domingo, 14 de abril de 2024

INTERPRETANDO EL MUNDO

 


INTERPRETANDO EL MUNDO

 

“La idea de democracia no es uno de esos conceptos abstractos que podemos esperar precisar mediante simple racionalización. Semejante a otras ideas (...) de las que han vivido tantos ideólogos modernos, no ha sido en sus orígenes, y no es todavía en gran parte más que la expresión aproximada de una profunda aspiración, pero confusa, que intenta salir a luz y formularse”

Teilhard  de Chardin en su obra 'El porvenir del hombre' 



Los humanos interpretamos a través de la interpretación que hacemos de los múltiples estímulos que constantemente nos bombardean  (ejemplo paradigmático los anuncios publicitarios). Los mismos humanos que hemos alcanzado en la escala evolutiva el punto más avanzado de lo cual se puede inferir que tenemos una gran capacidad de adaptarnos a  los variados entornos con los que hemos tenido que lidiar y lo hemos hecho a pesar de las limitaciones  que se manifiestan en nuestra percepción. 





Estas limitaciones se ponen de relieve y afectan en mucha medida  en la manera que tenemos de interactuar con el mundo. 

Nuestro cerebro es selectivo y subjetivo, percibiendo pequeñas porciones del entorno en el que nos movemos: nuestra vista solo ve dentro de un espectro estrecho muy limitado; nuestro oído, tiene severas limitaciones si lo comparamos con muchos animales; nuestro gusto lo describe muy bien Vicent en su columna de hoy (se puede leer más abajo) : “El gusto también se siente muy confuso frente a la comida basura. Ya nadie sabe lo que come. El gaznate traga con todo”. Lo mismo hace con el olfato: “El olfato humano carece de prestigio, apenas sirve de nada, puesto que con la nariz es imposible seguir el rastro de la verdad”.


En la actual era  del Conocimiento, en la que estamos viviendo, las nuevas tecnologías y sobre todo la expansión de Internet generaron la cibercultura. El filósofo Pierre Lévy la aborda en su libro “La cibercultura: ¿el segundo diluvio?”. Todo parece indicar que nos están ahogando con un exceso de información y que la nueva arma de manipulación ya no es ocultando la información, sino proporcionando tal exceso de ella que ya no sepamos diferenciar la buena de la mala, la verdadera de la falsa, el grano de la paja.

A mi juicio, la cuestión pasa por  ‘saber mirar’ lo cual consiste, más concretamente, en tener los recursos necesarios para  filtrar lo esencial,  de todo el flujo de información que recibimos,  y saber diferenciar lo importante de lo accesorio,  y no dejar que nos “ahoguen” ni nos manipulen, algo  necesario e imprescindible para la persona que quiera auto gestionarse, hacerse responsable de su propia vida.  La atención y los  cinco filtros (que desarrollaremos en otro artículo)  nos permitirán quedarnos con el grano desechando la paja. Vamos hoy ocuparnos de 

Saber Mirar. 

Lo primero es diferenciar entre ver y mirar.El ver es algo natural. De todos los sentidos que tenemos los humanos, del que más dependemos es de la visión. Se suele cuantificar que el 80% de la información que recibimos es a través de los ojos. Aun así, estamos muy limitados y de todo el espectro visual, el ojo humano solamente ve una parte muy pequeña, concretamente la comprendida entre 380 y 760 nanómetros de longitud de ondas electromagnética (BROWN, T.S.; WALLACE, P.M., “Psicología fisiológica”,  McGraw-Hill, Madrid, 1990, pág. 97). No podemos ver nada por debajo de 380 (ultravioleta),  ni nada por encima de 760 (infrarrojos)

 El mirar es algo intencional, cultural y aprendido. Si el ver está limitado a longitudes de onda comprendidas en el intervalo antes mencionado, el mirar, también está limitado y condicionado, no de forma colectiva, es decir, en todos los humanos, sino de forma individual, en cada uno de nosotros de forma diferente, en función de nuestra experiencia, cultura y de nuestro aprendizaje. Si en el ver tenemos un filtro neurológico, en el mirar tenemos dos filtros: uno cultural y otro individual.

 El mirar es encontrar sentido y es imposible encontrarlo fuera si previamente no lo tenemos dentro. De aquí se deducen interesantes conclusiones:

-         1. No miramos el mundo tal y como este es; lo miramos tal y como somos nosotros. (“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira” Ramón de Campoamor)

-         2. Miramos en función de nuestra experiencia y relación con el mundo. (“El que tiene solo un martillo cree que todo son clavos”)

-         3. La inteligencia es mirar algo donde otros no ven nada.

-         4. Una persona con experiencia es la que puede mirar las cosas desde múltiples puntos de vista.

Miramos solo lo que conocemos, por lo que mirar y conocimientos están íntimamente relacionados. Este mirar particular nos lleva a vivir, a cada uno de nosotros, no en la realidad objetiva, sino en la realidad subjetiva, construida por cada uno de nosotros.

Vemos todo lo que miramos pero no miramos todo lo que vemos. Vemos con los ojos pero miramos con la necesidad, con la intención y con la voluntad. Así por ejemplo, si mañana te encuentras con un conocido en una calle a las 15 horas y resulta que él va a comer y tú ya has comido,  y os ponéis a hablar, igual te sorprende, de repente, diciéndote: ¡Que olor a  calamares fritos sale de esa cafetería! Tú ni te habías dado cuenta. Él tiene la necesidad hambre por no haber comido, tú no la tienes porque ya has comido (Percepción ecológica de Gibson)

Si tú tienes en la mente una meta, un proyecto, un objetivo, vas a mirar cosas e información en tu entorno que  te ayudarán a conseguir la meta y que no mirarías,  ni siquiera verías,  si no tuvieses esa meta, proyecto u objetivo en tu mente.



Te invito, para entender las preguntas que hago más abajo,  a buscar y leer los  conceptos emic y etic, etnocentrismo y relativismo cultural,   desarrollados por la antropología y que gracias a ellos, ahora que estamos dándole vueltas a la transición democrática, uno de sus principales protagonistas  iniciales, García Trevijano, del que nadie habla, salió airoso de un “debate aprieto” en un programa de TV llamado “La Clave” de Balbín. Si no los tuviese en su cerebro no los podría utilizar para explicar una situación complicada para él que no recuerdo bien, pero creo que se trataba de la redacción de la constitución de Angola)

 




¿Cuáles son los límites que le impones a tu mirar?

 

¿Ves la vida con un enfoque “etnocentrista” o de “relativismo cultural”?

 

¿Describes las cosas desde un punto de vista “emic” o desde un enfoque “etic”?

 

¿Como interpretas tú aquellos conceptos definitorios de la democracia(LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD) que se formularon en Occidente en el año 1789?


 

 










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COLUMNA

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La mano en la herida

Me tocas, te toco, luego existo: he aquí una certeza insoslayable, cosa que no se puede decir del resto de los sentidos

 

MANUEL VICENT

14 ABR 2024 - 05:00CEST

La vista no es en absoluto fiable. Cualquier imagen que veas podría estar manipulada. Tampoco el oído ofrece ninguna garantía. La cantidad de mentiras, chismes y falsos rumores que se oyen cada día es inagotable. El gusto también se siente muy confuso frente a la comida basura. Ya nadie sabe lo que come. El gaznate traga con todo. El olfato humano carece de prestigio, apenas sirve de nada, puesto que con la nariz es imposible seguir el rastro de la verdad. Solo queda el tacto, el único del que te puedes fiar como un sordomudo. Me tocas, te toco, luego existo: he aquí una certeza insoslayable, cosa que no se puede decir del resto de los sentidos corporales que abastecen nuestro conocimiento de la realidad. Existe un ejemplo sagrado. Los cristianos creen que el Nazareno murió en la cruz y resucitó al tercer día. Lo primero que hizo al salir del sepulcro, antes que ir a ver a su madre, fue encontrarse con la que algunos dicen que era su novia, María Magdalena. Como es lógico, esta mujer, arrebatada por el amor, trató de abrazarlo, pero el resucitado rehuyó el contacto. “Noli me tangere, —le dijo— no me toques”. Aquel ser virtual mandó a la mujer que diera a los discípulos la noticia de que estaba vivo, pese a ser intangible. Todos lo dieron por bueno, todos salvo Tomás, quien dijo que solo creería si metía su dedo en el lugar de los clavos y su mano en la herida de su costado que le había infligido la lanza del centurión. La Magdalena le juraba en vano que el resucitado era real, que lo había visto y lo había oído. Cuando dentro de poco la humanidad quede atrapada en el bosque de la inteligencia artificial todo será verdadero y falso, verdad y mentira al mismo tiempo. Pero frente a lo que veas, oigas y sientas, a la hora de buscar la verdad habrá que seguir el método analógico del incrédulo Tomás. “Pon tu mano en mi herida para saber si existo” —se dirán unos a otros. Entre el ser y la nada, el tacto constituirá el único certificado de aquella vieja realidad.

 

 

 

 

domingo, 7 de abril de 2024

Personaje LENGUERAZ

 


Personaje LENGUERAZ
 

1. adj. Deslenguado, atrevido en el hablar.

Sinónimos:         

deslenguado, malhablado, desvergonzado, descarado...

Antónimos:        

bienhablado.

(RAE)

 

Hablar ( en este caso escribir), sobre determinados personajes con objetividad,  a veces se hace muy difícil. La causa, en mi opinión, es que me genera un  sentimiento de antipatía que, en mayor o menor grado, todos  experimentamos  hacia algunas personas: uno pierde la frialdad mental requerida para ser objetivo: «Soy subjetivo, ya que soy sujeto. Si fuese objetivo, entonces sería un objeto». 

Vayan por delante mis respetos hacia las personas, incluyendo a las que no me caen bien pero, al mismo  tiempo, también mi rechazo absoluto a muchas de sus manifestaciones y, sobre todo, a sus acciones y comportamientos. Sin duda, como todas las demás personas,  además de defectos visibles también tendrán cualidades, aunque en este caso las mantengan muy ocultas y se hagan visibles en muy contadas ocasiones. Claro que  también puede ser que dada mi antipatía  hacia ella,  me muestre incapaz de observarle ninguna. La causa no es ideológica: mis respetos  a la democracia que nos han dado después de pasar parte de nuestra vida  en una dictadura. Lo que sí es pertinente exigirle a la democracia, en general, y a esta que rige nuestro país, en concreto, que tiene por delante un gran  reto de  mejora, exigiendo a todos los ciudadanos, y muy especialmente a los políticos, en general, y sobre todo  a determinados políticos, en concreto, que actúan  bajo la consigna de “dueños de hoz y cuchillo” creyendo que todavía rige el feudalismo.

 

Un caso paradigmático es el de una señora, dedicada a la política,  que constantemente actúa ante las cámaras, más por el efecto que produce que por la eficacia conseguida en incrementar el grado de bienestar de los ciudadanos. Aprovecha cualquier ocasión que se le presenta para  cargar las tintas  pretendiendo  a toda costa llamar la atención sobre su persona creando de sí misma la imagen de un personaje repulsivo para muchos y, a la vez, muchos forofos (que buscan alguna ventaja personal) que la proclaman allí en donde se presenta.

LEER:

El triunfo de la INSENSATEZ

https://neuroforma.blogspot.com/2020/11/el-triunfo-de-la-insensatez.html

 

Una de las cosas que más me molesta es su falta de sentido de la realidad, dando la impresión de que está viviendo, a mi juicio, en un mundo de fabulación que no se corresponde, absolutamente para nada,  con la realidad que viven muchísimos de los ciudadanos, a algunos de los cuales les crea su realidad a partir de un derroche de soflainas hiperbólicas.   Susceptible y propensa a las confrontaciones, acepta de muy mal grado las críticas adversas, avivando los conflictos  y manifestándose defensivamente agresiva  y mostrando graves dificultades para escuchar a los demás.

LEER:

Las divagaciones de Ayuso

https://neuroforma.blogspot.com/2022/08/las-divagaciones-de-ayuso.html

En sus discusiones con la oposición  en el Parlamento autonómico de su comunidad  muestra una  labilidad emocional que le impide expresarse de una manera correcta desde el punto de vista del lenguaje  no verbal. Ya no digamos nada sobre lo que dice: fabula, exagera, miente , dando la impresión de que está fuera de lugar, convirtiendo el parlamento autonómico en una taberna de barrio. Su mitomanía le lleva a mentir compulsivamente (es hacienda la que le debe a su pareja 600.000 €), miente e inventa anécdotas fantásticas de manera repetitiva con la finalidad de obtener un beneficio de manera que suele ser atención, admiración... Da la impresión de que carece del sentido de realidad actuando sin pensárselo dos veces y con un horizonte del corto plazo sin ser consciente de las consecuencias que puedan derivarse a largo plazo. Posesiva, rebelde a la autoridad (que le pregunten  al Sr. Casado) se encuentra en el día a día grandes dificultades para cooperar con los demás desde un  pie de igualdad (a la llegada de Feijóo actuaba como jefa del mismo): no le gusta que le manden otros. Se desenvuelve desde la dispersión y superficialidad implicándose absolutamente nada en las tareas que le son propias a su rol (sí se ocupa y derrocha dinero público en poner al servicio de su pareja, según los medios de comunicación no adictos, en poner al servicio de su pareja funcionarios públicos). Le interesa más su propia imagen y su situación que la eficacia en mejorar la vida de sus ciudadanos: egocéntrica, autoritaria y a veces demasiado segura de sí misma lo que no refleja nada más que una palmaria falta de confianza en sí misma. Propensa a discutir, crítica,  individualista (en el mal sentido), de humor inestable y falta de ponderación  pone de manifiesto tendencias a la exageración y a la dramatización asumiendo, a veces, el papel de víctima (vivió en la pobreza en sus inicios). 

LEER: 

 Pongamos que hablamos de Madrid:

DECIR antes de HABLAR

https://neuroforma.blogspot.com/2020/10/decir-antes-de-hablar-pongamos-que.html

Nulo espíritu de equipo no comparte las necesidades del grupo y comete, con frecuencia, errores de apreciación, por ejemplo inflando su curriculum atribuyéndose habilidades y conocimientos que no posee con lo que pretende engañar y embaucar a otros, en definitiva, una charlatana que rige la autonomía  que alberga a la capital de España, ¡increíble!, utilizando para ello una retórica hueca con total desprecio de ajustarse a la verdad y por el bienestar de los demás lo cual refleja una profunda deshonestidad y falta de autenticidad, en definitiva, presidiendo una de las comunidades de España un

 

Personaje DEMAGOGO:

“es una estrategia utilizada para conseguir el poder político que consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la desinformación, la agnotología y la propaganda política”.

https://es.wikipedia.org/wiki/Demagogia


Termino emulando a Manuel Vicent afirmando que : 

Sin duda esta señora a lo largo de la historia no dejará una huella perenne. 

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 Más allá del caos

Solo el arte a lo largo de la historia ha dejado una huella perenne

MANUEL VICENT

07 ABR 2024 - 05:00CEST

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Un caos entre dos silencios, eso es la vida, según Samuel Beckett. Se refiere a ese silencio que llega desde el fondo del universo y que un día es interrumpido por el sonido rítmico de los latidos del corazón de la madre. Lo oirás mientras navegas en la placenta como un pez en el mar. Aquel espermatozoide que fuiste se comportó como un héroe en la dura escalada en busca de un óvulo contra millones de competidores inscritos en el mismo maratón. Todos se hallaban en la línea de salida con idénticas posibilidades de éxito, pero fuiste tú el elegido por el azar. Nadie pidió tu opinión antes de empujarte a esta pista de baile. Pregúntate si en este circo te ha tocado el papel de payaso, de tragasables o de saltimbanqui, si a este mundo has venido a mandar o a obedecer. Puede que la vida sea un caos entre dos silencios, si nos atenemos al inagotable caudal de sangre que han provocado los tiranos, pero yo no llamaría caos al Partenón, ni a la creación del derecho romano, ni a los códices de vitela elaborados por los monjes del medioevo, ni a los sonetos de Garcilaso, ni a la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, ni al cuadro La alegría de vivir, de Matisse. Tampoco llamaría caos a una espiga de trigo bien granada, a tener 20 años y perderse con una novia por la Toscana, a navegar en un velero por el mar de Denia bajo el sol del verano con el silencio del oleaje atravesado por una canción de George Moustaki. Todas las guerras que ha sufrido la humanidad han terminado por desvanecerse; también este genocidio sin piedad que sucede ante los ojos de todo el mundo en Palestina acabará en el olvido un día; en cambio, solo el arte a lo largo de la historia ha dejado una huella perenne. Puede que en la cueva de Altamira aquellos trogloditas se despedazaran entre ellos, pero antes nos dejaron de recuerdo unos bisontes pintados. Puede que en la religión cristiana el redentor haya muerto en la cruz, pero yo no llamaría caos a La Pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach.

 

 

 

 

 

domingo, 31 de marzo de 2024

 




MANUEL VICENT

31 MAR 2024 - 05:00CEST


Espárragos silvestres

Los recuerdos más felices que permanecen sumergidos pueden salir también de su sepulcro para volver a la vida de cada día y esa será la forma más perfecta de resurrección


MANUEL VICENT

31 MAR 2024 - 05:00CEST

Llevo asociado de niño un día como hoy, Domingo de Resurrección, a la costumbre de ir a buscar espárragos silvestres por unos barrancos que se abrían al mar. Desde la ladera de la montaña se oía el volteo general de campanas de los pueblos de alrededor que tocaban a gloria. Y alguien del grupo gritaba: Dios ha resucitado. Tal vez había abandonado el sepulcro atraído por el aroma a pan profundo con anís que salía de las tahonas. Pienso que es un deber resucitar todos los días, no solo el Domingo de Pascua. No es tan difícil. Hasta ahora todo el tiempo que ya hemos vivido es una parte de nosotros que ya ha muerto. Si abres el álbum de fotos verás a ese niño con el triciclo, a esa niña en el parque, al chaval que aparece leyendo tumbado en una hamaca, a la chica con el primer pantalón vaquero sentada en una escalinata de Roma, al joven con la trenca camino de la universidad. Todas esas criaturas sucesivas que fuimos una vez, pertenecen al reino de los muertos. Por fortuna seguimos vivos, porque vivir no es sino flotar cada día en la superficie de nuestro propio abismo empujados desde abajo por lo que fuimos. Hay días claros y alegres en cualquier pasado, algunos momentos muy nobles de los que uno se siente orgulloso. Los recuerdos más felices que permanecen sumergidos pueden salir también de su sepulcro para volver a la vida de cada día y esa será la forma más perfecta de resurrección. Hubo un momento en que este país creyó tener un futuro venturoso. El odio no se había instalado todavía en el centro de la política y los intelectuales, los periodistas, los artistas, los científicos, los empresarios estaban llenos de optimismo y todos empujaban hacia adelante en medio del reino incipiente de la libertad y la democracia. ¿Podría producirse ahora el milagro de que salieran de la tumba aquellos sueños enterrados? Por mi parte me conformo con que resucite hoy aquel niño feliz que en este día de gloria buscaba espárragos silvestres en los barrancos.

https://elpais.com/autor/manuel-vicent/ 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 24 de marzo de 2024

TRIFULCAS PARLAMENTARIAS

 


 

TRIFULCAS PARLAMENTARIAS

 

La cantidad de ciudadanos que cada día pedimos un urgente cambio a nuestros políticos, crece sin cesar. Somos muchos los que estamos hartos, hasta el gorro,  del denigrante espectáculo en el que se convierte el parlamento en los debates televisivos. Dado que soy un convencido de que no se puede entender nada si se desconoce el contexto en el que tiene lugar, invito a leer el siguiente artículo:


TAUROMAQUIA

https://neuroforma.blogspot.com/2024/03/tauromaquia.html

  



Para que un cambio se materialice en algo real,  deben cumplirse determinadas condiciones. La primera es definir, lo más claramente posible,  el cambio que deseamos. En este caso de lo que estamos hartos es del ‘denigrante espectáculo en el que se convierte el parlamento’. Damos por supuesto que vivimos en una democracia lo cual implica que cada grupo tiene su ideología, su filosofía de vida, su forma de ver el mundo... No estamos pidiendo que cambien esto. Estamos pidiendo que cambien la forma en la que interaccionan unos con otros en los debates parlamentarios para cumplir con las funciones que le son propias como diputados que son.

 

 ¿Cómo se pueden destruir unas relaciones tóxicas (presentes actualmente) y  construir unas relaciones cívicas y respetuosas  sin  recurrir a la empatía, la comprensión y la comunicación?

 

Aunque nos estamos refiriendo a los políticos en general no se puede, a nuestro juicio, entender que todos son iguales. En absoluto: las actuaciones (que son lo que importa) de unos y otros son muy diferentes. 

La segunda de las condiciones es la de tener una intensa disconformidad con el presente. Esta es la primera razón a la que nos sumamos, sin duda, muchos ciudadanos. Suponemos que también la mayoría de los diputados no estarán satisfechos con la situación actual. Se hace necesario que abandonen sus falacias, sus mentiras, sus invenciones; que empiecen a distinguir entre sentimientos, opiniones y hechos y se centren en estos últimos.

La tercera de las condiciones es  la de tener una clara visión del futuro. En el caso del  que hoy  nos estamos ocupando, queremos observar  que se dejan a un lado la estrategia del “y tú más” y se razona y exponen argumentos de peso.  La Fundación para el pensamiento crítico dice que “cuando pensamos, tenemos un propósito con un punto de vista, basado en suposiciones que llevan a implicaciones y consecuencias. Usamos conceptos, ideas y teorías para interpretar datos, hechos y experiencias, para contestar preguntas, resolver problemas y asuntos”.

 

Los  defectos en el pensar,  nos llevan, a veces, a no saber distinguir la verdad de su contrario, la falsedad, lo cual  da como resultado que  emitamos juicios falsos creyéndolos verdaderos. Se nos pasa por alto  que solamente la verdad de las premisas lleva a la verdad de la conclusión (“validez deductiva”) y a la emisión de juicios verdaderos. Si hablamos de razonamiento  inductivo, que las conclusiones presenten  un grado de probabilidad determinado (“fuerza inductiva”).   Otras veces confundimos los hechos con las opiniones. Esto da como resultado que nos lancemos a hacer afirmaciones basadas en opiniones que pretenden  convertirse en hechos. De nuevo se nos pasa por alto, que  los hechos deben dar lugar a las opiniones; las opiniones no dan lugar a los hechos. Otras veces, desde un estado de  ignorancia (ausencia de conocimientos con respecto a algo) emitimos juicios  bajo la etiqueta de certeza (afirmar algo sin temor a equivocarse) lo cual da como resultado el  error, tomando lo verdadero como falso y lo falso como verdadero. La cuarta y última condición es la competencia de gestión de proyectos.

 

¿Cómo se pueden gestionar proyectos, del tipo que sean con eficacia si no hay cooperación parlamentaria?

 

Si existe una clara disconformidad con el presente (donde estamos) pero no hay una visión clara del futuro (a donde vamos) o no se es capaz de gestionar los proyectos oportunos (vitales u organizativos) de forma eficiente, el  cambio no se producirá.

Flota en Parlamento actual una atmósfera de emociones lo cual sería un buen síntoma si fuesen del grupo de emociones positivas que nos potencian nuestros recursos y nos hacen más efectivos. Lo grave de la cuestión es que estas están ausentes y su lugar lo ocupan  emociones negativas las cuales merman nuestros recursos personales y nos hacen ser ineficientes en todo aquello que acometemos bajo su influjo.  

Hay que recordarle a los parlamentarios que les pagamos generosamente los ciudadanos para que ellos no se permitan el lujo de gastar energía en balde, pólvora en salvas. La impaciencia, la irritación, y la cólera se encuentran entre las que más desgastan y más fatiga producen.

Otro de los efectos es que con sus formas de decir y proceder nos hacen sentir a los ciudadanos de a pie vergüenza ajena y al mismo tiempo desafección que a muchos les lleva a pasar de la política, de los políticos y de las urnas  y dedicar su atención a tareas más productivas y enriquecedoras, convencidos de que las broncas, las trifulcas y las algaradas, escenificadas todos los días  no nos aportan nada positivo.

Las condiciones que mencionamos antes para que se consolide el cambio  valen también  para un cambio individual con el propósito de propiciar el propio cambio interno construyendo un proyecto estratégico vital gestionando disciplinadamente este proyecto.

Deben entender los parlamentarios que por muy alto que hayan volado igual que Ícaro  (hace años que presencié en  Coruña una magnífica sesión del Circo del Sol sobre este personaje mitológico) en la  compleja sociedad actual, nadie completa  para todo su futuro, su educación.

 El aprendizaje a lo largo de la vida entera es una exigencia, no una opción.

Este aprendizaje debe incluir el desarrollo de la voluntad de acción que como toda fuerza física se desarrolla practicándola a través del ejercicio, entrenándose en sacar proyectos adelante.

En el caso que hoy nos ocupa es imprescindible que todos  y cada uno de los parlamentarios desarrolle, también, la voluntad de parada, o dicho de otra forma más en sintonía con el tema de hoy, “el dominio de sí mismo”. Para dominar una situación hay que empezar por dominarse a sí mismo.

Esto también requiere que se lleven a cabo las siguientes etapas:La primera, silencio: ante una emoción silencio de palabras y silencio de gestos (lenguaje no verbal). Suprimiendo las manifestaciones externas de la emoción, esta baja de intensidad hasta un punto de hacerla manejable.La segunda reflexión: analizar las causas de la emoción y pensar en el objetivo de por qué están allí, en la sede de la soberanía nacional. 

Nos dice en su columna de hoy Manuel Vicent (se puede leer más abajo) que “Ya se había ido el sol y al mirar por última vez el mar vi con sorpresa que el oleaje en lugar de romper contra las rocas había dejado paralizada en el aire una gran ola de aquella tempestad como cuando se congela una imagen en una pantalla.”

¿Cuanto ganarían, los parlamentarios en eficacia, gestión de proyectos, despilfarro de energía e imagen pública, si desarrollaran la competencia de congelar las emociones que le hacen perder el control de sí mismos en su vida parlamentaria?.

 Congelar una emoción en la vida diaria es una habilidad valiosa para cultivar el control emocional y la autogestión. 

 


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COLUMNA

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La ola detenida

Para despedirme del verano pedí una ginebra con hielo, la fui degustado a sorbos que apenas me mojaban los labios y me fui quedando absorto con la mirada perdida en el oleaje

MANUEL VICENT

24 MAR 2024 - 05:00CET

Una tarde del pasado mes de septiembre me encontraba sentado en la terraza de un bar en una cala contra la que rompía un mar de temporal. Era mi último día de vacaciones. Para despedirme del verano pedí una ginebra con hielo, la fui degustado a sorbos que apenas me mojaban los labios y poco a poco me fui quedando absorto con la mirada perdida en el oleaje. Pese a la crueldad con que me acababa de tratar la vida, el verano me había deparado unos placeres que estaban todavía a mi alcance. Los amaneceres radiantes, algunas mañanas de pesca, la tertulia con los amigos, alguna tormenta de agosto a la hora de la siesta que había dejado la luz de la tarde preparada para un paseo muy agradable, las noches con los grillos y el croar de ranas. Era el momento de dejar atrás todo aquello. Ya se había ido el sol y al mirar por última vez el mar vi con sorpresa que el oleaje en lugar de romper contra las rocas había dejado paralizada en el aire una gran ola de aquella tempestad como cuando se congela una imagen en una pantalla. Pensé que a su alrededor el tiempo también se había detenido. Esa misma sensación tampoco me abandonó en la ciudad. Llegó el otoño y se fueron alargando las sombras; llegó el invierno con los pájaros ateridos y la leña en el cobertizo. A veces recordaba aquella ola que dejé en septiembre detenida en el aire. Han pasado seis meses. Ha llegado la primavera, he vuelto al mar y esto es lo que ha sucedido. Después de dejar mi equipaje en casa he ido a la cala y a medida que me acercaba me sorprendía que el mar no sonara. Allí estaba la ola todavía detenida en el aire. Me senté en la terraza, pedí una ginebra, me mojé los labios y en ese momento todo el oleaje volvió a animarse y la gran ola se estrelló contra las rocas y mandó unas esquirlas de espuma hasta mis pies. Pensé que todo volvería a ser como antes. Amaneceres radiantes, mañanas de pesca, tertulias con los amigos y el mar de siempre.


 




domingo, 17 de marzo de 2024

TAUROMAQUIA

 


TAUROMAQUIA 


«Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo»

Ludwig Wittgenstein

 

Sin duda se dan muchas similitudes entre  la tauromaquia y algunos (en los últimos tiempos la mayoría) de los debates parlamentarios que tienen lugar en la sede de la soberanía nacional: “Dícese del arte de lidiar toros; así como del concepto de reglas que establecen dicho arte. RAE.”

 Elijo hoy el título de este artículo por varias razones, la primera de las cuales es  por qué me despierta un cúmulo de emociones negativas ya que soy, apasionadamente antitaurino, y ante semejante espectáculo paso de su carácter cultural, histórico,  tradicional y demás ¿argumentos? que nos presentan sus forofos: no es otra cosa, a mi juicio,  que un patético espectáculo de maltrato animal.

También algunos (en los últimos tiempos la mayoría) de los debates parlamentarios parece buscan matar a la democracia al igual que el fin de la corrida de toros acaba con la muerte del animal.

 

Según nos dice Manuel Vicent en su columna de hoy, “Su odio viene de lejos y no parece de ficción, el lobo es real, y de hecho ya está a punto de bajar a la calle. El enfrentamiento civil comienza con una labor muy bien programada de desprestigio de las instituciones democráticas”.

 

En el ágora griega ateniense, cuna de la democracia, está el origen de todas las democracias del universo conocido. En la plaza de toros (de la que el animal tiene que salir muerto) en que se está convirtiendo nuestro actual parlamento, muchos ciudadanos honrados que ponen sin rechistar todos los día el mundo a funcionar,  pueden tener la impresión de que se están poniendo los suficientes palos en las ruedas para que se tambalee la democracia que nos hemos dado a nosotros mismos y que, hoy por hoy,  es el mejor sistema conocido.

El duelo que los toreros someten al toro, podemos compararlo con la violencia dialéctica que manifiestan algunos (en los últimos tiempos muchos más) con la que expulsan su odio al contrincante fabricado ya no de argumentos sólidos razonados sino de falacias, soflainas hiperbólicas y, sobre todo,  de mentiras, puras y duras mentiras, dando la razón a Maquiavelo cuando decía que la mentira y la política  eran inseparables.     

 Si tiene razón Wittgenstein acerca de la limitación del lenguaje; si se supone que  en los debates parlamentarios, los políticos realizan su propia faena retórica, presentando argumentos, refutando oponentes y buscando persuadir a la audiencia, cabe concluir que nuestros políticos tienen serias limitaciones para esgrimir una faena retórica compuesta de discursos persuasivos y eficaces para  convencer con el uso de la palabra. Actualmente impera el insulto con el que buscar un enemigo a batir y la estrategia del  “y tú más”  utilizando como  estoque  con el que afligir a los ciudadanos, honrados que ponen sin rechistar todos los día el mundo a funcionar.

 Para convencer, (vencer yo con los otros) es imprescindible la credibilidad y la persuasión.

 La credibilidad es un requisito previo que también debe construirse desde dentro – coherencia – hacia fuera –demostración-.

La coherencia es un factor decisivo. La incertidumbre del mundo impone una acuciante necesidad de predecir algunas cosas, de tener seguridad. Convertirse en un punto firme en el que alguien siempre puede apoyarse es un gran factor de atracción, pero requiere demostrar sistemáticamente que se aplica un conjunto de principios, sin desviarse nunca.

La credibilidad no es posible si no se dan determinadas condiciones: si tenemos los conocimientos necesarios de aquello que hablamos;

si por nuestros actos anteriores y nuestro carácter parecemos ser   sinceros; si tratamos de comprender el punto de vista de nuestro interlocutor y de adaptarnos a él; si  exponemos argumentos lógicos que atraen su atención.

No considerar a los demás tontos: hay que decir sólo lo que el otro puede creer.

 "El espectador echa de menos que al final de las sesiones del Congreso no suene una cisterna para que se lleve hacia la alcantarilla este detritus cargado de odio ibérico que les sale del alma a algunos padres de la patria."Manuel Vicent.

No tratar de seducir con engaños. La mente humana está dotada de unos mecanismos muy eficaces para detectar la falsedad. El falso entusiasmo, faltar a la verdad, intentar ser quien no se es, se detectan rápidamente a través de la postura, los movimientos de los ojos o el tono de voz (lenguaje no verbal). Esta detección no será necesariamente consciente, pero dejará un sentimiento de desconfianza en el interlocutor que es la muerte súbita de la relación y, por lo tanto, de la persuasión.

 Finalmente  decir la verdad aún que duela)

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COLUMNA

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Tirar de la cadena

El espectador echa de menos que al final de las sesiones del Congreso no suene una cisterna para que se lleve hacia la alcantarilla este detritus cargado de odio ibérico que les sale del alma a algunos padres de la patria

 

MANUEL VICENT

17 MAR 2024 - 05:00CET

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Al final de cada sesión de control al Gobierno en la que algunos diputados de uno y otro bando sacan lo peor que llevan dentro, como sucede en las letrinas, debería haber un ujier encargado de tirar de la cadena. El espectador echa de menos que suene una cisterna que se lleve hacia la alcantarilla este detritus cargado de odio ibérico que les sale del alma a algunos padres de la patria. Se hace necesario un nuevo cargo, el de pocero mayor del Congreso, equipado con botas pantaneras y con un mono de hule para manejarse con soltura en semejante cloaca. Muchos piensan que se trata solo de un teatro, que el Parlamento está para eso, pero esta gente a la que hemos votado parece ignorar el juego peligroso que se lleva entre manos. Su odio viene de lejos y no parece de ficción, el lobo es real, y de hecho ya está a punto de bajar a la calle. El enfrentamiento civil comienza con una labor muy bien programada de desprestigio de las instituciones democráticas. No es preciso asaltar el congreso a caballo o con metralletas; lo puedes tomar convirtiéndolo primero en un circo y después degradarlo con gritos, amenazas, risas y reyertas de taberna y no parar hasta que el ciudadano decente llegue a la convicción de que esta institución ya no representa la soberanía nacional, de modo que mejor sería cerrarla. Ya se sabe. No todos los políticos son iguales. En el Congreso, los diputados trabajan en sus despachos y participan en las comisiones, no todo son insultos. Vale. Supongo que algunos padres de la patria al volver a casa después de la sesión del Congreso se avergonzarán ante sus hijos por el espectáculo obsceno que acaban de dar por televisión en horario infantil. La democracia es una maquinaria ciega que trabaja día y noche sacando la basura humana a la superficie. Visto cómo en España funcionan esas las bombas de achique manejadas por los distintos medios habrá que aceptar que no todo está perdido. Ignoro si encima habrá que alegrarse todavía por poderlo contar.