domingo, 5 de febrero de 2023

LA MEJOR VS. LA PEOR VERSIÓN DE NOSOTROS MISMOS

 


LA MEJOR VS.  LA PEOR VERSIÓN DE NOSOTROS MISMOS

 

¡La confianza es buena; el  control es mejor! Lenin

 

Todas las personas tenemos dos versiones: la mejor y la peor. Entre ambas hay, como todos sabemos por la propia experiencia que nos aporta la vida, una gran diferencia. Todos conocemos a alguien que tenga grandes virtudes y, a su vez, también, unos grandes defectos. Todos sabemos que personas perfectas no existen.

 El balance entre el número de veces que utilizamos cada una de ellas, configura nuestro carácter a través del cual creamos  la imagen y la opinión que los demás tienen de nosotros. Sí es cierto que, en general, tienen un mayor impacto y se graban más profundamente en nuestra memoria, las peores versiones, las más negativas. También es verdad que con el paso del tiempo, se van diluyendo y apenas queda (o mejor, quedaba)  un pequeño resquicio de las mismas, pues, según nos dice Manuel Vicent:

“En el mundo digital cualquier error que cometas, seguirá de forma perenne en la Red, como si lo estuvieras cometiendo siempre ahora mismo”.

 En las empresas de antes (supongo que también en las de ahora) a través del management,  se aleccionaba a los jóvenes que se incorporaban a la misma,  que tenían que confiar en las personas de su equipo, pero que no podían caer en una “confianza ciega”, pues esto es incompatible con un correcto funcionamiento de una organización. Sí es cierto que en la vida se nos pueden dar circunstancias en las que tengamos que confiar ciegamente en alguien,  por no tener nosotros ninguna otra opción, pero, en la empresas, la confianza otorgada a alguien tiene que estar justificada, es decir, una confianza basada en argumentos sólidos.


Se llegaba a una confianza útil, no fingiendo ser lo que no es; con un elevado índice de autenticidad (correlación entre lo que se dice y lo que se hace); teniendo un carácter íntegro;  no dejándose engañar por personajes maquiavélicos y no aceptando en su equipo a intrigantes aunque estos tuvieran  muchas fortalezas o puntos fuertes.

“Ese vigilante lo sabe todo de ti y guarda tu secreto con una labor de insecto en un cajón por si un día le puede servir para anularte. Será en tu peor momento o cuando a él le convenga.”

 


¿Podemos confiar, hoy en día,  en las herramientas que nos proporciona el mundo digital?
 

Jeremy Bentham, se sentiría totalmente frustrado,  pues su arquitectura, aplicada a las cárceles, sería insignificante ante la perfección de los sistemas actuales aplicados ya no solo  a los delincuentes, sino a los ciudadanos libres en general.  

Que opinaría Foucault, que nos dice en su obra 'Vigilar y castigar' sobre la Vigilancia jerárquica: "La vigilancia debe ser una mirada que vea sin ser vista.”

 Para construir una sana y funcional confianza,   son requisitos imprescindibles, la consistencia y la rectitud, la previsibilidad  y la confidencialidad. Confiamos en personas caracterizadas por su consistencia y rectitud.

INGREDIENTES DE LA CONFIANZA

Una forma muy fácil y práctica de definirla es “que te fíes que la otra parte no tomará una decisión en tu contra”.

 ¿Cómo construir una confianza sólida?

 Los ingredientes de la confianza son los siguientes:Tu credibilidad profesional. Que la gente entienda que de lo que hablas sabes.

2.   Tu credibilidad personal. Honestidad, no abusar, no engañar.

3.   La empatía. Habilidad de conectar con la otra parte, ser capaz de dar valor a los demás. Dar al otro la capacidad de expresarse.

4.   Discurso atractivo. Que lo que digas tenga fuerza y argumentes bien.

 Genera desconfianza,  las siguientes cuestiones:

 La falta de capacidad de reconocer los propios errores.

2.    La estrategia de disimularlos, taparlos con agilidad y pasarle el muerto a otro.

3.    El modificar constantemente las reglas buscando el beneficio propio.

CÓMO CONSTRUIR UNA SÓLIDA CONFIANZA

 https://neuroforma.blogspot.com/2017/01/como-construir-una-solida-confianza-la.html

 “Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta”.         

Carl Jung

 

 

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 Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

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COLUMNA

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El vigilante

En el mundo digital cualquier error que cometas, seguirá de forma perenne en la Red, como si lo estuvieras cometiendo siempre ahora mismo

MANUEL VICENT

05 FEB 2023 - 05:00 CET

“Piensa que cualquier cosa que firmes, un día estará en la mesa de tu peor enemigo en tu peor momento”. Esta fue la advertencia que le hizo el viejo director de una multinacional a un joven que acababa de acceder a un puesto ejecutivo en la empresa. Su aviso partía del conocimiento directo de lo más ruin del alma humana, algo que en estos tiempos en que la violencia y la banalidad cabalgan juntas, le puede servir de lección a quien aspire a sacar cabeza del anonimato. Lo primero que debe saber un político, un líder de opinión, un científico, un empresario, un artista famoso es que hay alguien que te vigila, que conoce tus puntos flacos, tus caídas, los errores que has cometido, lo que has dicho o escrito, incluso aquello tan humillante, que siempre has tratado de ocultar. Ese vigilante lo sabe todo de ti y guarda tu secreto con una labor de insecto en un cajón por si un día le puede servir para anularte. Será en tu peor momento o cuando a él le convenga. Hasta hace poco, durante los felices tiempos analógicos, este acecho desde la oscuridad no tenía tanto peligro, puesto que el papel o el micrófono que servían de soporte a cualquier grave desliz acababa por desaparecer podrido junto con los periódicos en el basurero y la voz de la radio al final se la llevaba el viento y ya no volvía. Pero en el mundo digital cualquier error que cometas, seguirá de forma perenne en la Red, como si lo estuvieras cometiendo siempre ahora mismo. De hecho, la Red te convierte en ese mosquito que fue atrapado por una gota de ámbar y permanece intacto desde hace un millón de años, solo que ahora cualquier pelanas puede devolverte a la actualidad, donde ya te espera un tribunal constituido por miles y miles de idiotas. Bastará con que un enemigo anónimo escriba tu nombre en el teclado y aparecerán en su pantalla todas tus caídas por las que serás una y otra vez sacrificado.

 https://elpais.com/opinion/2023-02-05/el-vigilante.html

 

 

  

 

 

 

 

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