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viernes, 26 de agosto de 2022

LOS MAYORES 8: Su lugar en la sociedad actual

 


LOS MAYORES 8: Su lugar en la sociedad actual

 

 

Entendiendo el contexto

La población de los viejos –sin eufemismos, del tipo tercera edad, etc. – en principio es un tema que interesa a todos, a los que ya lo son y  a los que todavía les faltan  muchos años para llegar.  Bien es cierto que este interés es muy variado y son muy variopintos los motivos que conducen al mismo. Un ejemplo paradigmático es el de las pensiones, que como todos sabemos,  se las ganaron los viejos, a los que llamamos pensionistas,  como derecho,  después de cumplir sus deberes: cotizando durante años y años - muchos más de cuarenta-  un importe determinado, dando como resultados final un importe a cobrar de pensión en función de los años cotizados y del importe mensual aportado. Es justamente esto lo que determina que unos cobren más y otros cobren menos de pensión.En las sociedades civilizadas, los derechos se apoyan en la columna de los deberes; nada que no esté equilibrado con un deber previo, puede declararse como un derecho.

 

Nada más lejos de mi ánimo que caer en una visión pesimista del envejecimiento. También es cierto, que tampoco me gusta el que en su día llamé el ‘optimismo de pandereta’. Si eres lector de este blog,  tienes muy claro los beneficios del optimismo funcional, y los graves perjuicios del optimismo bobalicón, extravagante, de pandereta, sin sentido,  de los  que creen que  este mundo es una jauja que según define  la RAE  “Lugar o situación imaginarios donde reina la prosperidad y la abundancia.” Parece que vienen tiempos que nos demostrarán que no lo es, por mucha imaginación que se le eche al asunto.

Tenemos el reto de enseñar a nuestros hijos y nietos cómo se vive una vejez activa  y gratificante, para que cuando ellos lleguen a la misma, la afronten con una sana autoestima e impidan que los agrupen en un “almacén de viejos” haciéndoles creer que son decrépitos e inservibles.

                                 LOS MAYORES 7: ¿Cómo nos llevamos con el que somos?

https://neuroforma.blogspot.com/2022/08/los-mayores-7-como-nos-llevamos-con-el.html



 

Desarrollo del artículo

 

“Hacia finales de año, tuve que renovar el DNI y me dieron uno que caducaba en el año 9999. Cuando hice indagaciones, porque creí que se trataba de un error, me dijeron que una vez cumplidos los setenta te dan un carné para el resto de la vida. Salí de la comisaría, pues, con una tarjeta que certificaba mi identidad para siempre, que venía a  ser lo mismo que certificarla para nunca. Significaba que el Estado me daba por amortizado, por muerto.”   Juan José Millás[1]


 

La psicología nos dice que todos tenemos una Identidad Personal, es decir, una serie de rasgos y características propias de cada persona. También,  todos tenemos una Identidad Social, la cual nos define en función de los grupos a los que pertenecemos. Para la sociología  es la identidad la que nos lleva a la comprensión de quienes somos y quienes son los demás y, también,  a la comprensión que los otros tienen de sí mismos y de los demás individuos, incluidos nosotros. 

La sociología también nos ubica en una determinada Generación: “conjunto de personas que, por haber nacido en el mismo período histórico, recibieron estímulos culturales y sociales similares y, por lo tanto, comparten gustos, comportamientos e intereses”. Las experiencias que han vivido al moverse en contextos similares desde el punto de vista personal, social, e histórico, les ha llevado a adoptar un estilo de vida y  unos comportamientos similares. El contexto histórico y sociocultural que han vivido le otorga a cada generación unas características propias.

                   LOS MAYORES 3.REFLEXIONES SOBRE LA EDAD                       

    https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/los-mayores-3.html

Un buen ejemplo es la Baby boomer. Los múltiples y variados relatos apocalípticos, con los que múltiples y variados actores e instituciones están, permanentemente,  acosando a los pensionistas,  señalan  como culpables a la Generación del Baby boomer

LOS MAYORES 2. LA PESADILLA DE LAS PENSIONES

https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/la-pesadilla-de-las-pensiones-opiniones.html

Hay una considerable relación entre la Identidad social y la Autoestima, ya que esta depende mucho de la valoración de las personas que nos rodean; nos miramos a nosotros en el espejo de la cara de los demás y en función de lo que percibimos referido a  señales de afecto o rechazo, así nos sube o baja la autoestima. La autoestima tiene que ver con cómo las personas se sienten a sí mismas. El cómo se sientan, bien o mal, condicionará en buena medida su comportamiento. 



El hecho de pertenecer a un grupo da lugar a que los demás nos perciban de una manera determinada y a un trato diferenciado por parte de estos. La percepción que tenemos de los grupos a los que no pertenecemos, y que es la que origina este trato diferenciado, la sustentamos, en muchas ocasiones,  en prejuicios y estereotipos que nos llevan a tratarlos de forma discriminatoria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo se refiere a la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad.

Dedicaremos  un artículo al edadismo el cual  está muy extendido en toda la población del planeta tierra - desarrollaremos varios y dramáticos casos que se dieron recientemente-  y condiciona mucho el que los mayores puedan  vivir una vejez activa  y gratificante. 

  

Subir y bajar 

"La vida va descendiendo imperceptiblemente a modo de rampa; pero al llegar  la vejez la figura es una escalera: cada año es un escalón que se hunde bruscamente. No es que en la vejez los años cuenten más sino que cuando los años cuentas más – cuando se desciende en escalera y no en rampa- es señal de que se ha entrado en la vejez.”      Alejandro Nieto[2] 

                                                                                         

Tengo que confesar que me encuentro ante un peliagudo dilema. Por un lado, declaro en  el primer artículo de esta  segunda tanda –Mayores 7- que nada más lejos de mi ánimo que caer en una visión pesimista del envejecimiento. Por otro lado escapo del optimismo de pandereta  y aspiro al optimismo funcional.

Para más inri sostengo que a determinada edad debemos buscar, sobre todo, la autenticidad, aparcando la hipocresía.  Por  si conjugar todo esto fuera poco, también sostengo que no me gustaría distorsionar la realidad a la hora de vivir la etapa de la ancianidad.


¿Cómo conjugar todo esto?

Empecé el artículo anterior con la  “enantiodromia” de Jung: una primera etapa de caminar hacia adelante con fortaleza, seguida de una segunda en la cual seguimos caminando hacia adelante pero ya no con fortaleza sino “que ya no denota un aumento, sino un decremento, en fortaleza.” 


¿Cómo la catalogarías tú, como optimista o cómo pesimista?

También hablo en el mismo artículo del juego de los opuestos - todo lo que es pasa a su contrario -  del filósofo presocrático Heráclito de Éfeso: “De vida nace muerte, de muerte vida, de juventud vejez, de vejez juventud, de vigilia sueño y de sueño vigilia, la corriente del engendrar y el perecer no se detiene nunca.” 

¿Cómo la catalogarías tú, como optimista o cómo pesimista?

Sea cual sea tu apreciación con respeto a la escala Pesimista – Optimista, a mi juicio ambas sintetizan bien la idea que muchas personas tienen acerca del ciclo vital de los humanos. Durante  el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte de una persona  tiene lugar un complejo proceso de desarrollo físico- cuerpo-, psicológico e intelectual- yo inmaterial, invisible e impalpable al que se le llama de muy diversas formas: yo, ego, conciencia, mente,  los creyentes: alma, espíritu, etc. -     que consta de etapas y rasgos bien definidos. En función de la etapa en que nos encontremos, percibimos muchas cosas de forma muy diferente. Así, por ejemplo,  todos cumplimos años, pero no todos lo percibimos lo mismo. La edad se mueve en dos mundos muy diferentes en los humanos: en el mundo inconsciente y en el mundo consciente. No nos preocupa ni nos acordamos apenas de ella cuando somos jóvenes. Lo que si es cierto, con carácter general, es que a partir de un determinado momento, que varía en función de cada cultura y persona, somos más conscientes de los años que cumplimos, de la edad que tenemos y de la rapidez con la que se esfuman los días. En una película, cuyo título no recuerdo, una madre decía a su hija: “Tu reloj biológico debe de ser digital, porque no oyes su tic tac”. Ya sabemos que el tiempo es el recurso más democrático y  valioso  que existe. Para todos,  la hora tiene 60 minutos y que cada minuto tiene 60 segundos. Pero, también sabemos, que llegados a determinada edad, el tiempo no corre para todos a la  misma velocidad, ni nos permite, tampoco, abordar las mismas metas y  proyectos.  

 Aporto, abajo,  una herramienta para los Pesioptimistas,  cuya filosofía de vida la fundamentan a partir de lo probable y lo improbable. 

 


 Al igual que en el anterior artículo, para escapar del dramatismo recurro de nuevo a mi admirado Manuel Vicent- todos los domingos comento su columna que publica en El País-. Recurro a la columna que publicó el 2022-02-13 y que tituló "Pasa la vida" y que  cumple, un domingo más,  con sus propias normas  - “Una columna de periódico debe ser el reloj de arena que filtre la memoria de ese deseo que el lector sentirá mañana.”-   y sintetiza de forma precisa,  a través de 367 palabras, nuestro transcurrir desde que nacenos hasta que nos vayamos definitivamente del planeta tierra.

Siempre nos quedará la certeza científica de que  nuestros átomos seguirán pululando por algún punto del universo. 

Entendiendo por "certeza científica"que lo propio del hombre es buscar la verdad, no poseerla. Por eso la ciencia llega a verdades no definitivas sino provisionales.  Tiene la capacidad,  y a su vez la humildad,  de sostener sobre algo lo siguiente: con los conocimientos científicos que tenemos al día de hoy, podemos sostener que esto es…  

 


COLUMNA

Pasa la vida

https://elpais.com/opinion/2022-02-13/pasa-la-vida.html

 

La infancia dura hasta los cuatro años, la niñez hasta los 12, la adolescencia hasta los 17, la juventud hasta los 35, la madurez hasta los 50. Desde la cumbre del medio siglo cuya subida suele ser muy abrupta e insegura, ya se divisa el valle con una senda de bajada, que se pierde en el horizonte. A esa edad los sueños juveniles o bien se han realizado o se han desvanecido. Llegado a estas alturas, la vida ya te ha mostrado sus cartas. Has venido a este mundo a mandar o a obedecer. Serás un vencedor o un derrotado. Antiguamente se vivía tan poco que a uno no le daba tiempo a cambiar de pareja, ni de ideología ni de carácter, por eso entonces las personas parecían ser todas de una sola pieza. En cambio, hoy a los 50 años se puede emprender una nueva vida que te permita seguir soñando. La gente se divorcia, tiene más hijos, la brega diaria continua, pero unos juegan bien los dados y otros se quedan para siempre al borde del camino. Durante la bajada por el valle la edad pasa por distintas fases. A los 60 años ya eres mayor de verdad, a los 75 empiezas a agradecer que te digan que pareces más joven, que el tiempo no pasa para ti. Por fortuna, a partir de los 80 ya no se cumplen años, solo se cumple salud o enfermedad. Se es viejo si uno se rinde y se entrega a la melancolía, a la cólera o al silencio. Hay viejos melancólicos que solo piensan en el pasado, viejos cabreados que se avergüenzan de sus antiguos ideales porque los confunden con la ruina de su rostro reflejada en el espejo, viejos que se sientan en la última vuelta del sendero con la mirada perdida y callan. En el valle que se divisaba desde la cumbre efímera de la juventud, en estos días de febrero están en flor los almendros. Su floración solo dura unos días, lo suficiente para recordar que a lo largo de la vida ha habido instantes de felicidad por los que ha merecido la pena vivirla.

¿Cómo la catalogarías tú: como optimista, cómo pesimista, o tal vez como realista? 


Quiero terminar con dos frases que me enviaron dos amigos después de haber  leído el anterior artículo:

“Vive como quieras y disfruta como puedas” Tocho

“Vive como puedas y disfruta lo mejor de lo que dispones” Sindo

 


 

Referencias Bibliográficas

[1] Millás, JJ y Arsuaga.: “La muerte contada por un sapiens  a un neandertal”, Penguín Random House Grupo Editorial., 2022, p. 28

[2] Nieto, A.: “El mundo visto a los 90 años”, Editorial Comares., 2022, p.3

sábado, 3 de diciembre de 2016

LA ÉTICA EMPRESARIAL

LA ÉTICA EMPRESARIAL


"Resulta fácilmente concebible que la época Moderna -que comenzó con una explosión de la actividad humana tan prometedora y sin precedentes- acabe en la pasividad más mortal y estéril de todas las conocidas por la historia."
           Arendt, 'La condición humana' 

La Ética Empresarial se ocupa de la moralidad de las conductas de los seres humanos en un entorno laboral. Para ello se basa en un patrón o referente moral, previamente establecido y convenido. Se llega así, a establecer  lo que está bien y lo que está mal, lo que es correcto y lo que es incorrecto, lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer.

Como en todas las profesiones ocurre que hay quién la cumple a rajatabla y hay, también, quien se la salta a la torera. La diferencia está en que por las repercusiones que tiene la actividad empresarial, el coste social  es muy alto y los “efectos colaterales” muy dañinos  cuando nos encontramos con empresarios que no cumplan con lo establecido.

Una sociedad con empresarios éticos es lo mejor a lo que podemos aspirar, por las grandes consecuencias y repercusiones que generan. Una sociedad con empresarios no éticos, es una auténtica desgracia, por lo mismo, por las grandes consecuencias y repercusiones negativas que generan. 



Un empresario con ética genera lo que se entiende como “libertad como independencia”: aquella que permite a las personas tener su propia vida (un hogar, una familia, atender a sus necesidades, etc.). Darles a las personas la posibilidad de plantear y planificar una vida deseada, con proyectos y expectativas a la medida de cada uno. Es esta la mejor forma de vertebrar una sociedad sana, productiva y solidaria.



Un empresario sin ética genera auténticos rehenes (por no decir esclavos) que no tienen ni libertad ni independencia. Es esta la mejor forma de destruir la sociedad anterior y  regresar a las cavernas.


En mi opinión, sin ética nada bueno perdura y se mantiene en el tiempo. Es más, yo diría que tampoco nada malo. Al final, deberíamos tener, en primer lugar, la capacidad de revelarnos contra la injusticia, y posteriormente, en segundo lugar,  si no se arregla,  tener la capacidad de rebelarnos hasta arreglarla.

Me explico. En primer lugar es necesario empezar a revelar verdades olvidadas. Tomar conciencia (darse cuenta) de que no son normales muchas de las cosas que nos están sucediendo. Por hacer una síntesis  y aún a riesgo de simplificarlo mucho: revelar de nuevo un viejo principio ya casi olvidado: “el derecho a tener derechos”.Luego vendría, en segundo lugar, la capacidad de rebelarnos (con b), oponernos  a todo aquello que no respeta nuestros derechos.

La libertad y la arbitrariedad legal no son compatibles.