domingo, 7 de junio de 2020

CARROÑA INFORMATIVA






Nota: reescrito el domingo, 30 de agosto de 2020


CARROÑA INFORMATIVA

 "Cuando el sabio señala la luna el necio se queda mirando el dedo"  

Proverbio chino

 Introducción

En los medios escritos y audiovisuales,  estamos acostumbrados a observar unas prácticas profesionales  faltas de la más elemental ética profesional, manifestada  en adulterar opiniones y declaraciones de personajes públicos, especialmente del mundo político, invención de hechos que no han tenido lugar, tergiversar informaciones, inventar noticias,  y un largo etcétera que no desgloso para no cansar al lector. 

Lo que se persigue con ello empieza por causar daño o perjuicio moral a alguien,  y puede terminar con la pretensión de llegar al poder ejecutivo del Estado a través de la manipulación de los votantes creándoles una realidad ficticia que nunca llegará a ser real.

Todo esto se pone en práctica a través de los “Buitres” Humanos Carroñeros, permanentemente atentos y activos en su práctica del Buitreo,  consistente en esparcir  Carroña Informativa por doquier que sirve de ‘alimento’ a sus seguidores, convirtiendo a los más destacados en “Ignorantes Ilustrados” : los Sócrates contemporáneos que han cambiado el clásico “solo sé que no sé nada” por el moderno y actual “sólo sé que lo sé todo”   

"Buitres" humanos carroñeros

 Los buitres viven de la carroña informativa, 'alimento' que  su audiencia devora con frenesí,  y de aquí su enfermiza obsesión por el share, por el cual,   para subirlo unas décimas, están dispuestos a lo que haga falta valiéndose de cualquier medio, sea este ético o no ético, para conseguir su objetivo. 

Conseguir un fin no ético, utilizando medios no éticos, es el escalón máximo al que puede llegar un "buitre" humano carroñero y del que aprenderán  e imitarán buitres humanos futuros que quieran llegar a lo alto de su profesión. Les produce risas y grandes carcajadas un principio que rige en el mundo visible de la superficie, y que guía, en muchos casos, la conducta de ciudadanos honrados (la presa más ansiada del buitre humano carroñero) que se enuncia así: 

Solamente fines éticos, logrados con medios éticos,  nos llevan a una evolución sostenible.

(https://neuroforma.blogspot.com/2018/09/la-involucion-de-los-lideres-una-mente.html)


Lo importante es lograr la  agitación de sus seguidores hasta llevarlos al delirio. Los seguidores de “primer nivel”,   ávidos y necesitados  de recibir cada día su “chute”  de intoxicación (https://neuroforma.blogspot.com/2020/05/no-dejemos-que-nos-intoxiquen-las.html)  para poder luego, en sus respectivos grupos y camarillas,   ser los protagonistas repitiendo un cúmulo de chascarrillos y exabruptos con los que se ganan su admiración . Miden el apego de su audiencia por el número de cabezas que asienten y por la frecuencia e intensidad de las risas que provocan, convirtiéndose las cabezas asintiendo  y las risas, en poderosos refuerzos positivos que llevan a estos 'seguidores de primer nivel' a buscar con ansiedad chute tras chute  de intoxicación en los más diversos medios, ya sean portales de noticias, prensa escrita, radio, redes sociales, televisión, conferencias, etc.

Mientras los buitres limpian y sanean la naturaleza allí donde habitan, engullendo toda clase de despojos, el buitreo humano ensucia y denigra con sus prácticas la sociedad en la que lo practican, logrando que cada día un mayor número de ciudadanos  trague las ruedas  de molino que ellos se inventan y vivan y reaccionen a una realidad ficticia,  creada a su medida, para que actúen según los deseos y los objetivos  de otros. 

Llegamos así al paradigma de la desinformación dominado por personajes que para definirlos, de forma clara y precisa, es necesario recurrir a un oxímoron: ignorantes ilustrados.[1]


Tipologías de "Buitres" humanos carroñeros

De una forma muy general, grosso modo, podemos hablar de dos tipos: amorales e inmorales. En los primeros su conciencia (capacidad de “darse cuenta”) es tan limitada y su inconsciencia es de tal magnitud,  que ni siquiera son conscientes de si obran bien o mal. Todo se cuece en su tenebroso inconsciente impidiendo este, por cuestiones de supervivencia, que nada aflore a su mundo consciente. Uno de los  arquetipos  de  Jung es "la sombra", la cual se manifiesta a través de los rasgos de personalidad y los comportamientos que una persona no acepta como propios y que oculta a los demás. La sombra incluye las disposiciones psíquicas personales y colectivas que  no son asumidas por la consciencia. 

Los segundos, los inmorales,  sí se dan cuenta de las consecuencias de sus actos, de cómo su obrar corrompe y destruye a personas y degradan la sociedad,  pero les importa un pito, mientras no tengan  consecuencias negativas para ellos en forma de sanciones económicas o  penales, actuando estas, cuando se producen,  como poderosos refuerzos negativos[2] que dan como resultado rebajar considerablemente las conductas de buitreo. Si estas no disminuyen,  es que la intensidad y la frecuencia del refuerzo negativo aplicado,  no fue la suficiente.  

Según nos decía Jung, "Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad". Sacar a la luz su "lado oscuro" es el primer paso para redimir a un "buitre" humano  carroñero. 

A los buitres humanos carroñeros lo de la ética[3] les trae sin cuidado y podemos encontrarnos con dos tipo: los hay amorales y los hay inmorales.


La práctica del 'buitreo'

  Esta práctica está creciendo de forma tan alarmante que ya se crea con ella una realidad ficticia en la cual viven cada día más personas. La cuestión se va deteriorando de tal forma, que ya ha perdido toda estimulación y deleite intelectual. Bajó el nivel de los lectores y seguidores  y bajó, también,  el nivel de los pseudoperiodistas que aparecen en distintos medios. Con respecto a los primeros no hace falta comentar nada; las evidencias, que el día a día nos pone ante los ojos,  son suficientemente elocuentes. Con respecto a los segundos, los periodistas, el nivel de precarización de esta profesión es tal que habría que cambiarles el nombre para no deshonrar a aquellos ‘grandes’  de antaño, tales como   Robert Upshur "Bob" Woodward  y  Carl Bernstein, ambos reporteros de The Washington Post, que descubrieron el escándalo Watergate. Estas figuras que gran relieve que  ya apenas  quedan,  fueron ellas las que pusieron de  manifiesto su poder  (“Cuarto poder”) logrando, nada más ni nada menos, que la dimisión de un presidente de EEUU. Todos somos conscientes,  o deberíamos serlo,  de cómo están los estamentos ejecutivo, legislativo y judicial en nuestro país…

Hoy en día, la precariedad laboral de los llamados periodistas es alarmante y lleva a que estos  se vean forzados a tener más de un empleo. “Las dinámicas imperantes en el sector empujan a muchos periodistas a trabajar como becarios, freelance, o periodistas a la pieza, cuando no como voluntarios no remunerados” (Ferrández-Ferrer, 2012, p. 7).

"Además, Calvo (2005) indica que “un 36 % de los encuestados trabaja para más de una empresa” (p. 176). También, en el caso de los periodistas digitales, Tejedor (2005) indica que un tercio de ellos no cuenta con un contrato laboral.”[4].

Adiós a todo signo de  lícito poder y de sana  influencia. 

Necesitamos, más que nunca,  unos medios de comunicación, éticos, serios y honrados, que hagan de contrapeso a los tres poderes del Estado. (y de paso,  al poder del 'buitreo')

Con esta precariedad laboral empiezan así su trayectoria laboral los periodistas, hasta convertirse, los más osados,  y de mayor "talento" en 

"GrandesBuitresHumanos Carroñeros."

Empiezan haciendo el papel de meros escribientes ("Persona que tiene por oficio copiar o poner en limpio escritos ajenos, o escribir lo que se le dicta"). Siguen luego escribiendo sus propios textos, pero sobre anécdotas, chuminadas, banalidades,  sin entrar nunca en lo trascendental, importante, significativo y profundo. En esta etapa se trata de ir perfeccionando sus competencias manipulativas  a base divertir, primero,  para luego despistar a sus lectores y entrenarles en mirar el dedo y sacarles toda futura tentación de mirar a la luna.  También se logra en esta etapa que los escribientes se queden con el rol de "periodistas del montón",  castrando su posibilidad de que en un futuro se pudieran convertir en periodistas con  capacidad y  formación suficiente  para escribir y abordar  cosas serias,  que nos ayuden  a todos a mejorar la realidad que tenemos. Paul Sartre y  Simone de Beauvoir diferencian entre lo esencial (grano)  y lo contingente (paja). Cuando Simone tuvo un romance con un escritor americano, Sartre resolvió la cuestión diciéndole al Castor (así llamaba a Simone) “lo esencial es al amor que nos tenemos, lo contingente todo lo demás”. El enfoque que hoy en día un periodista del montón daría a esta noticia, si estás leyendo este artículo ya te imaginas cual sería:

Se regodearía con lo contingente, creando todo un siniestro culebrón que ‘alimentaría’ a sus lectores por largo tiempo. Allá por la década de los 80, del pasado siglo, esperé impaciente a que saliera el libro, dos volúmenes,  titulado 'Cartas al Castor' el cual conservo como una reliquia en mi biblioteca. Centrar la atención en lo esencial, marca una gran diferencia en la vida. Centrarla en lo contingente empobrece y empequeñece nuestra trayectoria vital.

  Los buitres no fingen, no inventan, no adulteran. Se limitan a captar la realidad tal cual, sin distorsiones cognitivas  ni ilusiones ópticas.  

 Los “buitres  humanos”, los mercenarios de la noticia, cuando no existe la carroña se la inventan, la crean de la nada.

Difunden la idea y,  a través de la misma,  crean la realidad que alguien le dictó era la correcta,  y que una mayoría de sus seguidores aceptan como válida, a pie juntillas,  sin distinguir entre realidad ficticia,  virtual y realidad real (aquí echarán en falta el "valga la redundancia" y de todo el contenido del artículo no se quedarán con nada: se quedarán con la anécdota que les permitirá sacarme el pellejo) 

Según nos dice la ontología del lenguaje, éste, no solamente nos vale para describir la realidad, sino, también, para crearla. Un viejo dilema de las ciencias sociales se enuncia así:

 

 

 Ya no se tiene en cuenta la veracidad de la información, no importa distinguir entre lo verdadero y lo falso.  Se trata de conducir a la población hacia un mundo que no sea capaz de comprender por sí misma. Invadirla con un exceso de información de tal forma que no tenga capacidad de procesarla, de distinguir entre el contenido  y la anécdota, el grano de la paja. La creación hoy de ignorantes, ya no pasa por restringir el acceso al conocimiento y a la información. La estrategia actual a seguir es justo la contraria: invadir a la población con un exceso de información (“segundo diluvio”) de tal forma que no sean capaces  de procesarla y discriminar entre el grano y la paja, lo contingente y lo esencial, el contenido de la anécdota. En definitiva, ‘ahogar’ a la población, no con agua,  sino con un exceso de información.

 Para ello, se despliega todo un ejército: los  medios de comunicación, los  debates preparados con una  intención previa, los sabuesos de la anécdota con la intención de distraer y desviar la atención de lo que realmente importa, los mercenarios de la confusión, que hacen que muchos, cuando alguien habla de Política en serio, con mayúsculas,  diferente de politiquilla, se  queden mirando el dedo y acaben etiquetando a la politiquilla como esencial, y a la Política como contingente.  











El ignorante ilustrado

Llegamos así desde el  virtuoso ignorante sabio, personas que no han tenido la oportunidad de formarse pero que han pasado por la vida con un descomunal sentido común y siendo consciente de lo que sabía y de lo que ignoraba,  y una gran sabiduría práctica que fue desarrollando con su experiencia a lo largo de su trayectoria vital, al peligroso ignorante ilustrado actual,  que se cree que lo sabe todo y va por doquier pontificando sin saber nada, ni siquiera de lo que habla y utilizando de forma extensa,  como  elementos  explicativos, la mentira, la farsa y la manipulación, mezclados todos ellos con exageradas dosis de cinismo e hipocresía. Son los modernos Sócrates que han cambiado el “solo sé que no sé nada” como guía de vida, por el “sólo sé que lo sé todo” ya no como guía de vida sino como coraza.

Hay ignorancias necesarias (no podemos saberlo todo), pero hay otras ignorancias que, en el mundo actual, no están justificadas desde ningún punto de vista. Hay cosas que como ciudadanos responsables tenemos la obligación de no ignorar.

Existe una doctrina jurídica llamada “ignorancia deliberada”, aplicada, fundamentalmente, a casos de blanqueo de dinero. Un magistrado del Tribunal Supremo la resume así: “Como sabía la respuesta, no preguntó”. Una sentencia de este mismo tribunal señala que “quien se pone en situación de ignorancia deliberada, sin querer saber aquello que puede y debe saberse, y sin embargo se beneficia de la situación, (el marido o mujer de un corructo que se beneficia del lucro y dice que no sabía nada) está asumiendo y aceptando todas las consecuencias del ilícito negocio en el que voluntariamente participa”. https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/lagran-coalicion-pensamiento-critico-y.html 

Aplicado esto a nosotros: ¿No estaremos cayendo en una "ignorancia liberada" la cual no nos beneficia, todo lo contrario, al no querer enterarnos de lo que sucede? Dicho de otra forma: ¿no estaremos aplicando la estrategia del avestruz “esconder la cabeza debajo del ala”?




Estos personajes ignorantes ilustrados son  los que nos deberían motivar a todos para eliminar de nuestra sociedad toda práctica de 'buitreo' por las nefastas y graves consecuencias personales y  sociales que generan.




 La eliminación del 'buitreo'

Según nos decía  “Reinold Niebuhr, conocido a veces como el teólogo del sistema, gurú de  George Kennan y de los intelectuales de Kennedy, afirmaba que la racionalidad es una técnica, una habilidad, al alcance de muy pocos: solo algunos la poseen, mientras que la mayoría de la gente se guía por las emociones y los impulsos. Aquellos que poseen la capacidad lógica,  tienen que crear ilusiones necesarias y simplificaciones acentuadas desde el punto de vista emocional, con objeto de que los bobalicones ingenuos[6] vayan más o menos tirando. Este principio se ha convertido en un elemento sustancial de la ciencia política contemporánea”. [7]

 Por otro lado  Marcuse nos ponía en guardia acerca de estas argucias, sosteniendo que la dimensión crítica (herramienta mediante la cual la razón capta el orden social) es esencial para el pensamiento y la argumentación.[8]



¿Cómo deshacernos de los "buitres" humanos carroñeros?






 Dos pequeñas acciones que pueden actuar de palancas que muevan el mundo:

 La primera poner en práctica la siguiente  plegaria de la Serenidad.

Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,

fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar

y sabiduría para entender la diferencia.

Reinold Niebuhr


Fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar: 


Empezar por cambiar y eliminar el hábito de quedarse mirando el dedo, y no confundir lo esencial con lo contingente,  es una buena manera de eliminar a los “buitres” humanos carroñeros  y  transformar el mundo (para mejor)

La segunda,  prestar atención a la luna cuando alguien la señale, para  poner en práctica  el primer principio de mi Decálogo de Auto gestión desarrollado hace años:




 El primer principio lo llamo "CARDAR PARA SABER MIRAR". Lo podemos sintetizar a través de dos pregunta:

 ¿A quién y a qué prestas tu atención?

¿Filtras lo esencial de todo el flujo de información que recibes y sabes diferenciar lo importante de lo accesorio?

 La atención es la llave de entrada a nuestro cerebro. De todo un torrente de estímulos que nos están acosando en todo momento, solamente procesamos aquellos a los que prestamos atención.

Puedes ver su desarrollo  en el siguiente video: 

https://tv.uvigo.es/series/5b5b62fe8f420804526d0552?fbclid=IwAR1qO4Ja_Vl7PPHfsrmmhntqA6yVcxm_rBChBIMgrBw2WQTpTHE-tdYEDSE






Referencias Bibliográficas

[1]LA GRAN COALICIÓN:  PENSAMIENTO CRÍTICO Y OPTIMISMO FUNCIONAL  (1)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/04/la-gran-coalicion-pensamiento-critico-y.html

 [2] El mundo como una gran Caja de Skinner

https://neuroforma.blogspot.com/2019/12/el-mundo-como-una-gran-caja-de-skinner.html

[3]LOS seis PILARES de la  MORAL -1: FUNDAMENTOS MORALES
https://neuroforma.blogspot.com/2020/02/los-seis-pilares-de-la-moral-1.html

[4]Situación laboral del periodista: https://www.google.com/search?q=situacion+laboral+de+los+periodistas&rlz=1C1CHBF_esES843ES843&oq=situacion+laboral+de+los+periodistas&aqs=chrome..69i57j0.12910j0j8&sourceid=chrome&ie=UTF-8

[5]Cómo nos venden la moto (Noam Chomsky e Ignacio Ramonet, Barcelona, Icaria, 1995). https://poderparlante.files.wordpress.com/2012/03/como-nos-venden-la-moto-chomsky-ramonet.pdf.

[6]LA GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO + OPTIMISMO FUNCIONAL (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/lagran-coalicion-pensamiento-critico-y.html

[7] El Control de los Medios de Comunicación. Por Noam Chomsky | 03/07/2004 | https://rebelion.org/el-control-de-los-medios-de-comunicacion/

[8]  Fernandez Liria, C. (2016): ¿Para qué servimos los filósofos?Catarana.




 


  

 


 

 

 


lunes, 1 de junio de 2020

LA ACTUALIDAD DE LA BANALIDAD DEL MAL



LA ACTUALIDAD DE LA BANALIDAD DEL MAL

El asombro

Cuando uno pasa por la vida con ciertas inquietudes y alguna sensibilidad, nunca llega a colmar su asombro,   pues, justamente eso es la vida : la capacidad de asombrarse. Quedar maravillados ante una flor que se abre, un gato que te mira y parece entenderte, el sosiego, calma y tranquilidad alcanzado con el ronroneo de un gato en tu regazo y el embrujo de una chimenea encendida...

Pero (el pero funciona a nivel cerebral como una goma de borrar, eliminando todo lo dicho anteriormente) una cosa es el asombro positivo que se manifiestas ante multitud de hechos de la naturaleza, y otra muy distinta, el asombro negativo que experimentamos ante ciertas acciones humanas?. Al igual que con el colesterol también aquí nos encontramos con asombro bueno y asombro malo. 


La realidad

Diariamente los medios de comunicación nos asombran  (del malo)contándonos lo que pesa con nuestros políticos , en el ámbito social, en las estrecheces que nos esperan, la evolución a peor a la que se aboca nuestra existencia, hasta tal punto que probablemente lo que sentimos ante todo ello no pueda ya ni llamarse asombro negativo y sea necesario utilizar otro término: frustración. 

En el  INDEPENDIENTE se publica  el siguiente artículo,  que invito a leer y reflexionar

"Caos, horror y muerte en la residencia 

Nuestra Señora del Carmen de Madrid"

 "Residentes en camisón y con números rotulados para identificarlos en un centro público en el que durante semanas gobernó el coronavirus." Publicado el 31/05/2020

 https://www.elindependiente.com/vida-sana/salud/2020/05/31/caos-horror-y-muerte-en-la-residencia-nuestra-senora-del-carmen-de-madrid/?utm_source=share_buttons&utm_mediu.m=facebook&utm_campaign=social_share&fbclid=IwAR1K_PNjDAXUgDUMIGr8STrZsmxLDUdRT5ajamSC2PhijkmPCLvS0cMu9Q4#entry-footer



¿Qué conclusiones has sacado de la reflexión? 

Leer:LOS seis PILARES de la MORAL -2: El PILAR DEL  CUIDADO   https://neuroforma.blogspot.com/2020/03/los-seis-pilares-de-la-moral-2.html

Si algún día fue válido que el saber asombrase de lo cotidiano constituye el rasgo más alto que podemos alcanzar los humanos. Que la admiración transforma lo corriente y banal en extraordinario y sublime. Que es  el comienzo de todo conocimiento, urge, entonces, recuperar el asombro, del bueno para volver a la "nueva normalidad". 


Sería interesante hacer un debate público sobre esta cuestión y proponer los planes de acción pertinentes para que no volviera a ocurrir. 

¡Y nos preguntábamos insistentemente cómo fue posible el holocausto!

Mirar para otro lado, cuando la situación requiere dar un paso al frente  y… hacer algo.











Dar un paso atrás y huir de las dificultades,  cuando lo propio sería dar un paso al frente y…hacer algo.

Leer: NECESIDADES SIDIDA

La inhibición moral frente al sufrimiento ajeno sigue presente en nuestra sociedad.

“(…) les dieron a todos camisones y cada abuelo llevaba el número de residente en la mano escrito con rotulador permanente. Todos hacían el mismo comentario. Esto es el Holocausto. Los abuelos estaban desubicados, se miraban unos a otros, calladitos, con la misma ropa y con números en la mano”.

¿Quién nos diría que en las democracias occidentales no tendría cabida  la persona moral; que  eliminaría  la conciencia como  baremo de medición de  nuestras propias actuaciones?

“Yo no sabía de ese episodio, cuando lo vi me espanté. Tuve la sensación de que estaban marcados como ganado”

Arent nos habló de cómo llevar la carga de “el pasado no digerido”.  También, de cómo la acción política, como actividad humana,  tenía todo el sentido. Hoy se sentiría totalmente decepcionada.

¿Qué dirá dentro de 50 años la memoria colectiva que tendrán entonces nuestros actuales nietos, sobre lo ocurrido actualmente?  

Nos seguiremos preguntando sobre el holocausto, pero ya no tan insistentemente, ni tampoco con tanto asombro…

Nos asombra (del malo) El País: 

Los mayores con seguro privado sí fueron trasladados de residencias a hospitales en Madrid.

La Comunidad no impuso el triaje de ancianos a los hospitales privados, reconociendo a sus 

asegurados un derecho a la atención médica que negó al resto


Ya sabemos que el dinero es la mejor vacuna para mitigar la banalización del mal.

¿Condición humana o naturaleza humana?

Paul Sartre y  Simone de Beauvoir diferencian entre lo esencial (grano)  y lo contingente (paja). Cuando Simone tuvo un romance con un escritor americano, Sartre resolvió la cuestión diciéndole al Castor (así llamaba a Simone. Allá por la década de los 80 y muchos, esperé impaciente a que saliera el libro, dos volúmenes,  titulado Cartas al Castor el cual conservo como una reliquia en mi biblioteca): “lo esencial es al amor que nos tenemos, lo contingente todo lo demás”


Para Hannah Arendt, lo esencial es la condición humana:

“La política tienen poco que ver  con la naturaleza humana, acerca de la cual no se pueden realizar afirmaciones válidas […] y tiene mucho que ver con la condición humana, a saber, con el hecho de que no importa cómo o qué deba ser la naturaleza humana, sino con que muchos hombres viven juntos y habitan la tierra. Sin la pluralidad humana no habría política; y esa pluralidad no es una cualidad de su “naturaleza”, sino la auténtica quintaesencia de su condición terrena” 

Las paradojas a las que nos lleva nuestra condición humana, oscilan al igual que el péndulo. Fuimos capaces de construir ideas y cosas grandiosas, pero, también, caímos en las barbaries más desoladoras. No hace falta poner ejemplos. Basta conocer un poco la historia para que nos vengan a la memoria de golpe un motón de ambas.

La degradación de la política

Últimamente, cuando observo, leo o escucho a muchos los políticos, me viene a mi memoria Hannah Arendt y, concretamente, su concepto de “La banalización del mal”. Merece la pena conocerlo y reflexionarlo. Nos dice Arendt que "la banalización consiste en convertir al ser humano en algo superfluo, es decir, como mero engranaje de una maquinaria impersonal; y ello no es consecuencia de un déficit de conocimientos, sino de un déficit de pensamiento y compasión”.

 Con todo lo que nos está cayendo; con todo lo que está sucediendo; con las nefastas consecuencias que vamos a sufrir todo la población excepto, claro está, los políticos,  y ellos mostrándonos que son incapaces de dedicar un mínimo de su pensamiento y compasión canalizada a entender el mundo y al ser humano y dar una respuesta humana a los conflictos morales que surgen. Para ellos somos meros instrumentos, necesarios para que sigan conservando sus privilegios y descarado nivel de vida, a costa del que sea: robar a los pensionistas, dejar que muchas personas no tengan cubiertas sus necesidades más básicas, etc. etc. Sus prioridades son, exclusivamente,   seguir garantizando sus particulares  intereses y mejorar, nunca retroceder, en su elevado  nivel de vida actual.

 La característica más propia del capitalismo, las llamada “movilidad social” (él ascensor social) hace ya tiempo que está averiado, para todos, excepto, una vez,  más para ellos. Ya no podrá desecharse la afirmación de que vamos a una sociedad de castas en la que un joven que nazca en una familia de clase obrera, está condenado a pasar su vida en un oficio de clase obrera al igual que su padre. A esto se le podrá también añadir una coletilla: "en un trabajo precarizado que tan solo le garantice el primer escalón de la pirámide de Maslow. Excepto el de los políticos,  la mayoría de los puestos de trabajo acabaran por precarizarse. Un ejemplo que ya empieza a ser abundante es el de hacer de los ingenieros "proletarios del teclado". Otro ejemplo es el creciente número de personas convertidas en Lumpemproletariado. Ante tal panorama, seguimos con la nefasta estrategia de la avestruz: 

Dar un paso atrás y huir de las dificultades,  cuando lo propio sería dar un paso al frente y…hacer algo.

Sostuvieron hasta el día de hoy los sociólogos,  de que no hay ninguna sociedad en la que nadie pase jamás de un rol a otro superior o inferior y en la que ningún rol cambie su situación respetos a otros en el espacio social, dejará de ser cierto y por lo tanto ya no podrán decirla,  al igual que ya no se puede decir que la generación de los jóvenes actuales vivirán mejor que sus padres. Claro que a ambas cuestiones se les podrá añadir la coletilla “excepto en el rol de político".

El retrato que nos expone Vicent  (https://elpais.com/opinion/2020-05-30/zafarrancho.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR17KUB99JmW8-KZB72HmCgQdyaaYB0f8HEV7jGUd4WE40XJxQfdV-sobre los políticos deberían leerlo todos ellos y reflexionar. ¿O es demasiado pedirle que reflexionen?

"En mi caso, siendo por edad una persona vulnerable, la única forma de salvarme, si no del virus, al menos de la asfixia de tanta basura política, consiste en cerrar con llave esta caja de Pandora llena de serpientes y colocar en la tapa una bailarina de Degas, que dé vueltas mientras suena la Barcarola."

Los forofos de los políticos actuales ya no fingen sus sentimientos (al parecer Degas fingió estar ciego,  ya no como motivo para dejar de pintar bailarinas y pasar a esculpirlas, sino, según las malas lenguas, para dejar de saludar a los personajes que le caían mal). Se enfrentan unos a otros esgrimiendo sus odios, rencores y resentimientos,  en una burda imitación  de lo que observan en sus ídolos políticos.Se alían el aprendizaje observacional, (también llamado vicario, imitación o aprendizaje social), el troquelado y la estrategia,  con el fin último y definitivo de seccionar la yugular del rival (entiéndase esto último metafóricamente).

Hay seguidores que observan la conducta de su político favorito (modelo)  y las consecuencias que obtiene a través de la misma,   y el seguidor (observador)  imita, de la forma más precisa posible,  al modelo político.

Hay otros seguidores  en los que se da ya,  no el aprendizaje observacional, sino que  recurren al troquelado. Todos hemos observado en alguna ocasión a algún patito recién nacido, siguiendo y  caminando detrás de cualquier otro animal, incluido humanos, que nada tienen que ver con la especie del pato. El troquelado es una tendencia  que manifiestan determinadas especies  animales a seguir a algo que se mueve. El primer estímulo que recibe el recién nacido, ver algo que se mueve,  despierta en él el instinto de seguirlo. 

 La  banalización de los políticos, consiste en cumplir rigurosamente las órdenes de sus amos, sin cuestionarse qué tipo de consecuencias generan. Eichmann no era el «monstruo», el «pozo de maldad», ni un tipo cruel según nos dice Arendt. Tan solo era un fiel burócrata cumplidor de las órdenes de sus amos.

Por si a alguien le preocupa el posible contagio del virus de la banalización del mal, nos dicen los psicólogos  que las variables claves para que el aprendizaje observacional sea efectivo,  son las siguientes:   características del modelo,características del observador y  condiciones estimulares o ambientales.Para que se dé un aprendizaje efectivo es necesario que  el modelo sea del mismo sexo que el  observador  y de una edad semejante. También es importante el prestigio, estado y poder social del modelo, su competencia y experiencia en la conducta que realiza y por último, el trato efectivo que el modelo establece con el observador. 

El contenido de la acción


¿Puede aprenderse por aprendizaje observacional la banalización del mal?

¿Puede adquirirse a través del troquelado?

¿Podemos hacer algo ante este panorama que nos aguarda?

No olvidemos que somos en la medida que hacemos. La acción con propósito y planificada, lleva a la obtención de resultados y a mejorar la situación. La inacción lleva a empeorar y degradar las situaciones. “Mediante la acción y el discurso, los hombres muestran quienes son, revelan activamente su única y personal identidad y hacen su aparición en el mundo humano” según nos decía Arendt. El contenido de la acción son las palabras, pero, sobre todo los HECHOS.

El comportamiento social es enteramente explicable por el entorno social en el que son educadas las personas. Necesitamos una educación y formación integral.






domingo, 31 de mayo de 2020

¡NO DEJEMOS QUE NOS INTOXIQUEN! Las decisiones del doctor Simón


  


Las decisiones del  doctor Simón




¡NO DEJEMOS QUE NOS INTOXIQUEN!



 “Nada es más difícil, y por lo tanto más precioso, que ser capaz de decidir.” 
Napoleón Bonaparte


Todos nos damos cuenta de que los economistas son, realmente buenos,  explicando los sucesos y acontecimientos una vez que estos han pasado. También, todos nos damos cuenta de que los economistas son, realmente malos,  cuando hacen pronósticos sobre sucesos y acontecimientos que todavía no han sucedido,  que tendrán lugar en el futuro.

Actualmente ocurre lo mismo,  ya no solo con los economistas, sino con muchas personas, normales y corrientes  y,  también, con algunos políticos  digamos corrientes pero pongamos en cuestión lo de normales, porque realmente no lo son (entiendo por normales la normalidad estadística: una distribución matemática que cumple la ley de normalidad y en la que la mayoría de la población se concentra en torno a la media, más concretamente, entre más una sigma y menos una sigma).

La cosa se ha salido tan de madre,  que incluso se presentan querellas contra personas, por ejemplo, contra el señor  Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Lo acusan, nada más ni nada menos,  que de haber matado a un determinado número de personas, (27.000) he leído en algún lado)

He impartido,   a lo largo de mi vida,  muchas sesiones a mandos y directivos sobre la toma de decisiones. Utilicé, en función del contexto y del perfil de los asistentes,  diversas metodologías. En todas decíamos que tomar decisiones es un proceso, con método, para determinar el curso de acción que mejor satisfaga los objetivos fijados de antemano, con riesgos aceptables. Dicho de otra forma más ajustada a lo que hoy abordamos: 

Con frecuencia,  la vida nos obliga a elegir entre alternativas que, todas ellas, nos parecen  deseables o cuyas consecuencias desconocemos.

¿Puede una persona, normal y corriente,  dudar de que estas ideas son las que guiaron al doctor  Simón? 

Nadie,  o muy poco gente dudaría.  La cuestión ya cambia si ya no hablamos de gente normal y corriente, sino de políticos, y refiriéndonos a los mismos podemos plantear la pregunta de esta forma: ¿Algún malintencionado,  dudará que uno de los objetivos, tal vez el principal, del doctor  Simón,  era el de lograr  el menor número de muertes posibles? Como un objetivo nunca debe estar planteado en negativo,  lo planteo de otra forma: "conseguir la mayor supervivencia posible de ciudadanos Españoles ante la pandemia".

 La respuesta es sí, hay políticos/as que sí lo dudaron. Al parecer no entienden que, a la hora de decidir,  las circunstancias nunca son idénticas; que en cualquier situación hay diversos caminos que conducen a un mismo fin; y, por último, en la mayoría de las elecciones hay que perseguir simultáneamente varios fines que compiten entre sí. Es por todo esto  que  solo se  decide,  cuando se tienen dudas sobre diferentes posibilidades de acción.  

Decidir es confirmar una alternativa de acción con la vista puesta en un futuro desconocido.

En las empresas sucede que resultados conseguidos,  que las personas suelen atribuir a una esmerada y brillante planificación, la realidad es que se llegó a ellos mediante ensayo - error: probando muchas cosas y quedándose con lo que funciona. 

Una decisión suele generar tensión a corto plazo y crear problemas a largo plazo. De aquí que haya "indecisos", que dejan los problemas sin resolver con la intención de no tener que enfrentarse a los efectos colaterales que generan las  soluciones de las decisiones que en ese momento tiene disponibles.

En otras empresas la cuestión clave no es lo que se decide, sino como se comunica:  se anuncia   de forma pública y enérgica y luego se canalizan las energías en evitar fallos. La energía que no se utilizó en la búsqueda de la decisión más idónea, se gasta en conseguir una imagen de la cúpula "llena de energía para actuar." ("no me temblará la mano..."

En mis sesiones, uno de los módulos “estrella” es el que se  titula Características del decisor. Empezábamos diciendo,  que en contra de lo que comúnmente pensámos, los humanos tenemos una racionalidad muy limitada, y hablamos y desarrollábamos los temas de Percepción selectiva, Procesamiento secuencial, Habilidad de computación limitada, Adaptación, La autoridad, La presión del grupo, El estrés, etc.
Ver en este blog: EL RAZONAMIENTO MOTIVADO



Saber si una persona es más racional o más emocional, es una buena fuente de información para saber muchas cosas de su estilo de decidir. 
Lo que sigue no es un test del que puedan sacarse conclusiones válidas pero nos puede orientar algo. 

Cómo eres, según tu opinión: 

¿más instintivo o más racional cuando decides? Responde antes de continuar: ¿Pesa más en tu toma de decisiones tus emociones o tu racionalidad?

Vamos ahora a ver si coincide la opinión que tienes de ti mismo con la realidad.

¿Qué opción elegirías de las dos apuestas siguientes?:

             1.     20% de probabilidades de ganar 25 €, o nada.
             2.    40 % de probabilidad de ganar 10 €, o nada.

¿Cuál elegiría?

En el caso 1, la función de utilidad esperada es 5: se obtienen multiplicando la utilidad por la probabilidad:
 25x 0,2
En el caso 2, la utilidad esperada es de 4: 10 x 0,4
Racionalmente, te convendría  maximizar tu utilidad esperada, eligiendo la apuesta 1.
Ver en este blog: TOMA DE DECISIONES


He realizado a muchas personas (Ceos, Ejecutivos, Directivos, Mandos, etc)  a lo largo de los años,  cientos de test PAPI: Personality And Preference Inventory. Una de las escalas se refiere a  la  "Aptitud para Tomar de Decisiones". Nos dice en que medida una persona se percibe como alguien que toma decisiones rápidas. Aptitud para tomar decisiones rápidamente y capacidad para asumir riesgos. 

Hay personas que toman decisiones rápidamente e incluso con entusiasmo,  confiando en su intuición y asumiendo los riesgos. Por otro lado, hay personas muy prudentes y rigurosas las cuales detestan llegar a  conclusiones precipitadas y se paran a analizar cuidadosamente la situación antes de emprender cualquier acción.

La primeras, tienen como puntos débiles los siguientes: Son impacientes, en general y si se da otro rasgo,   quieren llegar cuanto antes a las conclusiones; son impulsivos que pueden tomar decisiones irreflexivas. Suelen, también,  conceder más importancia a la rapidez que a la precisión.

Las personas del segundo grupo, titubean demasiado, temen comprometerse y hacen gala de una excesiva lentitud a la hora de tomar una decisión. Son estos los que generan aquello de "parálisis por análisis", convirtiéndose, en función del puesto que desempeñen,  en cuellos de botella que impiden que los acontecimientos fluyan con normalidad.  



La calidad de las decisiones que tomamos está muy determinada, ademas de por nuestras características como decisor,  por la calidad y cantidad de información de la que disponemos,  y en base a la cual tomamos la decisión.

Hay quien sostiene, que en la toma de decisiones de los directivos,  dado que en la mayoría de los casos no tendremos toda la información disponible, que casi siempre decidimos en situaciones de información incompleta, nuestras decisiones serán  un tanto sesgadas. En base esto, y al tiempo que lleva tomar decisiones racionales (vía lenta), saldría más rentables,  en la mayoría de situaciones,  tomar decisiones emocionales, por corazonadas (vía rápida). Hay cientos de experimentos sobre este tema, en los que no me voy a parar ahora.


Otros sostienen que el mito de la intuición, del “sexto sentido”, de la “sensación de certidumbre subjetiva” de lo que muchos presumen, hay que tomarla con  mucha precaución.La cuestión clave aquí es saber diferenciar entre los intuiciones correctas y las que no lo son. Lo cierto es que detrás del “sexto sentido” suele haber un duro trabajo y unos conocimientos técnicos profundos.

Para tomar buenas decisiones los ingredientes son: 1. Juicio (se puede mejorar). 2. Experiencia (requiere tiempo).  3. Conocimientos técnicos.

 ¿En qué medida, una persona normal y corriente,  le atribuiría al doctor Simón estas características?
 Sin duda en una medida alta.

Si dejamos de lado a las personas normales y corrientes y le preguntamos a los políticos por la misma cuestión, ¿qué dirían?
Hay políticos que sostiene que el doctor Simón ni tiene juicio, ni experiencia ni conocimientos técnicos. 

Y lo más grave, toda una masa de "voceros",  recurren a la pedagogía del loro de repetición, consiguiendo que en los grupos en los que se mueven, asientan con sus cabezas y terminen  por reírle las gracias a los jocosos, pero sin ningún ingenio, chascarrillos que el vocero suele meter en medio. Y así se despacha el tema
Una de las fórmulas empleada en mis sesiones es la siguiente:



La calidad y la cantidad de información que tenía al principio el doctor  Simón, era muy escasa. Desconocíamos casi todo del famoso virus. No le quedaba otra que ir tomando  las medidas oportunas con la información que tenía en el momento que  las tomaba, y haciendo las suposiciones razonables que había  que hacer. A medida que se fue avanzando,  fuimos disponiendo de cantidades ingentes de datos y de información, pero aún teníamos poco conocimiento científico.

















Seguimos avanzando,  y fuimos incrementando el conocimiento científico que nos fue dando herramientas para incrementar nuestras formas de hacer y actuar sobre el virus.
No alcanzamos la sabiduría. Podíamos haber adoptado otros criterios diferentes al que se adoptó con las personas mayores… No me voy a parar en esta cuestión.
Ver en este blog la Ética del CUIDADO:

Por último, no olvidemos que el dr.  Simón es un científico. No apela a dogmas para convencer a nadie. Recurre muy poco a opiniones,  y  jamás, al menos que yo haya visto,  se le ocurre utilizar exabruptos,  que es la pieza literaria a la que más recurren sus críticos.

 ¿Sabrán estos que la ciencia no tiene verdades absolutas sino provisionales?

La ciencia llega a verdades no definitivas sino provisionales.  Tiene la capacidad,  y a su vez la humildad,  de sostener sobre algo lo siguiente: "con los conocimientos científicos que tenemos al día de hoy, podemos sostener  que esto es…" Y estos conocimientos científicos van cambiando en el tiempo a través de paradigmas.
Ver en este Blog: LA GRANDEZA DE LA CIENCIA Y SUS PARADIGMAS

Una vez que las cosas pasan,  la mayoría de las personas sabemos lo que deberíamos haber hecho. Digo la mayoría,  porque no todos aprenden y sacan conclusiones de sus actuaciones deficientes.


Nuestra competencia de actuación como humanos en la vida viene marcada por el eje del Saber y por el eje del Querer. Vimos, anteriormente,  como fue evolucionando nuestro eje del Saber con respecto al virus de marras, de cuyo nombre no quiero ni acordarme.





¿Y en otro eje, el del Querer? 


¿Cómo fue evolucionando?









No lo voy hacer yo, me gustaría que el lector que este post, lo hiciese por sí mismo y nos diese a conocer sus conclusiones.
 El gustar se mueve desde la comodidad y se concretiza con una mera declaración del tipo “me gustaría…”. Al apetece sigue siendo una mera sensación,  pero que no lleva a la acción. El desear activa más nuestros deseos,  pero,  no los concreta y sigue sin hacer nada.  

Sólo el auténtico querer, desde la voluntad,  se pone en acción para lograr los  objetivos previamente establecidos.   


¿En qué punto del Eje del Querer se movió y evolucionó:




¿La población en general?



¿Y los políticos? 

¿En el gobierno de la nación?

¿En el gobierno de las autonomías? 

¿En  nuestro personal sanitario?  

¿En los críticos del doctor   Simón?


   

¿Qué molesta del  doctor Simón?  
¿Tal vez su estilo tranquilo, claro, sin ambigüedades, conciso?
 ¿Preferirían muchos políticos que fuese de una tipología estridente y sensacionalista para no desentonar de ellos mismos?
 ¿Que se presente ante el auditorio como una persona corriente y normal sin los estiramientos (“arrogante y orgulloso en su trato con los demás”) y pomposidades (“grandilocuencia, ostentación, magnificencia, suntuosidad, afectación, vanidad”)  que exhiben los políticos?






Una vez que las cosas pasan, todos nos desgañitamos en  juzgar lo que pasó echando mano de acontecimientos que sucedieron posteriormente,  y que no conocíamos en el situación original, la cual ya se nos olvida y nos quedamos con la nueva como si fuera la pasada.  









Escribí  este post  en mi blog el domingo pasado. Desde entonces le fui añadiendo ciertos matices. Esta última semana observé que algunas personas se sienten engañadas porque según dicen,  el doctor Simón dijo, con respecto a la norma de utilizar o no las mascarillas, primero  que  no tenían mucha utilidad y por lo tanto no era obligatorio su uso,  y que posteriormente “se le escapó” que no se puso como norma obligatoria su uso, porque no había mascarillas.
Añadí, hoy al post unos párrafos más sobre las normas. 

Si te interesa puedes leerlo aquí:

He formado a muchas personas en la prevención de riesgos laborales, en general y sobre todo, en riesgos psicosociales, en particular. Sobre las normas sosteníamos que  son indispensables para crear un marco que  favorezca  la autonomía y la iniciativa responsable.

Para que las normas sean eficaces requieren que cumplan una serie de condiciones:

Lo primero, tienen que ser útiles:
Especifican los valores comunes de la comunidad, entre los cuales está, en este caso,  la seguridad e integridad física; se relaciona con los objetivos que pretenden conseguir, en este caso que nadie se infecte del pernicioso virus; fomentan la cohesión del colectivo ( en este caso no logrado, sino todo lo contrario: generaron conflictos); incrementa la implicación de las personas aclarándole el marco general de actuación y las iniciativas que pueden tomar por sí mismos; Ante casos de desavenencias o conflictos, sirven de referencia.

Lo segundo, tienen que ser eficaces:
Para esto lo primero tienen que ser aplicables, es preferibles la ausencia de normas a normas inaplicables. (Sin duda esto lo tendría en cuanta el Dr. Simón. Si no había mascarillas para todos, sería absurdo obligar a todos a llevarlas.)
Lo segundo, tienen que ser útiles, es decir, suponer una ayuda que facilite el cumplimento del objetivo que se persigue.
Lo tercero, protectoras de tal forma que supongan una ayuda sin atemorizar a nadie.
Lo cuarto, contractual. Compromiso recíproco de todos.
Lo quinto y último, FLEXIBLES: REVISABLES DE FORMA INTELIGENTE EN FUNCIÓN DE LA EVOLUCIÓN Y DEL CONTEXTO.

Con respecto al CONTROL DE LA SITUACIÓN  me gustaría añadir lo siguiente:
















Lo peor no es la subjetividad sino la arbitrariedad. En muchos casos se puede medir por lo que el procedimiento sería “medir en donde sea posible”. 
Hay situaciones en las que la medición no es posible. El procedimiento aquí sería  “juzgar y valorar en donde no sea posible medir”. 
Para esto último es imprescindible tener la capacidad  de análisis y experiencia (dos características, a mi juicio, en riesgo de extinción)