domingo, 5 de enero de 2025

CONSTRUYENDO LÍDERES: Liderazgo personal 4

 


Liderazgo Personal 4

Un liderazgo de cualquier tipo (organización, social, político), se sustenta en un liderazgo personal. No puedes liderar a nadie si no te lideras a ti mismo.

¿Tienes la sensación de gobernar las decisiones que tomas en la vida y en el trabajo?

El liderazgo personal viene marcado por el índice de autenticidad: grado de coherencia que existe entre lo que piensas, sientes y haces. Cuando este índice es alto, haces lo que dices y dices lo que haces.

La necesidad de legitimarse y posicionarse frente a los demás hace imprescindible que uno se perciba como auténtico y leal a sus principios.

El respeto dentro del equipo sólo lo consiguen aquellos que llevan la autenticidad a sus últimos términos. Las personas que nos rodean y trabajan con nosotros suelen terminar, tarde o temprano, descubriendo nuestro grado de autenticidad.

Nuestra peculiar visión y forma de entender e interpretar el entorno es la mejor y más solicitada aportación que podemos hacer al equipo. “Si tengo 10 y los diez piensan igual me sobran 9”.

La excelencia está ubicada en la aplicación de los talentos naturales de cada persona, aquellas pocas cosas que uno hace mejor que nadie. Cada uno las suyas, en una combinación personalísima que constituye el verdadero potencial de crecimiento. Para ello tienes que construirte a tu medida. Tienes que liberar  energía que ahora tal vez pierdas, tratando de "parecerte a X", "emular a Y", "tener igual que Z", o "conseguir igual que B". Esto nos lleva a construir nuestra propia caricatura a la medida  de no se sabe quién. Cada persona debe mirar dentro de sí misma, descubrir sus mayores talentos, reforzarlos mediante la práctica y el aprendizaje, y encontrar o crear una actividad que aproveche cotidianamente esos puntos fuertes. No hay que tratar de ser completo, sino de ser excelente en lo propio. Se encuentra más fácilmente agua en un desierto haciendo un hoyo lo suficientemente profundo que muchos hoyos superficiales. (Ver en Introducción al Management: Centrarse en los puntos fuertes).

La empresa no sólo tiene que adaptarse al hecho de que cada persona es diferente, sino que también tiene que capitalizar esas diferencias: debe buscar las fortalezas de cada miembro de la organización para ubicarlo y desarrollarlo de modo que se potencie al máximo. Para ello lo primero es corregir dos hipótesis erróneas y muy extendidas sobre el personal:

    1. Toda persona puede aprender a ser competente en prácticamente cualquier campo.

    2. El mayor potencial de crecimiento se encuentra en las áreas de mayor debilidad.

Estas dos opiniones erróneas deben ser sustituidas por las dos siguientes:

    1. Los talentos de cada persona son únicos y duraderos.

    2. El mayor potencial de crecimiento está en los puntos fuertes.

  Las empresas deben  utilizar el principio de aprovechamiento de los puntos fuertes para lograr los impactos más importantes relacionado con las personas.  Tenerlo en cuenta en la selección de personal, en la formación, en el diseño de puestos de trabajo, en la asignación de los mismos, en la valoración del rendimiento y en el análisis de potenciales.

 ¿Cómo descubrir el talento personal para identificar el mayor potencial de crecimiento personal? Una forma segura y sencilla de hacerlo es probando una actividad para ver cuánto tardas en dominarla, a qué velocidad superas los hitos de aprendizaje de la misma y cuantas cosas descubres por ti mismo sin que nadie te las enseñe; ver si la concentración en ella es tal que pierdes la medida del tiempo: lo que el psicólogo Mihalyi Czikszentmihalyi llama el “flow”: “Cuando más contento está el ser humano, es al estar activamente ocupado con una tarea, donde deba utilizar todas sus fuerzas físicas y emocionales. Entonces se encuentra en “flow”, un estado de conciencia extraordinario, en donde concentra toda su energía en una sola meta y deja de lado las preocupaciones cotidianas”.  

Aprende a descubrirte, invierte en ti,  aprende a ser tu mismo y descubrirás tus  puntos fuertes y  tus auténticos valores, los que dan sentido a tu vida los que te enfocan  guían para saber lo que tienes que hacer en cada momento.

Algunos conceptos:

LIDER: persona que logra resultados:

            1. Por sí mismo si hablamos de liderazgo personal

            2. A través de otros si hablamos de liderazgo organizacional.

LIDARAZGO: Es crear cohesión y resultados en un grupo humano de forma que ambos sean sostenidos en el tiempo. Crear y dirigir procesos de cambio que mejoren la posición actual de cohesión y eficacia.

MANAGEMENT: el arte de transformar los conocimientos en resultados.

RESULTADOS: La respuesta adaptativa la medio.

CONOCIMIENTOS: el recurso actual más importante en la era actual que no es ni la agrícola ni la industrial, sino la del conocimiento. Es la materia prima de la sociedad actual.

RECURSOS: con qué cuento para lograr los resultados

MOVILIZACIÓN: cómo utilizar lo que tengo para conseguir lo que quiero (resultados)

AUTO MANAGEMENT: movilización de los recursos propios.

MANAGEMENT: movilización de mi equipo

Imagen 1: Elaboración propia


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Nos plantea hoy Manuel Vicent un dilema entre la bomba nuclear y el sol en el supuesto que este fuese dios.

También podría haber titulado su columna de hoy así:

Riesgo, Certeza e Incertidumbre, con lo cual, muchos nos haríamos ‘una empanada mental’ en estos tiempos en los cuales es muy normal que emitamos juicios falsos creyéndolos verdaderos. Se nos pasa por alto que solamente la verdad de las premisas lleva a la verdad de la conclusión (“validez deductiva”) y a la emisión de juicios verdaderos. Si hablamos de razonamiento inductivo, si las conclusiones presentan un grado de probabilidad determinado (“fuerza inductiva”).   Otras veces confundimos los hechos con las opiniones. Esto da como resultado que nos lancemos a hacer afirmaciones basadas en opiniones que pretenden convertirse en hechos. De nuevo se nos pasa por alto, que los hechos deben dar lugar a las opiniones; las opiniones no dan lugar a los hechos. Otras veces, desde un estado de ignorancia (ausencia de conocimientos con respecto a algo) emitimos juicios bajo la etiqueta de certeza (afirmar algo sin temor a equivocarse) lo cual da como resultado el error, tomando lo verdadero como falso y lo falso como verdadero.

Los errores y los sesgos en el razonamiento aparecen cuando nos saltamos las reglas de la lógica, las cuales, en el razonamiento deductivo, nos permiten saber si a partir de unas premisas podemos inferir unas conclusiones válidas o inválidas.  Si hablamos de razonamiento inductivo, no tenemos en cuenta el teorema de Bayes, el cual nos permite obtener la probabilidad de una conclusión ante un conjunto posible de conclusiones alternativas (“fuerza inductiva”).Recurrir a la lógica para elaborar pensamientos claros, pensamientos que expresen, nítidamente,   de modo directo y sin subterfugios  la realidad a la que se refieren, es casi un “pecado”.  Para los manipuladores, para sus intereses, viene mejor fomentar pensamientos confusos (todos los días tenemos numerosos ejemplos de este tipo de pensamientos): fue muy comentado, y valga como ejemplo, el “y su indemnización se ha satisfecho en diferido”.

Como, a mi juicio, pone muy bien hoy Manuel Vicent, la incertidumbre siempre es más confusa que el riesgo.  

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Columna


Bomba nuclear o dios

Si el sol fuera un dios uno podría pedirle algunos favores: que su luz nos regale un pequeño placer cada día, alguna aventura, alguna pasión incontrolada, que por una vez liberara a nuestro planeta de su órbita y lo dejara vagar suelto por el universo

 Manuel Vicent

05 ENE 2025 - 05:00 CET

Ante esta nueva luz que cada año, como regalo, nos traen los Reyes Magos existen dos opciones: creer que el sol es una bomba de hidrógeno o que es todavía un dios como creían los antiguos egipcios, al que se debe adorar. En cualquier caso, se trata de una actitud ante la vida. Si se admite que el sol es solo una bomba nuclear que obliga a nuestro planeta a dar vueltas a su alrededor de forma inexorable atado a su órbita, esclavo de la ley de la gravedad que rige en todo el universo, es difícil imaginar que uno pueda ser libre mientras ninguno de los miles de millones de astros de todas las galaxias lo es. En ese caso una vida humana equivale en dar a lo sumo 90 y tantas vueltas en torno a esa bomba de hidrógeno hasta que el destino te obligue a bajarte de la noria. En ese viaje apenas hay sorpresas. Uno sabe más o menos lo que va a suceder a lo largo del año. Puedes jurar que volverán las oscuras golondrinas en tu balcón los nidos a colgar, una y otra vez y así todo, siempre lo mismo, siempre igual, el ciclo de la savia, los almendros en flor, los cataclismos, el polen en la primavera, los bombardeos, el mar unas veces con olas de dulzura y otras tragándose como un monstruo a los náufragos, los otoños con aguaceros y hojas amarillas. Si el planeta no es libre, si las semillas, las plantas, los árboles, los animales tampoco no lo son, ¿por qué lo ibas a ser tú? En cambio, si el sol fuera un dios uno podría pedirle algunos favores: que su luz nos regale un pequeño placer cada día, alguna aventura, alguna pasión incontrolada, que por una vez liberara a nuestro planeta de su órbita y lo dejara vagar suelto por el universo. Puede que solo entonces nuestros sueños se harían realidad. Las almas de los muertos, en lugar de abrasarse, se convertirían en cosmonautas capaces de alcanzar y conquistar otras galaxias. Si el sol fuera un dios habría que pedirle sobre todo que la muerte no nos coja confesados para seguir fingiendo que somos efímeros pero libres.

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