domingo, 7 de agosto de 2022

LAS DIVAGACIONES DE AYUSO

 


Las divagaciones de Ayuso


"La experiencia es la madre del desengaño y éste procrea escépticos y cínicos, a los que resulta imposible volver a engañar." [1]


Los cambios de rumbo de la señora Ayuso, las traiciones a sus aliados, sus manifiestas y abundantes mentiras, su decir una cosa  y hacer la contraria, formular  promesas que luego nunca cumple...,  tiene que acabar, necesariamente, desengañando a sus votantes.

 Las constantes salidas de tono de la señora Ayuso, manifestadas inesperadamente,  la convierten  en la reina del exabrupto. Fue un molesto y desagradable ‘grano en el culo’ (permítaseme la expresión, un tanto mal sonante, pero,  muy pedagógica)  para el Sr. Casado y lo seguirá siendo, como ya predije en su día, para el Sr. Feijoó.


Las peroratas  de la señora Ayuso y su guerra cultural (4 frases  huecas de contenido y sentido, que garantizan la “libertad de tomar unas cañas) parece que convence, de momento, a muchos de sus devotos: 

¿A qué más  puede aspirar un humano a lo largo de su trayectoria vital?

La guerra cultural que la señora Ayuso preconiza (aunque el término cultura asociado a Ayuso constituya un oxímoron)  y que Feijoó ignora,   determina lo que “puede ser dicho” y, sobre todo,  lo que “no puede ser dicho”. 

Si algo no encaja, dentro de lo políticamente correcto, se le aplica la terapia de la cancelación.




¿No piensa en ningún momento la señora Ayuso que, con esta marcha, le va a llegar la ‘cancelación’ a ella misma? ¿Tan poderosa se siente?


En otro artículo de este blog menciono el consejo de Harry Truman: Como psicoanálisis para los políticos (generalizable a toda persona con poder) infectados del virus de la invulnerabilidad,   que creen estar completamente protegidos, ya que tienen muchos amigos dispuestos  a echarle una mano  en todo momento, les vendría muy bien, a este tipo de políticos,   recordar a Harry Truman y seguir su consejo:

"Aquellos que deseen ardientemente una amistad que compren un perro. En cuanto las cosas se tuercen, los amigos pueden resultar cualquier cosa menos fieles, mientras que la lealtad del perro es siempre incondicional."

Leer:

El triunfo de la INSENSATEZ

https://neuroforma.blogspot.com/2020/11/el-triunfo-de-la-insensatez.html

El uso  excesivo de palabras al hablar  hace, a veces, que caigamos unos con más y otros con menos frecuencia en la verborrea,  la cual define la  RAE  como “Locuacidad, verbosidad.  Palabrería excesiva, propia de un charlatán o de un demagogo”. Todo parece indicar que el número de personas con verborragias está creciendo de forma exponencial, sobre todo en el mundo político, aunque no sólo. ¿No entenderán la gran  utilidad del silencio en múltiples ocasiones? Sin duda, la señora Ayuso no la entiende... Le invito a leer y reflexionar:

Leer:

  La UTILIDAD del silencio

https://neuroforma.blogspot.com/2021/07/la-utilidad-del-silencio.html

Podría sacar, sin duda, una gran utilidad de sus silencios ¿Cómo? Siendo  capaz de vencer al automatismo, la impulsividad,  y pensar (en silencio) antes de hablar. Es aquí donde adquiere todo el sentido el siguiente proverbio:

“Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras”

La libertad de hablar  tiene que ir,  necesariamente,  acompañada de responsabilizarnos de lo que decimos y del cómo lo decimos.


También, a la señora Ayuso,  con sus impertinentes comentarios que no buscan otra cosa que no sea la de hacerse ver, le vendría muy bien el siguiente consejo: “Hágaselo ver”. Para empezar la terapia le propongo, que antes de hablar en público, haga primero  el test DECIR.

Leer:

Pongamos que hablamos de Madrid.DECIR antes de HABLAR

 https://neuroforma.blogspot.com/2020/10/decir-antes-de-hablar-pongamos-que.html











¿Puede una persona con estas características aspirar a gobernar Madrid?






INGREDIENTES DE LA CONFIANZA

Una forma muy fácil y práctica de definirla es “que te fíes que la otra parte no tomará una decisión en tu contra”.

¿Cómo construir una confianza sólida?



Los ingredientes de la confianza son los siguientes:

1.   Tu credibilidad profesional. Que la gente entienda que de lo que hablas sabes.
2.   Tu credibilidad personal. Honestidad, no abusar, no engañar.
3.   La empatía. Habilidad de conectar con la otra parte, ser capaz de dar valor a los demás. Dar al otro la capacidad de expresarse.
4.   Discurso atractivo. Que lo que digas tenga fuerza y argumentes bien. 

 

Referencias Bibliográficas: 

[1]   Nieto Alejandro, : EL MUNDO VISTO A LOS 90 AÑOS, Granada, Editorial COMARES, 2022. P.11

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 Hoy El País no publica la columna que habitualmente publica Manuel Vicent todos los domingos. Cogería el mes de agosto ya  que también tiene el derecho a disfrutar de sus vacaciones.


 


domingo, 31 de julio de 2022

VIEJOS RECUERDOS EN PERSONAS VIEJAS


 

Viejos recuerdos en personas viejas (sin eufemismos)

 “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla.”

Gabriel García Márquez


Nuestro admirado Manuel Vicent nos sumerge hoy en el mar y apela a nuestra imaginación para recrearnos en sibaritas y sofisticados placeres: baño y pesca en alta mar, audífonos y reproductor acuáticos para escuchar a Mozart bajo en agua...

Todo ello alumbrado  por  astro rey al que imagina, tal vez influido por la belleza inigualable  de los atardeceres y amaneceres,  con las mismas características del sol de su infancia olvidándose  que el de hoy también ha envejecido deteriorándose e  incrementado considerablemente el cáncer de piel y produciendo en los humanos  el llamado foto envejecimiento.

Lo que más me ha llamado mi atención ha sido su recuerdo de cómo aprendió a nadar. Me hizo recordar a mí un episodio muy similar en cuanto a la causa y a sus efectos. Me explico, y para hacerlo debo recurrí a hablar de mi mismo sin pretender caer en los lados más oscuros de la llamada  “literatura de autoficción”, o “literatura del yo”, construida a partir de  la intimidad del que escribe. Un lado oscuro que, según algunos,  hace el juego al neoliberalismo fomentando  la individualidad a ultranza. Me identifico, sin embargo, con aquellos que piensan que las historias dan respuesta a la necesidad  de “mirar hacia dentro”, lo cual supone el fomento de la introspección y de la reflexión, tan necesaria, a mi juicio hoy en día.  

También me identifico y estoy de acuerdo con lo que escribe Santiago Ramón y Cajal en el final de la  introducción de su libro titulado ‘El mundo visto a los ochenta años’:

“La índole de este libro me ha obligado a hablar hartas veces de mí mismo, poniéndome como ejemplo de las desventuras y tribulaciones de un anciano trabajador. El Yo –lo sé de sobra- se juzga orgulloso y antipático. He procurado, empero, despersonalizar en lo posible la mayoría de los relatos, ventilando el tufillo de hospital y evitando el pedantismo técnico de las historias clínicas. El lector benévolo y comprensivo, perdonará ciertas confidencias y expansiones inoportunas, en gracia de la intención docente y utilitaria en que se inspiran. Y será indulgente también con ciertas consideraciones fastidiosamente científicas inexcusables en los dos primeros capítulos”

Me identifico, plenamente,  con esto que nos dice el “solitario y descreído octogenario de los años treinta, que también podría pertenecer a nuestro tiempo y a nuestra circunstancia histórica más actual.”

Paso, después de la necesaria y extensa explicación anterior,  al recuerdo personal que me suscita la inspiradora lectura de la columna de Vicent de hoy.

Dice haber aprendido a nadar (efecto)  a los 6 años, a consecuencia (causa) de una traicción de un niño que lo empujó.” No he hecho otra cosa en esta vida.” La frase puede entenderse en sentido metafórico y también real: a Manuel Vicent le encanta nadar y la practica con deleite a pesar de que aprendió a hacerlo como fruto de una experiencia traumática.

Yo, a la edad de 6 años también sufrí una experiencia traumática fruto de la cual me proporcionó grandes deleites a lo largo de toda mi vida.

En el rural gallego, en el que nací, a esa edad me acerqué al patio del vecino (Eduardo)  en el que se encontraba su perro (Ney)  comiendo un hueso. Intenté acariciarlo, y el reaccionó dándome un mordisco en mi pierna izquierda (la única cicatriz que aún conservo). Me recuerdo sangrando abundantemente, viendo a mi madre con un gran estrés y la rapidez con la que me llevó a casa del maestro y practicante del pueblo (D. Pío) el cual me curó la herida y la cerró dándome  los primeros puntos de mi vida.

Aquella experiencia me llevó a ser un amante de los animales en general, y de los domésticos en particular, sobre todo perros y gatos a los que amé a todo lo largo de mi ciclo vital.

No he tenido perro (vivo en un ático en la ciudad) y no me parece adecuado para un perro, pero si he tenido gatas (Fuga, Melisa, Chipy, que  murieron con 19, 13 y 15 años y que tengo enterradas en una finca en la Serra de San Mamede y actualmente, desde mayo del 2013, tengo un Bosque de Noruega  al que llamo Piki Pyquillas, alias del Guliguillas.

En cuanto a los perros acabo acariciando a casi todos con los que me encuentro aunque al principio parezcan feroces y tengo uno en la montaña que no es mío pero que cuando voy allí hace su vida conmigo : alimentación, senderismo, etc.

Otra de las características que algunos le adjudican a la literatura del yo y con la que estoy de acuedo, “[...]y una vía para reconocerse en las experiencias de otros y aprender de ellas.” Ángeles Oliva

Todo aquello que contribuya a mejorar nuestra  comprensión del punto de vista de otras personas, nos hace crecer como personas y como sociedad civilizada. 



Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.
En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”


COLUMNA

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Un día de mar

Si uno toma la vida como una representación puede imaginar que esa luz del sol que recibe en la vejez es la misma que doró su infancia. Hay que aceptarla como un regalo

MANUEL VICENT

31 JUL 2022 - 05:00 CEST

El sol salió a las 6.55 y su descarga luminosa fue la misma para todo el mundo, para los que a esa hora iban al trabajo, para los que abandonaban exhaustos las discotecas y para los que íbamos a pescar y a tomar el baño en alta mar. Yo llevaba un audífono acuático para oír música debajo del agua, un placer que me ha regalado la vida. Clareaba el día cuando ganamos la bocana y largamos los sedales con las plumas y las rapalas. Mientras navegábamos a la espera de que picara alguna llampuga, salió el sol con toda la gloria y de pronto recordé cómo aprendí a nadar. Tendría seis años y con otros niños desnudos jugábamos entre naranjos alrededor de una alberca de agua verde sobrevolada de libélulas, llena de limo y con ranas extasiadas con las patas abiertas. Uno de aquellos niños me empujó a traición, caí dentro de la alberca y empecé a bracear para no ahogarme. No he hecho otra cosa en esta vida. En aquel momento se estaba poniendo el sol y recuerdo que la luz del crepúsculo era tan dulce como lo era mi inocencia. Ahora estaba amaneciendo y no obstante yo era un viejo. Después de pescar unas caballas, algunos bonitos y un pez limón, de regreso a puerto viendo que el mar estaba sumamente tendido me eché al agua con el audífono acuático pegado a los parietales. La sinfonía de Mozart comenzó a surgir desde lo más hondo del abismo, las corrientes expandían la música muy lejos y servían a la vez de cajas de resonancia, de modo que todo el mar se convirtió en una apabullante orquesta. Generalmente en el cine los amaneceres se suelen rodar durante las puestas de sol, ya que las cámaras no distinguen la luz que nace por la mañana de la que muere por la tarde. Si uno toma la vida como una representación puede imaginar que esa luz del sol que recibe en la vejez es la misma que doró su infancia. Hay que aceptarla como un regalo.

https://elpais.com/opinion/2022-07-31/un-dia-de-mar.html


sábado, 30 de julio de 2022

CENTRANDO EL TEMA DE LA PESADILLA DE LAS PENSIONES 5

            



 

CENTRANDO  el tema pesadilla  PENSIONES 5:                            

                                           (julio 2022-continuará)

 

                          Entendiendo el contexto  5 


 Los humanos hemos domesticado plantas y animales. A su vez, los humanos,  nos hemos auto domesticado a nosotros mismos. Los humanos hemos condicionado a los animales. La sociedad nos ha condicionado a los humanos. El contexto en el que nacemos,  más las circunstancias que nos van apareciendo, nos impone unos estrechos límites que nos impiden ejercer y practicar una libertad sana y funcional.

No me puedo extender en el desarrollo argumental de estas afirmaciones que hago. Si te interesa el tema, o si simplemente  te interesa saber en qué medida cumplo una de la máximas de mi blog:

“Una opinión, sin un ARGUMENTO que la respalde,  no vale de mucho”

te invito a leer y reflexionar,  dos de los artículos más relacionados con este tema, que aparecen en mi blog: 

LOS RELATOS CREAN REALIDAD: La canción lógica

https://neuroforma.blogspot.com/2019/12/la-cancion-logica-nacemos-con-una-serie.html

El mundo como una gran Caja de Skinner

https://neuroforma.blogspot.com/2019/12/el-mundo-como-una-gran-caja-de-skinner.html

Una de las grandes ventajas que tenemos los jubilados (que no tiene precio ) y de la que no gozamos en la vida laboral (no digo activa, porque aunque muchos no jubilados no se lo crean ¡seguimos muy activos!), es la de que dejamos de lado absurdos condicionamientos e incrementamos nuestra autenticidad (alta y positiva correlación entre lo que se piensa, se siente, se dice y se hace)  hasta alcanzar una libertad plena.

No hay autenticidad sin pensamiento crítico. Siempre ha sido importante, pero hoy más que nunca, recurrir al pensamiento crítico apoyado en dos variables claves: las circunstancias y el contexto. Son condiciones necesarias para generar un funcional y práctico  pensamiento analítico,  el hacer una correcta interpretación del contexto y diagnosticar claramente cuáles son nuestras particulares circunstancias.

“El mundo seguirá rodando sin apercibirse de que nos hemos ido. Pero hasta entonces nadie podrá quitarme la libertad de hablar aunque nadie me escuche, de escribir aunque nadie me lea, de pensar por mi cuenta aunque a nadie le importe lo que llevo en la cabeza. No son caprichos costosos, pues puede asumirlos la Seguridad Social sin arruinarse”. 

Quien así se manifiesta es Alejandro Nieto, nonagenario. Lo hace en su libro titulado EL MUNDO VISTO A LOS 90 AÑOS., Editorial Comares, Granado, 2022, p.p. 15-16

No sé si llegaré, dentro de 20 y tantos años,  a su edad (lo que me preocupa no es los años que viva,  sino la calidad de vida que tenga a lo largo de esos años. Tampoco sé, si llegado a esa edad pensaría lo mismo que él. Hoy, tal y como explico en varios artículos de este mismo blog,  mi motivación básica es la trascendente: " Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"; el objetivo del blog que desarrollo no es otro que el 

Hacer,  de forma altruista,  mi pequeña y modesta  aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y al  logro de una sociedad más justa’.

 Una herramienta muy útil para este objetivo es lo que escribo en el blog, por la cantidad de personas a las que se puede llegar, y por eso ,también me importa la libertad de hablar, que me escuchen, escribir para que lo lea el mayor número de personas posibles, pensar por mi cuenta y facilitar que otras personas que piensen diferente a mí, tengan argumentos para hacerme cambiar mi propio pensar al tiempo que mejoro mi comprensión del punto de vista de otras personas.

Desde aquí pido a los pensionistas que se  pronuncien, sin miedo, con total y civilizada libertad de expresión, acerca de las pensiones. Que los de la población laboral (no digo “población activa”: activos estamos todos, los que trabajan y los jubilados) tengan miedo a pronunciarse abiertamente,  lo entendemos todos, pero,  que no lo haga un pensionista con lo que se juega, no es entendible.

Si quieres profundizar en esta idea, te invito a leer, en este mismo blog:

La INUTILIDAD del silencio

https://neuroforma.blogspot.com/2022/02/la-i-nutilidad-del-silencio-alli-donde.html

Un jubilado no puede ser condicionado por la llamada “guerra cultural” (que Ayuso preconiza, aunque el término cultura asociado a Ayuso constituya un oxímoron,  y que Feijoó ignora) que  determina lo que “puede ser dicho” y, sobre todo,  lo que “no puede ser dicho”. Si algo no encaja, dentro de lo políticamente correcto, se le aplica la terapia de la cancelación.

Si quieres profundizar en esta idea, te invito a leer, en este mismo blog:

LA GUERRA CULTURAL

https://neuroforma.blogspot.com/2022/07/la-guerra-cultural.html

Que alguien perteneciente a la “Clase Media Trabajadora” sea sensible y se deje condicionar por el amplio arsenal y estrategias que el Sistema pone en marcha, es entendible: el instinto de supervivencia nos viene dado de fábrica cuando nacemos. Que lo mismo suceda con un pensionista (los cuales seguimos conservando el instinto de supervivencia pero en otras circunstancias y contexto vital diferentes a la población laboral), a mi juicio es un indicativo de una falta total y absoluta de pensamiento crítico sin el cual no hay equilibrio ni auténtica felicidad posible. Tampoco es posible expresarse con autenticidad y no buscando simplemente lo políticamente correcto, lo convencional,  al que nos fuerzan a atender y seguir  para camuflar la realidad, las estrategias que el sistema pone en marcha para orientarnos al consumo emocional (el material requiere dinero que no tienen, no tan solo los vulnerables, sino, también,  la precarización del trabajo y cada vez mas la “Clase media trabajadora” debido a la enorme inflación.

De aquí que cada día se dediquen más recursos a desplegar lo que hace mucho tiempo llamé “Optimismo de pandereta” y que se huya del optimismo funcional. El ser humano necesita el equilibrio biológico (homeostasis) para poder vivir. También necesita el equilibrio psicológico, para poder vivir sin entrar en peligrosas contradicciones (disonancia cognitiva). Se pierde el equilibrio psicológico cuando hay mucha distancia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.


Es curioso y alarmante, como la reflexión que es la que más nos hizo avanzar en la escala filogenética hasta llegar a homo sapiens

se fue perdiendo poco a poco, últimamente a grades saltos,  hasta el punto que son cada día menos el número de personas que recurre a ella cotidianamente. Claro que al final somos Homo sapiens y, a veces,  aparece de improviso la reflexión, acompañada de tristeza, angustia, depresiones, desorientación, desequilibrios... Los psicofármacos, la industria del ocio, las drogas, la niebla mental ... tratan no de curar,  sino de camuflar los síntomas. 

Sólo el pensamiento crítico y la autenticidad  pueden curarnos de estos males. 

 Si quieres profundizar en esta idea, te invito a leer, en este mismo blog los dos artículos siguientes:

LA GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO + OPTIMISMO FUNCIONAL (1)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/la-gran-coalicion-pensamientocritico-y.html

LA GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO + OPTIMISMO FUNCIONAL (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/lagran-coalicion-pensamiento-critico-y.html



Metallica - El no perdonado

https://www.youtube.com/watch?v=3_t09bc_4CQ&ab_channel=DavidHerbas

Sangre nueva se une a esta tierra (nace una nueva vida),

y rápidamente, es sometida.

A través de una constante y dolorosa deshonra,

el joven chico aprende las reglas.

 Con tiempo, el niño se deja captar (draw in),

este chivo expiatorio, hizo mal (whipping boy)

despojado de todos sus pensamientos.

El joven sigue luchando y luchando,

se hace conocido, hace una promesa para sí mismo.

Que desde este día, nunca

le arrebatarían su voluntad (su deseo, determinación)

 Lo que yo he sentido,

lo que yo he conocido,

nunca brilló a través de lo que he mostrado.

Nunca lo será,

nunca lo veré,

no veré lo que podría haber sido.

Lo que yo he sentido,

lo que yo he conocido,

nunca brilló a través de lo que he mostrado.

Nunca libre,

nunca yo.

Por eso le apodo el "no perdonado" (thee: "you" anticuado)

 Dedican sus vidas,

a controlar todo de la de él.

El intenta complacerles a todos.

Es un hombre amargado,

durante toda su vida, lo mismo.

Ha luchado constantemente,

no puede ganar esta pelea,

ellos ven a un hombre cansado que ya no importa,

entonces, el hombre mayor se prepara

para morir tristemente.

Ese hombre mayor, soy yo.

 Lo que yo he sentido,

lo que yo he conocido,

nunca brilló a través de lo que he mostrado.

Nunca lo será,

nunca lo veré,

no veré lo que podría haber sido.

Lo que yo he sentido,

lo que yo he conocido,

nunca brilló a través de lo que he mostrado.

Nunca libre,

nunca yo.

Por eso te apodo el "no perdonado"

(bis)

 Nunca libre,

nunca yo.

Por eso te apodo el "no perdonado"

Me has etiquetado,

ahora yo te etiqueto a ti.

Por eso te apodo el "no perdonado"

(bis)

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Desarrollo artículo 6

Dada la  crítica constructiva que me hacen algunos de los 53.831 lectores este blog (a fecha 30-07-2022) al igual que algunos de los 1.621 seguidores de la red profesional Linkedin (30-07-2022) de que algunos artículos se hacen muy extensos,  recojo la retroalimentación.   

En consecuencia, el  desarrollo del artículo 6,  lo haremos en el próximo artículo dedicado al tema PENSIONES




domingo, 24 de julio de 2022

 


CEGUERA MENTAL

 Según el relato del  Génesis, dijo Dios: 

“Hágase la luz; y la luz se hizo. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.”


¿Ver o mirar?

La luz de la humilde  la bombilla de 40 vatios de la que nos habla Vicent no es suficiente para arreglar nuestros múltiples males actuales. Los podemos resumir en que vivimos una vida sin sentido,  a la que no encontramos significado personal e interpersonal. 

Vivimos en una sociedad enferma. Una sociedad sin principios, sin valores, dominada por el egoísmo e inclinada exclusivamente al hedonismo. Imagina a un joven al que le aleccionas con el discurso clásico de que está en una sociedad libre, en la que puede pensar como quiera, en la que todos somos iguales, que puede llegar a ser lo que quiera... De repente,  él te pregunta: "Dime, ¿Cómo lo hago?"

Ver: LA GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO + OPTIMISMO FUNCIONAL (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/lagran-coalicion-pensamiento-critico-y.html

Miramos solo lo que conocemos, por lo que mirar y conocimientos están íntimamente relacionados. Este mirar particular nos lleva a vivir, a cada uno de nosotros, no en la realidad objetiva, sino en la realidad subjetiva, construida por cada uno de nosotros.

Por eso podemos afirmar que la humildad es la mejor actitud que podemos adoptar para la adquisición de nuevos conocimientos, en mi opinión,  lo más valioso que un ser humano  pueda  adquirir en la vida.

Imaginemos que pudiéramos poner en el  platillo de una balanza el conocimiento de todos y cada uno de los humanos del planeta tierra,  y, en el otro platillo,  todo lo que ignoramos todos y cada uno de los mismos habitantes; con un análisis, medianamente objetivo,  se nos podía aplicar  a todos y a cada uno de nosotros, el siguiente enunciado: 'tiene una gota de conocimiento en un mar de ignorancia'.

Ver: EL VALOR DEL CONOCIMIENTO

 https://neuroforma.blogspot.com/2022/04/el-valor-del-conocimiento.html

Vemos todo lo que miramos pero no miramos todo lo que vemos. Vemos con los ojos pero miramos con la necesidad, con la intención y con la voluntad. Así por ejemplo, si mañana te encuentras con un conocido en una calle a las 15 horas y resulta que él va a comer y tú ya has comido,  y os ponéis a hablar, igual te sorprende, de repente, diciéndote: ¡Que olor a  calamares fritos sale de esa cafetería! Tú ni te habías dado cuenta. Él tiene la necesidad hambre por no haber comido, tú no la tienes porque ya has comido (Percepción ecológica de Gibson)

Si tú tienes en la mente una meta, un proyecto, un objetivo, vas a mirar cosas e información en tu entorno que  te ayudarán a conseguir la meta y que no mirarías,  ni siquiera verías,  si no tuvieses esa meta, proyecto u objetivo en tu mente.

 Para mirar lo que nos viene encima,  no es suficiente con ver, hay que mirar. El mirar antecede al ver: miramos tan sólo aquello que buscamos porque nos interesa. Vemos lo que aparece ante nuestros ojos. 

Ver: Cardar para saber mirar:  ( https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/1680472195578115306 )

Nuestra ceguera mental  viendo lo superficial, nos impide ver nuestros múltiples males. Uno de ellos, el más pernicioso, es la  tendencia a comprar cosas y servicios que no son necesarios  y, además,  demuestran su total inutilidad. Ya sabemos que la economía nueve el mundo,  pero a un coste tan alto que termina acabando con el propio mundo. El mal del consumismo irracional acabará con el planeta tierra. Lo cual pone de relieve que es totalmente ineficiente, ruinoso: cuanto ganamos dividido por cuanto nos cuesta.

Menos mal que no tiene el poder de acabar con todo aquello que ahora mismo puede divisar el   telescopio James Webb. Nos creemos dioses pero no somos otra cosa  una mota de polvo dentro del inmenso  universo.

¿En qué consiste el “Saber Mirar”?

Una primera aproximación, que nos lleve a encontrar una respuesta a esta pregunta,  pasa por saber diferenciar entre ver y mirar.

El ver es algo natural. De todos los sentidos que tenemos los humanos, del que más dependemos es de la visión. Se suele cuantificar que el 80% de la información que recibimos es a través de los ojos. Aun así, estamos muy limitados y de todo el espectro visual, el ojo humano solamente ve un parte muy pequeña, concretamente, la comprendida entre 380 y 760 nanómetros de longitud de ondas electromagnética[1].  No podemos ver nada por debajo de 380 (ultravioleta),  ni nada por encima de 760 (infrarrojos)

[1]BROWN, T.S.; WALLACE, P.M., “Psicología fisiológica”,  McGraw-Hill, Madrid, 1990, pág. 97).

 El mirar es algo intencional, cultural y aprendido. Si el ver está limitado a longitudes de onda comprendidas en el intervalo antes mencionado, el mirar, también está limitado y condicionado, no de forma colectiva, es decir, en todos los humanos de forma estándar, sino de forma individual, en cada uno de nosotros de forma diferente, en función de nuestra experiencia, cultura y de nuestro aprendizaje. Si en el ver tenemos un filtro neurológico, en el mirar tenemos dos filtros: uno cultural y otro individual.

 El mirar es encontrar sentido y es imposible encontrarlo fuera si previamente no lo tenemos dentro. 

 



¿Cuáles son los límites que le impones a tu mirar?


¿Ves la vida con un enfoque “etnocentrista” o de “relativismo cultural”?


¿Describes las cosas desde un punto de vista “emic” o desde un enfoque “etic”?

 

(Te invito a ver estos conceptos emic y etic,  desarrollados por la antropología y que gracias a ellos, ahora que estamos recordando la transición democrática, uno de sus principales protagonistas  iniciales, García Trevijano, del que nadie habla, salió airoso de un “debate aprieto” en un programa de TV llamado “La Clave” de Balbín. Si no los tuviese en su cerebro no los podría utilizar para explicar una situación complicada para él que no recuerdo bien, pero creo que se trataba de la redacción de la constitución de Angola)

 

 Los relatos tipo Génisis no son, a mi juicio, la solución. Esta sólo puede llegar a través de la ciencia si  algún día nos cura nuestra ceguera mental, lo cual nos llevará a ser CONSCIENTES de nuestra situación actual.




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Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.
En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”



COLUMNA

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¡Esa Luz!

Bajo una bombilla de 40 vatios se escribieron novelas, cuentos y poemas muy encomiables, parejos con el hambre

MANUEL VICENT

24 JUL 2022 - 05:00 CEST

Cuando en la guerra las sirenas anunciaban un inminente bombardeo, si era de noche, toda la ciudad debía quedar completamente a oscuras, ya que una sola ventana iluminada podía servir de referencia a los pilotos de la aviación enemiga. La orden era expeditiva. ¡Esa luz!, gritaba alguien muy airado por el hueco de la escalera si algún vecino de la comunidad se había olvidado de apagarla. Terminada la contienda ese grito tomó otro significado. ¡Esa luz!, era la orden, no tan dramática pero si taxativa, que ahora lanzaban nuestros padres si veían que uno salía de la habitación dejando la luz encendida. Se trataba de una humilde bombilla de 40 vatios. Eran los tiempos duros del pan negro. Pese a todo, bajo aquella luz mortecina, vigilada, racionada, nunca malgastada, aprendimos a leer los niños de posguerra y con un flexo rudimentario sobre los libros de texto estudiaron varias generaciones de españoles que luego serían ingenieros, científicos, técnicos y altos funcionarios del Estado. Bajo una bombilla de 40 vatios se escribieron novelas, cuentos y poemas muy encomiables, parejos con el hambre. ¡Esa luz! Aquella orden que nos daban nuestros padres es la misma que nos da ahora la Unión Europea. A estas alturas nadie ignora que estamos sufriendo los efectos de una guerra en la que el grito de ¡esa luz! es el aviso de que caminamos hacia un futuro muy negro que tal vez deberemos iluminarlo de nuevo con una bombilla de 40 vatios. Y mientras tanto, he aquí que el telescopio James Webb desde 1,5 millones de kilómetros con sus 18 espejos desplegados capta la luz infrarroja que emiten las galaxias más lejanas. Una de ellas nos llega desde el espacio más profundo del universo a 13.000 millones de años atrás en el tiempo. ¡Esa luz!, gritan ahora llenos de euforia los astrónomos, es la luz primigenia, que puede iluminar la oscuridad que nos espera.

https://elpais.com/opinion/2022-07-24/esa-luz.html

 







 

domingo, 17 de julio de 2022

LA GUERRA CULTURAL

 


LA GUERRA CULTURAL




La guerra cultural (que Ayuso preconiza, aunque el término cultura asociado a Ayuso constituya un Oxímoron,  y que Feijoó ignora)  determina lo que “puede ser dicho” y, sobre todo,  lo que “no puede ser dicho”. Si algo no encaja, dentro de lo políticamente correcto, se le aplica la terapia de la cancelación.

Lo "gratificante" es que siempre nos quedará la “libertad de tomar unas cañas”. ¿A qué más puede aspirar un humano a lo largo de su trayectoria vital?

La “Espiral del silencio”(Noelle-Neumann, Elizabeth. La espiral del silencio. Nuestra piel social. Editorial Paidos. Buenos Aires, 1993)  como arma de control social, está en plena vigencia.

Como ejemplo paradigmático tenemos el caso de Madrid, como alguien como  Ayuso, forma una opinión pública con 4 frases  huecas de contenido y sentido, que le llevaron a obtener una mayoría absoluta. A partir de conformar unas opiniones individuales, más las interacciones entre individuos y grupos, y más concretamente entre individuos y ambiente se hace la reina del cotarro.   


Invito a leer:

 

El triunfo de la INSENSATEZ

https://neuroforma.blogspot.com/2020/11/el-triunfo-de-la-insensatez.html

Pongamos que hablamos de Madrid.DECIR antes de HABLAR

https://neuroforma.blogspot.com/2020/10/decir-antes-de-hablar-pongamos-que.html


MANUEL VICENT

17 JUL 2022 - 05:00 CEST

 https://elpais.com/opinion/2022-07-17/tertulia.html

La tertulia de media mañana en la terraza del café había adoptado un cariz aciago. La conversación iba de la guerra en Ucrania al problema de las centrales nucleares, del exorbitante precio de los carburantes al peligro del cambio climático, de la pandemia a la inflación, del desplome de la Bolsa a la depresión económica que parecía inevitable. En medio de este negro panorama un contertulio aprovechó un resquicio de silencio para contar que la tarde anterior, ante una maravillosa puesta de sol, en un bareto con sombra de cañizos y el mar a los pies había tomado una copa de vino blanco y cinco sardinas asadas. Añadió que las había saboreado muy despacio, con los ojos cerrados como si se tratara de la sagrada eucaristía. Consideraba que su sabor constituía una vía de conocimiento, de modo que cada sardina le había llevado con el pensamiento muy lejos, una a los fenicios, otra a los egipcios, a los griegos, a los romanos. Desde entonces, a través de los siglos, ese placer tan sencillo y barato no había cambiado, incluso los epicúreos lo equiparaban a una alta conquista del espíritu. La última sardina se la había reservado para recordar los veranos de su juventud cuando las compartía con amigos que ya han muerto. La tertulia entró en otra fase. Del recalentamiento del planeta derivó a los problemas concretos, que nos hacen felices o desgraciados. Alguien planteó si la anchoa en salazón que se extiende sobre la pequeña torta de pan con aceite, la misma que ya tomaban los faraones, había que meterla con la masa en el horno o añadirla después para que no perdiera su sabor. En ese momento empezaron las opiniones en favor y en contra con una pasión que ni de lejos despertaba la guerra en Ucrania. Pero la disputa fue a más cuando un contertulio preguntó por qué los tomates no sabían como los de antes. Por fin la tertulia había tomado altura.

https://elpais.com/opinion/2022-07-17/tertulia.html