LA CONDICIÓN HUMANA
“Dadme una
docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a
elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un
especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger —médico, abogado, artista,
hombre de negocios, e incluso mendigo o ladrón— independientemente de su
talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus
antepasados”.
El conductismo, que empieza
con Watson y sigue con Skinner, fue el paradigma
dominante de la psicología hasta la década de los 50 del anterior siglo. Fue sustituido,
en su primacía de explicación de la realidad, por el cognitivismo.
Si estas interesado y quieres
profundizar te invito a leer:
El
mundo como una gran Caja de Skinner
https://neuroforma.blogspot.com/2019/12/el-mundo-como-una-gran-caja-de-skinner.html
Cuando uno pasa por la
vida con ciertas inquietudes y alguna sensibilidad, nunca llega a colmar su
asombro, pues, justamente eso es la vida : la capacidad de
asombrarse. Quedar maravillados ante una flor que se abre, un gato que te
mira y parece entenderte, el sosiego, calma y tranquilidad alcanzada con el
ronroneo de un gato en tu regazo y el embrujo de una chimenea encendida...
Pero (el pero funciona
a nivel cerebral como una goma de borrar, eliminando todo lo dicho anteriormente)
una cosa es el asombro positivo que se manifiestas ante multitud de hechos de
la naturaleza, y otra muy distinta, el asombro negativo que experimentamos ante
ciertas acciones humanas. Al igual que
con el colesterol también aquí nos encontramos con asombro bueno y asombro
malo. El bueno nos nutre, el malo nos mata.
Los beneficios del asombro positivo son múltiples
Un artículo que publica eldiario.es, nos dice lo siguiente:
La ciencia del asombro
El estudio más famoso sobre el asombro corresponde
a los investigadores Keltner y Haidt, que lo describen como una “percepción de
la vastedad”, de ser pequeños frente al Gran Cañón o ante el artista
excepcional y, además, la “necesidad de acomodación”, es decir, de ajustar
nuestras expectativas y nuestras ideas preconcebidas para poder asimilar la
nueva información que está entrando en nuestro cerebro y que creíamos que era
imposible.
El asombro no solo es una adaptación evolutiva útil, que nos permite adaptarnos a nuevos escenarios. También tiene efectos beneficiosos sobre nuestro cerebro. Se ha observado que la experiencia del asombro altera nuestra percepción del tiempo, reduce la impaciencia y nos hace sentir que tenemos más tiempo disponible. También nos conecta con los demás y nos impulsa a ayudar a otras personas y, por último, nos trae al momento presente y aumenta la satisfacción con la vida: https://www.eldiario.es/tumejoryo/sensacion-asombro-inspirarnos-hacernos-mejores-personas_1_9084561.html
La distancia que le
gustaría calcular a Manuel Vicent, a mi juicio, podemos cuantificarla, aunque
sea subjetivamente, con escalas cualitativas, en el número de asombros positivos que tenemos
en un día normal, dividido por el número de asombros negativos que
experimentamos ese mismo día.
Parece que a Camus, el
cual ante el dilema de tener que aceptar a Dios o aceptar el mundo, eligió
aceptar al segundo, le saldría un ratio favorable: “En el hombre hay más cosas
dignas de admiración que de desprecio.” Aun así fue capaz de entender la apatía
más absoluta la cual reflejó a través de Meursault en “El Extranjero”. Si Camus viviera
hoy, le costaría muchos seguir
manteniéndose socialmente sin ser “cancelado”, y no sufrir un linchamiento digital en todo
regla, dado su elevado ratio de autenticidad (correlación
que existe entre lo que se piensa y se dice), lo que le llevó a tener grandes
controversias con Sartre empezando por su “el infierno son los otros” y terminando con la
idea de que los fines no justifican cualquier medio para conseguirlos, a pesar
de que Sartre era el referente intelectual de la época.
Las
paradojas a las que nos lleva nuestra “condición humana”, oscilan al igual
que el péndulo. Fuimos capaces de construir ideas y cosas grandiosas, pero,
también, caímos en las barbaries más desoladoras. No hace falta poner ejemplos.
Basta conocer un poco la historia para que nos vengan a la memoria de golpe un
motón de ambas.
Si estas interesado y quieres profundizar te invito a leer:
LA
ACTUALIDAD DE LA BANALIDAD DEL MAL
https://neuroforma.blogspot.com/2020/06/la-actualidad-de-la-banalidad-del-mal.html
¿Tenemos una respuesta a la controvertida naturaleza humana?
Lo
dado y lo adquirido
La respuesta a la pregunta de arriba está
en los genes y en el ambiente y también entre el determinismo y el libre
albedrío.
A mí, desde un punto de vista
pragmático, me gusta definir la libertad como el número de opciones que
una persona tiene ante una determinada situación. Decimos en el coaching que si
no tienes ninguna opción estas muerto; si solo tienes una opción eres un
esclavo; si tienes dos estás ante un dilema, lo cual llevamos mal los humanos.
Tendríamos que ser capaces de construir, ante cualquier situación que se nos
presente, 3, 4 o 5 opciones para movernos en la vida con un grado de libertad
funcional y operativo.
Por lo que respecta a nuestra propia
construcción podemos sintetizar lo que sabemos de la ciencia de esta
forma:
un 80 % de las personas, tienen un 25% de
influencia de lo dado (genes, no modificables) y un 25 % de influencia de
la educación temprana no modificable (lo adquirido). Le quedaría, por lo
tanto, un 50% de espacio de libertad para tomar decisiones propias y
construirse a su medida.
Al 20% restante de personas les sucede que
debido a las condiciones de sus genes, o a su anómala educación
temprana, le disminuye su grado de libertad, por lo que este ya no llega
al 50%.
¿Está la construcción de nosotros mismos bajo “nuestro propio poder
personal”?
Si estas interesado y quieres profundizar te invito a leer:
https://draft.blogger.com/blog/posts/2964713666956404174
El comportamiento social es enteramente explicable por el entorno social en el que son educadas las personas. Necesitamos una educación y formación integral.
El calificativo
“Integral” hace referencia a que abarca la totalidad del ser humano y sus
diferentes dimensiones: ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa,
estética, corporal, socio-política… Lo
podemos resumir así:
No solamente hay que formar a las personas para el trabajo, sino para la vida.
Vídeo: Decálogo de Auto Gestión:
https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/452197862257656/
Vídeo: Decálogo de Auto Gestión: https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/452197862257656/ |
En mi opinión
(respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es
auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo
cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la
trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas
personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo
personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”
Sigo siempre el mismo
proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de Vicent
el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,
escribo mi comentario y, dos horas después, lo publico en mi blog.
Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta y añado cosas que se
me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.
Tal vez la percepción que nos dan hoy los telediarios
es que entre el bien y el mal, entre la belleza y el horror no existe distancia
alguna
Si se pudiera medir me gustaría saber la
distancia que existe entre la Primavera de Botticelli y el
campo de exterminio de Auschwitz 1, entre la Novena Sinfonía de
Beethoven y la bomba atómica sobre Hiroshima, entre Jack el
Destripador y san Francisco de Asís, entre los versos de Petrarca y el
dictador Stalin, entre un violín stradivarius tocado
por Yehudi Menuhin y un carro de combate Leopard que
vomita fuego contra el enemigo. Aunque Albert Camus creía que, pese a todo, en
el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio, a estas alturas
de la historia no está claro si el ser humano es ya un animal doméstico o tiene
todavía a medio cocer sus instintos más salvajes. Tal vez la percepción que nos
dan hoy los telediarios es que entre el bien y el mal, entre la belleza y el
horror, no existe distancia alguna. La cultura como una forma de represión no
ha llegado a las entrañas del primate. Se puede ser un violador y haber leído a
Platón. En medio de este clima de deterioro moral la otra noche tuve un sueño
feliz. Soñé que la humanidad entera había asistido al concierto
almibarado de Año Nuevo que la orquesta filarmónica de Viena
celebra en la bombonera de Musikverein en cuyo ámbito milagrosamente cabían
todos, ricos y pobres, sabios y analfabetos, creyentes y ateos, asesinos,
violadores, pacifistas, halcones, místicos y fabricantes de armas, unidos a la
gente común de todas las razas. Al final del concierto, los miles de millones,
que conforman la humanidad, fueron sometidos a la imperiosa batuta de un
director exquisito que los hizo aplaudir la Marcha Radetzky, como
monos amaestrados, ahora lento, ahora rápido, ahora fuerte, ahora piano. Por un
momento creí que la humanidad había sido domesticada, pero terminado el
concierto todo fue lo mismo de siempre. Los misiles caían sobre los hospitales
mientras seguían sonando los valses de Strauss.
https://elpais.com/opinion/2023-01-29/un-sueno-feliz.html
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