MAYORES 11:
Anticipación Social de la Muerte 2
“De acuerdo a la teoría e investigación, la autoeficacia influye en cómo la
gente siente, piensa y actúa. Respecto a los sentimientos, un bajo sentido de
autoeficacia está asociado con depresión, ansiedad y desamparo. Las creencias
de eficacia influyen en los pensamientos de las personas (autoestimulantes y
autodesvalorizantes), en su grado de optimismo o pesimismo, en los cursos de
acción que ellas eligen para lograr las metas que se plantean para sí mismas y
en su compromiso con estas metas”.
Dentro de muy pocos días nos citarán, de nuevo, a los mayores para que vayamos al IFEVI para vacunarnos, otro año más, de la gripe y del Covid. El caso real que relato más abajo le ocurrió a un conocido mío la última vez que nos citaron al mismo recinto (creo que en el año 2022) para poner las dos vacunas que menciono.
La importancia
de la autoeficacia en las personas mayores.
Más abajo expondré un caso real que ha sucedido, no hace mucho tiempo, por su potente pedagogía para entender la percepción que se tiene de las personas viejas (sin eufemismos) y como esta percepción atenta contra su autoeficacia, la cual es fundamental en las personas mayores para enfrentarse a la prevención de su salud:
“En relación a las conductas preventivas en salud, los individuos con alta autoeficacia percibida tienen más probabilidad de iniciar cuidados preventivos, buscar tratamientos tempranos y ser más optimistas sobre la eficacia de estos. Además los estudios indican consistentemente que los individuos con alta autoeficacia percibida también tienen más probabilidad de evaluar su salud de forma más positiva, estar menos enfermos o depresivos, y recuperarse mejor y más rápidamente de las enfermedades, que las personas con baja autoeficacia”. Grembowski, D.,
Los lectores de artículo anterior ya saben que
la autoeficacia desarrollada dentro de
la teoría social cognitiva de Albert Bandura, tiene una gran incidencias a todo lo largo del
ciclo vital de las personas, pero, sobre todo, es muy importante en la vejez.
Saben, también, que muchas personas que
no llegaron aún a la edad de viejos, suelen desconfiar de las percepciones y de
los criterios de los mayores. Al mismo tiempo, las personas mayores, también
empiezan a ser conscientes de que su mundo cognitivo es de distinta
calidad del que disfrutaban cuando eran
más jóvenes.
Generalizar estás creencias y ponerlas en práctica con todos los mayores en
general, lleva inexorablemente a que estos últimos tengan su autoeficacia bajo
mínimos y en, consecuencia, muy disminuido su
nivel de adaptación a su vejez y a las circunstancias derivadas de la
misma. Si su meta era vivir los años que les quedan por delante con un
determinado nivel de bienestar, después de estas “terapias” las probabilidades
subjetivas que calculan anticipadamente de lograrlo, son escasas, bajan sus
expectativas y se consolida el fenómeno de la profecía auto cumplida.
"Si yo fuera un gurú californiano, diría que nuestro cuerpo es un río que al nacer recibe las aguas de un manantial muy puro y al final de la vida las devuelve al mar limpias o contaminadas, según haya sido el comportamiento moral de cada uno". Manuel Vicent
Un caso real, muy ilustrativo
José (nombre ficticio) de una edad de 72 años, recibió un SMS en el que se le anunciaban que
se presentara el día 19-10-2022, en el Ifevi, para vacunarse de la gripe y de
la 4 dosis de refuerzo para el Covid-19. Llegó, como siempre, puntualmente que para él era 10 minutos antes
y esperó en la cola. Cuando llegó ante la persona que ponía la vacuna en su
cola, recibió una en el brazo izquierdo y otra en el derecho y se marchó a su
casa.
Le llamó dicha persona diciéndole que no tenían explicación para esto, que tal vez se le
olvidara a alguien el regístrala... Finalmente le dio un teléfono de Santiago
que era, según ella, donde llevaban todo lo del virus. Le atendieron con mucha amabilidad
según él. Le relató los hechos sucedidos junto con los argumentos favorables a
las ventajas de las vacunas y finalmente
le dijo que no se preocupara, que entrara mañana en la aplicación del Sergas y
que vería que ya estaba registrada la vacuna. Así sucedió, ya estaba
registrado.
Las Investigaciones que se han realizado, ponen de manifiesto que la
percepción de control sobre la propia vida es uno de los condicionantes
psicológicos que permite predecir que el envejecimiento gozará de un buen
bienestar y una buena salud. Aunque la percepción de su autoeficacia son
propias de cada persona, puede ser desarrollada en función de los contextos en
los que se mueva la persona. Ver en el primer artículo que escribimos sobre
este tema titulado ‘Ser Capaz’, el experimento
imaginario que mencionamos allí y la diferencia entre el grupo 1 y el grupo
2. No cabe la menor duda de que la
autoeficacia influye en la calidad de
vida de los mayores.
Invito a ver,
de los tres videos que aparecen en este enlace:
https://tv.uvigo.es/series/5b5b62fe8f420804526d0552
el segundo,
titulado:
Decálogo de
Autogestión. Cardar para progresar
https://tv.uvigo.es/video/5b5b62ff8f420804526d055e
Parte 2
14 jun. 2012
Vídeo | Español (22'
42'') | Visto: 4760 veces
Afrontar la vejez con una alta autoeficacia, entendida como las probabilidades subjetivas con las que calculamos que tendremos una vejez en la que podremos enfrentarnos con eficacia a los desafíos que se nos presenten y lograr las metas (realistas) que nos hayamos puesto entonces, contribuye a incrementar considerablemente la calidad de vida.
Invito, al que
quiera profundizar en el tema, el
siguiente artículo:
https://neuroforma.blogspot.com/2024/01/la-partida-de-la-vida.html
Lo que no hay que decir
No digas “para paellas las de mi madre” o “se lo está
llevando crudo” si quieres hablar siempre por ti mismo
Las almas son de agua
Antes de que Dios creara el mundo el
espíritu flotaba sobre las aguas, se lee en el Génesis. Quien dijo esto sabía
bien de qué hablaba. Todas las almas son acuáticas. El cerebro del recién
nacido se compone prácticamente de agua. Esta proporción disminuye a lo largo
de los años, pero en ningún caso deja de ser el agua el mayor ingrediente de
las células, de la sangre, de los pulmones y del resto del cuerpo humano. Si yo
fuera un gurú californiano, diría que nuestro cuerpo es un río que al nacer
recibe las aguas de un manantial muy puro y al final de la vida las devuelve al
mar limpias o contaminadas, según haya sido el comportamiento moral de cada
uno. La niñez es un arroyo de aguas plateadas que surge entre las breñas de la
alta montaña. Su curso ya crecido encuentra los primeros saltos y se vuelve
turbulento en la adolescencia, pero después de muchos años uno soñará con aquel
tiempo feliz en que se bañaba en el primer remanso que ese arroyo formaba a la
sombra de los sauces. A unos antes y a otros después les llega el momento en
que el alma se contamina como sucede con cualquier río cuando atraviesa una
ciudad. Sentado en la terraza de un bar al sol de la mañana veo pasar el río de
gente, hombres y mujeres de cualquier edad, cada cual con su alma acuática a cuestas.
Basta con mirarlos a la cara para saber si es sucia o limpia. Algunas madres
arrastran un cochecito de bebé y veo en esa criatura sonrosada un manantial de
aguas cristalinas; cruza luego una adolescente con un estuche de violín en la
espalda e imagino que las infinitas notas musicales que duermen en sus cuerdas
suenan en su corazón enamorado que también es de agua; pasan tipos siniestros
que transportan en su interior sus propias aguas fecales y entre un grupo de
jóvenes ruidosos se abre paso un anciano que avanza con cierta nobleza apoyado
en su bastón. Seguramente su alma realiza suaves meandros en la desembocadura
poblada de patos salvajes. Así pasaba el agua de la gente esta mañana.
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