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domingo, 6 de enero de 2019

EL PROCES MENTAL DE LOS SOBERANISTAS










EL PROCES MENTAL DE LOS SOBERANISTAS.







"El mapa no es el territorio"
                                                              A.    Korzybski (creador de la semiótica)


La filósofa Mónica Cavallé diferencia entre los conceptos de explicación y descripción para llegar a diferenciar entre dos tipos de conocimientos cualitativamente diferentes.

Un conocimiento per se, que nos lleva a la sabiduría y acaba por transformarnos y madurarnos, frente a otro conocimiento que no implica ninguna transformación sino que consiste simplemente en añadir más información sobre algo que ya se conoce. En  este segundo tipo de conocimiento,  se incluyen la explicación y la descripción.

La explicación  trata de  dar respuestas  a las preguntas que buscan encontrar sentido a la existencia (filosofía).  La descripción busca transformar a un lenguaje técnico  específico el modo en que están organizadas las partes dentro de un todo (ciencia).  

Cuando un niño descubre por sí mismo y se convence de que los Reyes Magos no existen,  sino que son los padres, se da en él  un conocimiento transformador  a partir del cual ya no volverá  a ser el mismo, cambiando su percepción sobre todo un cúmulo de cuestiones. El conocimiento transformador “equivale a un nuevo nivel de conciencia: se accede a un mundo nuevo porque  se adquiere un nuevo modo de ser y de mirar”. [1]

El conocimiento transformador es el ingrediente básico de lo que llamamos madurez.



“En tiempos de la aterida y famélica posguerra los niños que dejaban de creer en los reyes se quedaban sin juguetes. Para ahorrarse los regalos que no podían comprar, las familias pobres solían revelar muy temprano este secreto a sus hijos como una forma cruel de destete de las ilusiones vanas y los niños pobres a su vez, como venganza de su infortunio, les abrían los ojos a los niños ricos, pero estos simulaban seguir creyendo en los reyes para que no les faltaran los regalos.” [2]  




CREENCIAS Y REALIDAD


Creer es tomar como realidad algo no demostrado.

“Los soberanistas catalanes parece que están jugando muy felices a la república y a la independencia de Cataluña como, tal vez, lo hacían con el caballo de cartón que les trajeron los Magos de Oriente cuando eran niños. Alguien debería decirles que los reyes son los padres, una realidad que se empeñan en ignorar”. [3]






Ray Kurzweil, en uno de los capítulos de su libro[4] empieza abordando el Libre albedrío, citando a Richard D. Alexander:

Un aspecto fundamental de la consciencia es su habilidad para mirar hacia adelante, capacidad a la que llamamos ‘prever’. Es la capacidad de planificar. En términos sociales, es la capacidad de describir un escenario que es probable que vaya a pasar, o que es posible que pase, en el contexto de interacciones sociales que todavía no ha tenido lugar […]Es un sistema a través del cual mejoramos nuestras posibilidades de hacer cosas que vayan en nuestro máximo beneficio. […] En mi opinión, el “libre albedrío” es nuestra aparente capacidad para elegir y actuar según aquello que nos parece útil y apropiado, así como nuestra insistencia en la idea de que dichas elecciones nos pertenecen a nosotros mismos.

 
LAS MENTES DE LOS SOBERANISTAS


          “Las  mentes son  simplemente lo que los cerebros hacen”. Ray Kurweil

Nos dice Manuel Vicent en su columna de hoy en el Pais que

“Independencia es una palabra sagrada que empieza por inflamar el corazón y acaba por achicharrar el cerebro”.


¿Podría la reflexión sobre estos conceptos bajar la “Inflamación del corazón “de los soberanistas catalanes y clarificar su mente?


El  procés mental a seguir podría ser: 

1.  Desde el punto de vista de la explicación tratar de encontrar sentido a la siguiente pregunta:

¿Por qué el hombre confunde  sus fantasías sobre la realidad con ésta?


2. Desde el punto de vista de la descripción, y más concretamente, desde la psicología,  (cada ciencia tiene su particular perspectiva de ver la realidad), comprender que el conocer es la vía para el sentir, de forma que cualquier cosa que pensemos sobre algo,  si nos proporciona un estado de ánimo gratificante o nos elimina algún sentir negativo, automáticamente   se transforma en una idea-afecto que nos impide ver la irracionalidad de la idea original. 

Nuestras creencias hacen que cada uno de nosotros sea, en una buena parte, lo que las creencias contengan.


 Los niños y las personas inmaduras creen que pensar en algo es igual a desearlo y obtenerlo dado que no distinguen entre desear y obtener. 
Conocer,  desde la descripción,  las estructuras mentales  diferenciando  las funciones cognitiva, afectiva, motora y somática, para que puedan discriminar y disociar entre los distintos elementos de la realidad que interpreta,  sería un gran avance.

 Bibliografía y fuentes:


[1] Cavallé, M. La sabiduría recobrada. Filosofía como terapia. Editorial Kairós, Barcelona 2011. P.50
[2] Columna  de Manuel Vicent en el El País: Otros reyes.
[3] Ibíd
[4]Ray  Kurzweil . Cómo crear una mente. El secreto del pensamiento humano. Lola books 2012.  p. 213

[5] Video: Decálogo de Autogestión. La práctica consciente te lleva a ser competente
https://neuroforma.blogspot.com/2019/06/decalogo-de-autogestion-3.html
Video:
https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/418444215550406










jueves, 16 de marzo de 2017

CONSTRUYÉNDOTE 3: APLICACIÓN PRÁCTICA


Construyéndote (3)


Aplicación práctica del PENSAMIENTO CRÍTICO

                   LA POLÍTICA Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO



   «¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos
                                                                    Chico Marx en “Sopa de ganso” 
Ha sido noticia hace unos días, un diputado polaco: "Tras justificar este miércoles que las mujeres cobren menos que los hombres porque son "más débiles, más pequeñas y menos inteligentes", el eurodiputado de extrema derecha polaco Janusz Korwin-Mikke es objeto de una investigación por parte del Parlamento Europeo.[1]

Una cosa son los valores declarados y otra, distinta, en muchas personas sobre todo en los políticos, los valores practicados. Suele haber una gran distancia entre ambos.En este caso, el diputado polaco, tiene la osadía de declararlos. Es menos hipócrita que otros, pero, igual  de  aberrante.

 ¿Cómo se puede votar a alguien con un pensamiento egocéntrico tan  acusado?
Cuando una  persona  se centra en exclusiva en sí misma,  observa el mundo en función de sus propios intereses exclusivamente,  y pensando en procurar  sus propios deseos aún a expensas de los derechos y necesidades de los demás, en el último contexto en el que no debería encajar  sería en el político. Se supone que servir a los demás y no servirse de ellos es la máxima por antonomasia de un político decente. Una persona con este tipo de pensamiento no puede representar a nadie, ni siquiera a sí mismo.

¿Cómo pensamos  lo que pensamos?

La base de nuestros  pensamientos está en lo que creemos. Nuestras  creencias son las responsables de nuestros pensamientos. Investiga tus creencias y llegarás a la raíz de tus pensamientos. Son ellas las que dan una estructura a nuestra mente, creando un “estilo de pensar”, unos hábitos o programas mentales orientados  en un sentido u otro.

También son los cimientos de los valores. A partir de lo que creemos, creamos nuestros valores. Los valores son las priorizaciones que tú haces acerca del valor que tienen para ti las cosas. Influyen en tus pensamientos, sentimientos y acciones.Este esquema de cómo pensamos,  podemos generalizarlo a todos.

En el caso particular del diputado que nos ocupa, hay que preguntarse  lo siguiente:
¿Revisó en alguna ocasión sus creencias? ¿Es consciente de la rigidez de su pensamiento?
Estas mentes operan así: Parten de la premisa de que lo que creen es cierto sin haber cuestionado jamás las bases de sus creencias. Sus argumentos los podemos sintetizar así: “Yo lo creo,  luego es cierto”.

Además de lo anterior, que podríamos llamarle egocentrismo personal,  hay que añadirle el  grupo al que pertenece. Desde esta perspectiva,  parten de la premisa de que las creencias más relevantes del grupo son ciertas; tampoco se las han cuestionado nunca. La síntesis de sus argumentos sería así: “Nosotros lo creemos,  luego es cierto”. Si el anterior era un egocentrismo personal, esto es un sociocentrismo  radical.


¿Reconoces tus tendencias egocéntricas?
¿Tratas de analizar tus posibles creencias irracionales?

Cuando una irracionalidad tan acusada entra en un parlamento, es para asustarse, no por los políticos, sino por quiénes les votan.


Unos ciudadanos con pensamiento crítico un poco desarrollado,  no tolerarían esto.
¿Cómo?
¡Jamás tendrían políticos así!
 ¿Cómo?
¡Nunca los votarían!
Ya es hora de que nos hagamos responsables de cómo pensamos y de las consecuencias e implicaciones que puede generar nuestro voto.Tenemos la capacidad de ver, pero también tenemos la responsabilidad de ampliar nuestra visión.

Un ciudadano votante,  con un pensamiento crítico medianamente desarrollado, apela, entre otras cosas,  al razonamiento ético. Entiende que su comportamiento, su voto, tiene consecuencias en el bienestar de los demás,  pudiendo  aumentar o disminuir su calidad de vida.
Asume que es inalienablemente libre de votar a quién quiera, pero , como no puede haber libertad sin responsabilidad, también asume que tiene que responsabilizarse de las consecuencias que genera su acto completamente libre de votar.

De esta forma recordaría, antes de emitir su voto,  que hay comportamientos que no son éticos. Por ejemplo, en este caso, no es ético el sexismo, entendido como tratar a las personas desigualmente,  en función de su género. Y ya no digamos,  si este tratar desigualmente,   supone perjudicarlas o dañarlas. Lo mismo podemos decir del racismo: tratar a las personas desigualmente (y de modo dañino) en virtud de su raza o su etnicidad.

¿Somos conscientes de cuántos atentados a los estándares éticos cometen partidos, que fueron votados por ciudadanos bienintencionados pero faltos de pensamiento crítico?

Sigue habiendo en nuestro planeta tierra esclavitud, genocidio, tortura, sexismo, racismo, fraude,
 engaño, intimidación... Una persona con estándares éticos adecuados respeta escrupulosamente los derechos humanos universales y de los animales.


La experiencia que tenemos todos nosotros, por el simple  hecho de vivir,  nos hace ser conscientes de la falta de congruencia y de la inconsistencia de los seres humanos. Con mucha frecuencia decimos una cosa y luego hacemos otra. A veces, o muchas veces en algunos entornos,  como en el político,  esa “otra cosa” es justamente,  ya no ligeramente diferente a lo que dijeron, sino exactamente la contraria.

Nuestra experiencia también nos pone de manifiesto,  que tenemos unos criterios para juzgar a los demás, y otros, más laxos para juzgarnos a nosotros mismos.

También, aun cuando no seamos conscientes de ello, caemos en el egocentrismo en múltiples ocasiones y, también, en el etnocentrismo: "tendencia a considerar los rasgos, estilos, ideas y valores observados en otros grupos culturales como inferiores y menos naturales que los del grupo propio". Un ejemplo claro son aquellas películas de indios y vaqueros que tanto nos gustaban de niños. ¿Qué representación hacían de los indios?¿Con que estereotipos se les definía? Nada que ver con la imagen de los indios que plantea, desde un punto de vista antropológico la película de “Bailando con Lobos”.

¿Entendemos  la irracionalidad del pensamiento egocéntrico? ¿Somos  conscientes de cuando estamos operando desde el mismo?


La antropología,  al etnocentrismo opone el concepto de relativismo  cultural: "principio que afirma que todos los sistemas culturales son intrínsecamente iguales en valor y que los rasgos característicos de cada uno tienen que ser evaluados y explicados dentro del contexto del sistema en el que aparece".  
Las definiciones de etnocentrismo y de relativismo cultural las copié literalmente  de uno de los libros que me valieron para preparar la asignatura de antropología cuando estudiaba en la universidad. Todavía lo conservo con gran cariño en mi biblioteca y recurro a él con frecuencia deleitándome con sus ideas. [2]

Somos inconsistentes también, en nuestro pensar. Si nos referimos a uno de sus componentes, los conocimientos, nos desenvolvemos fundamentalmente a través de un saber ingenuo, el cual es espontaneo, no nos cuesta esfuerzo. El saber  crítico,  que exige una determinada actitud, requiere  autodisciplina y esfuerzo.  El saber crítico sólo puede admitir algo cuando está fundamentado, esto es, exige que se aduzcan los fundamentos o razones de cada afirmación (principio de razón). Esto ya exige esfuerzo.

La Fundación para el pensamiento crítico dice que “cuando pensamos, tenemos un propósito con un punto de vista, basado en suposiciones que llevan a implicaciones y consecuencias. Usamos conceptos, ideas y teorías para interpretar datos, hechos y experiencias, para contestar preguntas, resolver problemas y asuntos”.  [3]

¿Qué conclusiones sacaríamos si analizamos el pensamiento expresado en las declaraciones de este diputado polaco, a través de los 8 elementos o estructuras básicas de todo pensamiento?
Referido al propósito: ¿Qué propósito, objetivo o meta tenía?, ¿Cuál era su intención?
¿Qué quería lograr?
Referido a las Implicaciones y consecuencias: Si alguien aceptara su posición, ¿Cuáles serían las implicaciones?  ¿Qué está insinuando?
Por lo que respecta a las Suposiciones: ¿Qué está dando por sentado? ¿Qué suposiciones le llevan a esta conclusión?
Te invito a contestarte a ti mismo las preguntas que se formulan en la imagen de abajo para cada uno de los elementos de análisis.


¿Reconocemos  el poder y el daño potencial del pensamiento egocéntrico en nosotros  mismos y en los demás?
¿Ponemos  todas nuestras alertas en marcha para ser conscientes de cuando estamos funcionando a nivel egocéntrico y tratamos de controlarlo o minimizarlo?


 



REFERENCIAS
[2] HARRIS Marvin.: Introducción a la antropología general. Alianza Universidad Textos. Madrid 1987
[3]  Elder y Richard Paul, 2002, Dillon Beach: Fundación para el Pensamiento Crítico, www.criticalthinking.org