domingo, 21 de abril de 2024

MAYORES 11:Anticipación Social de la Muerte 2



 

MAYORES 11:

Anticipación Social de la Muerte 2
 

 “De acuerdo a la teoría e investigación, la autoeficacia influye en cómo la gente siente, piensa y actúa. Respecto a los sentimientos, un bajo sentido de autoeficacia está asociado con depresión, ansiedad y desamparo. Las creencias de eficacia influyen en los pensamientos de las personas (autoestimulantes y autodesvalorizantes), en su grado de optimismo o pesimismo, en los cursos de acción que ellas eligen para lograr las metas que se plantean para sí mismas y en su compromiso con estas metas”.   Alber Bandura 

Dentro de  muy pocos días nos citarán, de nuevo, a los mayores para que vayamos al IFEVI para vacunarnos, otro año más, de la gripe y del Covid. El caso real que relato más abajo le ocurrió a un conocido mío la última vez que nos citaron al mismo recinto (creo que en el año 2022) para poner las dos vacunas que menciono.


 La importancia de la autoeficacia en las personas mayores.

Más abajo expondré un caso real que  ha sucedido, no hace mucho tiempo, por su potente pedagogía para entender la percepción que se tiene de las personas viejas (sin eufemismos) y como esta percepción atenta contra su autoeficacia, la cual es fundamental en las personas mayores para enfrentarse a la prevención de su salud: 

“En relación a las conductas preventivas en salud, los individuos con alta autoeficacia percibida tienen más probabilidad de iniciar cuidados preventivos, buscar tratamientos tempranos y ser más optimistas sobre la eficacia de estos. Además los estudios indican consistentemente que los individuos con alta autoeficacia percibida también tienen más probabilidad de evaluar su salud de forma más positiva, estar menos enfermos o depresivos, y recuperarse mejor y más rápidamente de las enfermedades, que las personas con baja autoeficacia”.  Grembowski, D.,

 

Los lectores de artículo anterior ya saben que la autoeficacia desarrollada dentro de la teoría social cognitiva de Albert Bandura,  tiene una gran incidencias a todo lo largo del ciclo vital de las personas, pero, sobre todo, es muy importante en la vejez. Saben, también, que muchas  personas que no llegaron aún a la edad de viejos, suelen desconfiar de las percepciones y de los criterios de los mayores. Al mismo tiempo, las personas mayores, también empiezan a ser conscientes de que su mundo cognitivo es de distinta calidad  del que disfrutaban cuando eran más jóvenes.

Generalizar estás creencias y ponerlas en práctica con todos los mayores en general, lleva inexorablemente a que estos últimos tengan su autoeficacia bajo mínimos y en, consecuencia, muy disminuido su  nivel de adaptación a su vejez y a las circunstancias derivadas de la misma. Si su meta era vivir los años que les quedan por delante con un determinado nivel de bienestar, después de estas “terapias” las probabilidades subjetivas que calculan anticipadamente de lograrlo, son escasas, bajan sus expectativas y se consolida el fenómeno de la profecía auto cumplida.

"Si yo fuera un gurú californiano, diría que nuestro cuerpo es un río que al nacer recibe las aguas de un manantial muy puro y al final de la vida las devuelve al mar limpias o contaminadas, según haya sido el comportamiento moral de cada uno". Manuel Vicent

Un caso real, muy ilustrativo

José (nombre ficticio) de una edad de 72 años,  recibió un SMS en el que se le anunciaban que se presentara el día 19-10-2022, en el Ifevi, para vacunarse de la gripe y de la 4 dosis de refuerzo para el Covid-19. Llegó, como siempre,  puntualmente que para él era 10 minutos antes y esperó en la cola. Cuando llegó ante la persona que ponía la vacuna en su cola, recibió una en el brazo izquierdo y otra en el derecho y se marchó a su casa.

 Pasados unos día entró en la aplicación del SERGAS MÓVIL para ver sus certificados COVID y observó que no aparecía registrada  esta última vacuna. Fue a su Centro de Salud a exponer su caso, y allí dudaron de que tal cosa sucediera, no tenían explicación para ello y la persona que le atendió le dijo que se olvidara, que si la puso eso era lo importante. José, que llevaba desde hace muchos años vacunándose de todo lo que aconsejaban los sanitarios, le insistió en que él quería tenerla registrada por las consecuencias futuras que pudiera tener. La persona que le atendía después de una consulta con alguien le dijo que esta tarde le llamaría una persona por teléfono para que le expusiera su caso.

Le llamó dicha persona diciéndole que no tenían explicación para esto, que tal vez se le olvidara a alguien el regístrala... Finalmente le dio un teléfono de Santiago que era, según ella, donde llevaban todo lo del virus. Le atendieron con mucha amabilidad según él. Le relató los hechos sucedidos junto con los argumentos favorables a las ventajas de las vacunas  y finalmente le dijo que no se preocupara, que entrara mañana en la aplicación del Sergas y que vería que ya estaba registrada la vacuna. Así sucedió, ya estaba registrado.

 Comentando José,  el caso con un familiar, este le dijo que era raro, que igual solamente le pusieran una vacuna y que él no se dio cuenta. José le explicó que dado que llevaba una camisa de manga estrecha, recordaba cómo había desabotonado la misma para facilitar el acceso de la enfermera primero al brazo derecho y luego al izquierdo. El familiar seguía dudando. Le siguió diciendo que le habían  puesto un esparatrapo en cada brazo y que se había olvidado  de sacarlos hasta la mañana siguiente que antes de entrar en la ducha los sacó y los había dejado encima de mármol del lavado. Ante tal prueba no tuvo más remedio que dejar de dudar, cosa que no haría con una persona que no fuese vieja. Es un real y buen ejemplo  para confirmar lo que digo más arriba de que muchas personas ven a los mayores como personas limitadas    cognitivamente y a su vez, con sus comentarios logran bajar la autoeficacia de los mismos.

Las Investigaciones que se han realizado, ponen de manifiesto que la percepción de control sobre la propia vida es uno de los condicionantes psicológicos que permite predecir que el envejecimiento gozará de un buen bienestar y una buena salud. Aunque la percepción de su autoeficacia son propias de cada persona, puede ser desarrollada en función de los contextos en los que se mueva la persona. Ver en el primer artículo que escribimos sobre este tema titulado ‘Ser Capaz’,  el experimento imaginario que mencionamos allí y la diferencia entre el grupo 1 y el grupo 2.  No cabe la menor duda de que la autoeficacia influye  en la calidad de vida de los mayores.

Invito a ver, de los tres videos que aparecen en este enlace:

https://tv.uvigo.es/series/5b5b62fe8f420804526d0552

el segundo, titulado:

Decálogo de Autogestión. Cardar para progresar

https://tv.uvigo.es/video/5b5b62ff8f420804526d055e

Parte 2

14 jun. 2012

Vídeo  |  Español  (22' 42'')  |  Visto: 4760 veces

Julio Iglesias


Afrontar la vejez con una alta autoeficacia, entendida como las probabilidades subjetivas con las que calculamos que tendremos una vejez en la que podremos enfrentarnos con eficacia a los desafíos que se nos presenten y lograr las metas (realistas) que nos hayamos puesto entonces, contribuye a incrementar considerablemente la calidad de vida.


Invito, al que quiera profundizar en el tema,  el siguiente artículo:

 LA PARTIDA DE LA VIDA

https://neuroforma.blogspot.com/2024/01/la-partida-de-la-vida.html

 


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COLUMNA

Lo que no hay que decir

No digas “para paellas las de mi madre” o “se lo está llevando crudo” si quieres hablar siempre por ti mismo

 MANUEL VICENT

27 OCT 2024 - 05:00 CET

 Si quieres hablar siempre por ti mismo no digas: esto ha venido para quedarse. No digas: eso no, lo siguiente. No digas: esta sopa entona o esta brisa se agradece. No digas: y ahí lo dejo. No digas: huele que alimenta. No digas: este chuletón está espectacular. No digas: qué bien te conservas, por ti no pasa el tiempo. No digas: sin darte cuenta ya es Navidad. No digas: como no podría ser de otra manera. No digas: esto no ha hecho más que empezar. No digas: blanco y en botella, ni verde y con asas. No digas: el tiempo se ha vuelto loco. No digas: poner pie en pared. No digas: esta es la pregunta del millón. No digas: pasarse de frenada. No digas: no está la cosa como para tirar cohetes. No digas: ni está ni se le espera. No digas: se le pasó el arroz. No digas: esto no es más que la punta del iceberg. No digas: el futuro ya no es lo que era. No digas: hay que hacerlo sí o sí. No digas: se veía venir. No digas: para paellas las de mi madre. No digas: se lo está llevando crudo. No digas: yo de TV solo veo los documentales. No digas: aquí huele a podrido como en Dinamarca. No digas: pasarse tres pueblos. No digas: ponerse las pilas. No digas: esto antes no pasaba. No digas: la cosa está que arde. No digas: todos los políticos son iguales. No digas: dar la vuelta a la tortilla. No digas: sin entrar en detalles, cuando pregunten por tu salud. No digas: se le fue la pinza. No digas: que aproveche, cuando saludes a un amigo en un restaurante. No digas: aquí de noche refresca. No digas: qué barbaridad, ante cualquier problema. No digas: esto tenía que estar prohibido. No digas: si yo te contara. No digas: echar más leña al fuego. No digas: esto que no salga de Europa. No digas: los negros llevan el ritmo en la sangre. No digas: aquí paz y después gloria. No digas: una de cal y otra de arena. No digas: le pillaron con el carrito del helado. No digas: te llamo un día de estos y tomamos una copa. Pero puedes decir: se acabó lo que se daba y hasta aquí hemos llegado.

 









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Las almas son de agua


MANUEL VICENT

21 ABR 2024 - 05:00 CEST

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Antes de que Dios creara el mundo el espíritu flotaba sobre las aguas, se lee en el Génesis. Quien dijo esto sabía bien de qué hablaba. Todas las almas son acuáticas. El cerebro del recién nacido se compone prácticamente de agua. Esta proporción disminuye a lo largo de los años, pero en ningún caso deja de ser el agua el mayor ingrediente de las células, de la sangre, de los pulmones y del resto del cuerpo humano. Si yo fuera un gurú californiano, diría que nuestro cuerpo es un río que al nacer recibe las aguas de un manantial muy puro y al final de la vida las devuelve al mar limpias o contaminadas, según haya sido el comportamiento moral de cada uno. La niñez es un arroyo de aguas plateadas que surge entre las breñas de la alta montaña. Su curso ya crecido encuentra los primeros saltos y se vuelve turbulento en la adolescencia, pero después de muchos años uno soñará con aquel tiempo feliz en que se bañaba en el primer remanso que ese arroyo formaba a la sombra de los sauces. A unos antes y a otros después les llega el momento en que el alma se contamina como sucede con cualquier río cuando atraviesa una ciudad. Sentado en la terraza de un bar al sol de la mañana veo pasar el río de gente, hombres y mujeres de cualquier edad, cada cual con su alma acuática a cuestas. Basta con mirarlos a la cara para saber si es sucia o limpia. Algunas madres arrastran un cochecito de bebé y veo en esa criatura sonrosada un manantial de aguas cristalinas; cruza luego una adolescente con un estuche de violín en la espalda e imagino que las infinitas notas musicales que duermen en sus cuerdas suenan en su corazón enamorado que también es de agua; pasan tipos siniestros que transportan en su interior sus propias aguas fecales y entre un grupo de jóvenes ruidosos se abre paso un anciano que avanza con cierta nobleza apoyado en su bastón. Seguramente su alma realiza suaves meandros en la desembocadura poblada de patos salvajes. Así pasaba el agua de la gente esta mañana.

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