

Sin duda Manuel Vicente es un maestro en hacer sencillo (que no simple),  entendible, práctico y manejable cualquier tema que aborde.

 Me enganchó Vicent, al cual sigo asiduamente este entonces, en el año 1982 cuando escribió diversos Daguerrotipos referidos a diferentes políticos de la época. Es un ejemplo de síntesis y sabiduría, el daguerrotipo  que hace de Felipe González y todo un tratado de sociología e ideología  de la época. Lo tituló “Felipe y la computadora”y transcribo del mismo el siguiente párrafo:

El señor gordito de Nueva York ha tenido la ficha técnica de Felipe González todo el año sobre su mesa y en ella ha ido anotando las sucesivas correcciones. Si un día este muchacho tan puro podía quitarle la sardina de la boca a la derecha española, había que pulirlo un poco más. A veces apretaba el botón de la computadora, unida a otro ordenador del Pentágono, y en el condensador de órdenes instalado en la cancillería de Bonn los dígitos, salían en pantalla con la última voluntad del amo.

-Lo queremos totalmente suave.

-¿Más todavía?

-Nada de marxismo.

-Eso se arregló hace dos años.

-Que venda ética. Sólo ética.

-¿Como si fuera un jabón de tocador?

-Exacto.

Se puede leer entero en el siguiente enlace: 

https://elpais.com/diario/1982/10/30/espana/404780428_850215.html

Su columna de hoy, la cual copio y pego a continuación, que titula “Tú no te metas”, y resume a la perfección los límites  que  nuestra sociedad  ha marcado  y los modelos que ha desarrollado.

MANUEL VICENT

14 NOV 2021 - 05:00 CET

Año 1974. Imagino a unos padres biempensantes sentados a la mesa en un comedor con mucha plata en el aparador y en las paredes una Santa Cena y algún bodegón del XIX con una perdiz y un conejo ensangrentados. El hijo ha llegado de la facultad muy excitado. Cuenta que esa mañana ha corrido delante de los guardias en la universitaria. Ha habido pelotas de goma, gases lacrimógenos y algunos heridos. Mientras le sirve la sopa con un cucharón de alpaca, la madre le dice: “Hijo, tú no te metas”. Por lo visto aquel estudiante que durante la dictadura obedeció a sus padres y dejó de meterse en líos, preparó oposiciones a abogado del Estado y luego fue un alto funcionario en la Transición. Año 1989. Este burócrata está ahora sentado a la mesa del comedor de un chalet adosado con muebles lavados de estilo nórdico, de cuyas paredes cuelgan algunos cuadros de pintura abstracta. A la hora del almuerzo llega la hija muy excitada después de haber asistido a una manifestación no autorizada por la igualdad de la mujer donde la policía ha repartido leña a mansalva. Mientras la madre le sirve en el plato unos rollitos de primavera, el padre le dice: “Hija, tú no te metas”. Esa chica siguió el consejo, dejó de meterse en líos, consiguió una beca para estudiar economía en Estados Unidos y hoy es una importante financiera en un banco. Año 2018. Imagino a esta ejecutiva sentada a la mesa de un apartamento de lujo con mucho diseño de metacrilato.

 A la hora del almuerzo su hijo todavía no se ha levantado de la cama. La madre no encuentra manera de que se implique en alguna causa, la que sea, pero el chico se pasa el día de sofá en sofá abducido por los videojuegos de la tableta. Esta advertencia, hijo, tú no te metas, transmitida de generación en generación ha fabricado dos modelos de ciudadanos, unos en forma de pacientes ovejas y otros en forma de lobos esteparios.

https://elpais.com/opinion/2021-11-14/tu-no-te-metas.html

 También pone de manifiesto   cómo los límites  cambian con el tiempo. Cada generación marca los suyos. Los límites de cuando yo era joven no son los mismos que ahora que soy mayor. Estos límites alejados de la racionalidad expresan valores, principios, moral, ética etc. En definitiva, reflejan emociones y son, en consecuencia,  puramente subjetivos.

Nos lo resume  magistralmente Vicent: 

"Esta advertencia, hijo, tú no te metas, transmitida de generación en generación ha fabricado dos modelos de ciudadanos, unos en forma de pacientes ovejas y otros en forma de lobos esteparios."


Nos decía Blaise Pascal en su obra ‘Pensamientos’ que

“de la misma manera que la moda determina lo que gusta, determina lo que es justo”.

 Ya estamos viendo en  la actualidad que el concepto de justicia es tan  voluble como  cualquier tendencia actual que determina la moda.