domingo, 14 de mayo de 2023



 

ECHAR UN PULSO

 

“Por mera convención nos referimos al color, y también por convención hablamos de lo dulce, por convención asimismo nos referimos al amargo; en realidad solo hay átomos y vacío”, afirma el intelecto. Mas al escuchar tal cosa los sentidos responden al intelecto: “Pobre intelecto, pretendes vencernos a nosotros que somos la fuente de tus evidencias. Tu victoria será tu derrota”. Diels-Kranz B 125

 

En plena campaña electoral, diseñada por los políticos de turno  bajo la estrategia del “y tú más”, la cual  suele  acabar, casi siempre,  en un diálogo de besugos:   conversación sin coherencia lógica entre personas torpes y necias, hoy Manuel Vicent nos ofrece una columna en la que ganan el pulso  los sentidos. En ella nos propone un experimento sensorial,  consistente en un coctel conformado por los cinco sentidos,  que si no nos lleva hasta el éxtasis, si  podemos proponer, como hipótesis a confirmar,  que  nos obsequiará con un alto BIS (Bienestar Individual Subjetivo: lo que con lenguaje de andar por casa llamamos felicidad), o dicho de otra forma, el cuerpo relajado y el alma sosegada.   

En la Grecia clásica, se inició con Anaximandro de Mileto ( c. 610 a. C.-c. 546 a. C.) una tenaz y duradera lucha para resolver el persistente problema de la polaridad entre el intelecto y los sentidos. En un momento dado empezaron a sospechar que estos últimos, los sentidos,  no eran de fiar a la hora de determinar las propiedades objetivas de las cosas. Finalmente el resultado del combate entre los sentidos y el intelecto se resolvió con la victoria del último,  que nos dio como resultado final la Ciencia, con mayúsculas,  que tanto bienestar objetivo nos proporcionó. Para llegar a la cima de la Ciencia fue necesario cambiar las sensaciones que nos proporcionaban los sentidos por la investigación,  consagrando el método hipotético- deductivo como el camino a seguir.

A partir del hecho de que nuestros cinco sentidos nos mantienen conectados con el cerebro, Carmen Valls, médica y política nos aconseja que todos los días nos demos un gusto a cada uno de ellos:

-Comer  lo que nos gusta y apetece.

-Oler un aroma estimulante.

-Oir sonidos, música, palabras y por supuesto disfrutar del silencio.

-Mirar un paisaje, dibujo,  imagen, fotografía que nos transporte;

- Activar el tacto, sentir la piel, acariciar, acariciarnos.

 Tenemos a nuestros políticos en plena actividad de echar el pulso dialéctico entre sí. Como casi siempre se enzarzarán en extensos diálogos de besugos con la suficiente cantidad de insultos: “Los anglosajones suelen dotar de la máxima intensidad a los insultos bajando la voz y con la mirada puesta en el suelo; en cambio los españoles solemos insultar gritando muy engallados y en este caso no hay peor cosa para un político que mezclar la ignorancia con el mal gusto”. Manuel Vicent. Columna La berrea: https://elpais.com/elpais/2019/02/15/opinion/1550234466_244807.html

Escribí en google  'ciencia política RAE'.

Me sale lo siguiente:  “Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. ‖ 2. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”. Ahí lo dejo, sin más comentarios por mi parte.

 Leyendo a Manuel Vicent uno valora, cada vez más,  que sería de nosotros, los humanos, si perdiéramos nuestra faceta subjetiva, si perdiéramos la facultad  de la mente como constructora de la realidad , si no pudiéramos vivir  momentos en nuestra realidad construida. Nos perderíamos el último párrafo de la columna de Manuel Vicent de hoy: “Puede que en este caso tu inmortalidad dure lo que dura el solo de trompeta de Miles Davis. Pero, ¿para qué más?"  

 Soy subjetivo, ya que soy sujeto. Si fuese objetivo,

 entonces sería un objeto.” José Bergamín





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 Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

 

En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

 

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

 

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 COLUMNA

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Experimento

Haz que suene la trompeta de Miles Davis tocando ‘Las hojas de otoño’ y a esa melodía añade el sabor de un Oporto de reserva en los labios. Con estas dos sensaciones superpuestas se inicia el camino hacia la cumbre

 

MANUEL VICENT

14 MAY 2023 - 05:00 CEST

Del mismo modo que para realizar un guiso excelente se requiere seguir escrupulosamente una receta culinaria muy elaborada, así un gran amor necesita una previa conquista y la altura mística no se consigue sin el sacrificio de la ascética. Se supone que el éxtasis es la cumbre de todos los placeres y para llegar tan alto hasta darle a esa caza alcance, como dice San Juan de la Cruz, es necesario formar con los cinco sentidos corporales, la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato un solo nudo. Es una ascensión muy ardua que, después de una práctica ritual, han realizado con éxito los anacoretas, los sufíes, los místicos cristianos y algunos gurús hindúes muy experimentados. Pero existe una versión laica a disposición de cualquiera que pretenda convertirse en un místico de andar por casa. Si se trata de unificar en un punto los cinco sentidos corporales puedes realizar este experimento. Haz que suene la trompeta de Miles Davis tocando Las hojas de otoño y a esa melodía añade el sabor de un Oporto de reserva en los labios. Con estas dos sensaciones superpuestas se inicia el camino hacia la cumbre. Nada te impide acariciar al mismo tiempo con la yema de los dedos la piel del cuerpo adorable de la pareja que te acompaña en la subida o, en su defecto, es suficiente con el tacto del lino o de la seda de la camisa. Mientras tanto el aroma de la celinda que llega del jardín habrá invadido la habitación por cuya ventana abierta se ve el mar muy azul en el que navega algún velero. Los cinco sentidos corporales como vías del espíritu están colmados. Si consigues unirlos en una sola sensación, el placer hará que la vida se detenga, el pensamiento sucio de deseos habrá desaparecido, incluso olvidarás que existes y por eso mismo te creerás inmortal. Puede que en este caso tu inmortalidad dure lo que dura el solo de trompeta de Miles Davis. Pero, ¿para qué más?

https://youtu.be/3pqPz8V_fE4


 

 

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