domingo, 28 de mayo de 2023

 


EL VOTO



 "Nuestras vidas comienzan a llegar a su fin el día que dejamos de hablar sobre las cosas que importan”.Martin Luther King


Me desperté a las 7 h. Leí la columna de Manuel Vicent, desayuné en pijama y en la terraza (nublado en Vigo pero nada del frío y las lluvias torrenciales que nos pronosticaban los/as del tiempo.  A las 8,45 salí de casa y a las 9h. y un minuto,  deposité mi voto en el Ayuntamiento de Vigo.Regresé a casa y, como todos los domingos,  me dispuse a escribir el artículo que estás leyendo ahora mismo.

 




Manuel Vicent aborda su columna de hoy con la Reencarnación. Desde hace muchos años concibo la libertad, en abstracto,  como ‘ el número de opciones que tenemos ante las diversas situaciones que se nos van dando a lo largo de la vida, en concreto'. También, desde hace muchos años,  me decía a mí mismo, que cuando fuese viejo me empezaría a documentar  sobre la reencarnación con el objetivo de llegar a creer en ella, es decir,  buscar evidencias empíricas y razones de peso para cuando me llegara la muerte saber que no se acaba aquí  la cosa sino que tendré otras opciones u oportunidades de reencarnarme y empezar otra vida. La idea es tremendamente liberadora.  Ya soy una persona mayor pero, de momento, aún no me puse a trabajar en  el objetivo que me marqué con respecto a la reencarnación.

 

Dado que hoy nos toca votar, me imaginé que Manuel Vicent, entre otras muchas cosas, excelente creador de metáforas, tal vez quiso sugerir que las elecciones  suponen una reencarnación  del mundo político. Mi “razón filosófica” para hoy levantarme de la cama,  fueron fundamentalmente dos:  la primera, cumplir con el deber de depositar mi voto para dar consistencia a la democracia (a pesar de todo el menos malo de los sistemas concebidos por los humanos) y el segundo, darme a mí mismo el placer y deleite intelectual que me proporciona la lectura de la columna de Manuel Vicent y la  escritura de este artículo las mañanas del domingo.

      

Platón, que creía en la reencarnación,   sostenía entre otras muchas cuestiones que cuando el cuerpo muere el alma hace un  transcendental viaje hacia el más allá y será premiada o castigada según los comportamientos que haya tenido en la vida anterior.


Hoy es el día de aplicar a los políticos nuestros refuerzos positivos o negativos en función de cómo lo hayan hecho a los largo de la legislatura anterior. Con nuestro voto podemos premiarlos dándole un refuerzo positivo,  votándolos:  “Toda la belleza que ha producido la humanidad a lo largo de su historia estará en un lugar del universo, que llamaremos paraíso”.

También,  con nuestro voto,  podemos castigarlos dándole un refuerzo negativo,   ignorándolos:

“Por el contario llamaremos infierno a ese punto del universo adonde habrán ido a parar, junto con la quijada de asno que usó Caín, todas las infamias que ha sido capaz de cometer el ser humano, las perversiones y crímenes, el inmenso caudal de idiotez y fanatismo”.

Son los políticos los que tienen más capacidad de convertirse en constructores de paraísos o de infiernos para muchos ciudadanos.  Nuestro voto sí tiene sentido.

Con respecto a lo otro, a la reencarnación, es, a mi juicio, la mejor forma de que no llegue a darse  lo que vaticina Vicent:   

“Cuando este planeta reviente, la vida en la tierra habrá sido un sueño vano y una aventura biológica sin sentido”.

Llegamos a creer en algo a través de varios y diversos procesos. En muchas religiones alguien llega a creer en ella si el dios  que la sustenta le otorga la fe. Pero si alguien quiere llegar a creer en algo a través de la razón, para algunas cuestiones, como por ejemplo la reencarnación,  la cosa ya se complica mucho más.

Una cosa es creer en la astronomía (ciencia) y otra, distinta,  creer en la astrología (creencia pseudocientífica).

 

“Los cientifistas ( no los científicos) jamás podrán entender el conocido y crucial postulado sociológico que afirma que al margen de la verdad o falsedad intrínsecas de una creencia , estas tienen consecuencias reales para quienes la poseen. Así, incontables seres humanos han perdido sus vidas por ser definidos como “herejes”, brujos, disidentes ideológicos, “heterodoxos”...” Salvador Giner: “Una incierta victoria: la inteligencia sociológica”  publicado en Saber, Sentir, Pensar publicado por Debate  

 

COLUMNA

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Reencarnarse

Cuando este planeta reviente, la vida en la tierra habrá sido un sueño vano y una aventura biológica sin sentido. Pero, tal vez, nada que haya generado en este mundo un grado de belleza, de armonía y de felicidad se habrá perdido para siempre fuera del tiempo

 

MANUEL VICENT

28 MAY 2023 - 05:00 CEST

Puesto que existe la certeza de que el sol se apagará dentro de unos 5.000 millones de años, me pregunto si hay alguna razón filosófica por la que uno tenga que levantarse de la cama cada mañana con la obligación de cumplir con su deber. Cuando este planeta reviente, la vida en la tierra habrá sido un sueño vano y una aventura biológica sin sentido. Pero, tal vez, nada que haya generado en este mundo un grado de belleza, de armonía y de felicidad se habrá perdido para siempre fuera del tiempo. Seguramente en algún lugar del universo estará Ulises todavía en brazos de la ninfa Calipso demorando su regreso a Itaca; estará Sócrates departiendo con Platón en el ágora de Atenas; estará Dante escribiendo la Divina Comedia. Cuando las tinieblas invadan el sistema solar en un lugar del universo estará todavía Szerezade contándole cuentos al sultán y la Joven de la perla acabará de posar en el estudio del pintor Vermeer; en el teatro El Globo de Londres se oirá el monólogo de Hamlet y a Don Quijote se le verá alancear las aspas de los molinos de viento en Campo de Criptana. En un lugar del universo sonarán siempre los aplausos que provocaba Chopín al piano, María Callas en la Scala de Milán, la bailarina Anna Pávlova en el Bolshói de Moscú o una victoria de Nadal en París. Toda la belleza que ha producido la humanidad a lo largo de su historia estará en un lugar del universo, que llamaremos paraíso. Por el contario llamaremos infierno a ese punto del universo adonde habrán ido a parar, junto con la quijada de asno que usó Caín, todas las infamias que ha sido capaz de cometer el ser humano, las perversiones y crímenes, el inmenso caudal de idiotez y fanatismo. Tal vez en un punto del universo existe una copia trasportada por la luz de cuanto sucede en este jodido mundo. En esa copia que se repetirá eternamente ya está usted levantándose de la cama esta mañana.

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Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

 

En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

 

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

 

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