domingo, 18 de octubre de 2020

Pongamos que hablamos de Madrid.DECIR antes de HABLAR






 Pongamos que hablamos de Madrid.

DECIR antes de HABLAR

 

 “Los pájaros visitan al psiquiatra
Las estrellas se olvidan de salir
La muerte pasa en ambulancias blancas
Pongamos que hablo de Madrid.”

Joaquín Sabina

 

 
Pongamos que hablamos de Madrid

Es la comidilla de todos: Prensa, radios, redes sociales, comentarios de los ciudadanos, conversaciones con el taxista, charlas  de barra de bar (en donde se puede).  Madrid es el centro de las conversaciones.

No voy abordar aquí el caos del universo, (Leer la columna de mi admirado Vicent en el País de hace dos semanas titulada 'Mariposa': "Empieza a resultar trágico que unos políticos percebes de cuarta vengan a echar tanto sacrificio por la borda con su incompetencia y fanatismo” https://elpais.com/opinion/2020-10-03/mariposa.html Mariposa ) ni mucho menos del caos que muchas de las conversaciones atribuyen  a Madrid, en el que el desorden y sobre todo la confusión, según la opinión mayoritaria de los ciudadanos, alcanza límites que superan lo conocido hasta ahora en una sociedad civilizada.

 La confusión institucional es el mejor caldo de cultivo para el desarrollo y proliferación del virus.

No voy a entrar en valoraciones, sino en descripciones,  entendiendo que lo descriptivo suele ser más  objetivo que lo valorativo, tal y como ponen de manifiesto el tratamiento y entendimiento de los datos (representación de hechos concretos)  que se están dando en esta pandemia. Y,  sobre todo, entendiendo que  las descripciones ayudan a tomar conciencia de una realidad más objetiva.


 

 Mi objetivo en este artículo es dar a conocer una herramienta que si los políticos en general,  y, sobre todo, los políticos madrileños, en particular, la conocieran y la practicaran, la percepción de  caos no sería de tal intensidad y muchos de los problemas, que están sufriendo en este momento los ciudadanos madrileños,   no existirían o al menos serían percibidos de forma no tan emotiva.

La herramienta,   empíricamente validada, (a diferencia, según se dice de las pautas a seguir en el caso de la Covid-19  en la capital de España que no terminan de ser eficaces)  que  vengo utilizando desde hace muchos años,  la expuse  en múltiples sesiones que impartí con títulos diversos tales como Técnicas de Presentación, Presentaciones Eficaces, etc. en contextos muy diversos:  universitarios, empresariales, Escuelas de Negocios,  etc. y con la cual se puede resumir y sinterizar el tema de “hablar en público”,  la título así:

Decir antes de hablar”.


Hablemos de Madrid

No vamos a hacer valoraciones de si lo está haciendo bien o mal. Tampoco vamos a hacer descripciones desde el punto de vista político. Simplemente, vamos a seguir un enfoque de construcción de saber pedagógico,  el cual requiere hacer un análisis de las experiencias de las personas a las que queremos hacer llegar lo que explicamos. Dada su actualidad e intensidad con la que se está viviendo este melodrama, explicaremos la herramienta a partir del contexto de Madrid.

Imaginemos que la Presidenta de la Comunidad de Madrid, o el Consejero de Sanidad o el de Justicia o el mismo Alcalde y portavoz del PP,   antes de sus intervenciones en público, se hicieran el ‘Test Decir" contestando, sinceramente,  a cada una de las 5 cuestiones que este presenta.  

Test Decir 

 Consiste en que  antes de hablar en público, en el contexto que sea, una persona que se considere un buen profesional, (sigue la deontología profesional:"Parte de la ética que trata de los deberes y principios que afectan a una profesión.") con todo lo que ello implica, antes de hablar ante nadie debería hacer el Test Decir. Una vez completado, proceder a hablar si a todas las cuestiones ha contestado SÍ, o bien callar si alguna de las cuestiones planteadas no la tiene clara ¿? o responde NO. 


                                                                                                              


La interrogación personal es una buena práctica que todos deberíamos incorporar a nuestra vida. Haciéndonos preguntas con sabiduría podremos tomar decisiones con más claridad mental y lucidez. 


La primera cuestión, Derecho,  que deberían clarificar es la siguiente:

¿Qué derecho tengo yo para hablarles a  los asistentes de lo que le voy a hablar?

Dado el cargo y rol que tienen, nadie cuestiona su derecho de dirigirse a los ciudadanos. La cuestión a plantearse sería de si este derecho es suficiente por sí mismo o necesita ir apoyado en otros derechos como, por ejemplo,  el derecho del conocimiento: todos aprecian que de lo que hablan saben,  y por lo tanto se ganan su credibilidad y confianza.

La segunda  cuestión, Emoción,  que debería clarificar es la siguiente:

¿Sobre lo que voy hablar,  realmente lo siento, lo vivo y lo pienso tal y como voy a exponerlo?

Es decir, no pretendo venderles una “moto sin manillar”, hablándoles de algo que para nada siento ni creo que sea verdadero, pretendiendo instrumentalizarnos y valerme de ellos para cumplir mis ocultos y maquiavélicos fines. 

Esto pasaría, en este caso, por poner el foco en la evidencia sanitaria y no en la conveniencia política y adoptar, en consecuencia,  una estrategia sanitaria dejando para otras circunstancias la estrategia política. 

Es bueno recordar aquí, siguiendo a la Ontología del lenguaje ( Rafael Echevarría): Cuando hacemos una declaración, nos comprometemos a la validez y a lo adecuado de lo declarado. También, que cuando hacemos una promesa, una petición o una oferta, nos comprometemos a la sinceridad de la promesa enunciada; y, también,  que :

Cuando nos comprometemos a cumplir una promesa nos comprometemos, también, a tener la competencia para cumplir con las condiciones de satisfacción estipuladas.

La tercera de las cuestiones, Compartir, clarifica la siguiente pregunta:

¿Realmente quiero compartir con los demás esto que yo sé?

 Hace referencia a si considero  que lo que les voy  a contarles,  es tan importantes que quiero compartirlo con todos. En caso contrario, que no quiera compartirlo, pero que me vea por obligación en la necesidad de hacerlo, tengo muchas probabilidades de adulterar el mensaje  a base de mentiras, falacias, distorsiones y demás sesgos cognitivos.

La cuarta cuestión, Idea Clara, clarifica la pregunta siguiente:

¿Tengo el tema que voy a exponer  lo suficientemente claro?

 Nos pone en guardia para que no nos metamos en camisas de once varas, no en el sentido  que le da la RAE: «inmiscuirse en lo que no le incumbe o no le importa», sino  entendido como  no meterme en líos abordando cuestiones que no domino lo suficiente como para ser capaz de responder a objeciones o preguntas de profundización que me requieran los oyentes, echando por la borda mi credibilidad. De aquí la importancia del derecho de conocimiento del que hablamos en la primera de las cuestiones del test. Hace referencia a si lo que voy a abordar,  lo tengo intelectualmente claro, lo entiendo y comprendo, en definitiva, lo conozco  a fondo y sé de lo que hablo. El concepto de competencia comunicativa de Chomsky  nos viene a decir que todos tenemos los recursos lingüísticos suficientes para expresar y hacemos entender en  aquello que queremos exponer. Claro que esto requiere que nosotros lo entendamos y comprendemos. Si trato de que los demás comprendan algo que yo tengo confuso, el resultado será nefasto, del tipo de “cobrar en deferido” de la política que nos viene a la memoria de cada uno.

La confusión institucional es el mejor cultivo que puede tener el virus que tratamos de desterrar; la confusión personal,  en la exposición de un tema,  es el mejor y eficaz medio para  que los demás nos perciban como no creíbles, incompetentes y no dignos de nuestra confianza.  

La quinta y última de las cuestiones, Retroalimentación,  contesta la última pregunta del test:

¿Estoy dispuesto a recibir y analizar el feedback que reciba?

 

 Entendemos por feed- back la información de retorno dada a una persona sobre lo que hace para que esta pueda modificar sus acciones. Trata de si la presidenta, consejeros o alcalde,  están dispuestos a que los oyentes, le cuestionen, discrepen, acepten, rechacen,  profundicen, expongan,  etc. También hace referencia  a sí están atentos a cómo reacciona el público a su exposición, fijándose, especialmente en el lenguaje no verbal de los asistentes y esto le vaya dando información de cómo lo están recibiendo. Evitarían de esta forma, hacer el papel de elefantes en una cacherería...


Ni que decir tiene que también es necesario tener en cuenta  la retroalimentación entendida  como desviación observada en un momento dado, de tal forma que la diferencia medida pueda ser positiva o negativa y no confundir ambas. 




Sin trampas, y trabajando con datos objetivos,  debería ser fácil, relativamente fácil, el ponerse de acuerdo y tomar decisiones más óptimas, recordando continuamente que  si uno no quiere pelear, no hay pelea.








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domingo, 6 de septiembre de 2020

La jerarquía de los votos

 


LA JERARQUÍA DE LOS VOTOS



Hace cuatro  años que publiqué  

EL REGRESO DE PEDRO SÁNCHEZ:  EL VALOR DE LA PREDICCIÓN

https://neuroforma.blogspot.com/2016/12/el-regreso-de-pedro-sanchez-el-valor.html

Desde entonces han ocurrido muchas cosas. Según nos dice Manuel Vicent en su columna en El País de hoy (06-09-2020) “A la hora de conducirse en la vida el cerebro también tiene un sistema de luces largas, luces cortas y luces de situación.

En diversos másteres y demás formación que impartí a estudiantes universitarios, directivos de empresa etc., sostuve siempre la idea de que la estrategia correcta para desarrollar una carrera profesional consistente era la de “Luces largas”. Esto choca con el paradigma actual de la inmediatez (entre el deseo y su cumplimiento debe transcurrir el menor tiempo posible), y también choca con el  mundo de los políticos actuales.

“Con las luces largas todos los principios son fundamentales, todas las verdades son absolutas, todos los juicios son tajantes y las sentencias inapelables, pero con las luces cortas incluso las ideologías más extremas se ven encarnadas en personas, una a una, de modo que uno descubre individuos cerriles, abiertos, listos e imbéciles intercambiables, en la izquierda y en la derecha.” Manuel Vicent

Luces cortas

https://elpais.com/opinion/2020-09-05/luces-cortas.html

 

En estos últimos días le he oído decir a Pedro Sánchez que el Covid no entiende de ideologías. También he  oído decir a Monedero que del Covid se puede salir por la izquierda  o por la derecha.

Pedro Sánchez, más experimentado en tareas ejecutivas que hace cuatros años,  parece, de nuevo,  estar dispuesto a cometer los mismos errores que antaño.  El primero de ellos hay que ubicarlo en su  primer intento de investidura,  cuando, dejándose llevar exclusivamente por sus conocimientos contextuales,  y por la racionalidad al uso, hizo caso a los barones y demás medios mediáticos e ignoró olímpicamente a Podemos, aliándose con Ciudadanos, sabiendo, como sabía, que estos eran incompatibles con los de Podemos. (Luces largas)

De las palabras de Pedro Sánchez,  deducimos que parece  buscar un consenso priorizando, no ideologías,  sino votos, puesto que son ellos los que le pueden permitir alcanzar  su meta más ansiada: seguir en la Moncloa. Por su trayectoria en el ejecutivo, ya sabemos que sus palabras, no siempre se corresponden con  sus hechos.   

Por otra  parte Pablo Iglesias, decide buscar priorizar ideología, pero,  sus hechos parecen indicar que no tendría ningún reparo en aparcarla  y sustituirla por votos,  consiguiendo de esta forma su meta más ansiada: seguir formando parte del ejecutivo. Su antagonismo con Ciudadanos parece haber bajado en intensidad (Luces cortas)

Si los votos del PSOE más los votos de Unidas Podemos fueran suficientes,  la cuestión clave, que Pedro Sánchez siguiera en la Moncloa y Pablo Iglesias siguiera formando parte del poder ejecutivo, (Luces de situación) ya estaría arreglada. Ya solo se trataría de ir gobernando con más o menos acierto, e impidiendo que los demás políticos no siguieran enredando mucho,  no fueran a poner en peligro sus  metas personales. 

Dado que los votos de ambos no son suficientes la cuestión clave cambia y pasa a ser, ahora,  cómo conseguir los votos necesarios.

Aparece (que no irrumpe)  de esta forma  en escena Arrimadas,  que con los votos de Ciudadanos ocupa, ahora mismo,   en el escalafón jerárquico de los votos,  el puesto número tres.

Ni Ciudadanos es el mismo (entonces Albert Rivera no aparecía, irrumpía) con el que anteriormente  Pedro Sánchez trato de garantizar su investidura, la cual no fructificó dado el antagonismo que Unidas Podemos tenía con ellos, ni  estos últimos son los mismos que en aquella situación anterior se oponían radicalmente a cualquier  pacto que incluyera a Ciudadanos

 

¿Habrán aprendido los tres, que utilizar el poder como coerción, es decir, imponer decisiones propias contra la voluntad del otro, lleva necesariamente a un alto grado de antagonismo? M. Foucault, nos recuerda que detrás de la ley está la espada, pero todos sabemos que poco poder tiene quién para imponer su voluntad se basa exclusivamente en su poder coercitivo.  

 

Vendría bien a los tres que recordaran  a N.Luhmann,  sociólogo alemán que desarrolló una teoría general de los sistemas sociales, el cual sentenció que  “el poder del superior sobre sus subordinados y el poder de los subordinados sobre sus superiores se puede incrementar simultáneamente intensificando la relación”. 

Hace muchos años que vengo sosteniendo, en mis sesiones de coaching  y de formación, la fórmula siguiente:

R  x   R  =  R

Recursos por Relaciones igual a RESULTADOS.




¿Cómo reaccionaríamos los españoles si los recursos europeos no llegaran a España por la incapacidad de nuestros políticos de relacionarse entre ellos?


También les vendría bien recordar a Rensis Likert, psicólogo industrial estadounidense que se dedicó, entre otras muchas cosas (es muy conocida la Escala de Likert),  a investigar los estilos de gestión y que nos dice que en la gestión empresarial los directores con mejores resultados,  rompieron con el modelo jerárquico de influencia y adoptaron un sistema de gestión en él que se le asegura al jefe más influencia, ofreciéndoles a los subordinados más posibilidades para influir.

Extrapolar conceptos, ideas y herramientas que funcionan en el mundo de la empresa (en la cual los resultados mandan),  al mundo de la política,  (en la cual los resultados también deberían de mandar) sería un paso de gigante a dar, en la mejora del incapaz e incompetente  mundo político que sufrimos y padecemos en la actualidad. 

La percepción de un gran número de  ciudadanos es que nos encontramos, con respecto a los políticos, entre la espada y la pared, sin salida posible, lo cual elimina la funcional y adaptativa ira  solucionadora de problemas, y nos lleva directamente al nefasto y no funcional  ni adaptativo resentimiento.

¿INDIGNADOS O RESENTIDOS? (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/06/cambio-depreguntas-4-cambiar-de.html

Recurro de nuevo a  Luhmann,  que sostiene que el poder se incrementa proporcionalmente a las alternativas que se tiene para poder actuar:

"El poder se incrementa con las libertades de ambas partes: por ejemplo, crece en una sociedad en la medida en que ella genera alternativas". Tener la sensación de que controlamos nuestra vida (locus de control interno),  y de que tenemos opciones, es un requisito básico e imprescindible para tener un BIS (Bienestar Individual Subjetivo) alto.

Siempre he sostenido que el concepto de Libertad,  en abstracto, se concretiza y se hace real,  a través del número de opciones que tenemos ante una determinada situación.

"La vida real es lo que sucede durante las 24 horas del día a un centenar de metros a la redonda de tu cerebro, un tiempo y un espacio lleno de disyuntivas" Manuel Vicent

Los humanos  no nos manejamos bien con las disyuntivas o dilemas;  nos desenvolvemos mejor cuando tenemos  un mayor número de opciones las cuales nos dan un mayor grado de libertad.



¿Cuántas opciones tiene Pedro Sánchez?

¿Logrará incrementar el poder de su poder hasta el punto de que llegue a mover en Unidas Podemos  decisiones y acciones sin un “mandato” expreso?


¿Habrá cambiado el enfoque de lograr que un mandato suyo encuentre docilidad, pasando a otro enfoque en el cual el otro obedece libremente a lo que él ordena?

lunes, 10 de agosto de 2020

EJEMPLARIDAD: Ciudadanos normales versus políticos anormales

 

  




EJEMPLARIDAD

Ciudadano normales versus  políticos anormales

(entiéndase los términos “normales” y “anormales” en el contexto estadístico de normalidad).

 

El ciudadano normal y corriente no se para a hacer sesudos y racionales análisis políticos de lo que está pasando, pero, ello no quiere decir que le traiga al pairo la situación y la movida que se traen los políticos. Entre otras cosas,  porque estos, los políticos, por muy incompetentes, amorales y otras características similares que puedan tener, toman decisiones que afectan a sus bolsillos, a los de los políticos,  y a los nuestros, a los de los ciudadanos normales y corrientes. Estas decisiones que toman siempre van en el mismo sentido: Según el tipo de políticos de que hablemos, se trata de Mejorar las  condiciones de vida de los políticos y, a la vez, empeorar las condiciones de vida de los ciudadanos normales y corrientes. Dichos de forma didáctica: Llenar los bolsillos  de este tipo de políticos y aligerar los bolsillos de los ciudadanos normales. Ante semejante situación,  nadie dice "me la trae al pairo" y le deja indiferente e inmutable:  todo lo contrario, genera en algunos indignación e ira y en otros un pernicioso resentimiento. 

 

Sensaciones: 

La sabiduría de las vísceras

 

Las vísceras (Antoine Bechara,  nos dice que “cualquier decisión que carezca del elemento emocional, podría implicar consecuencias negativas”) [1]  de los ciudadanos normales y corrientes nos comunican  que por mucho teatro que hagan los unos y los otros,  al final,  en cuestiones de fondo,  todos coinciden. La discrepancia dialéctica a la que nos tienen acostumbrados, es pura y llana palabrería. Un teatrillo, desarrollado por unos pésimos actores,  que hacen sonrojar a los espectadores como señal inequívoca de la vergüenza ajena que sienten.  

 Hay muchos ciudadanos, normales y corrientes,  que zanjan cualquier discusión sobre política con el estribillo de “son todos iguales”.  Otros muchos ciudadanos normales y corrientes nos resistimos a creerlo. No sé si los primeros tienen razones y argumentos de peso para amparar su afirmación pues no los exponen. Los   segundos, normalmente,  asumimos la máxima  bíblica de “por sus hechos los conoceréis”.

 

 La sabiduría de las vísceras pone de relieve  que ante hechos esenciales, cada vez se confirma más fehacientemente lo de  “todos son iguais”, en galego,  y,  además,  seguido de  ¡Qué carallo! para expresar ya no una sensación sino una pura emoción de indignación e ira [2].


Ira y resentimiento


 

La idea del darwinismo de la supervivencia del más apto, tal vez podemos enunciarla, hoy en día,  así:

“Superviven los  indignados, se extinguen los resentidos”

  Hay bastante unanimidad, por parte de los expertos, en indicar que la indignación es una  emoción “vitalizadora”,  vinculada a la  percepción de injusticia y a la ira. La injusticia atenta contra la sociedad que tenemos montada. Sin justicia no hay libertad.  Con  la ira, sentimos rabia, enojo, furia e irritabilidad. La sangre fluye a las manos y se incrementa el ritmo cardíaco y el nivel de adrenalina. Se prepara el organismo para realizar una acción  enérgica que restaure la situación eliminando la injusticia.

“¿Por qué? preguntará tal vez un lector estricto. Porque si no lo hace se caerá el edificio. ¿Por qué tenemos que tener derechos y respetarlos? Porque, de lo contrario, no tendremos felicidad pública, ni paz, ni justicia, ni libertad. La historia de las invenciones morales había llegado por muchos caminos a esta conclusión.” (MARINA, José Antonio y DE LA VÁLGOMA María (1999): La lucha por la dignidad. Teoría de la felicidad política. Editorial Anagrama, S.A., Segunda edición. Barcelona 2001,    p.213)

 Si no lo hacemos así,  acabaremos en el  resentimiento (no adaptativo), el cual, en palabras de Scheler: “Es una autointoxicación psíquica que surge al reprimir sistemáticamente la descarga de ciertas emociones normales y pertenecientes al fondo de la naturaleza humana” (SCHELER, Max.: El resentimiento en la moral. Editorial: S.L. CAPARROS EDITORES. 1993) 

Hay también muchas evidencias de que crece como los contagios del virus, el número de personas afectadas por el resentimiento. 


El  coctel del resentimiento [3], con todos y cada uno de sus ingredientes, es una mezcla que nos “emborracha”, nubla nuestro raciocinio no facilitándonos una vida saludable. Tiene un alto coste emocional y físico para quien lo lleva encima impidiéndole sentirse libre, con la sensación de que controla su vida, con proactividad y sentido de logro. Va por la vida sintiéndose víctima con todos los sentimientos negativos que ello conlleva.

 La paradoja  que se da en el resentido es que acompaña la sed de venganza con el juicio de impotencia de llevarla a cabo: se siente impotente ante el otro. No hay posibilidades (facticidad) pues de restablecer el sentimiento del propio valer ofendido, la satisfacción del daño sufrido o restaurar el honor ofendido. 

 La represión ejercida sobre una sed de venganza que lleva a la sensación de que “no hay nada que hacer” “hay que someterse”, “así es la vida”, etc., es la que lleva al resentimiento, el cual, según Nietzsche: “Es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud”.  

 


 La injusticia y la falta de equidad generan ira para enfrentarse a la situación y solucionarla.  No es adaptativa ni soluciona nada, la ira farisaica, entre otras cosas porque no es creíble, y la simulamos ante situaciones que desde un análisis racional no podrían etiquetarse de "injustas". Proliferan tanto estas situaciones que la auténtica ira está evolucionando a una ira farisaica que no soluciona nada. Debemos considerar aquí que conservamos las mismas emociones que nuestros más remotos antepasados. Apenas han variado a lo largo de la evolución. Lo que sí ha evolucionado es la forma en que las manifestamos y, también, la forma en que las satisfacemos.  Podemos sentir ira hacia alguien  y no por ello atacarlo hasta seccionarle la yugular. Darwin sostenía que somos los descendientes de los antepasados que utilizaron la reacción (actuar ante situaciones determinadas de formas instintiva guiados por la emoción) con éxito y sobrevivieron, a diferencia de los que no lo hicieron. Esto nos trajo hasta aquí, con unas emociones que nuestros antepasados seleccionaron muy bien pagando un alto precio en ese aprendizaje. Y aquí estamos nosotros con unas necesidades emocionales y una lógica de las emociones.

 Si a la situación de injusticia le añadimos la percepción de que los políticos “son todos  iguales” genera resentimiento y este, nos lleva  a entender que los ciudadanos estamos entre la espada y la pared,  conduciéndonos a la “indefensión aprendida” la cual nos impide actuar ante situaciones injustas, transformando la proactividad en pasividad. No se solucionan así situaciones claramente injustas que nos afectan muy mucho, por ejemplo, dejar que nos roben parte de nuestras pensiones ganadas a pulso,  revalorizándolas, no con el IPC,  sino con el 0,25%.  (Para ser consecuente con la cabecera de este artículo: "Una opinión, sin un argumento  que la respalde, no vale de mucho", invito a leer los argumentos aportados a la opinión "situaciones claramente injustas" referidas a las pensiones, los siguientes artículos que se relacionan abajo sobre las pensiones)


 No todos son iguales

  Tenemos que desterrar, por las graves consecuencias sociales, psicológicas, económicas, etc. que genera, el relato de que “todos los políticos son iguales”.

 La cuestión clave pasa a ser, en consecuencia,  dar una respuesta racional a las siguientes preguntas:

 

 ¿Por qué, cuando se trata de tomar decisiones esenciales, todos los políticos que gobiernan actúan de la misma manera? 

 ¿Será, tal vez, que no tienen ninguna otra opción?

 ¿Podemos confirmar el hecho de que  acceder al gobierno supone tener que obedecer a otras instancias de diversa índole, sí o sí?

 ¿Si esto fuese así, estaríamos viviendo en una democracia?

 Claro que,  si es así, siempre tendrían la opción de renunciar a gobernar en estas condiciones  y dedicarse a la profesión de políticos en la oposición o a cualquier otro oficio. 

 Somos conscientes de que el poder causa adicción y renunciar a sus privilegios se hace muy duro...    

 Que se lo pregunten sino a Piero Rocchini, que trabajó durante 9 años como psicólogo en la Asamblea italiana, en el puesto de Consejero de psicología clínica de la Cámara de los diputados, escribió un libro titulado "La neurosis del Poder", publicado por Alianza Editorial, 1993. Su lectura nos da claves para entender lo que está pasando en la política española hoy. De sus sesiones de psicoterapia con muchos diputados, sintetizo algunos de los diálogos:

- Psicólogo: ¿Se siente satisfecho de su vida?

- Diputado: Satisfecho como el que siempre tiene miedo. Mientras cuente en el partido, soy un dios; pero si me dan de lado, no soy nadie.

- Psicólogo: ¿Es una madre exigente el partido?

- Diputado: Pero con los que se han convertido en alguien. Hay que pasar por la experiencia, para comprender esa sensación. El partido te da oportunidades, te mantiene, resuelve tus problemas, pero no puedes decirle no.

En el libro  Rochinni escribe una máxima que es repetida entre los diputados italianos: “La madre, la leche nos ha dado / ¡el resto nos lo da el partido! Ver más [4]. 

 ¿Qué opciones tienen muchos diputados, que solamente se dedicaron a la política, si el partido les da de lado, de dedicarse a otra cosa que les garantice el mismo estatus?

 

 Ejemplaridad

 Una de las premisas fundamentales para que una sociedad funcione con cierta normalidad, es la siguiente:

 “Compromiso e implicación visible de las personas de autoridad, en general, y de los políticos, en particular.”

 El ‘compromiso visible’ se traduce en lo siguiente:

 Más hacer (hechos)  y menos decir (demagogia): Hacer  las cosas bien.

 Hacer y que todos vean lo que se hace: Los ciudadanos  deben sentir que los políticos  buscan y tienen  voluntad de hacer las cosas bien y que la sociedad prospere.

Hacer, que se  vea que lo que los políticos hacen, y que son creíbles: Los ciudadanos  deben sentir que los políticos, en general, buscan el bien común por encima de cualquier bien particular (incluido aquí en incrementar su patrimonio personal).

Soy consciente de que a muchos esto puede sonarles a la más pura y angelical utopía. No olvidemos que muchas utopías pasadas fueron, con el tiempo, realidades presentes.

 

Si no hay ejemplaridad desde arriba, no hay implicación desde abajo.

Aspiramos a que "todos los políticos sean iguales" en           EJEMPLARIDAD


[1] EL REGRESO DE PEDRO SÁNCHEZ:

 EL VALOR DE LA PREDICCIÓN

https://neuroforma.blogspot.com/2016/12/el-regreso-de-pedro-sanchez-el-valor.html

[2] ¿INDIGNADOS O RESENTIDOS?: CAMBIO DE PREGUNTAS 3

https://neuroforma.blogspot.com/2017/05/cambio-de-preguntas-3-respuesta-es.html

 

[3] ¿INDIGNADOS O RESENTIDOS? (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/06/cambio-depreguntas-4-cambiar-de.html

 [4] A PROPÓSITO DE BORRELL

https://neuroforma.blogspot.com/2019/01/a-proposito-de-borrel.html

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SOBRE LAS PENSIONES: 

-El pilar de la EQUIDAD

https://neuroforma.blogspot.com/2020/04/los-seis-pilares-de-la-moral-4-equidad.html

-ACOSO A LOS PENSIONISTAS

https://neuroforma.blogspot.com/2020/06/acoso-los-pensionistas.html

-LA PESADILLA DE LAS PENSIONES

https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/la-pesadilla-de-las-pensiones-opiniones.html

-EL APOCALIPSIS DE LAS PENSIONES

https://neuroforma.blogspot.com/2019/04/mayores-6-el-apocalipsis-de-las.html

-MAYORES 5: MORIR SIN QUE NADIE EMPUJE

 https://neuroforma.blogspot.com/2018/10/mayores-5-morir-sin-que-nadie-empuje.html

-La RACIONALIDAD y la RAZONABILIDAD de los políticos

https://neuroforma.blogspot.com/2019/11/la-racionalidad-y-la-razonabilidad-de.html

-¿VOTO RACIONAL O VOTO EMOCIONAL?

https://neuroforma.blogspot.com/2019/05/voto-racional-o-voto-emocional-nuestro.htm