Del YO al NOSOTROS
Permítaseme una metáfora para explicarme, sin levantar susceptibilidades, y manifestando previamente mi respeto por todos los españoles aunque no respete, muchas de las ideas y acciones que algunos exhiben.
"¿No te has enterado? A continuación, en su cerebro recién reseteado por el sueño penetra el último chisme, el último bulo, la última gansada que ha soltado cualquier idiota más o menos famoso." Manuel Vicent https://elpais.com/opinion/2024-11-24/no-te-has-enterado.html
Debemos
respeto a todos los humanos (yo lo ampliaría a todos los seres vivos), pero no
a todas las ideas y acciones generadas por algunos humanos: si alguien tiene la
idea de que hay que quemar los montes, no
solo no habrá que respetarla, además habrá que repudiarla y denunciarla. Si
alguien dice “yo no soy presidente porque no quiero” y todos sabemos que nos miente, que no ha tenido ninguna posibilidad de serlo, procede respetar a la personas que aspira a ser presidente pero no respetar una
mentira constatada.
"Pero nadie es más detestable que el jugador que tiene mal perder, que está dispuesto a cometer cualquier trampa, a romper la baraja o a dar una patada al tablero con tal de no admitir la derrota. Es como quien tiene mal vino y encima no sabe beber". Manuel Vicent
https://elpais.com/opinion/2023-11-19/la-derrota.html
El personaje que aspiraba a ser presidente, aún al precio de dejar de ser persona ética, (la cual menciona en múltiples ocasiones), y se la salta en otras muchas en sus actuaciones, merecerá nuestro respeto (persona) a la vez que nuestro repudio como ( futuro personaje) al que aspira llegar a ser algún día recurriendo a lo que sea y siguiendo al pie de la letra el famoso "el fin justifica los medios" atribuido a Maquiavelo apesar de que no hay ninguna evidencia de que lo haya escrito en ninguna de sus obras.
Es urgente que los políticos lo sustituyan por el siguiente de puro sentido común y generalizable a todos las personas y profesiones:
Solamente fines éticos, conseguidos por medios éticos, abalan el buen hacer de las personas que se dedican a la política o a cualquier otra profesión.
Por lo
contrario, si pensamos que somos agua y nos unimos con otra persona, sumar agua
con agua da como resultado agua por igual. La idea de perder el sentido del ego,
y no potenciarlo a través de una falsa y
artificial autoestima, es el mejor camino
para incrementar el BIS: Bienestar
Individual Subjetivo de los ciudadanos.
Comenzaba su discurso de investidura hace 4 años el Presidente de España Pedro Sánchez diciendo: “No se va romper España”.
La frase
nos permite inferir que el ambiente político que se respiraba en aquel entonces
es posible que se pareciera, algo o mucho, al que hoy tenemos. Estuve expectante para ver
si también en esta ocasión empezaba de nuevo así su discurso de investidura el Presidente de España Pedro Sánchez. Tal vez no lo haya empezado así para no echar más leña al fuego.
En esta ocasión (Noviembre del 2023) lo empezó diciendo: “Manifestarse en la calles es una de las
formas de ejercer la democracia que reconoce nuestra constitución”.
Tengo una
característica que no soy capaz de clasificarla como “buena” o como “mala”.
Dado que predico que con los humanos no funcionan las escalas dicotómicas, (aquellas que solo tienen dos
valores posibles blanco- negro; bueno-malo, etc.), es probable que me aporte en ocasiones algunas ventajas y en otras todo lo contrario. La
característica en cuestión es que, en un tiempo prudencial, me olvido de los acontecimientos desagradables
que me han sucedido y generando todo un cúmulo de emociones negativas. No tengo claro si ya no existe lo olvidado, si
desapareció de mi cerebro para siempre o, por lo contrario, sí sigue en mi memoria a largo plazo
pero no soy capaz de recuperarlo para
que aflore a la memoria a corto plazo y me haga consciente del
mismo. En consecuencia con lo anterior, no recuerdo nada de lo que vociferaban
entonces los apocalípticos de aquellos
años. Recuerdo, sin embargo,
perfectamente los exabruptos
(brusquedad, incorrección, grosería, inconveniencia, salida de tono) que se escucharon en las calles, sobre todo
en la de Ferraz, en el parlamento y en determinados medios de comunicación.
Por otra
parte, también observo que tenía razón Pedro Sánchez ya que España no se rompió y no sólo eso sino que
además fueron múltiples y variados los colectivos de ciudadanos que mejoraron su vida, entre ellos los
trabajadores en general, los pensionistas, las mujeres, y un largo etcétera.
En
Cataluña dejó de hablarse de
unilateralismo (en toda sociedad hay obligación de cumplir normas pero no hay nadie que pueda exigírselo) y hoy
ya hablamos de bilateralismo ( alguien
exige deberes y otorga
facultades; alguien debe cumplir y hay alguien que pueda exigírselo).
Todo esto sucedió, a mi juicio, gracias al pragmatismo y al buen hacer de
Pedro Sánchez y su equipo.
John Rawls (neo pragmatismo) entendía que en una sociedad civilizada, que merezca tal nombre, las personas somos racionales y razonables, y en función de estas dos apreciadas características vivimos en democracia. Puede sonarnos a jauja a muchos españoles, viendo las calles y manifestaciones varias llenas de agresividad tanto física como dialéctica en las que prevalecen los comportamientos irracionales que ganan por goleada a los racionales. Por lo que hace referencia a la razonabilidad, todos los días tenemos exagerados y elocuentes ejemplo de irracionalidad.
"Es más elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay más estética en el fracaso que en el éxito, tiene más literatura el perdedor que el ganador". Manuel Vicent https://elpais.com/opinion/2023-11-19/la-derrota.html
Figura 1: Elaboración propia
¿Puede haber alguien que confunda la ética con la estética?
Figura 2: Elaboración propia
También nos decía Rawls que “las personas racionales y razonables que van a compartir un acuerdo social se deben ver a sí mismas como libres e iguales.”
El pragmatismo considera que algo puede ser considerado verdadero y útil en función de sus consecuencias prácticas (las cuales tendrá, a mi juicio, la investidura del 16/11/2023). A pesar de que los apocalípticos de siempre que ahora mismo trabajan a tiempo completo para derrumbar a Pedro Sánchez, Presidente de España y su equipo, utilizando su grandes destrezas en el uso de su herramienta preferida consistente en la construcción de relatos cuya materia prima es simplemente la mentira que según creen ellos les llevará a la cumbre.
¿Creerán que los Españoles somos tontos que podemos ser engañados durante mucho tiempo?
Apesar de la insistencia en ponerle a su gobierno piedras en las ruedas de todo tipo y tamaño para que no siga funcionando correctamente, ahí siguen gobernando España y dispuestos a sacar adelante un presupuesto y completar la legislatura para que cuando lleguemos al fin de la misma convocar elecciones y ganarlas de nuevo.
Otros, los del ruido, han tenido ( y sigue teniendo) algunas piedras en sus zapatos que les obstaculiza (barreras naturales que impiden el deterioro de la democracia) su trayectoria hacia la construcción de sus personajes, lo cual, a mi juicio nunca conseguirán.
Les urge, a mi juicio, aplicar una auditoría a
sus programas mentales. Para ello es necesario detenernos y
observar aquello con lo que cargamos. Pueden ser piedras mentales: prejuicios,
creencias que tenemos sobre nosotros mismos, los demás o la vida. Piedras
emocionales: relaciones no deseadas o tóxicas, compañías limitadoras y
castradoras... Piedras materiales: Objetos de escasa o nula utilidad que vamos
acumulando hasta quedarnos sin espacio físico en casa; compras compulsivas o para
sentirnos bien cayendo en una bulimia consumista.
Pararnos a revisar nuestros hábitos (prejuicios creencias, relaciones tóxicas y un largo etcétera, que actúan como piedras molestas que se nos meten en el zapato que incluso no nos dejan caminar; renunciar a un hábito nocivo no es fácil y requiere un esfuerzo a veces muy importante.
"Un monje del monasterio del Nido del Tigre de Bután me dijo un día que ante cualquier fracaso repitiera 100 veces como si fuera una oración: ”He sido derrotado, algo he hecho mal, no importa, mañana empezaré de nuevo”. Es más elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay más estética en el fracaso que en el éxito, tiene más literatura el perdedor que el ganador".Manuel Vicent
https://elpais.com/opinion/2023-11-19/la-derrota.html
Si te interesa el tema y quieres saber más te invito a leer el artículo y a
ver el siguiente VIDEO:
https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/418444215550406
En mi
limitada opinión (no digo "en mi modesta
opinión" ya que estoy convencido que la suelen utilizar personas desde la óptica
de falsa modestia) sobre un tema que me
queda muy grande (lo digo desde la óptica del realismo), y siendo consciente de
que puedo equivocarme:
Sería un gran avance si, especialmente, todos los que se dedican a la política(debido a la facilidad con la que pueden caer en la corrupción) no confundieran la ética con la estética
Si te
interesa el tema y quieres saber más te invito a leer:
https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/9045820045385009587
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¿No te has enterado?
Recién salidos de la ducha los ciudadanos comienzan a
sentirse sucios por dentro, atrapados por las redes, que les obligarán a mirar
el móvil durante el día tantas veces como el mono mira cómo se mueve cada hoja
de los árboles
Encuentro que Schopenhauer tiene razón cuando dice que
los humanos no venimos del mono, sino que vamos hacia el mono. Hasta ahora
parecía que nuestra diferencia con el mundo de los simios consistía en que lo
humanos tenemos la capacidad de ensimismarnos, de volver la mirada hacia
adentro de nosotros mismos hasta crear una conciencia en la que el ego se
reconoce como individuo; en cambio el mono es incapaz de reflexionar, vive alterado,
siempre pendiente de estímulos exteriores, con los ojos en permanente reacción
ante todo lo que se agita fuera de su cuerpo. A eso vamos. Un ciudadano recién
levantado de la cama, mientras se afeita en el cuarto de baño, se reconoce ante
el espejo como humano, pero, de pronto, recibe un mensaje en el móvil: ¿No te
has enterado? A continuación, en su cerebro recién reseteado por el sueño
penetra el último chisme, el último bulo, la
última gansada que ha soltado cualquier idiota más o menos famoso. Recién
salido de la ducha este ciudadano comienza a sentirse sucio por dentro,
atrapado por las redes, que le obligarán a mirar el móvil durante el día tantas
veces como el mono mira cómo se mueve cada hoja de los árboles. Las escasas
opiniones inteligentes y sensatas, las noticias contrastadas que oirá por la
radio o la televisión le llegarán envueltas en una cantidad de mierda
insoportable, como si el mundo ya estuviera en manos de millones de cretinos
que tienen un poder omnímodo en los dedos para verter en el aire todo lo que
anida en su bajo vientre, insultos, insidias, odios, mentiras, exabruptos. El
ciudadano se llevará esta basura a la cama cada noche para reciclarla con la
oscuridad del sueño. Está cerca el día en que la evolución de la especie dará
el gran salto. Mientras el ciudadano esté en el baño con la cara enjabonada le
llegará el mensaje. ¿No te has enterado? La noticia la acaba de dar The
New York Times y se ha hecho viral en todo el planeta. No se habla de
otra cosa. Resulta que ya hay un mono que ha aprendido a afeitarse.
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La derrota
Aunque el tenista rompa la raqueta contra el suelo,
por muy bronco que haya sido el partido al final deberá subir a la red para
felicitar a
A un jugador de póquer muy avezado que
había perdido una cifra exorbitante en una partida, al día siguiente sus
compañeros de garito le preguntaron qué tal había dormido esa noche y él
contestó que había dormido como un bebé, porque cada cinco minutos se
despertaba y lloraba. Añadió que para un jugador que sabe perder las derrotas
cicatrizan enseguida. En ese momento estaba sentado de nuevo a la mesa y tenía
dos ases en la mano. El mundo se creaba de nuevo y la suerte volvía a rodar. Un
monje del monasterio del Nido del Tigre de Bután me dijo un día que ante
cualquier fracaso repitiera 100 veces como si fuera una oración: ”He sido
derrotado, algo he hecho mal, no importa, mañana empezaré de nuevo”. Es más
elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay más estética en el
fracaso que en el éxito, tiene más literatura el perdedor
que el ganador.
Por mi parte, prefiero a Van Gogh con una sola oreja que
con dos y al Picasso de la época azul, muerto
de hambre, en calzoncillos que al triunfador con esmoquin y pajarita. En todos
los colegios anglosajones el deporte está considerado como una asignatura
fundamental porque en la cancha se aprenden todas las reglas que luego hay que
aplicar a los negocios, a la política y a la moral ciudadana, el juego limpio,
el respeto al adversario, pelear hasta la extenuación sin rendirse nunca,
valorar el triunfo y aceptar la derrota como una lección. Aunque el tenista
rompa la raqueta contra el suelo, por muy bronco que haya sido el partido al
final deberá subir a la red para felicitar y abrazar al ganador. Sería
expulsado del circuito si no cumpliera estas reglas. Pero nadie es más
detestable que el jugador que tiene mal perder, que está dispuesto a cometer
cualquier trampa, a romper la baraja o a dar una patada al tablero con tal de
no admitir la derrota. Es como quien tiene mal vino y encima no sabe beber.
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