domingo, 25 de junio de 2023

LOS COMPORTAMIENTOS IRRACIONALES DE ALGUNOS POLÍTICOS

 




LOS COMPORTAMIENTOS IRRACIONALES                                               

DE ALGUNOS POLÍTICOS

 

“Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros”

Immanuel Kant

 

Todos somos conscientes en que hay una gran disparidad entre lo que cada uno de nosotros percibimos y la verdad o realidad de las cosas y situaciones que se nos dan en nuestro propio e individual día a día. 

La percepción la elaboramos a partir de los sentidos. 

Hay políticos  que se fían tanto de su capacidad para percibir sensaciones a través de los sentidos,  que suponiendo que  nunca hubiesen probado la miel, y, si un día  por un subidón de bilirrubina contrajeran la  ictericia,  si le damos la miel a probar, no habría humano, ni argumentos suficientes,  para convencerlos de que la miel no es amarga,  sino dulce. 

 A la verdad o realidad llegamos a través de la razón

En el caso anterior, si se fiaran de su razón, sabrían  que la ciencia llega a conclusiones a través del esquema causa- efecto. La miel (causa), la mayoría de las personas la percibimos, a través de nuestras papilas gustativas como dulce (efecto). Los botones gustativos a través de los cilios (pelos microscópicos) son los que envían al cerebro la información sobre el sabor. Sin embargo, a las personas  con ictericia, la información que le mandan es que  la miel es amarga.

Es alarmante, a mi juicio, como crece la  patente vacuidad, de cada vez mayor número de  políticos, que están convencidos de sus propias percepciones y no toleran que nadie se las cuestione. Su falta de contenido y de profundidad de sus análisis y conversaciones,  ponen de manifiesto que son pura apariencia y que si rascas un poco te das cuenta de lo simples que son y de la carencia que tienen de las más elementales herramientas intelectuales. Que las personas normales (en el sentido de normalidad  estadística) tengamos toda clase de carencias es entendible. Lo que ya  no es asimilable, ni mucho menos  asumible, es que las personas que viven (en comparación con las personas normales ¡muy bien!)  de la política sean tan  simples, no confundir con sencillos, y superficiales. 



¿Qué es lo que nos pueden aportar personas, con semejante perfil, desde la política a los ciudadanos de a pie, normales y corrientes?



La pelea entre la razón y los sentidos empezó hace siglos (siglo VI a. C.)con los presocráticos, estudiosos, entre otras cosas, de la naturaleza y en llegar a saber el origen de la misma. Gracias a sus cuestionamientos se convirtieron en  los padres fundadores de la tradición filosófica occidental y los primeros maestros del pensamiento racional, después de llegar a la conclusión de que nuestros sentidos no son fiables.  Según nos dice Aristóteles  en su Metafísica:

 “La mayor parte de los primeros que filosofaron no trataron de los principios de todas la cosas más que desde el punto de vista de la materia. Aquella sustancia de donde todos los seres derivan, de la cual proviene todo lo generado y a lo que se reduce todo lo que se destruye, persistiendo sin embargo esta sustancia misma a través de la diversidad de sus cambios : ahí residiría, según ellos,  el elemento y principio de los seres”.

Para Tales el agua;  para Anaxímenes y Diógenes el aire; para Hipaso de Metapondo y Heráclito de Efeso el fuego; para Empédocles no es uno sino 4 los elementos, añadiendo al anterior la tierra. A Empédocles lo sucedió Anaxágoras de Clazómenas el cual sostuvo que el número de principios es infinitos. 

Elogiable el gran esfuerzo de todos ellos por llegar a averiguar la verdad de las cosas.

Rechazable que muchos de nuestros políticos  no estén por la cuestión de pensar (hay que elaborar argumentos), y se desenvuelven con  cuatro chascarrillos sin ningún contenido y, mucho menos con propuestas que mejoren la vida de los ciudadanos normales y corrientes.

La columna de Manuel Vicent de hoy va de la noche de San Juan. Como siempre la copio y pego abajo para que todos la puedan leer. Ya expliqué, muchas veces, cual era mí propósito y que perseguía con ello. Ya no lo haré más. Algunos lo han interpretado mal por lo que ya no voy incidir en ello. En uno de los periódicos digitales en los que hago mi comentarios cuando tengo algo que decir (no cuando tengo que decir algo), un participante reprochaba al grupo que 5 personas hayan valorado bien mi opinión ya que me dedicaba a hacer publicidad de mi blog. Le contesté así:  

Utilizo mi blog con fines puramente altruistas (es un blog que no busca ningún fin comercial ni de otra índole) por si alguien quiere profundizar en el tema que nos ocupa, en este caso, nada más ni nada menos,  sobre la ética y la moral, casi nada,  de la señora Ayuso.

No le conozco, pero,  a mi juicio, meterse a adivino de las intenciones del otro y afirmarlo con tanta rotundidad, sin duda le define. Lo de la Sra.  Ayuso no es cualquier noticia: ¿cuáles son sus razones o ¿intereses? para salir en su defensa con opiniones tan peregrinas? ¿O es acaso, un alumno aventajado de sus estrategias: buscar un enemigo y canalizar hacia el con mentiras, calumnias, y un largo etcétera, un coctel emocional de rechazo de sus competidores?

 Creo que a usted todo esto le importa un rábano. Aun así, por una vez, le voy a invitar a leer el siguiente enlace para que vea que está usted equivocado:

          SOBRE MÍ https://neuroforma.blogspot.com/2016/10/comienzo-2-si-has-leido-la-primera.html

No se puede hablar de  la noche de San Juan sin mencionar el solsticio de verano, las hogueras, la barbacoa de sardinas, la playa (para quienes  tienen mar) en cualquier lugar que garantice que la cosa no termine en incendio, en el  apacible  y puro rural, en donde todavía pude ser posible asistir al espectáculo de ver en el campo “luciérnagas en los setos del jardín” y en los charcos siguen  croando  las ranas: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10209959399456934&id=1693404267

Hablar del solsticio de verano supone entender a través de la razón que no es el sol el que gira alrededor da la tierra: es la tierra la que orbita  alrededor del sol. 

                       

 Hoy en día, para muchas personas, sus  creencias personales y sobre todo, su ideología, le eclipsan por completo  la razón y la lógica. Para ellos, las  opiniones tienen más valor que los hechos. Así llegamos a fenómenos sociales y políticos tan irracionales, tales como el “brexit”,  el “trumpismo”, la guerra de Putin...  Fenómenos sociales que han tenido éxito  y acabaron implantándose en la sociedad a la vez que nos  desconcertaron a gran parte de la gente normal y corriente.

No nos sorprenda a nadie si cualquier día un político irracional nos anuncia sin ningún pudor ni vergüenza,  que el heliocentrismo es una patraña: 

todo el universo gira alrededor de la tierra.  

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COLUMNA

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Sardinas

Tumbados en la arena bajo el cielo estrellado la noche de San Juan estaba hecha para no pensar en nada, salvo en el sonido del acordeón que te llevaba a un espacio feliz de la memoria

Una hoguera durante la Noche de San Juan, en la playa de Riazor, a 23 de junio de 2023, en A Coruña, Galicia (España).M. DYLAN (EUROPA PRESS)

 

MANUEL VICENT

25 JUN 2023 - 05:00 CEST

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Durante miles de millones de años, antes de que hubiera vida en la tierra, también llegaba puntualmente el solsticio de verano y el oleaje rompía en esta playa con un sonido acompasado, solo que esta vez a esa rueda infinita del tiempo se había sumado un acordeón que tocaba un vals en la oscuridad. En la noche de San Juan las llamas iluminaban las siluetas de unos jóvenes tumbados en la arena alrededor de la hoguera y mientras se asaban las sardinas los jóvenes hablaban de sus cosas generalmente anodinas con risas que no se debían a nada, sino a la dulzura que a veces adopta la naturaleza. Uno recordaba aquellas noches de verano de la niñez cuando había todavía luciérnagas en los setos del jardín y en los charcos croaban las ranas. Otro trataba de elevar su pensamiento hacia las estrellas. Tenía algún conocimiento de astronomía y con el dedo señalaba a los amigos el planeta Júpiter con el collar de satélites, el carro de la Osa Menor con la Polar, el Triángulo de Verano que formaban las estrellas Vega, Deneb y Altair, las constelaciones del Cisne y la Casiopea. Alguien le decía que dejara en paz a las estrellas porque ahora lo más importante era que el espeto de las sardinas estuviera bien asado. En la noche de San Juan había muchas hogueras en aquella playa y los niños las saltaban a través del fuego y excitados por el resplandor gritaban sin saber que sus gritos obedecían a un placer que todavía no reconocían; había adolescentes que dentro de un mar oscuro se amaban por primera vez y viejos que recordaban los amores perdidos. Tumbados en la arena bajo el cielo estrellado la noche de San Juan estaba hecha para no pensar en nada, salvo en el sonido del acordeón que te llevaba a un espacio feliz de la memoria. Tal vez la felicidad era esa brisa de sal que llegaba hasta el fondo del alma o el anuncio de que a cada uno le tocaban seis sardinas por barba.







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