El pilar de la LEALTAD-1
Figura 1: Elaboración propia a
partir de Haidt, J
Leer
para entender el contexto:
El pilar de la LEALTAD
“El fundamento de la Lealtad/
Traición evolucionó en respuesta al desafío adaptativo de formar y
mantener coaliciones. Nos hace sensibles a los signos de que otra persona es (o
no) un buen jugador de equipo. Nos hace confiar y recompensar a esas personas,
y nos hace herir, aislar o incluso matar a quienes nos traicionan a nosotros o
a nuestro grupo” [1]
Antecedentes
Los estudios y experimentos realizados
desde la óptica de la psicología social, nos permiten comprender los fundamentos
morales, entender la universalidad de los 6 Pilares Morales que
estamos desarrollando y, concretamente, en este caso, llegar a la conclusión de que la virtud de la lealtad es muy
importante para ambos sexos, aunque los objetos de la lealtad tienden a ser
equipos y coaliciones para los niños, y para las niñas, en contraste,
son las relaciones de dos personas.
“[…] los comportamientos están
diseñados para formar conexiones con otras personas pero en una esfera social
más amplia. La socialidad de las mujeres está orientada hacia relaciones
cercanas diádicas, mientras que la socialidad de los hombres está orientada
hacia un grupo más amplio. Las diferencias de género en agresión,
comportamiento de ayuda, deseo de poder, singularidad, autorrepresentaciones,
comportamiento interpersonal e intimidad se ajustan a este punto de vista.” [2]
Uno de estos estudios se
realizó en 1954, por Muzafar Sherif y Carolyn Sherif, con niños de 12 años. También se le conoce
como Experimento de Robber's Cave (es el nombre del Parque Estatal de Oklahoma,
lugar en el que se realizó) [3]
A medida que transcurrían
los días, la lealtad al grupo fue en
aumento en función de cómo los grupos de iban formando y consolidando, hasta tal punto que el comportamiento tribal
alcanzó cotas asombrosas: crearon y
colgaron banderas, atacaron y rompieron las literas, crearon armas del tipo
calcetines llenos de piedras, etc.
“La mente masculina parece
ser innatamente tribal, es decir, está estructurada con anterioridad a la
experiencia para que los niños disfruten haciendo este tipo de cosas que
conducen a la cohesión grupal y al éxito en los conflictos entre grupos (incluida
la guerra.” [4]
Nuestros antepasados, durante millones de años, se enfrentaros al desafío adaptativo de formar
y mantener coaliciones que pudiesen ser útiles ante los desafíos y ataques de
grupos rivales. Hoy, nosotros, somos los
descendientes de las tribus que han tenido más éxito individual, primero y
colectivo después.
Nuestra psicología tiende al tribalismo como
herramienta para solucionar las dificultades
que vayan surgiendo, y cómo y garantía de
éxito en la competencia con otros grupos.
El fundamento de la Lealtad/Traición
nos ayuda a formar coaliciones cohesivas y se nos activa ante cualquier indicio
que nos indique que estamos ante un jugador de equipo, o ante un traidor.
Dicha activación se hace más sensible e intensa cuando estamos en competencia o lucha con
otros grupos.
Esta inclinación al tribalismo es tan intensa y nos
proporciona tantas satisfacciones, que hasta buscamos competir en actividades
lúdicas en las que competimos, tan solo, por la diversión que nos proporciona
competir. El mundo de los deportes en general, y el del fútbol, en particular, es
un buen ejemplo para entender esto. El placer de unirse para que el Celta de
Vigo gane la liga o cualquier otro trofeo, pone en juego el fundamento de la
Lealtad/Traición. Si eres de Vigo, muy aficionado al fútbol y tu equipo favorito
es el Coruña…El Celta forma parte de la identidad de todo aquel que
es de Vigo o vive en Vigo. Hay en
nuestra vida cotidiana muchos otros ejemplos que manifiestan lo mismo.
“Veían, por ejemplo, cómo
los lobos, trabajando juntos, podían abatir presas mucho más grandes y
poderosas que ellos. Con el tiempo, utilizando herramientas y armas en vez de zarpas y colmillos, los hombres
aprendieron que ellos también, si cooperaban, podrían cazar a las enormes
bestias que compartían su entorno. Eso les hizo avanzar rápidamente en su viaje
por la evolución [5]
(Estamos hablando de los Neandertales)
(Estamos hablando de los Neandertales)
La lealtad
La lealtad es un concepto difícil de definir y entendido socialmente
desde puntos de vista muy dispares, controvertidos, e incluso contrarios entre sí. Empieza a
aclararse un poco cuando le ponemos un apellido pero, aun así, es muy difícil que se alcance un consenso
sobre los criterios prácticos a través de los cuales podamos medir si se es
leal o desleal sobre lo acordado. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en
nuestro entorno actual con el término, tantas veces mencionado y multi
– interpretado, de “Lealtad
Institucional”.
Solemos visualizar mejor y
más claramente su antónimo, la deslealtad,
sobre todo cuando esta se manifiesta con signos y hechos que ponen en evidencia
una clara traición: cambiar de bando en
función exclusivamente del que mejor
garantice la consecución del propio interés.
¿Qué
es para ti la lealtad: un concepto filosófico, una utopía, una virtud, un
mito…?
Josiah Royce
nos define la lealtad de la siguiente forma:
«La devoción consciente y práctica y
amplia de una persona a una causa»
De la definición que nos da
Royce puede entenderse que la lealtad ha de cumplir los siguientes requisitos:
- 1.
Estar libre de condicionamientos y
coerciones, es decir, tiene que ser totalmente libre y voluntaria. Sin libertad
no hay responsabilidad. Sin responsabilidad no hay libertad.
- 2.
Nace a partir de una elección
personal, tomada esta a partir de un análisis
propio. "Tú conduces tu vida; tú decides.
- 3.
No se queda en mera teoría(o en el mero aplauso), sino que se pone en práctica en nuestro día a
día. "Solo la acción consigue resultados".
- 4. Supone un fuerte compromiso con una causa.
¿Somos capaces de ser leales con alguien o con algo?
“De niño temía al mago, aun
cuando comprendía el honor que
representaba haber sido elegido. Desde entonces, el joven había aprendido que
el inválido no era solamente el más
experto mog-ur de todos los clanes, sino que, además tenía un corazón
dulce y amable debajo de su aspecto austero. Goov respetaba a su mentor y le
amaba”. [6]
El término de «chaquetero» o
expresado también como «cambia
chaquetas» nos suena a todos y todos lo
asociamos a lo mismo. Parece que en los últimos tiempos está en desuso, muy
probablemente debido a la férrea disciplina interna que pusieron en marcha los
partidos políticos. Suele ser habitual que se defienda hoy una postura ante
algo y mañana se defienda justo la contraria, pero, se hace colectivamente, nunca individualmente.
Se sigue “cambiando la chaqueta”, pero al unísono, todos se ponen la misma, y
todos al mismo tiempo. No solo sucede en el mundo político, también sucede en
el laboral y en el social. Lo ejemplifica
muy bien aquella expresión también muy popular: “el que se mueva no sale
en la foto”.
Vivimos en una democracia
que consagra como un principio básico la libertad de expresión.
Desgraciadamente,
en algunos ámbitos sociales, está ‘castrada”. Todos saben que si dicen lo
que piensan, por muy verídico, real y de sentido común que sea lo que
expresen, serán represaliados. De aquí
el desfogue(“Manifestación vehemente de una pasión o sentimiento contenidos.”) que se da en las redes sociales y, sobre todo, en los comentarios de periódicos digitales en el que el lector no puede identificar a quién emite su opinión. Son los mismos que antaño escribían en las puertas del váter público exabruptos de todo tipo. Ante semejantes actos lo que cabe sentir es auténtica repugnancia y asco (emociones presentes en el pilar ético de la Autoridad que hemos abordamos en este mismo blog.)
Jonathan David Haidt, nos da criterios
(distinto de opiniones, lo contrario de exabruptos) para que podamos hablar de
ética y de política de forma más objetiva.
Recordar que tanto la ética
como la política están presentes en todos los ámbitos, incluido el laboral.
¿Se da en estos ambientes la Lealtad según la definición de Royce, o se transforma
aquí en una pura utopía?
Nos decía Kant que las leyes morales no admiten ningún
tipo de excepción y al margen de circunstancias o inclinaciones diferentes, son
de aplicación universal. Una cosa es la obligación y otra el deseo o la conveniencia
y otra, distinta, las normas morales a las que Kant otorgaba un rango
universal.
“En un mundo ético, toda
sociedad estaría en condiciones de ofrecer a su juventud una esperanza creíble.
El papel de las poblaciones ricas no es tentar a unos jóvenes brillantes, con
vidas de marginalidad, en nuestras sociedades, sino ofrecer la oportunidad a
los muchos que se quedan en casa, en sus comunidades.
Todo deber de rescate
empieza por el respeto a quien es rescatado. El rescate tiene que ver con
recuperar y aumentar la autonomía, no con imponer la autoridad sobre la gente.” [7]
¿Podemos ser leales con alguien o algo,
que a su vez es
desleal con nosotros?
En el siguiente post abortaremos
la Lealtad Laboral y la Lealtad Política.
Referencias Bibliográficas:
[1] Haidt, J.: La mente de
los justos. Por qué la política y la religión dividen a la gente
sensata. Barcelona, Deusto, 2019
p.223
[2] Baumeister, RF y Sommer, KL
(1997). ¿Qué quieren los hombres? Diferencias de género y dos esferas
de pertenencia: Comentario sobre Cross y Madson (1997). Boletín
psicológico, 122 (1), 38–44. https://doi.org/10.1037/0033-2909.122.1.38
(APA PsycInfo Database
Record (c) 2016 APA, todos los derechos reservados)
[4] Haidt, J.: La mente de los justos. Por qué la política y la religión
dividen a la gente sensata. Barcelona, Deusto, 2019 p.205
[5] Auel, Jean M.: El Clan del Osos cavernario. Madrid, Diario EL PAÍS,
S.L.2005 p.94
[6] Ibíd. 2005 p.41
[7] Collier, P.: El futuro del capitalismo. Cómo afrontar
las nuevas ansiedades. Barcelona, Debate, 2019 p. 171
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