domingo, 6 de noviembre de 2022

EL OTOÑO DE LA VIDA



EL OTOÑO DE LA VIDA


"Sí, yo era un anciano, eso está claro,anciano y achacoso, desilusionado y cansado. ¡Y, sin embargo, la palabra "anciano" también podía expresar algo distinto por completo! Cuando se hablaba de sagas antiguas, de casas y ciudades viejas, de árboles viejos, de comunidades y cultos antiguos, el adjetivo "anciano", "viejo" no expresaba en absoluto nada desvalorado, ocioso o despreciable. Además las cualidades de la ancianidad yo solo podía pretenderlas de una manera muy parcial; y me inclinaba a hacer valer y aplicarme la mitad negativa de los muchos significados de la palabra.". Hermann Hesse 

Nos llega un otoño poniendo fin al verano más caliente que hemos tenido en muchos años. Según nos dice la  Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tuvimos el verano más caliente desde que tenemos datos  validados para toda Españas de la serie histórica que comienza en el años 1961:Este 2022 ha dejado el segundo verano más caluroso en todo el hemisferio, pero el número uno de Europa. Acaba de saberse que el continente se calienta el doble que la media planetaria”, según nos anuncia hoy elDiario.es : “Los países vuelven a discutir sobre el clima mientras el calor extremo atenaza el planeta". La COP27 comienza en Egipto después de que Europa haya atravesado el verano más cálido registrado cuajado de olas de calor, se derrumbarà un glaciar derretido en los Alpes y la temporada de incendios marcara una devastación récord”

Nos decía Hermann Hesse en su ‘Elogio de la vejez’:Borrachera del crecimiento y fiebre de la especulación del suelo,  que el mundo nos protege poco más, a menudo parece constar únicamente de gritos y de miedo; pero la hierba y los árboles continúan creciendo. Y si alguna vez la tierra quedase enteramente cubierta de cajas de cemento, los juegos de nubes seguirán estando siempre ahí, y aquí y allá habrá personas que con la ayuda del arte tendrán siempre abierta una puerta a lo divino.”

A estas alturas, con el permiso de la ciencia y de Manuel Vicent, podemos afirmar que el clima también tiene creyentes y ateos (que no agnósticos)

Como todo en la vida, el otoño tiene sus ventajas e inconvenientes. La paz y tranquilidad que se logra ante una chimenea en la que arden troncos de roble (carballo en nuestra maravillosa Galicia) con mi gato ronroneando en mi regazo, es algo indescriptible. Saborear, un año más, las setas, las castañas asadas, acompañadas de los exquisitos vinos de la Ribeira Sacra, es todo un lujo para las papilas gustativas. Contemplar la sierra nevada desde tu ventana, con una temperatura óptima en el interior genera un gran bienestar. Escuchar la berrea de los ciervos en la sierra que no se parece en nada a la berrea de los políticos: la de los ciervos, es un canto a los oídos, la de los políticos  es puro ruido, que según lo define la ergonomía, es un “sonido molesto”


Para que en el otoño de la vida el  balance entre las ventajas y los inconvenientes sea positivo, el consejo correcto nos lo da, a mi juicio,  Yves Montand:


“Las hojas muertas son recogidas por la pala

Recuerdos y arrepentimientos también

Y el viento del norte los lleva lejos

En la fría noche del olvido

Mira, no lo he olvidado

La canción que me estabas cantando”




“…lo que la juventud encontró fuera; en el otoño de la vida, tanto el hombre como la mujer lo encontrarán dentro.” Gustav Jung


 

Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País, leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog y en otros foros. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

COLUMNA

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En la niebla

Noviembre ha acabado por doblarle el codo al calor y el otoño ha impuesto a la naturaleza el imperio de sus colores

MANUEL VICENT

06 NOV 2022 - 05:00 CET

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Ha sido un verano largo, hosco, feroz, muy duro. Unos decían que tanto calor se debía al cambio climático; otros que lo producían las tormentas solares que se agitan de forma periódica dentro de esa bomba de hidrógeno. El clima también tiene creyentes y agnósticos. El calor empezó a mitad de mayo y desde entonces no había cesado de caer un fuego de castigo sobre este país como si fuera una maldita tierra de Caín, pero finalmente parece que noviembre ha acabado por doblarle el codo y el otoño ha impuesto a la naturaleza el imperio de sus colores, rojos, amarillos y morados, el humus fermentado en los bosques y el olor a chimenea encendida con troncos de encina en los pueblos de montaña. La berrea de los ciervos ha pasado. En estos días los más fuertes ya habrán cumplido la misión de aparearse, cosa que no sucede con los políticos que siguen en una interminable brama con las cuernas enredadas, pero no todo van a ser desgracias, puesto que el otoño también traerá trufas y setas, el vino nuevo y tal vez el sonido de la lluvia de noche en el tejado. Para celebrar el acontecimiento escucho a Yves Montand que canta Las hojas muertas, cuya melodiosa voz hace recordar los días felices en que dejamos las huellas de los pies en la arena de la playa. Como en la canción, también en las calles de la ciudad las hojas muertas son recogidas con una pala y con ella se van los recuerdos. Todos los veranos son siempre el último verano para los viejos que sueñan con que todo será como antes y también para los jóvenes enamorados que habrán visto caer la ceniza de algún incendio sobre sus propios cuerpos incendiados. Antes de que se conviertan en basura, estas hojas muertas fueron de oro, como lo fueron también los recuerdos que se llevará el primer viento húmedo de otoño dejando el cristal empañado para que cada uno pueda formular un deseo escrito con el dedo en la niebla.

(El resaltado en negrita es mío.)

domingo, 30 de octubre de 2022

REALISMO POSITIVO



REALISMO POSITIVO 

“Algunas veces la alegría es la fuente de tu sonrisa y otras veces la sonrisa es la fuente de tu alegría”  Thích Nh (monje budista)

Para resolver el  dilema que nos plantea en su (como siempre)  magistral columna de hoy Manuel Vicent, lo primero, a mi juicio, sería dar una respuesta a las siguientes preguntas: 



¿Qué es lo que nos “mueve” en la vida?


¿Por qué hacemos lo que hacemos?


 ¿De dónde sacamos  nuestra energía?


 Una respuesta  que valga para todos es difícil y  sería, sin duda,  una  excesiva generalización, pero, aun admitiendo que toda regla tiene su excepción, sí podemos afirmar que  la respuesta no es otra que satisfacer nuestras necesidades, empezando, como es lógico,  por las más básicas  la primera de las cuales es la necesidad de “ganarnos los garbanzos”: es una de las necesidades básicas para garantizar, no nuestra  vida, pero sí nuestra supervivencia en el sentido más primario de la expresión. Nos novemos en función de nuestras necesidades. Sentimos carencia de algo (necesidad) y esto genera en nosotros impulsos, motivos (motivación) para ponernos en acción y satisfacerlas.

Spinoza nos habla del  conatus y lo definió así: “Cada cosa se esfuerza, en cuanto está en ella, por perseverar en su ser”. En una primera aproximación podemos entender el conato, como  que todo lo que existe tiende a la autocconservación. 

Freud incorporó al desarrollo de su sistema el conatus de Spinoza,    y sostuvo  que las acciones de auto preservación se activaban de forma inconsciente. 

Coincido con Manuel Vicent en que Pese a que puedan pasar por idiotas, aún queda mucha gente que por propia naturaleza apuesta siempre por el lado positivo de las cosas. Son los últimos héroes” (el resaltado es mío). 

Sí me gustaría alertar sobre lo siguiente: en mi opinión, la clave está en que, sin salirse de los límites del realismo,  pongamos el énfasis en aspectos los positivos de la vida. Hay, a mi juicio, personas que viven bajo una nube de optimismo bobalicón y sin sentido (yo le llamo optimismo de pandereta) que no conduce a ningún sitio.

Si te interesa el tema y quieres profundizar, te invito a leer y reflexionar

VIRUS CULTURALES: OPTIMISMO DE PANDERETA

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/4811573936680410125

Mi reconocimiento a las personas que desde el realismo de un optimismo funcional, con su pragmatismo cambian y mejoran el ambiente en el que se mueven y hacen avanzar, en todos los aspectos, el mundo.




Si  te interesa el tema y quieres profundizar te invito a

Leer y ver video:

El cómo satisfagas tus NECESIDADES

SIDIDA marca el   CAMINO  que te llevará a la CIMA

https://neuroforma.blogspot.com/2019/07/decalogo-de-autogestion-5-2.html

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Olas víricas - Olas emocionales

https://neuroforma.blogspot.com/2021/02/olas-viricas-olas-emocionales.html

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Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País, leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog y en otros foros. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

COLUMNA

Bueno, ¿y qué?

Pese a que puedan pasar por idiotas, aún queda mucha gente que por propia naturaleza apuesta siempre por el lado positivo de las cosas

MANUEL VICENT

30 OCT 2022 - 05:00 CET

Quien al amanecer de cada día en plena somnolencia oiga el sonido de los informativos de cualquier emisora de radio o canal de televisión podrá creer que el fin del mundo está a la vuelta de la esquina y en ese momento se le plantea un dilema: ponerse en pie o quedarse acostado para ver el espectáculo desde la cama. Puesto que ahí fuera todo está a punto de derrumbarse, ¿acaso seguir soñando entre las tibias sábanas no sería la opción que hubiera adoptado un Hamlet sin puñal en sus horas más bajas? Si el apocalipsis está tan cerca como anuncian los medios, no existe otra solución que tomar la almohada como la última barricada. Pero en medio del caos que nos rodea hay ciudadanos que acometen el acto heroico de saltar de la cama cada mañana, dispuestos a ir al trabajo para cumplir con su deber mientras caen cascotes por todos lados. No les importa que las banderías ideológicas hayan convertido la política en un reducto de odio asfixiante; que la crisis energética nos depare el regreso a aquellos inviernos franquistas llenos de sabañones, braseros de picón y mantas zamoranas; que la guerra nuclear derivada del conflicto de Ucrania haya sido interiorizada por el inconsciente colectivo como un macabro fin de fiesta; que el cambio climático nos condene a cataclismos nunca vistos entre la sequía y la inundación; que tal como vienen los telediarios pronto estará mal visto no rebañar el último resto de comida en el plato. Bueno, ¿y qué?, se preguntan estos ciudadanos conscientes de que hoy el optimismo es una provocación, pero también una ardua conquista, la última energía que le queda a esta sociedad que ha caído en manos de líderes con el ceño a media asta cuyas profecías gafan a los propios muertos. Pese a que puedan pasar por idiotas, aún queda mucha gente que por propia naturaleza apuesta siempre por el lado positivo de las cosas. Son los últimos héroes.

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 23 de octubre de 2022

El SILENCIO y la INACCIÓN de las MASAS




El SILENCIO y la INACCIÓN de las  MASAS

 

"Aquí ya no hay cabras que tiren al monte. Ahora todos somos ovejas pasivas y no hay ninguna que se atreva a salirse del rebaño." Manuel Vicent


A veces,  tengo la sensación de que todo fue planificado para que los antiguos humanos que  en múltiples ocasiones  se transformaban en “cabras que tiran al monte”  y eran capaces de generar una funcional y adaptativa ira se fueron, poco a poco,  transformando en  “ovejas pasivas”. Un  paso para ello, fue transformar la auténtica ira, en una ira farisaica, fingida, irreal, de pacotilla.

 Siguiendo un principio psicológico que sostiene que "cualquier estímulo a base de repetición pierde intensidad" (habituación:proceso por el cual, ante un estímulo repetido, la respuesta es cada vez menos intensa.)     y aplicándolo, sistemáticamente, se logra, en primer lugar,  eliminar nuestra capacidad de asombro (¡casi nada!). Lo normal es que una persona que pasa por la vida con ciertas inquietudes, principios y valores, nunca pierde su capacidad de asombro,  pues,  justamente  eso es la vida: tener la capacidad de asombrarse. Es triste y patético contemplar cómo cada vez un mayor número de personas no se asombran por nada ni por nadie, en especial ante hechos generadores de un asombro negativo  ante actos de auténtica injusticia. Terminan por convertirse en "no personas",  en el sentido orwelliano: pasan un proceso de "vaporización" de la vida, como si nunca hubieran existido.  

La estrategia consiste en  bombardearnos con  imágenes de todo tipo,   desde  las más sangrientas y horrorosas, hasta las más neutras consiguiendo, que con el tiempo,  fueran bajando la cantidad de sensación que generan hasta terminar por no llegar  nunca al umbral absoluto: la cantidad mínima de un estímulo que un humano puede detectar. Como resultado final logran  ya no solo eliminarnos nuestro asombro (componente imprescindible de la vida humana), sino, también, adulterar y eliminar  la función adaptativa de las emociones básicas o primarias. Para entender esto, con la profundidad suficiente que nos lleve a  darnos cuenta de su importancia,  conviene pararse un poco con las emociones.

Ya quedan pocas personas que se levantan cada mañana con la sensación de que estrenan el mundo.  

Las emociones son una gran fuente de información para cada uno de nosotros. El saber “leerlas” y aprovecharnos de la valiosísima información que nos transmiten,  es uno de los rasgos de la inteligencia emocional. Si desde el punto de vista somático lo normal es que tengamos una temperatura de 36,5 grados,  desde el punto de vista mental, lo normal es que  nos  encontremos  a gusto, tranquilos, optimistas e ilusionados. 


Si las emociones que sientes son otras,  distintas y negativas, es señal de que tienes un problema que resolver. Un problema que puede estar localizado dentro  o fuera de uno mismo, o incluso en los dos sitios a la vez.

Si  te interesa el tema y quieres profundizar te invito a leer:

Sentirse BIEN, sentirse MAL

https://neuroforma.blogspot.com/2022/02/sentirse-bien-sentirse-mal.html

Las emociones son un sistema de evaluación que nos informa de nuestra realidad dándole una carga afectiva. Su función es premiar las conductas adaptativas, aquello que hacemos bien y nos favorece (lo que nos conviene) mientras que nos hacen llegar un feedback negativo cuando nuestra actuación es inadecuada (lo que no nos conviene). Si nuestros antepasados no hubiesen tenido la capacidad de aprender y recordar todo aquello asociado a sus emociones y,  a través de este mecanismo,  saber seleccionar que conductas y respuestas eran adaptativas y cuáles no, hoy no estaríamos aquí.

A estas alturas, ya casi todos somos conscientes de que el conocimiento de las emociones es fundamental. Lo curioso es  que  en la formación que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, ninguna se ocupara de nuestra alfabetización emocional. La educación formal estaba  enfocada, en exclusiva, a potenciar y desarrollar los procesos intelectuales y cognitivos ignorando las emociones. Así se formaba nuestra realidad emocional.

 Hoy la formación emocional ya no se relega solamente  el ámbito privado, al propio individuo y a la familia;  ya se ocupan de ella las escuelas, las universidades y las empresas. Y esto es así,  dado que una escasa inteligencia emocional y su correspondiente analfabetismo emocional,  genera problemas y dificultades de todo tipo en el orden individual, familiar, social, escolar y laboral.

Determinadas  emociones son un mecanismo de alarma que se dispara cada vez que se presenta ante nosotros una situación peligrosa o crítica. En situaciones extremas toman el control y deciden qué acciones son ejecutadas de forma impulsiva,  sin dejar intervenir ni la voluntad ni la razón. Se produce un “eclipse mental”: reacción emocional inmediata y muy fuerte que provoca una serie de respuestas tales como paralización, huida, ataque, etc. Nuestros antepasados, los primeros humanos, confiaban en estas reacciones para sobrevivir cuando se enfrentaban a un peligro. Darwin sostenía que somos los descendientes de los antepasados que utilizaron la reacción con éxito y sobrevivieron, a diferencia de los que no lo hicieron. Esto nos trajo hasta aquí, con unas emociones que nuestros antepasados seleccionaron muy bien pagando un alto precio en ese aprendizaje. Para que hoy,  ante un alimento que huele mal, nosotros lo tiremos a la basura, muchos de nuestros antepasado tuvieron que morir comiendo dichos alimentos hasta que se generó la emoción de Asco o Repugnancia que nos invita a alejarse de algo que tenga mala pinta.  Y aquí estamos nosotros con unas necesidades emocionales y una lógica de las emociones. Aun considerando que "lo que te trajo hasta aquí, no garantiza que te lleve hasta allí, sí cabe, a mi juicio, preguntarnos hasta donde nos llevarán estas adulteraciones que operan sobre el asombro y la capacidad adaptativa de las emociones básicas o primarias. 

 La tesis que afirma la existencia de un número determinado de emociones básicas o primarias gira, en cierto modo, en torno al descubrimiento realizado por Paul Ekman, de la Universidad de California en San Francisco, de seis expresiones faciales concretas. Hay varias clasificaciones de las emociones básicas pero en general se entiende que son las siguientes: el miedo, la ira, la tristeza , la felicidad, la  repugnancia y la sorpresa, las cuales son reconocidas por personas de culturas diversas procedentes de todo el mundo (incluyendo a los pueblos supuestamente no contaminados por el cine y la televisión), un hecho que parece sugerir su universalidad.

  Las emociones básicas o primarias tienen un carácter adaptativo"conjunto de habilidades conceptuales, sociales y prácticas aprendidas por las personas para funcionar en su vida diaria"). Cumplen una función natural. Así,  por ejemplo, cuando sentimos miedo, es que anticipamos una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre e inseguridad. Nos ponemos pálidos dado que la sangre se retira del rostro, dirigiéndose a los músculos  y piernas. Es decir, lleva energía y  se prepara el organismo para dar una respuesta de huir o luchar.

Con  la ira, sentimos rabia, enojo, resentimiento, furia e irritabilidad. La sangre fluye a las manos y se incrementa el ritmo cardiaco y el nivel de adrenalina. Se prepara el organismo para realizar una acción  enérgica.

Como resumen, si consideramos la función adaptativa de las emociones básicas, podemos considerar las siguientes funciones: Miedo: tendemos a la protección; Sorpresa: nos ayuda a orientarnos frente a una nueva situación; Repugnancia: nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante; Ira: nos induce a la acción; Felicidad: nos induce a la reproducción, deseando repetir aquel suceso que nos hizo sentir bien; Tristeza: nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

Los contemporáneos, conservamos las mismas emociones que nuestros más remotos antepasados. Apenas han variado a lo largo de la evolución. Lo que sí ha evolucionado es la forma en que las manifestamos, y, también, la forma en que las satisfacemos.  Podemos sentir ira hacia un compañero de trabajo y no por ello atacarlo hasta seccionarle la yugular.

Como ejemplo paradigmático de la adulteración de las emociones básicas o primarias,   podemos poner el de la pérdida de la función adaptativa de la ira,  que no es otra que la de conducirnos a la acción ejecutando las necesarias para restaurar la situación de injusticia que nos la provocó. Lo que se ha conseguido es anestesiarnos la ira adaptativa y funcional,  y nos acostumbraron a desarrollar ante situaciones claramente injustas y  antisociales una “ira farisaica”, ficticia,  que se manifiesta sobre todo (como todas las emociones) a través del lenguaje no verbal,  y que se queda ahí, sin emprender ninguna acción  que restaure la situación y vuelva a cumplir los estándares éticos propios de sociedades civilizadas.

Es necesario recuperar la esencia de la ira  como emoción básica  adaptativa.

  

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Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog y en otros foros. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

                                            

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COLUMNA

OPINIÓN

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Corderos

Parece que la sociedad civil se ha quedado sin pulso y no cabe esperar que millones de ciudadanos se levanten dispuestos a detener la miserable tropelía de la guerra entre Rusia y la OTAN

MANUEL VICENT

16 OCT 2022 - 05:00 CEST

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En esta guerra entre Rusia y la OTAN en la que Ucrania solo pone los muertos no esperes que de una y otra parte del conflicto se levanten millones de ciudadanos con gritos y pancartas dispuestos a detener esta miserable tropelía como sucedió en las guerras del Golfo, en la de los Balcanes y en la de Vietnam. Aquí ya no hay cabras que tiren al monte. Ahora todos somos ovejas pasivas y no hay ninguna que se atreva a salirse del rebaño. Parece que la sociedad civil se ha quedado exangüe, sin pulso. Existe la creencia de que hagas lo que hagas no va servir de nada, de modo que lo mejor es quedarse en casa. Al menos los cerdos chillan cuando presienten que los van a sacrificar. Las ovejas, no. Muchas veces en la carretera uno se cruza con un camión lleno de corderos hacinados que se dirigen al matadero. Esta imagen podría ser el paradigma del tiempo en que vivimos. Durante la guerra de Vietnam los jóvenes norteamericanos para expresar su rebeldía realizaban sentadas en los campus de las universidades y llenaban el aire de voces y canciones airadas. Aquella cólera juvenil convirtió el pacifismo en una nueva estética, hasta el punto que la última moda consistía en vestirse con los harapos de los soldados vencidos o desertores que se vendían en los mercadillos de pulgas. La guerra de los Balcanes y la del Golfo también obligó a cientos de miles de ciudadanos a cumplir con el deber moral de manifestar su protesta en la calle. Puede que aquel sentimiento antibelicista sirviera de poco, pero al menos uno sentía que la sociedad aún tenía capacidad de cólera frente a los señores de la guerra y al brutal negocio de las armas. Pese a que hoy el conflicto entre Rusia y la OTAN atañe directamente a nuestras vidas y al futuro de Europa, esta sangrienta destrucción sigue su curso ante el silencio de los corderos cuyo destino todo el mundo sabe que es el matadero.

https://elpais.com/opinion/2022-10-16/corderos.html

viernes, 21 de octubre de 2022

CENTRANDO el tema la pesadilla PENSIONES 7: CONTEXTO

 



CENTRANDO

el tema la pesadilla  

PENSIONES 7:

                            La PRUEBA del ALGODÓN

                                          (octubre -2022-continuará)

 

                         Entendiendo el CONTEXTO 


Para entender el contexto del que partimos, invito a leer el primer artículo que escribí sobre la pensiones. Lo  escribí  en el año 2014. Fue publicado en diferentes medios y, posteriormente, lo incluí en mi actual blog el 10-03-2018. En el mismo puede verse, en las tablas que elaboré,  cuanto se iba perdiendo año a  año con el 0,25 de revalorización al margen de cual fuese el IPC,  que nos imponía de forma unilateral el PP que entoces gobernaba.

                             LOS MAYORES 2. LA PESADILLA DE LAS PENSIONES

https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/la-pesadilla-de-las-pensiones-opiniones.html


El debate sobre la revalorización de las pensiones, para el año 2023, incrementó considerablemente el número de opinantes después de que distintos portavoces del gobierno anunciaran, de forma explícita, que serían revalorizadas en función del IRPF que a día de hoy ellos calculaban que será en el entorno del 8,5. Podían haber resumido el anuncio diciendo simplemente que con respecto a los pensionistas "cumpliremos, como no podría ser de otro modo, con la ley vigente."

LEGISLACIÓN CONSOLIDADA

Ley 21/2021, de 28 de diciembre, de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones. Jefatura del Estado «BOE» núm. 312, de 29 de diciembre de 2021 Referencia: BOE-A-2021-21652

«Artículo 58. Revalorización y garantía de mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones. 

1. Las pensiones contributivas de la Seguridad Social mantendrán su poder adquisitivo en los términos previstos en esta ley. 2. A estos efectos, las pensiones de Seguridad Social, en su modalidad contributiva, incluido el importe de la pensión mínima, se revalorizarán al comienzo de cada año en el porcentaje equivalente al valor medio de las tasas de variación interanual expresadas en tanto por ciento del Índice de Precios al Consumo de los doce meses previos a diciembre del año anterior. 3. Si el valor medio al que se refiere el apartado anterior fuera negativo, el importe de las pensiones no variará al comienzo del año. 4. El importe de la revalorización anual de las pensiones de la Seguridad Social no podrá determinar para estas, una vez revalorizadas, un valor íntegro anual superior a la cuantía establecida en la correspondiente Ley de Presupuestos Generales del Estado, sumado, en su caso, al importe anual íntegro ya revalorizado de las otras pensiones públicas percibidas por su titular.» Dos. Se modifica el apartado 4 del artículo 144, que queda redactado como sigue: «4. La obligación de cotizar continuará en la situación de incapacidad temporal, cualquiera que sea su causa, en la de nacimiento y cuidado de menor, en la de riesgo durante el embarazo y en la de riesgo durante la lactancia natural, así como en las demás situaciones previstas en el artículo 166 en que así se establezca reglamentariamente.

Leer TEXTO CONSOLIDADO

https://www.boe.es/buscar/pdf/2021/BOE-A-2021-21652-consolidado.pdf

 

No sólo creció el número de los que somos  opinantes comunes en los comentarios de los periódicos digitales,  sino que,  además,  se sumaron a los mismos, haciendo declaraciones o escribiendo artículos en  medios de comunicación, cargos institucionales,  muchos de los cuales hicieron y siguen haciéndolo, el papel de  "Acosadores de los pensionistas"; intelectuales de “altura”,  a veces muy alejados de los mortales de a pie; intelectuales de medias tintas,  haciendo el papel de loros de repetición;  especialistas, en las más diversas cuestiones aportando muchos datos  para darle a sus artículos una sensación de racionalidad, pero que al final dejaban  traslucir un fondo ideológico dado el número de juicios de valor que emitían y olvidándose de que lo descriptivo siempre es más objetivo que lo valorativo (quien y cuanto le habrán pagado para tragar semejante batracio); generalistas, que por su forma de hablar parece que nos están diciendo: “yo solo sé que lo sé todo”. Me refiero a ellos como los Sócrates actuales.

 


 Entre estos opinantes no podían faltar, como es lógico, los políticos entre  los que, también en este tema, era claramente visible la polarización: unos defendiendo la ley y otros en contra de la misma y dispuestos a saltársela. Curiosamente, entre estos últimos,  se agrupaban los que se proclaman constitucionalistas, patriotas, y demás calificati vos que desatan su verborragia hueca y sin sentido.      

Los mensajes iban  emitidos  a la población en general, a los pensionistas en partículas y, también, en mi opinión,  a presionar al gobierno de Pedro Sánchez para que incumplieran la ley, promulgada hacía muy poco tiempo. Los catalogaría de  variopintos predominando, sobre todo,   los que tienen un carácter apocalíptico. 


Cada vez que leía uno escrito por un autoproclamado “constitucionalista”, patriota y demás autocalificativos, mi memoria me remetía a Zola, y en mis oídos resonaba su famoso artículo J’Accuse (Yo acuso, en español). Si  el texto de Zola, presentado en forma de carta, y dirigido al presidente de la República Francesa , Félix Faure, el mensaje de todos los opinantes citados anteriormente se dirigían a todos los ciudadanos, a la llamada sociedad civil,  y también al gobierno actual tratando de presionarlo para que, reitero una vez más,  incumplieran la ley en vigor.

En síntesis, lo que resonaba en mis oídos y supongo que en los de muchos pensionistas,  podemos  englobarlos en el siguiente resumen utilizando un lenguaje que todos entendamos:

Yo acuso, a los pensionistas, de haber roto el pacto de  la “solidaridad intergeneracional”.

Yo acuso,  a los pensionistas, de haber precarizado el trabajo de sus hijos.

Yo acuso, a los pensionistas, de que sus hijos no puedan independizarse y carezcan de lo más básico dados los míseros salarios que ganan,  mientras sus padres y abuelos  viven con opulencia gracias a las pensiones que les pagan sus hijos.

Yo acuso, a los pensionistas actuales,  de empujar al sistema a su “insostenibilidad,” por lo que sus nietos tendrán que pagar toda su vida la deuda acumulada.

Yo acuso,  a los pensionistas,  de rechazar el necesario “ajuste” del sistema pasando las pensiones públicas a privadas.

Acuso, a los pensionistas,  de “vivir muchos años” ya que  si muriesen antes solucionaríamos el problema.

Yo acuso...

Ya sabemos que el poder de los relatos no está en si son mera ficción o reales. Está en que alguien le otorgue poder,  creyendo en ellos. Los opinantes que antes mencionamos, los políticos, algunos periodistas y otros colectivos,  están convencidos de que los ciudadanos no han desarrollado la independencia intelectual y emocional que les permita poner en cuestión lo que dicen y verificarlo.  En consecuencia,  recurren con profusión al relato ficticio, no real, para explicarnos las cosas.

Lo más irritante es que vendan su verbosidad excesiva como objetiva. Son, muchos de ellos,  un ejemplo paradigmático del aserto siguiente: “soy subjetivo porque soy sujeto, si fuese objetivo sería objeto”. Bajo la apariencia de un planteamiento racional usando datos, que como decía un comentarista en un foro “muy pocos entienden”, late un fondo ideológico, es decir, emocional. 

 Con las pensiones se fue paulatinamente aumentando el alarmismo hasta llegar en lo que estamos ahora: en la moda de las versiones apocalípticas

Si estás interesado en el tema y quieres profundizar, te invito a leer:

EL APOCALIPSIS DE LAS PENSIONES

https://neuroforma.blogspot.com/2019/04/mayores-6-el-apocalipsis-de-las.html

Los acosadores generan en los pensionistas incertidumbre e incluso culpabilidad. Lo que necesitan los mayores es tranquilidad. Lo más contrario a la tranquilidad es generar incertidumbre. Esta incertidumbre ayuda a “empujar”. El concepto de la psicología de “indefensión aprendida” y el concepto de la sociología de “Anticipación social de la muerte” nos ayudan a entender el “empuje”

Si estás interesado en saber cómo quedaría año a año tu pensión, te invito a leer:

LA PESADILLA DE LAS PENSIONES

https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/la-pesadilla-de-las-pensiones-opiniones.html






Después de explicar el contexto, en el próximo artículo abordaremos la Prueba del algodón




¿Qué fue de la transformación solidaria del mundo con la que la generación de los boby boomers construyeron el estado del bienestar, lo mejor que el hombre se ha dado a sí mismo?

 

¿En dónde quedó la solidaridad que une a los iguales frente a quienes los tratan como desiguales?

 

¿Hasta dónde el nuevo dragón vestido de neoliberalismo seguirá aniquilando todo lo bueno que como sociedad teníamos?