Quebradura,
relieve o hiato, en la linealidad de las cosas, la anomalía podría ser no sólo
una fuente de inquietud, sino también la manifestación salvadora de la
“perturbación que nace a la larga de la permanencia del estado normal”. (el resaltado es mío)
Georges Canguilhem
Elijo hoy este subtítulo para mi artículo, influenciado, entre otras fuentes, por José Antonio Marina y más concretamente, por un artículo que escribió en eldiario.es, el 16 de octubre, de 2023, y que hoy copio/pego más abajo después de hacer lo mismo con la columna de Manuel Vicent.
El artículo, como todo lo que escribe J.A. Marina, es muy interesante y
aporta, al menos a mí, varias novedades algunas de las cuales reseñaré
en este artículo.
La primera que me aporta es la de recurrir a dos marcos diferente que él expresa así: “Los enfrentamientos políticos pueden plantearse en formato “conflicto” o en formato “problema”. Según Marina, el formato "conflicto" no permite el debate y, en el formato “problema” se exige, previamente, un aprendizaje por parte de todos los intervinientes. En la imagen con la que terminamos el artículo del domingo pasado, ya decíamos que el primer paso para solucionar un problema era definirlo. Para ello había de cumplirse los siguientes principios:
1.Un individuo = una percepción
· 2. 10 personas tratando un
problema = 10 problemas a tratar
¸ 3. Un hecho una opinión
¹ 4. Caracterizar y cuantificar
la situación de salida
También era necesario cambiar el esquema mental 'Problema - Solución' por el esquema 'Problema -Causa'. No hay solución posible si antes no se llega a la causa raíz, a la causa de las causas.
La segunda novedad de J.A. Marina es que duda, a mi juicio con razón, de nuestros políticos: “No sé si los políticos bregados en la lucha están en condiciones de liderar el cambio." Expresado en lenguaje coloquial sería, pienso yo, mucho ruido y pocas nueces (recordemos el énfasis que poníamos sobre los resultados, en el vídeo (LIDERAZGO ORGANIZACIONAL) que hemos incluído en el artículo anterior que titulamos:
ANOMALÍAS DEMOCRÁTICAS:
LA CAUSA DE LAS CAUSAS
LOS 5 ¿POR QUÉ?
https://neuroforma.blogspot.com/2023/10/anomalias-democraticas.html
Invito a ver el siguiente vídeo cuyo enlace aparece más abajo, que aporta algunas claves sobre el Liderazgo Personal que nos puede mejorar nuestro punto Punto de Vista Actual sobre si los políticos a los que se refiere Marina están en condiciones, o no, de liderar el cambio.
¿Pueden o no pueden: Cuál es tu punto de vista actual?
Nuestro punto de vista actual, sobre cualquier cosa, lo podemos tener muy elaborado, puede ser fruto de un análisis profundo y reflexionado pero, aun así, siempre quedan resquicios que le impiden que se acerque al mejor punto de vista que podamos llegar a tener sobre esa cuestión, sea esta la que sea.
Para esto se hace necesario que nos centremos, no en el punto de vista que tenemos nosotros, sino en el punto de vista que nos expone nuestro interlocutor. Si nuestro punto de vista sobre algo está elaborado a partir de la anécdota, la paja, lo contingente, y escuchamos o leemos a alguien que lo tiene más elaborado en base a lo esencial, el grano y un contenido profundo, estamos perdiendo una oportunidad de oro de salir de allí con un punto de vista muy mejorado y más cerca del óptimo.
El liderazgo de uno mismo es el primer paso para poder
liderar a otros. Un liderazgo de cualquier tipo (organizacional, político,
social) se sustenta en un liderazgo personal homologado: tener la capacidad de
saber guiar y gestionar la propia vida.
El liderazgo personal es un rol que requiere, entre otras
cosas, saber lo que queremos (esta es mi meta) y organizar nuestra vida para
conseguirlo. Esta organización tiene como eje central la capacidad de marcarse
y lograr objetivos.
Detrás de todo ello subyace la idea del auto desarrollo la
cual hay que entender cómo invertir en uno mismo (estos son mis recursos) y, no
renunciar nunca a nuestra capacidad de dirigir nuestra propia vida. Es un
estilo de vida caracterizado por un constante afán de Mejora Continua Personal.
Tus resultados a lo largo de la vida guardan una estrecha relación con la mejora que hayas hecho de tus recursos, más concretamente, con el capital emocional y el capital intelectual que hayas acumulado, con las competencias (qué sé, qué sé hacer y qué quiero hacer) que hayas desarrollado.
Son estos recursos personales, los que te van a llevar a un grado de desarrollo personal y profesional determinado, el cual condicionará las aportaciones que haces al entorno y las recompensas que recibas, según vimos en las Métricas Personales a través del Ciclo DAR.
Es tener claro en dónde estás, a donde quieres ir, saber con qué cuentas para
llegar allí y, finalmente, perfilar la estrategia adecuada. La estrategia es el
arte de coordinar las acciones para alcanzar una meta. En mis cursos
siempre terminaban los alumnos
elaborando un PEPI: Plan Estratégico Personal Individualizado.
Para aclarar y entender el contexto, tengo que decir que conozco a José Antonio Marina lo suficiente para saber que él, dados sus amplios conocimientos cercanos a la sabiduría, nunca caería en el Edadismo ( Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo se refiere a la forma de pensar -estereotipos-, sentir -prejuicios- y actuar -discriminación- con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad):
A mi juicio,
está haciendo referencia a la necesidad actual de aplicar el pragmatismo, de dar primacía al valor práctico y utilitario de las cosas. Si te interesa el tema en este
mismo blog puedes encontrar artículos sobre el pragmatismo.
¿Se ajustan nuestros políticos actuales a este perfil que acabamos de mencionar?
Según mi opinión actual, de todos los políticos activos, es Pedro Sánchez el más bregado y el más preparado (número de competencias desarrolladas) para lograr los cambios tan necesarios.
Es posible, según pienso actualmente, que Pedro Sánchez pase a la historia como el presidente más pragmático desde la transición hasta... ¿? (aún le quedan muchos años por delante y también, esperemos, suficientes presidencias del gobierno para mejorar España y a los españoles.)
John Rawls, profesor de filosofía política en la Universidad de Harvard y promotor del “consenso superpuesto" y del "consenso entrecruzado" , en su libro ‘El liberalismo político’, Critica, 2004. p.80, sostiene que las personas son razonables, y “se muestras dispuestas a proponer principios y criterios en calidad de términos equitativos de cooperación y, a aceptarlos de buena gana siempre que se les asegure que los demás harán lo mismo”. Lo manifestamos de forma coloquial en nuestras conversaciones y hablamos de dar y recibir, intercambio, pacto, contrato, hoy por ti mañana por mí, primero yo te rasco tu espalda y luego tú me rascas la mía..., en definitiva, recurrir a la opción del diálogo, como herramienta fundamental para resolver los conflictos.
Es una técnica que consiste en abordar los conflictos de forma directa. Si se dan las condiciones para un diálogo constructivo, esta técnica lleva al control y la solución del conflicto, a la reducción de sus costos y permite, además, a los protagonistas hacer un diagnóstico y analizar la dinámica del conflicto interpersonal. El empleo de esta técnica lleva, también, a mejorar las relaciones y los resultados. De forma concreta, se sustenta en el diálogo interpersonal que consiste en que los protagonistas hablen y discutan cara a cara sobre su conflicto y sobre su relación. Analizan los problemas que forman el conflicto (debaten), analizan los sentimientos generados por el mismo y ven las necesidades que están en juego. Un diálogo constructivo empieza por dejar a un lado las posturas donde lo que dice el otro no importa. La escucha, centrándose en lo que el otro nos dice, considerando que su punto de vista puede llegar a ser mejor que nuestra propia tesis, da el resultado de salir de la conversación con nuestro punto de vista actual mejorado, lo cual es un gran avance. Cuando el diálogo interpersonal está bien manejado proporciona las siguientes ventajas:
- Una mayor comprensión de los problemas básicos.
- Mayor entendimiento de las tácticas desencadenadoras.
- Comprender las consecuencias del conflicto.
- Descubrir posibilidades de control o posibles soluciones.
- Explorar y determinar si se cumplen las condiciones para un diálogo positivo.
- Mejorar las actitudes y el entendimiento.
- Mejora de la calidad de relación futura.
-Mejora los RESULTADOS obtenidos.
Decir, con la idea de aclarar y entender un poco más el contexto, que he impartido a lo largo de mi trayectoria laboral en contextos de empresas, escuelas de negocio, universidades, y variados contextos, muchos tipos de cursos, entre ellos de ‘Conflictos’ y de 'Resolución de problemas'. Desde aquellos tiempos hasta hoy, ya jubilado, viene de lejos mi admiración por José Antonio Marina, por este filósofo y pedagogo “detective” del conocimiento que ha dedicado muchas horas a investigar, entre otras muchas cuestiones, la inteligencia, sobre la que nos propone, en su obra 'El Vuelo de la Inteligencia', una inteligencia de la vida cotidiana (por tanto, personal, grupal y organizacional), también política, que permita “ennoblecer el significado de las cosas, embellecer la vida diaria, porque de lo contrario acaba intoxicándonos la mediocridad, la rutina y la pereza.” Sigo a J.A. Marina desde hace muchos años. He asistido a múltiples conferencias suyas y tengo en mi biblioteca la mayoría (que son muchos) de sus libros publicados. También he tenido contactos interpersonales con él en un tiempo en el que yo trabajaba en una multinacional. Para mí, estamos ante un intelectual de gran altura y conocimientos, entendiendo por tal la segunda acepción de Oxford Languages: [persona] “Que se dedica fundamentalmente a actividades o trabajos en los que predomina el uso de la inteligencia”.
Por último: Inspirado en sus lecturas a las que añadí mis propias reflexiones, escribí primero un libro en formato digital, que terminó convertido en un curso que impartí a varios grupos de personas y que titulé ‘El grupo Inteligente’.
Escribí el domingo pasado, como casi todos los domingos, antes de haber leído el artículo de J.A. Marina, que lo escribió el lunes siguiente, un artículo sobre conflictos y problemas políticos. Si estás interesado en el tema te invito a leer:
LA CAUSA DE
LAS CAUSAS
LOS 5 ¿POR QUÉ?
https://neuroforma.blogspot.com/2023/10/anomalias-democraticas.html
Terniné el artículo así:
Existen muchas definiciones de inteligencia. Tengo preferencia por la siguiente:
“capacidad de resolver problemas prácticos.”
Por estas y otras razones
cabe afirmar que la competencia de analizar y resolver problemas, es una
de las más provechosas que puedan adquirir y perfeccionar las personas.
Hoy, después de haber leído el artículo de Marina, finalizo el de hoy así:
Estoy totalmente de acuerdo con J.A.Marina, sin duda, la competencia de analizar y resolver problemas, es una de las más provechosas que puedan adquirir y perfeccionar las personas.
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Aclaración:
Sobre los vídeos que compartí en el artículo anterior y en este mismo de hoy, sobre liderazgo personal y organizacional decir lo siguiente: además de múltiples artículos muchos de los cuales están publicados en este mismo blog, primero escribí un libro en formato digital, que regalé a muchas personas y posteriormente creé, hace muchos años, un curso de formación E-learning que impartí, desde Vigo, a directivos de diversos puntos de España que previamente habían realizado su suscripción al mismo. Te invito a ver los videos en los que me apoyé para impartirlo, que iré adjuntando a los diversos artículos que escriba en este blog sobre el mismo.
El libro y el curso original, constaba de 5 apartados: 1. Introducción, 2. Visión de Helicóptero, 3. Liderazgo personal, 4. Liderazgo Organizacional, 5. El Líder Coach. Si estás interesado en el tema te invito a leer, en este mismo blog, los artículos que vaya escribiendo, con el título de Construyendo Líderes
IGLESIAS RODRÍGUEZ Julio. : Construyendo Líderes: ¿A quién llamar Líder?, 2015, 89 páginas
R.E.: Conciliación de conflictos, Addison-Wessley Iberoamericana, 1998
TOUZARD, H.: La mediación y la solución de los conflictos, Barcelona, Hender, 981
ARGYRIS, C.: El individuo dentro de la organización, Barcelona, Herder, 1979
GREINER, L. E., y SCHEIN,V.E.: Poder y desarrollo organizacional, Addison -Wesley Iberoamericana, 1991
LUCAS, M.A.: Sociología para la empresa, Madrid, McGraw-Hill, 1994
LARRIETA, E.: El conflicto como motor del cambio, Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, S.A., 2004
WALTON,
R.E.: Conciliación de conflictos, Addison-Wessley Iberoamericana, 1998
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Estar vivo o muerto
Aristóteles decía que las tragedias sirven de catarsis para purificar las pasiones, pero la violencia y la muerte no dejan de ser una costumbre
Vivir no es solo estar vivo ni morir es solo estar muerto. Uno puede estar vivo y muerto a la vez si por un lado se emociona con la belleza de una tarde de otoño llena de colores rojos y amarillos y por otro ya no se conmueve ante la visión de niños ahogados o destrozados por las bombas. Contra las matanzas de tanta gente inocente que uno se ve obligado a digerir con los alimentos de cada día puedes acogerte como salvación al sonido del saxo de John Coltrane, pero si esa melodía te arranca una lágrima que resbala por la mejilla deberías saber si procede de esa parte en la que aún estás vivo o de la ya estás muerto. Aristóteles decía que las tragedias sirven de catarsis para purificar las pasiones. Sentados en las gradas de los anfiteatros, los griegos de la antigüedad clásica asistían a la representación de los crímenes más horribles que pueden cometer los humanos. Tal vez comían y bebían alegremente mientras contemplaban las tragedias a las que el destino había sometido a Edipo, a Antígona o a Ifigenia. Sabían que la voz de Zeus desde el artilugio de Deus ex machina al final daría una salida. Aquellas tragedias solo eran una ficción escénica y de hecho la belleza de aquellos textos todavía no ha sido superada, pero hoy la carnicería a la que asistimos en vivo y en directo es real y los hermosos versos de Esquilo o de Sófocles han sido sustituidos por imágenes de la sangre a raudales que discurre con normalidad en Gaza, en Beirut o en Ucrania acompañadas por los asépticos informes de los telediarios. No obstante, uno puede apartar la vista de la pantalla y mirar por la ventana mientras suena el saxo de John Coltrane. La violencia y la muerte no dejan de ser una costumbre y tal vez uno ignora que esas masacres a las que asiste con naturalidad acaban por formar parte de la propia digestión. Mientras suena la música y contemplas el esplendor de la tarde de otoño cubierta de hojas rojas y amarillas, si juntas la belleza y la maldad, no sabrás si estás vivo o muerto.
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Catalunya: ¿conflicto o problema?
- El formato “conflicto” no permite el debate.
Plantearlo como “problema” exige un aprendizaje por parte de todos. No sé
si los políticos bregados en la lucha están en condiciones de liderar el
cambio
https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/catalunya-conflicto-problema_129_10600860.html
- El formato “conflicto” no permite
el debate. Plantearlo como “problema” exige un aprendizaje por parte de
todos. No sé si los políticos bregados en la lucha están Los enfrentamientos políticos pueden plantearse en formato “conflicto”
o en formato “problema”. En el primer caso, las dos partes quieren la
victoria, es un juego de suma cero en el que unos ganan y otros
pierden. Es la teoría política amigo/enemigo que teorizó Carl Schmitt y
que se ha practicado a lo largo de la historia. En cambio, cuando el
contencioso se plantea en formato “problema”, el enemigo ya no es el otro.
El enemigo común es el problema, al que todos los implicados tienen que
empeñarse en vencer. En este caso es posible un juego de suma
positiva, win-win, en el que todas las partes resulten
ganadoras. A pesar de algunos intentos por convertirlo en problema, como
el de Cambó, el desacuerdo catalán siempre se ha acabado formulando por
ambas partes en términos de conflicto. La última vez, cuando la
declaración unilateral de independencia.
Quiero pensar que en estos
momentos se está intentando de nuevo conseguir una solución, no una victoria.
Todos los expertos en resolución del problemas políticos insisten en que, para
lograrlo, además de una clara voluntad de encontrar una solución, hay que
definir bien el problema. En este caso, parece claro: muchos catalanes (cuyo
número se puede precisar mediante un referéndum) quieren independizarse de
España. Otros tantos catalanes (cuyo número se puede precisar mediante un
referéndum) no quieren ser independientes. Y el resto de los españoles piensa
que esa cuestión también les afecta y que hay que contar con su opinión. Cada
una de estas opciones es legítima y el problema no se puede resolver negando
legitimidad a alguna de las partes. Los no independentistas apelan a que la
secesión sería inconstitucional. Los independentistas se apoyan en un
“principio democrático”, previo a la constitución, que reconoce a los
individuos el derecho a decidir sobre el modo de organizarse políticamente,
derecho por cierto en el que se basa la capacidad constituyente de los
ciudadanos. El derecho de toda España a intervenir es aceptado por los españolistas,
porque piensan que les favorece, y es negado por los secesionistas, que
consideran que es asunto exclusivamente catalán. Pero apelan a los derechos
históricos, y derechos históricos podemos esgrimir todos.
Parece justificado que todos
los españoles tengan que participar en la solución de este problema. La larga
comunicación entre Catalunya y el resto de España, aceptada durante siglos,
institucionalizada voluntariamente en la Constitución de 1978, ha creado lazos
e intereses que son difíciles de romper y que exigen un acuerdo. El Tribunal
Supremo de Estados Unidos reconoció esta misma situación en su ámbito:
“Cualquiera de los Estados que forman parte de la Unión norteamericana está
inhabilitado para romper la relación que le une a ella” porque ese resultado
“no es artificial y arbitrario” sino un entramado de historias e intereses
comunes que no admite otra forma de disolución que “mediante la revolución o el
consentimiento de los demás Estados”. Esto ocurre también en España. Un
personaje de tanta relevancia para el nacionalismo catalán como Prat de la Riba
escribió:“ La vida en común desde antiguo ha creado vínculos con la unidad más
amplia de España que no pueden quebrarse”.
También la solución canadiense
para Quebec, elogiada por muchos representantes de partidos independentistas,
exige la participación de toda la nación. El Tribunal Supremo de Canadá
permitió un referéndum no vinculante sobre la autodeterminación de Quebec, y
añadió que si había una mayoría suficiente a favor de ella, el gobierno debería
tomarla en consideración y permitir el comienzo de negociaciones. Pero en ellas
deberían intervenir las demás provincias de Canadá. “Una decisión unilateral de
los quebequenses a favor de la secesión comprometería los derechos de los no
quebequense”.
El president Aragonès ha pedido
un dictamen sobre las posibles formas de un referéndum de autodeterminación y
según la prensa los expertos le han propuesto cinco posibles modos. En tres de
ellos se incluye consultar a todos los españoles. Me parece que es un síntoma
más de que el “conflicto catalán” puede convertirse en el “problema catalán” y
eso me parece buena noticia.
Planteadas así las cosas
podemos empezar a explorar muchos caminos que han estado siempre bloqueados por
el miedo o por la animosidad de los nacionalismos excluyentes, sean
centralistas o periféricos. El formato “conflicto” no permite el debate. Como
decía Voltaire, “la razón es esa cosa que el hombre utiliza cuando está
tranquilo”.
Plantearlo como “problema”
exige un aprendizaje por parte de todos. No sé si los políticos bregados en la
lucha están en condiciones de liderar el cambio, porque el formato conflicto
plantea las cosas de forma muy anacrónica, sin atender a los cambios políticos
que se están produciendo en el mundo. Por ejemplo, a la renovación del concepto
de soberanía. Este concepto, que se inventó para defender a la monarquía
absolutista, ha perdido su rigor monolítico que amparaba a un poder monolítico
también. Estados Unidos nunca padeció esa herencia absolutista que España
mantuvo, y aceptó desde el principio una “soberanía dual”, repartida entre el
Estado federal y el resto de los Estados. Por cierto, en Catalunya siempre ha
habido un “patriotismo dual”, como ha puesto de manifiesto Roberto
Fernández, Premio Nacional de Historia, en su obra 'Combate por la
concordia'. Francesc Cambó quería “una Catalunya grande en una España fuerte”.
La Unión Europea se organiza como una “soberanía compartida” (sovereignity
pooling). Hay formas interesantes para explorar, como el “federalismo
cooperativo” alemán, que impone la obligación de las regiones de ayudarse
mutuamente. Es posible un “ejercicio mancomunado de los poderes”, que consiste
en que “varias instancias estatales participan en un único mecanismo de
decisión” (Albertí i Rovira).
El Estado totalitario,
absolutista, del que deriva el viejo concepto de soberanía, había
eliminado la sociedad civil y ahora es necesario fortalecerla. El poder
jerárquico es sustituido por un “poder cooperativo” (Innerarity), un gobierno
en varios niveles (multilevel governance), la nueva política debe
entenderse como una “organización de la interdependencia” (Mayntz), se
convierte en gestión de redes (Natera). El tema de la cogobernanza permite
también explorar nuevas formas de hacer política. El debate actual está llevado
a cabo por políticos viejos, que padecen lo que los psicólogos llaman
“enfermedad de las categorías”, un envaramiento, una momificación de los
conceptos que les priva de su utilidad para resolver problemas. Quien, por
ejemplo, se encrespe al oír la palabra “nación de naciones”, olvida que Fraga
escribió: “A mí me gusta la expresión 'nación de naciones', soy admirador de
don Ramón Lázaro y de don Antonio de Capmany, que escribió en castellano clásico
sus magníficos libros sobre Catalunya”. Peces Barba, en su libro 'La
elaboración de la Constitución española', sostiene que España puede comprender
en su seno otras naciones. También Solé Tura pensaba que se estaba definiendo a
España como una “nación de naciones”. Años después, en un artículo
publicado en El País (26.7.2010) Felipe González y Carme
Chacón escriben: “La concepción de España como ‘Nación de naciones’ nos
fortalece a todos.
Desde el planteamiento de este
artículo podemos tratar el tema de la amnistía. Entre los motivos que las
justifican está un cambio de régimen, un deseo de comenzar de cero. Creo que el
compromiso firme de pasar del formato “conflicto” al formato “problema” puede
considerarse un cambio semejante. Pero implica deponer las armas –retóricas y
emocionales–, rechazar rotundamente cualquier medida unilateral, admitir los
derechos de las tres partes implicadas y explorar, como en el caso canadiense,
todas las posibilidades que la Constitución permita o incluso la posibilidad de
un cambio constitucional si lo aprueba una mayoría de españoles. El
objetivo: una solución win-win, de suma positiva, en el que todos
podamos salir beneficiados. A mí me parece posible, incluso en estos momentos
poco optimistas.
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https://elpais.com/opinion/2023-10-29/amnesia.html
¿Cómo se llamaba? Pese a ser la chica de la que se había enamorado por primera vez, no recordaba su nombre. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de aquella mujer, aunque su vida le había dejado una profunda huella. Recordaba con todo detalle su figura, su voz, sus gestos, cada una de sus pecas distribuidas por la íntima geografía de su cuerpo; en cambio, su nombre se le había borrado por completo. Por Dios, ¿cómo se llamaba? Sucede muchas veces que una neurona se desconecta, crea un vacío y sin saber por qué esa palabra que buscas desaparece, se instala en la punta de la lengua y no hay forma de que regrese al cerebro. Durante dos horas de angustioso insomnio peleó con su memoria para tratar de recordar cómo se llamaba aquella chica que fue su primer amor. Eran jóvenes, el sol brillaba sobre la hierba del jardín donde se tumbaban en verano; él le hablaba de la lucha por la libertad mientras ella con una sonrisa irónica le pasaba por el perfil de su rostro una brizna de lavanda. Recordaba aquella tarde de lluvia de otoño caminando bajo el mismo paraguas cuando ella le susurraba la canción de Leo Ferré. Con el tiempo todo se desvanece. Pasados unos años, fue después de un viaje a Italia cuando el amor se desvaneció. La chica lo citó en un café para decirle que se había enamorado de otro. Él escuchó sus disculpas muy callado y al final del silencio se sorprendió a sí mismo con los ojos llenos de lágrimas. “No hay que llorar —le dijo ella— después de todo hemos sido muy felices”. Aún recordaba su respuesta: “Lloro porque un día al cambiar de agenda perderé tu teléfono, luego tu figura, tu voz, tus gestos con el tiempo se irán desvaneciendo y puede que al final también se diluya en el olvido tu nombre”. Fue el recuerdo lejano de aquellas lágrimas el que sirvió de conexión, tal vez, entre sus neuronas, porque en ese mismo momento, por fin, recordó cómo se llamaba.
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