Mostrando entradas con la etiqueta optimismo de pandereta. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta optimismo de pandereta. Mostrar todas las entradas

viernes, 19 de agosto de 2022

LOS MAYORES 7: ¿Cómo nos llevamos con el que somos?

 


Este artículo, escrito el 19-08-2022,  ha sido reescrito el 25-8-2024

LOS MAYORES 7: 
¿Cómo nos llevamos con el que somos
?

 

“Nuestras vidas son como el curso del sol en el firmamento. Por la mañana gana continuamente fortaleza hasta que alcanza el cenit del mediodía. Entonces, acontece la enantiodromia: el movimiento constante hacia adelante que ya no denota un aumento, sino un decremento, en fortaleza.”                                                                                                             Carl Gustav Jung     


                                          Entendiendo el contexto

      

El 11 de julio del año 2017 empecé  a publicar, en mi blog,  una serie de artículos sobre las personas mayores. El  primero de ellos lo titulé:

LOS MAYORES 1. LAS TRES EDADES

Lo comencé de esta forma:

 ¡Feliz cumpleaños!
¡Mis mejores deseos para que te sigas manteniendo joven…!
Casi todos, a lo largo del año, echamos mano del repertorio de frases convencionales para desearle un feliz aniversario a nuestros semejantes.  Siempre nos referimos a lo mismo, a la edad cronológica, a esa que cae a golpe de calendario. En ese mismo  artículo que comparto  invito a reflexionar sobre las otras edades, ante las cuales, la edad cronológica, la que se refleja en el DNI, va perdiendo cada día más valor. Hoy priman la edad biológica y la edad psicológica sobre las otras.


 Siguiendo con mi costumbre de hacer preguntas en los escritos que elaboro, comenzaba  el siguiente párrafo con esta pregunta: ¿Cuál es tu experiencia con la edad?: y aportaba  una pequeña reflexión que, si estas interesado en el tema,  te invito a leerla  en el artículo que  sigue en mi blog.

Subtitulé el párrafo siguiente, también con otra pregunta: ¿Qué pasa con la edad? y  seguía con cinco preguntas más:

¿Es tan mala como algunos sostienen?

 ¿Es, tal vez, solamente un artefacto social creado por una sociedad sin valores, totalmente hedonista, en la cual el culto a la juventud es lo que prima?

¿Una sociedad que pasa de todo excepto de ganar dinero y gastarlo, que burla cualquier tipo de espiritualidad, desarrollo personal, ética, valores y otras palabrejas que no son otra cosa que “monsergas de los mayores”?

 ¿Será cierto que la edad, por sí misma, marca pautas de siniestro y desolación?

 ¿Qué hay de cierto con las tan mencionadas pérdidas de 'facultades' de los mayores?

Sigue el artículo con toda una serie de reflexiones que, si estás interesado,  te invito a leer y, sobre todo,  a reflexionar.

El último artículo de esta primera serie lo publiqué en el blog el 12 de abril del año 2019 y lo titulé:

MAYORES 6: EL APOCALIPSIS DE LAS PENSIONES

 Comienzo hoy una segunda tanda de artículos sobre los mayores con el siguiente título:  

LOS MAYORES 7: ¿Cómo nos llevamos con el que somos?

"Los dos días más importantes de tu vida son
 el día que naces y el día que averiguas para qué"
Mark Twain

Venimos a este mundo con un cuerpo físico regido por las leyes biológicas. Podemos llamarle nuestro primer nacimiento. A medida que nos vamos desarrollando, vamos tomando consciencia de nosotros mismos, de nuestro yo. De esta forma podemos llegar a responder a la enigmática  pregunta de ¿Quién soy yo? Sería nuestro  segundo nacimiento.

Los dos nacimientos, el primero  –cuerpo­­­-  más el segundo –yo-   van construyendo una convivencia  más o menos armoniosa, más o menos estable,  con más o menos  fluctuaciones, que dura toda la vida, hasta que finalmente el cuerpo físico se convierte en cadáver, es decir, se muere para terminar en cenizas o en gusanos.  Es esta convivencia la que da respuestas a la pregunta del título: ¿Cómo nos llevamos con el que somos? O si la quieres hacer más personal ¿Cómo te llevas con el que eres? O de forma más precisa. 

¿Me llevo bien con el que soy?

La dicha no es ausencia de desdicha, sino consciencia de la misma. En cuanto arrojamos luz sobre nuestra desdicha, esta pierde buena parte de su mordiente. La desdicha es poderosa y hace estragos si somos inconscientes de su causa y de sus ramificaciones." 

Pablo d'Ors: Biografía del silencio, p.72


Si tu respuesta es un rotundo sí,  es probable que seas una persona joven  y que tu cuerpo te proporcione grandes satisfacciones derivadas del amar, del entusiasmo, del asombro, de comer, el dormir, el beber, etc. etc. Tú ordenas y tu cuerpo te obedece aplicándote un refuerzo positivo: te sientes bien, experimentas placer, disfrutas, en definitiva,  te sientes a gusto dentro de tu propia piel. 



Si por lo contrario, tu respuesta es un rotundo no, es probable que seas una persona con muchos años – permítaseme  no caer en eufemismos del tipo de tercera edad, etc. diciendo que eres una persona vieja al cual su cuerpo ya no solo no le obedece,  sino que además le  proporciona refuerzos  negativos en forma de malestares, dolores, ansiedades...


Este distanciamiento entre el cuerpo físico  y el yo inmaterial, invisible e impalpable -al que se le llama de muy diversas formas- : yo, ego, conciencia,   los creyentes alma, espíritu, etc.- no suele ser espontáneo sino que se va fraguando poco a poco a medida que vamos cumpliendo años.

Nuestro cuerpo no es nuestro verdadero yo. Cada uno de nosotros sentimos que lo utilizamos como vivienda, en la que estamos muy a gusto cuando somos jóvenes. Más adelante, cuando ya no somos tan jóvenes,  empezamos a encontrarle deficiencias. Un poco más adelante, cuando ya somos viejos,   la convivencia se hace muy conflictiva e incómoda. Nuestro yo se hace plenamente consciente de los desgastes del cuerpo, de sus limitaciones y deficiencias. A nuestra casa, -cuerpo- en la que habitamos, -yo-  le salen goteras por todos los lados. Nuestras visitas al médico se hacen cotidianas y este no para de retejar y remendar.   

Esta primera reflexión que acabo de exponer hay que entenderla de una forma general, grosso modo. Soy consciente de que si entramos en detalles habría muchos matices que reseñar, pero,  aun así, si podemos generalizar que  antes de que suceda la  enantiodromia de la que nos habla Jung, -el juego de los opuestos, según sostenía Heráclito “todo lo que es pasa a su contrario”-,  la vida transcurre feliz. Nuestra autenticidad, receptividad, curiosidad, atención, disfrute,  nos aporta todo un cúmulo de placeres.

Para explicar lo que acontece, después de  la enantiodromia: el movimiento constante hacia adelante que ya no denota un aumento, sino un decremento, en fortaleza, y para no dramatizar la situación, recurro a Manuel Vicent:

“Cuando en el cuarto de baño, al contemplar tu rostro en el espejo, compruebes que eres una ruina, no te desprecies por eso. Se trata de un desastre natural, que nada tiene que ver con el cambio climático. [...]Por muy desgraciado que te sientas, sin duda habrás guardado algunos momentos de placer en tu memoria. Recuerda qué limpio estaba aquel mar de tu niñez, cómo sabían los frutos dorados de aquellos árboles, qué aroma tan puro contenían las hogazas de pan candeal que se guardaban en la alacena de la vieja casa"        COLUMNA: Sostenible.

Si quieres profundizar en esta idea de invito a leer, en este mismo blog:

LOS RELATOS CREAN REALIDAD: La canción lógica

 https://neuroforma.blogspot.com/2019/12/la-cancion-logica-nacemos-con-una-serie.html

 

 Nada más lejos de mi ánimo que caer en una visión pesimista del envejecimiento. También es cierto que tampoco me gusta el que en su día llamé el ‘optimismo de pandereta’. Si eres lector de mi blog tienes muy claro los beneficios del optimismo funcional, y los graves perjuicios de optimismo bobalicón, sin sentido,  de los  que creen que  este mundo es una jauja. Ya sostenía en marzo del año 2018 en el artículo

 LOS MAYORES 3.REFLEXIONES SOBRE LA EDAD

 Que no me gustaría distorsionar la realidad que me tocará vivir cuando llegue a la etapa de la ancianidad (Ver Figura 1)  ni a través de la idealización ni  de la infravaloración. A lo largo de toda mi vida he practicado el óptimismo funcional. Me proporcionó buenos resultados, en consecuencia,  pienso seguir practicándolo en el tiempo que me queda por vivir, reajustándolo  a mis circunstancias personales y al contexto que me toque vivir.

 En ese mismo artículo, también decía que la invisibilidad social de los mayores, de repente cambió de signo y pasó a ver la luz. Apartados del sistema productivo y condenados al ostracismo social por arte y magia de la incompetencia de los políticos de turno, que les llevó a encender el interruptor de las ‘sagradas pensiones’, hizo que los mayores  salieran de su letargo y pasasen a ser parte activa y visible en foros en los que son olímpicamente ignorados. Su presencia en las calles, en los medios de comunicación, en las tertulias televisivas, en las discusiones del bar, en las redes sociales, en las conversaciones familiares, forma  ya parte de la cotidianidad.

 


 ¿Quiénes son esos mayores que tanta guerra están dando? 

¿Es consciente la sociedad de quiénes estamos hablando? 

¿Tienen conciencia (capacidad de darse cuenta) ellos mismos de quienes son como colectivo?



 Y a ti, sea cual sea tu edad, 

¿te interesa el tema de los mayores?

 Tenemos el reto de enseñar a nuestros hijos y nietos cómo se vive una vejez activa  y gratificante, para que cuando ellos lleguen a la misma, la afronten con una sana autoestima e impidan que los agrupen en un “almacén de viejos” haciéndoles creer que son decrépitos e inservibles. 

"¿Me dirás por favor, por favor, qué es lo que hemos aprendido?

Sé que suena absurdo, pero
por favor, dime quién soy.”

Supertramp, The logical song


Dudé, si empezar o no, este artículo con la enantiodromía de Jung. No acababa de convencerme  eso de transitar en sentido contrario. Finalmente recurrí a ella por ser bastante ajustada al sentido común imperante  –no olvidemos que es el menos común de los sentidos-  en los tiempos actuales.

El hecho de pertenecer a un grupo da lugar a que los demás nos perciban de una manera determinada y a un trato diferenciado por parte de estos. La percepción que tenemos de los grupos a los que no pertenecemos, y que es la que origina este trato diferenciado, la sustentamos, en muchas ocasiones,  en prejuicios y estereotipos que nos llevan a tratarlos de forma discriminatoria. Ejemplo paradigmático de esto es  el colectivo de los viejos -sin eufemismos de "tercera edad" y demás pamplinas -.  Utilizo este término en la figura 1 que aparece en este artículo para hacerme entender con mis lectores, pero, a mi juicio, hay que empezar a desterrarla. Los fines del eufemismo son disfrazar lo feo de bonito o neutro; disfrazar lo fácil de complicado; disfrazar la vacuidad de palabrería; disfrazar lo concreto de vaguedades. A nuestra edad debemos, a mi juicio,  aspirar a la autenticidad. Si quieres argumentos de por qué digo esto te invito a leer, en este mismo blog, el artículo titulado:

LACORROSIÓN DEL LENGUAJE

Hay toda una retahíla de (¿insultos?) añadidos que componen el estereotipo con que muchas personas perciben a los pertenecientes a la población de los mayores: carcamal, añejo,  senil, caduco, decrépito, vejestorio, carroza, nonagenario, octogenario, ochentón, chocho, matusalén, añoso, arcaico, asilado,  caduco, veterano, vetusto, envejecido, longevo, senil, setentón, vejestorio… 

Es la forma más sibilina de condicionar  e impedir a las personas que llegan a ella, el disfrutar de una vejez activa y gratificante que es el objetivo que me guiará a la hora de escribir esta segunda tanda de artículos sobre los mayores.

 Espero que tú si has leído el artículo hasta llegar aquí, puede ser una señal de que sí estas interesado en el tema,  y sigas leyendo los próximos artículos que iré publicando en mi blog. Como entenderás no me mueven intereses comerciales, ni mucho menos propagandistas. Si quieres saber lo que realmente me mueve a escribir en este blog y lo que puedes esperar de mí, te invito a leer, el siguiente artículo:  

 

SOBRE MI

https://neuroforma.blogspot.com/2016/10/comienzo-2-si-has-leido-la-primera.html

 

"Sé dueño de tu edad y vive la vida a tú manera"

                                                                                        Carl Honoré

...................................................................,.............................................

Durante el mes de agosto El País no publica, como desde hace años viene siendo habitual todos los domingos, la columna de Manuel Vicent. Por eso no aparece aquí.  Las vacaciones de Agosto hay muchas personas que las priorizan sobre otros menesteres


domingo, 1 de agosto de 2021

NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS



Nuestras circunstancias


Este artículo que escribí y publiqué en este blog el 1/8/21 10:58, me parece muy oportuno publicarlo de nuevo hoy que regresa Manuel Vicent de sus vacaciones de Agosto con su habitual columna en El País, la cual, como siempre,  se puede leer más abajo, con un tema muy relacionado, a mi juicio, con el contenido del artículo que escribí en su día.

 “Nadie sabe qué nos va a deparar el destino cuando este domingo 1 de septiembre se ponga en marcha esta nave derrengada con un motor de fortuna. Habrá sucesos que puedes dar por seguros.” Manuel Vicent 

 

 Nuestras circunstancias


 “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”

 Ortega y Gasset

No me gusta mucho expresarme a través de frases hechas por otros, que suenen bien y con las que, necesariamente, todos los que tenemos algún sentido común,  estamos de acuerdo con lo que dicen. Prefiero manifestarme con mi propio estilo.



Esta, que publico hoy,  la encontré echándole un vistazo al Facebook y observar que la había subido una amiga mía. Después de pensarlo, decidí compartirla haciendo mi propia interpretación y explicándola con mi propio y  personal estilo. 

Supongamos que le decimos a una atleta de élite con un palmarés de éxitos tras de sí, que no tiene ningún mérito lo que ha conseguido ya que lo puede lograr cualquier otro. ¿Se enfadará? Seguro que no, que lo tomará como cómico y se reirá  de muy buena gana.

Considerará a quien se lo dijo, como una persona excesivamente susceptible, testimonio claro de una manifiesta inferioridad que la persona cree tener (a veces erróneamente) y  que le dice eso,  no desde su racionalidad,  sino desde un arrebato de impulsividad que le impidió haber reflexionado  y medir el alcance de lo que dice.

El dejarse ir, además de las torpezas que ello suscita y de los resentimientos que engendra, quita toda autoridad a quién así se manifiesta. No me resisto a citar otra frase que encontré hoy en Facebook :

"Pon el cerebro en funciomamiento, antes de poner la lengua en movimiento"

Leer: https://neuroforma.blogspot.com/2021/07/la-utilidad-del-silencio.html

 

 


El  cóctel del resentimiento,  con todos y cada uno de sus ingredientes, es una mezcla que nos “emborracha” y nubla nuestro raciocinio no facilitándonos una vida saludable. Tiene un alto coste emocional y físico para quien lo lleva encima impidiéndole sentirse libre, con la sensación de que controla su vida, con proactividad y sentido de logro. Va por la vida sintiéndose víctima con todos los sentimientos negativos que ello conlleva.

Leer:https://neuroforma.blogspot.com/2017/06/cambio-depreguntas-4-cambiar-de.html


Una persona resentida adopta en la vida diversas actitudes y comportamientos para enfrentarse a la misma. Una forma que se adopta,  muy abundantemente,   es la del victimismo, el cual   está a la orden del día.

 En la vida cotidiana, encontramos  a gran número de personas culpando de sus males a las más diversas causas, sin darse cuenta,  que como adultos responsables,   hacen acciones que tienen consecuencias. Hay que considerar  que todo acto tiene consecuencias lógicas, previsibles. También es cierto que otras veces,  las consecuencias son ilógicas, imprevisibles e inesperadas. Aún así, de forma general podemos establecer el siguiente axioma:  

Si no te gustan las consecuencias (resultado),  cambiar las acciones (comportamientos),  es más práctico que buscar culpables. 


Analizar  las consecuencias, y si estás no son las que esperábamos  y deseábamos, sustituir  el comportamiento por otro más efectivo es el camino a seguir.  

Hoy más que nunca es necesario dejar de  lamentarse y pasar a ocuparse. Pasar a formar parte de la solución y no del problema. 



No convertirse en “protagonistas paralizantes” poniendo nuestra atención en el miedo, la preocupación  y en lo incierto, sino convertirse en protagonistas activos  dotándonos de iniciativa y autonomía, vencer al miedo,  teniendo la valentía de decir lo que pensamos y aportando soluciones a las dificultades  con las que nos vayamos encontrando. Nos dice José Antonio Marina, en su 'Anatomía del miedo' que para vencer el miedo la naturaleza generó en los animales diferentes estrategias: huir, paralización, sumisión y ataque. Además de estas, en los humanos,  se inventó la valentía. 

 




“El que pierde abundancia pierde mucho; el que pierde a sus amigos pierde más; pero el que pierde su valor pierde a todos”

Miguel Cervantes


¿Qué rol adoptas en la vida: el de víctima o el de protagonista?

 ¿En que medida estás de acuerdo o en desacuerdo con estas tres cuestiones siguientes?: 

1. Para todo efecto hay una causa.

2. No se pueden producir determinados efectos si no se facilitan determinadas causas.

3. Para cambiar un determinado efecto hay que modificar las causas.

 Leer:https://neuroforma.blogspot.com/2017/03/construyendo-te-aplicacion-practica-del.html

APLICANDO  lo anterior a NUESTRA VIDA, podemos quedarnos con  lo siguiente:

1. “La vida es como un eco, si no te gusta lo que recibes (efecto), presta atención a lo que emites (causa)”.

2. La proactividad es poner las causas que provoquen los efectos que deseamos.

3. Si quieres dirigir tu vida (efectos), tienes que hacerte cargo del control de las causas.


 Yo soy yo y mis circunstancias 

Esta frase, tan repetida y que todos escuchamos alguna o muchas veces, pone el énfasis en las circunstancias, en la resignación, en la reacción, en la falta de control que tenemos sobre lo que nos sucede, en que cada uno somos como somos, en que tenemos la situación que tenemos  y en que hay muy poco que hacer, salvo el conformarse.  Detrás de ella están otras que también todos escuchamos, o incluso dijimos,  tales como “Yo soy así”, “Yo nací así”, “no hay nada que hacer”, “las cosas son como son”, “todos tenemos un destino predeterminado”, “hay que resignarse” etc. etc. etc. Una retahíla de etcéteras que nos salen automáticamente y que una vez dichas nos quedamos tan panchos, tranquilos,  sin preocupaciones, satisfechos.   

 

¿Eres de los que utilizan, de forma habitual,  frases de este tipo?

 

En mi infancia,  los  “ilustrados” de la época   lo repetían muchas veces: “yo soy yo y mis circunstancias”. Nos lo decían para que no intentáramos  modificar o cambiar las  circunstancias y nos conformáramos con lo que éramos y teníamos. No sé si era ignorancia o mala fe, más bien creo que lo primero. Es probable que estuvieran  convencidos de que era lo mejor para todos. Lo cierto es que dicha frase era una adulteración (alteración o eliminación de la calidad y pureza de una cosa por agregación de algo que le es ajeno o impropio)  clara y manifiesta de la auténtica y original frase. 

¿Conocerían la frase completa de Ortega y Gasset? :


 “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. 

El mensaje de esta segunda frase es justamente contrario y opuesto al de la primera. 

En el supuesto de que la conocieran completa:

¿Alcanzarían a ver su significado? 

¿Entenderían que hay que abordar la vida desde la proactividad y no desde la reactividad?

En el supuesto de que la conocieran completa y comprendieran su significado: 

¿Les parecería un mensaje revolucionario y pervertidor del orden establecido el intentar cambiar las circunstancias? 

¿Tendrían miedo a divulgar el mensaje de la segunda por las consecuencias funestas que podrían acarrearle en el contexto de aquella época? 

Hoy sigue habiendo  “ilustrados analfabetos” (valga el  oxímoron)  que mandan  mensajes similares, unos de forma explícita (como aquel eurodiputado polaco que se atrevió a decir, en estos tiempos actuales,  que las mujeres son "más débiles, más pequeñas y menos inteligentes"),  y otros en forma subliminal. 

En la figura de los círculos que aparece más abajo,  queremos representar a dos personas, la persona A y la persona B. La B, aceptando la frase del ilustrado de la época; la A, poniendo en práctica la auténtica frase de Ortega Y Gasset. Los dos círculos que representan a ambas personas son iguales aunque, por un efecto de ilusiones ópticas,  los vemos desiguales percibiendo que el círculo A tiene un diámetro mayor que el círculo B. Una persona, rodeada que personas pequeñas, la percibimos como más alta de lo que realmente es. El círculo A, rodeado de círculos pequeño, parece más grande que el mismo círculo B, rodeado de círculos más grades. 



En la vida práctica sucede lo mismo. Una personas con miedo y con un extremo conformismo que le lleva a  estar convencida de que no puede hacer nada para modificar su situación, las circunstancias de la vida lo aplastan. Por lo contrario, una persona   convencida que que puede hacer algo por cambiar su situación, las circunstancias de la vida, las mismas o parecidas a las de la otra persona, no solo no le aplastan, sino que le motivan a hacer algo para mejorar su situación.

 "Solo la acción consigue resultados" 

 

"El simple hecho de intuir, a una edad temprana, un destino más favorable a menudo nos permite romper los muros que nos aprisionan." (Pascal Bruckner)

 

 Vivir, hombre y mujeres,  según nuestros sueños  y no según nuestros miedos, es muy práctico, siempre, claro está, que no caigamos  en el que yo llamo "optimismo de pandereta" o extravagante, y actuemos  desde la óptica del optimismo funcional: 

"la mirada en el cielo y los pies en la tierra"

 

 


 ........................................................................................................................................

COLUMNA

i

Por un mar muy convulso

En este viaje del nuevo curso, en medio de un mundo tan desquiciado, en cierto modo todos vamos a ser también inmigrantes a bordo de un cayuco

MANUEL VICENT

01 SEPT 2024 - 05:00 CEST

Empieza un nuevo curso político. Imagino este domingo 1 de septiembre de 2024 como un barco cargado de confusos pasajeros dispuestos a navegar por un mar muy convulso. En los muelles del puerto predican el futuro los agoreros; unos auspician una travesía feliz, otros presagian toda clase de desgracias. Azar en árabe significa flor. Estaba grabada en una de las seis caras de los dados sarracenos. En la antigüedad había augures especializados en echar los dados en los puertos y en los cruces de caminos del desierto. La flor daba buena suerte. En este viaje del nuevo curso, en medio de un mundo tan desquiciado, en cierto modo todos vamos a ser también inmigrantes a bordo de un cayuco que tratan de llegar sanos y salvos a una imaginaria bahía azul, cada uno a la suya, después de sortear múltiples y peligrosos escollos. Nadie sabe qué nos va a deparar el destino cuando este domingo 1 de septiembre se ponga en marcha esta nave derrengada con un motor de fortuna. Habrá sucesos que puedes dar por seguros. Al iniciarse el otoño se alargarán las sombras y el color dorado de los membrillos competirá con unos telediarios muy ensangrentados; apenas te descuides llegará por la espalda la Navidad y una vez más formularás buenos propósitos de año nuevo que no vas a cumplir, pero en el caso de que en este viaje se te niegue la flor en la cara del dado, frente a cualquier desgracia siempre llegará al rescate la nueva savia que brotará con fuerza en la primavera. ¿Qué va a suceder en este curso que empieza? Como el odio ideológico ha dividido a los españoles en buenos y malos, según dijo el poeta, sucederá lo de siempre: morirán cuatro romanos y cinco cartagineses. Pero si sirve de consuelo hay que saber que el futuro no existe. En el momento en que pronuncias esa palabra ya es el pasado. La suerte consiste en convertir la vida en un solo y único presente por el que siempre cruzará un instante de felicidad como un ave fugaz que habrá que cazar al vuelo.

 

 

 

 

 

domingo, 6 de octubre de 2019

LA ESTRATEGIA DEL AVESTRUZ




LA ESTRATEGIA DEL  AVESTRUZ

"El terror del cambio climático no es por lo que vemos sino por lo que presentimos en un futuro que se debate entre una muñeca de porcelana que llora y un payaso que ríe.” Manuel Vicent
La muñeca
Presentimos la venganza de un mar ahíto de basura que está dispuesto a ahogar a la humanidad en su propia mierda.Manuel Vicent


En los  tiempos actuales, son muchos los que imaginan el futuro inspirados en  un “payaso que ríe” (optimismo de pandereta) mientras otros se inclinan más por la “muñeca de porcelana que llora” (pesimismo metafísico de Schopenhaur).

 Los primeros, tal vez  sin saberlo, son seguidores de Richard Rorty, filósofo norteamericano (neo-pragmatismo) que sostenía en su ensayo ‘La prioridad de la democracia sobre la filosofía’:
 “Históricamente la voluntad de no tomarse las cosas  seriamente ha sido un importante instrumento de progreso. La ligereza no ha sido necesariamente enemiga de la moral. Una sociedad tolerante es, de algún modo, una sociedad que también ha aprendido a tomarse las cosas con menos espíritu de seriedad”.  
Los segundos, más maduros y realistas, conciben al hombre como un esclavo de la voluntad,  lo que le lleva a actuar de forma exageradamente sanguinaria, superando a cualquier otro animal en depredación y destrucción del medio natural, sometimiento y eliminación a sus semejantes, y todo ello recurriendo a la mentira, al engaño, a la astucia y a la hipocresía, ingredientes estos que no aparecen en ningún otro animal a los que nos referimos como "menos evolucionados".

Para que no terminemos en “un mar ahíto de basura que está dispuesto a ahogar a la humanidad en su propia mierda”, necesitamos una Greta Thunberg que no vea la filosofía como algo inútil o,  lo que es peor, como un obstáculo al progreso y al utópico “desarrollo ilimitado”, y que con los pies en la tierra nos ayude a conjugar y acoplar el aserto del filósofo John Rawls: 
“La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento”.

La estrategia del avestruz para solucionar un problema no lleva, casi nunca,  a la solución del mismo. 


Entre el payaso y la muñeca, hay un ser racional  y emocional que recurriendo a la coalición formada por el pensamiento crítico más el optimismo funcional, nos permita un desarrollo sostenible. 


 LA GRAN COALICIÓN: 
PENSAMIENTO CRÍTICO Y OPTIMISMO FUNCIONAL  (1)


Practicando el optimismo funcional y, por lo tanto, rehuyendo del optimismo bobalicón y sin sentido que tanto se está utilizando como una herramienta más de manipulación, llegaremos más lejos y en mejores condiciones. El optimismo funcional  va de posición. Es aquel que te hace colocarte ante las situaciones,  en una posición de proactividad y creyendo que con tu esfuerzo y recursos la sacarás adelante. El optimismo bobalicón va de ingenuidad, de creer que basta solo con tener fe para que la cosa se arregle por sí mismas. El optimismo bobalicón va de humor; el optimismo funcional va de voluntad. Al Bienestar Individual Subjetivo se llega con voluntad y gobierno; jamás se llega con anestesia mental y consumo irracional.

















También poniendo en marcha el  pensamiento crítico, considerándolo como la mejor forma  de posicionarse  ante la sociedad para que esta prospere desde todos los puntos de vista, y rehuyendo, en consecuencia del pensamiento egocéntrico.


En el caso de estar dando u observando un pensamiento egocéntrico, se parte  de la premisa de que lo que se cree es cierto,  sin haber cuestionado jamás las bases de nuestras creencias, podemos sintetizar la forma de argumentarlo   así: “Yo lo creo,  luego es cierto”.

Además de lo anterior, que podríamos llamarle egocentrismo personal,  hay que añadirle el  grupo al que pertenecemos. Desde esta perspectiva,  partimos  de la premisa de que las creencias más relevantes del grupo son ciertas; tampoco  las hemos  cuestionado nunca. La síntesis argumental  sería así: “Nosotros lo creemos,  luego es cierto”. Si el anterior era un egocentrismo personal, esto es un socio centrismo  radical.

  
















Conviene preguntarse  lo siguiente:

¿Reconoces tus tendencias egocéntricas?

¿Tratas de analizar tus posibles creencias irracionales?


¿Reconocemos  el poder y el daño potencial del pensamiento egocéntrico en nosotros  mismos y en los demás?

¿Ponemos  todas nuestras alertas en marcha para ser conscientes de cuando estamos funcionando a nivel egocéntrico y tratamos de controlarlo o minimizarlo?

Para solucionar problemas y aceptar soluciones que beneficien a todos, hay que dejar de lado el pensamiento egocéntrico el cual se mueve por estándares psicológicos y se limita a reaccionar: saltar a dar una solución centrada exclusivamente en uno mismo. En su lugar, utilizar el pensamiento crítico analítico que se mueve por estándares intelectuales y no reacciona, sino que responde a través de aportar una solución centrada en el problema real y en posiciones e intereses de todos. Para ello hay que ser conscientes de que nos movemos hoy en día en el paradigma sistémico:

yo dependo de ti y tú dependes de mí



Ante este problema, en concreto, del que nos estamos ocupando,  aquello de que “el tiempo lo arregla todo” tenemos que darle la vuelta y sostener que el tiempo lo empeora día a día de forma alarmante. No podemos esperar y  arriesgarnos a pensar que es la historia la que debe juzgar la razón, sino al contrario: es la razón la que debe juzgar a la historia y  para ello, es obvio que  se requiere que el homo sapiens, pensante y razonante, no se extinga. Los algoritmos  de la inteligencia artificial actual aún están en pañales para entender que las ideas abstractas se dotan de significado  cada vez que se traducen en acciones.





¿Qué piensas tú sobre este tema?

¿Qué piensas sobre tu propio pensar?

¿Crees que podemos mejorar nuestro pensar?

¿Qué ganaríamos con ello?

¿Nos ayudaría a mejorar nuestra vida, la empresa en la que trabajamos,  y la sociedad en la que vivimos?