lunes, 18 de septiembre de 2017

LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 2: QUE PODEMOS HACER


EL AHORA: 

QUE PODEMOS HACER, para que  lo que puede  acabar pasando, no pase.                                 

                                                                                                       “Ser es hacer”

En el artículo anterior hemos pasado por los  tres tiempos: El Antes, El Ahora y El Mañana. Por el pasado, sin el cual no se puede entender el presente; por el presente, sin el cual no se puede construir el futuro; por el futuro, que da sentido a los otros dos y motivación (energía) al presente. 

 Volvemos  de nuevo al Ahora, al presente, para desde aquí y ahora,  ver qué podemos hacer para construir un futuro diferente al que muchos expertos nos alertan que llegará   con muchas deficiencias de gran calado. 

 La gran pregunta es:

 Desde el punto de vista práctico, ¿Qué debemos y podemos  hacer ahora?


Me atrevo a exponer mi opinión, dando por hecho que puede haber quién no coincida para nada con ella. Perfecto. Siempre es bueno y productivo tener opiniones distintas, siempre, claro está,  que estén respaldadas por los argumentos oportunos,  es decir, por razonamientos que demuestran, refutan o justifican algo. Mis opiniones pueden ser más o menos atinadas, pero,  lo que sí es seguro, es que tienen el valor de basarse en respuestas propias que expresan lo que realmente   siento y pienso. Estoy convencido que hoy en día, esto de expresar lo que uno piensa realmente, cuando la mayoría de la población tiene miedo a manifestar su opinión sobre determinados temas, aporta por sí mismo  un valor añadido importante.


  ¿Tienes miedo a hablar, a manifestar abiertamente tu opinión? No me refiero al miedo escénico derivado de hablar en público, sino a hablar  en contextos interpersonales o intergrupales.

¿Eres consciente de que la palabra, es la herramienta que utilizamos para la manifestación de uno mismo?


Parto de la premisa  de que todos entendemos que para cuestiones complejas no existen soluciones simples, así como tampoco hay soluciones que contenten a todos. Aun cuando en general no rehúyo el “mojarme”,  y suelo manifestar mi juicio con pasión y convicción, dada la naturaleza del tema lo desarrollaré buscando el objetivo de que cumpla la función de “no satisface plenamente a nadie y no insatisface, tampoco, plenamente a nadie". Cumpliría así con el aristotélico  “justo término medio”,  entre dos actitudes extremas y, por lo tanto,  con la virtud. Los debates actuales defendiendo posturas que o bien se ubican en el exceso o bien en el defecto; que más que razonar y argumentar se defienden con exabruptos,   es un vicio que deberíamos desterrar. En este artículo abordaremos la cuestión desde un punto de vista muy general. En otros, posteriores, entraremos ya en cuestiones concretas y precisas. 


¿Qué opinas  de la libertad de expresión? ¿Crees que la mejor forma de garantizarla es practicándola?

¿Ante un tema determinado, sueles tener una opinión propia formada y la capacidad de exponerla con asertividad?

 Que hacer


Creo que debemos recuperar una gran parte de todas aquellas “cosas buenas” que los humanos nos hemos dado a nosotros mismos a lo largo de la historia (que fueron muchas) y que no deberían caducar, que deberían tener un alcance y vigencia mayor que cualquier software ya caduco por haber aparecido otro mucho más eficiente. Así, por ejemplo, hay cuestiones de ética y de moral que deberían seguir de plena actualidad. ¿Alguien entiende que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una de las mejores cosas que el ser humano se ha dado a sí mismo,  debería anularse por caduca?

Recuperar aquello que nos fue útil y eficaz para construir lo más significativo y bueno de la sociedad  que tenemos, y persistir, hasta que desaparezca lo más significativo y malo, sin falsos prejuicios y no cayendo en lecturas facilonas, demagógicas e interesadas.

¿A qué me refiero con el término de “cosas buenas? 
En general, a las ideas emanadas desde diferentes contextos que dieron lugar a proyectos y realidades concretas con las cuales construimos la sociedad. Esas ideas las generaron muchas personas normales, entendiendo por “normales” la normalidad estadística, y grandes personajes que hoy tenemos olvidados.

 En consecuencia con lo anterior, se hace necesario incrementar nuestra conciencia social: conocimiento que se tiene de lo que ocurre después de haberlo reflexionado. Supone, entre otras muchas cosas, ser conscientes de como un entorno (natural, social, sociocultural, escolar, empresarial, económico, etc.) determinado puede favorecer o boicotear el desarrollo personal y social.


¿Te das cuenta de que el  convencionalismo y lo políticamente correcto se utiliza, ya no para el necesario regulamiento de una sociedad civilizada, sino para amordazar y silenciar a los miembros de un grupo o sociedad?


Muchas de esas cosas buenas las encontraremos en   las ideologías, los  sistemas políticos, las religiones, la filosofía,  etc. Es cierto que en  estas también encontramos  cosas no tan buenas e incluso manifiestamente malas. Quedarnos con las primeras y eliminar las segundas, nos debería conducir a una “sociedad mejorada”, no solo tecnológicamente, sino humanamente, éticamente, moralmente.




Figura 1: Fuente https://www.blogger.com


Con lo anterior no estoy sacando el valor que tiene a la técnica, a la tecnología y sus logros. Muchos le achacan una buena parte de los males que hoy nos asolan. ¿Qué nos proponen? ¿Tal vez frenar el desarrollo tecnológico? No. ¡Bendita tecnología y todo lo que nos ha aportado! Me permite a mí escribir este artículo hoy y dentro de unos días constatar, a través de las estadísticas que la propia tecnología nos proporciona,  que lo han leído más de mil  personas de muchos países, entre los que destacan, los que se ven en la Figura1.

 


También, una gran diversidad de profesionales de muy diversas empresas, entre ellos los que aparecen en la figura 2,  a los que habría que añadir periodistas, expertos en operaciones, conferenciantes, etc.

Sin ella no podría dar tanto alcance a mi motivación trascendente (me gusta lo que hago porque beneficia a mucha gente)












En consecuencia con lo anterior,  incrementar nuestra conciencia de a qué y a quién  prestamos nuestra atención.  Aquellos profetas que anuncian su credo bajo el presupuesto de “ya tengo la solución, ahora solo me falta encontrar el problema”, tienen que perder influencia social (eco que provocan, multiplicado por  tiempo en el  que son capaces de mantener ese eco). ¿Cómo es posible que tenga más eco una tal Belén no sé qué, que por ejemplo, cualquiera de las personas que en estos momentos están haciendo  grandes aportaciones a la ciencia y a la humanidad?

El conocimiento nace y se transmite a través de grupos que comparten “espacios de atención”, es decir, colectividades de seguidores” [1]



Esto nos va a permitir separar el grano de la paja, lo esencial de lo contingente, lo que es importante de lo que no lo es, en definitiva, pasar por la vida quedándonos con los contenidos y no distrayéndonos con la anécdota. Dicho de otra forma: no quedarnos mirando el dedo cuando el sabio señala la luna.

Así, por ejemplo, refiriéndonos a la tecnología y su desarrollo, lo esencial no está, a mi juicio, en los que nos dicen que en ella se encierran todos los males, Eso sería la anécdota. Lo esencial sería, en mi opinión, no tener miedo de la tecnología, pero sí tener miedo, entendido este  como una emoción básica que nos advierte de los peligros que atentan contra nuestra supervivencia, a humanos sin ética manejando la tecnología.  

¿Sabes que  el miedo ha sido utilizado desde siempre como arma de control social y  como herramienta de  dominación política y, también, dentro (¿muchas?, ¿algunas?) de las empresas, como herramienta de gestión?






Esto si es un verdadero peligro. Se trata de que en la “Escala del Saber de la figura 4,
no nos olvidemos del último escalón, de la Sabiduría, la cual nos da respuesta  a las preguntas  ¿por qué? y ¿para qué?, aclarándonos,  de todo lo que podemos hacer,  si debemos o no hacerlo. Técnicamente podemos hacer (hay conocimiento científico suficiente y tecnología apropiada,  para hacer  lo que Yuval Noah Harari llama “individuos mejorados”, pero, ¿para qué hacerlos? ¿Por qué hacerlos?)
Figura 4: Elaboración propia a partir de Willis Harman [2]

Otro ejemplo, podíamos sacarlo de lo que hace referencia a los sistemas políticos, en general, tan cuestionados, ¿qué debemos hacer? ¿Eliminarlos a todos e implantar uno totalmente nuevo? ¿Eliminar, por ejemplo  la doctrina del liberalismo? No. ¡Hizo grandes aportaciones a la humanidad! Las libertades civiles, la democracia representativa, la defensa de las conductas privadas y del individuo, etc. Al liberalismo político y el liberalismo social debemos muchas de las cosas buenas que tenemos en estos momentos.

¿Y el tan denostado liberalismo económico? Al liberalismo económico habría que equilibrarlo de tal forma que pusiese el mismo énfasis en la igualdad, en la distribución de la renta,  que en la libertad.
El “Laissez faire” que lleva a un mercado libre incontrolado es uno de los culpables de la decadencia moral que nos asola y todo lo que de ello se deriva. Ya no digamos el llamado neoliberalismo; a este sí que habría que “barrerlo”. Al neoliberalismo que podríamos 
sintetizar, forzando un poco el estado de la cuestión,  diciendo que está convencido de que la única misión y obligación de los pobres es contribuir exclusivamente a hacer más rico a los ya ricos, habría que, a mi juicio, extinguirlo. Un credo  que considera a las personas humanas como meros “recursos”, como meros factores de producción, como un input más de un proceso, tiene que encontrarse con que estos “recursos” piensan y se rebelan contra las injusticias.   Hay que demostrarles que no pasamos por ahí.    Es esto una de las cosas persistir, hasta que desaparezca. Es una de las cosas que representan   lo más significativo y malo que tenemos.

Es en un contexto neoliberal en donde tiene todo el sentido lo que nos decía  Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén,    que el dilema más importante de la economía del siglo XXI será que hacer con toda la gente superflua, prescindibles, no necesaria, sin valor alguno: ni económico, ni militar ni tan siquiera con autoridad personal.

 Tzvetan Todorov, el gran pensador humanista,  nos dice:

“La economía se ha hecho independiente e insumisa a todo poder político, y la libertad que adquieren los más poderosos se ha convertido en falta de libertad para los menos poderosos. El bien común ya no está defendido, ni protegido ni exigido al nivel mínimo indispensable para la comunidad. Y el zorro libre en el gallinero quita libertad a las gallinas”.  [3]

Es esta la peor cara del capitalismo, el neoliberalismo, con su naturaleza depredadora y amoral,  el que está eliminando lo mejor que los humanos nos habíamos dado a nosotros mismos. Un capitalismo financiero que sustituye al empresario  que se ganaba la vida produciendo con eficiencia bienes y servicios útiles para todos, por el especulador que no aporta nada a la sociedad  y acumula ingentes y astronómicas cantidades de  dinero y obtención de ganancias a través del mercado financiero (acciones, productos financieros, valores, derivados y mercado de divisas).

 “Thomas Piketty concluye


“La principal fuerza desestabilizadora se vincula al hecho de que la tasa de rendimiento privado del capital puede ser significativa y duraderamente más alta que la tasa de crecimiento del ingreso y la producción. […]Esta desigualdad expresa una contradicción lógica fundamental. El empresario tiende inevitablemente  a transformarse en rentista y a dominar cada vez más a quienes sólo tienen su  trabajo – la negrilla es mía-. Una vez constituido, el capital se reproduce solo, más rápidamente de lo que crece la producción: El pasado devora al porvenir”. [4]

Alguien puede preguntarse, cuando afirmo esto, en qué medida estoy cumpliendo lo que dije anteriormente de que siempre es bueno y productivo  tener opiniones distintas, siempre que estas estén respaldadas por los argumentos oportunos es decir, por razonamientos que demuestran, refutan o justifica algo”.

“La asunción más extendida es que la verdad viene determinada por la realidad. Un enunciado es verdadero porque cumple con los criterios de verdad, no por ninguna otra razón. […] La verdad es una característica de los enunciados. La realidad es lo que hace a los enunciados verdaderos, pero la realidad en sí misma no es ni verdadera ni falsa: simplemente es". [5]

¿Te has convertido, acaso, en un neo conformista obsesionado en exclusiva por tu seguridad y dispuesto a renunciar a tu libertad personal?
¿Cómo conjugas tu necesidad de seguridad con tu necesidad de reto y variedad?
¿Cómo equilibras tu necesidad de integración y tu necesidad de individualidad? [6]



Los argumentos

La desigualdad que se está dando en estos momentos es un atentado contra la democracia en todos los sentidos. No olvidemos que hay un amplio consenso en que la democracia es el “menos malo de los sistemas políticos” y que no consiste, precisamente,  en la dominación de una minoría sobre una mayoría. ¿O sí?
Los humanos hemos creado  diversas formas de resolver los conflictos: evitación, negociación, mediación, arbitraje/tribunales, etc. Con cada una de ellas  se llega, previsiblemente, a resultados distintos.




                                    Figura 5: Elaboración propia



Voy a intentar explicar la desigualdad que nos asola, a través de una de las fábulas de Esopo

La Fábula

 El león, la zorra y el asno se asociaron para ir de caza.
Cuando ya tuvieron bastante, dijo el león al asno que repartiera entre los tres el botín.
Hizo el asno tres partes iguales y le pidió al león que escogiera la suya.
Indignado por haber hecho las tres partes iguales, saltó sobre él y lo devoró.
Entonces pidió a la zorra que fuera ella quien repartiera.
La zorra hizo un montón de casi todo, dejando en el otro grupo sólo unas piltrafas.
 Llamó al león para que escogiera de nuevo.
Al ver aquello, le preguntó el león que quién le había enseñado a repartir tan bien.
-¡Pues el asno, señor!

Las preguntas


1. ¿Cómo podríamos llamar a esta forma de abordar los conflictos?
2. ¿La emplean solamente animales poco evolucionados en la escala filogenética o por lo contrario la utiliza también el homo sapiens?
3. En este supuesto, ¿lo hace solo en contextos de guerra o la emplea también en contextos cotidianos de  normalidad?
4. ¿La utiliza también en entornos  laborales?
5. ¿Se emplea en situaciones interpersonales?

A la utilizada por el león se llama  DOMINACION y tiene como características  la imposición,  de forma unilateral,  del poder del más fuerte. Llega a una solución basada en la violencia o en maniobras políticas, y da como resultado final el Gano / Pierdes.

Las  fábulas de Esopo,  se ubican entre los siglos siglos VII y VI a. C.
En el siglo XXI, los sociólogos y los economistas la ejemplifica a través de índices o coeficientes.


Así,  por ejemplo, el coeficiente Gini mide la desigualdad en todas las capas sociales. Si toda la renta la acaparara una sola persona -desigualdad máxima- y el resto no recibiera nada, el coeficiente Gini sería  igual a 1. Estaríamos ante  el caso de la fábula arriba expuesta: toda la caza se la llevó el león. Si la renta se distribuyese entre todos de forma exactamente igual, el Gini sería cero. Estaríamos ante el reparto que inicialmente hizo el asno  pero que no fructificó.


DOMINACIÓN: Mejoran  las explicaciones; no mejora  lo explicado
La sociología explica las situaciones de dominación de forma más sofisticada, pero, esta sigue existiendo, en  una sociedad que se dice civilizada y democrática. Cada vez tenemos mejores explicaciones, más datos objetivos, pero ¿qué hacemos ante ello aparte de explicarlo? Mejoran las explicaciones; no mejora lo explicado.


Un cerebro invadido por el miedo no entiende de sueños (futuro): ¿Vivir o sobrevivir?


LOS DATOS: Ejemplos concretos de dominación
Reparto de la riqueza en los diferentes países.


Los valores más comunes del coeficiente Gini, referidos al reparto de la riqueza  en los diferentes países están ubicados entre el 0,3 y el 0,5 según demuestra Richard Wilkinson y Kate Pickett [7]. Es decir, una gran desigualdad.

En el caso de la fábula,  la zorra haría tres partes: una con la mayor parte de la caza, otra con algunas piltrafas, y otra  parte más un poco más consistente que la última, pero muy alejada de la primera. No sé si sería aceptada por el león de la fábula, pero si es tolerada por el « león » contemporáneo. Con estos índices Gini podemos intuir que,  muchas situaciones actuales,  disfrazadas de negociación, realmente  son una pura  dominación en la que está presente y manifiestamente visible “la parte del león” de la fábula de Esopo.
Hay que recuperar  viejas palabras y sus contenidos: reciprocidad, equidad, justicia... Una forma práctica de aplicarlas puede ser a través del  “Índice de Robín Hood” que algunos proponen y en el que otros ven graves consecuencias.

Cuanto mayor es la desigualdad, mayor es la puntuación del Índice de Problemas Sociales y de Salud, según los autores citados anteriormente. También hay una alta correlación entre desigualdad e infelicidad.
Referido a España ver:

Bruselas alerta a España del alza de la desigualdad y la exclusión social https://economia.elpais.com/economia/2017/02/21/actualidad/1487707618_196831.html

Thomas Piketty concluye lo siguiente:

La lección general de mi investigación es que la evolución dinámica de una economía de mercado y propiedad privada que es abandonada a sí misma contiene en su seno fuerzas convergentes […], pero también poderosas fuerzas  de divergencia, potencialmente amenazadoras para nuestras sociedades democráticas y para los valores de justicia social en que están basadas”. [8]

¿Llegará a cumplirse la nefasta profecía de Marx y materializarse el « principio de acumulación infinita »? : Tendencia del capital a acumularse y a concentrarse en proporciones infinitas, sin límite natural.

¿Se cumplirán las diversas hipótesis sobre la autodestrucción del capitalismo?

“Ahí se origina lo que Albert Hirschman llama “tesis de la autodestrucción”, según la cual la dinámica propia del capitalismo lleva a agotar y socavar el funcionamiento moral necesario para el cabal funcionamiento de la sociedad de mercado [9]

Contextos laborales

En el ámbito empresarial, con el índice Gini se puede ver, entre otras cosas, la distribución de los salarios en las empresas. Se puede obtener información de la desigualdad salarial entre los distintos sectores productivos e incluso dentro de las empresas del mismo sector. También, se ven  las diferencias existentes entre los distintos cargos en una empresa, cual es el grado de desigualdad entre los sueldos más altos y los más bajos de una empresa.
Un caso concreto

El salario del pasado ejercicio del consejero delegado y director creativo de Burberry, Christopher Bailey, se ha visto reducido un 75%, según ha publicado The Wall Street Journal. Esta reducción ha sido consecuencia de los desastrosos resultados de la lujosa firma, con los que les ha sido imposible alcanzar los objetivos de beneficio.

En consecuencia Bailey recibirá alrededor de 2,41 millones de euros, en vez de los 6,6 millones del año anterior, de acuerdo con los resultados publicados anuales de Burberry publicados hoy.

¿Cuál será el “Abanico Salarial” de esta empresa? (Diferencia entre el salario más alto y el más bajo)  Vamos a suponer que el sueldo más bajo que paga sea “mileurista” y no “nimileurista”que es el que se ha puesto de “moda” en los últimos tiempos. Supongamos que la persona que menos cobra sean 1.500 €. Si dividimos 2,41 millones entre 1.500 € el resultado es de 1.606,66.
Si dividimos  6,6 millones entre 1.500 € el resultado es 4.400. El Sr. Bailey cobra, el sólo,  anualmente,  una cantidad igual a la que cobran anualmente,  el conjunto de  4.400 personas de su misma empresa. ¿Aporta él por sí solo, lo que aportan en conjunto esas 4.4000 personas?



Qué nos diría hoy Henry Ford (empresario industrial, no financiero,  que aportó mucho a la sociedad y no “vendió humo”, sino productos tangibles, prácticos). Acabó legando  gran parte de su fortuna a la Fundación Ford.


Sin duda se inspiró en aquella máxima religiosa de “devolver a lo sociedad lo que la sociedad me ha dado” y la concretizó en la búsqueda del equilibrio del siguiente ratio:
Cuanto me ha dado la sociedad / Cuanto le he devuelto


También   sostuvo lo siguiente:
“Hay una regla para el empresario y es: hacer los productos con la mayor calidad posible al menor coste y pagando unos sueldos lo más altos posibles”

Al Sr. Bailey es muy posible que le estimule y se guíe por la siguiente fórmula: Autoestima = Realidad / Expectativas
De la misma  se deduce que cualquier aumento de nuestras pretensiones o expectativas lleva implícito un aumento del riesgo de fracaso y humillación. Para no frustrarse,  es fundamental saber establecer que es lo que consideramos unas pretensiones normales. Si nos referimos a los salarios más altos y al abanico salarial que predomina hoy en las empresas la pregunta es ¿podemos considerarlos normales?

Richard Wilkinson y Kate Pickett en el libro anteriormente mencionado sostienen:

 […] “la crisis económica de finales de 2008 y la recesión resultante nos ha demostrado cuán peligrosos pueden ser los salarios desproporcionados y las primas exageradas ». Además de poner en peligro el bienestar de poblaciones enteras con su actividad financiera”


Ya William James, el de la fórmula de autoestima anterior, en su día abordó el problema creado por las sociedades que generan expectativas ilimitadas entre sus miembros.


¿Aplicas en tu vida el “optimismo de pandereta” o por lo contrario recurres al optimismo funcional?

¿Alcanzas el   “justo término medio” aristotélico,  entre vivir según tus miedos y vivir según tus sueños?

Contextos interpersonales


Hace un rato que finalizó mi sesión de senderismo diaria: iba pensando en este artículo que me disponía a escribir al llegar a casa y, en un momento dado,  me crucé con un grupo de cuatro  personas. Hablaban acaloradamente – creo que criticando a un ausente- , y uno de ellos lo definió así: « De donde hay que pagar me voy, en donde recibo estoy »
Mientras los humanos no aprendamos a desenvolvernos de forma más frecuente y efectiva en el principio de « Yo Gano / Tú Ganas »,  no será posible desterrar los MIS: Malestares Individuales Subjetivos y no se incrementará el BIS: Bienestar Individual Subjetivo,   eso que llamamos felicidad y que o hacemos de ello un proyecto colectivo,  o reinará la infelicidad individual, en los pobre y en los ricos.

«Como ha quedado demostrado en los capítulos I y II, las mejoras en la calidad de vida actual no dependen ya del crecimiento económico: ahora la clave está en la comunidad y en cómo nos relacionamos unos con otros ». [10] 


Aquella fórmula que ya utilizamos en otros artículos de R x R = R, Recursos por Relaciones igual a Resultados, también funciona aquí. Si  buscamos como resultado la felicidad, no hay que poner tanto el foco en los recursos y sí hay que ponerlo en las relaciones. Estas no se fomentan con la dominación sino con estrategias de interdependencia y cooperación, concretizadas a través de la reciprocidad y de la capacidad de empatía  lo cual permite  establecer vínculos emocionales. Los robots, la inteligencia artificial y el ‘big data’, que eliminarán muchos puestos de trabajo,  tardarán en llegar, si es que llegan algún día, a entender esto de las emociones y de la empatía. 


Y tú ¿qué medidas propones?

Y lo que es aún más importante: ¿Qué te propones hacer tú?




No domina y compite el competente; 
domina y compite el incompetente. 
El competente coopera.




Próximo artículo:
LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 3
EL AHORA: De lo general a lo concreto.
         QUE MÁS  PODEMOS HACER,
                                     Para que  lo que puede  acabar pasando, no pase.
   “Ser es hacer”



Referencias Bibliográficas


[1] Collins, Randall.: “Sociología de las filosofías. Una teoría global del cambio intelectual”. Editorial Hacer, S.L., 2005

[2]Harman, Willis.: “El cambio de MENTALIDAD. La promesa del siglo XXI”: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, S.A. 2001

[3]  Todorov T. (15 de diciembre de 2014). “La resistencia es fundamental en democracia” El País. https://elpais.com/cultura/2014/12/14/actualidad/1418573544_527562.html

 [4]  Piketty Thomas.: “El capital en el siglo XXI”, Fondo de Cultura Económica de España, S.L., 2014, p. 643

[5] Collins, Randall.: “Sociología de las filosofías. Una teoría global del cambio intelectual”. Editorial Hacer, S.L., 2005, p.881

[6] Video: “El cómo satisfagas tus necesidades SIDIDA, marca el camino que te llevará a la CIMA” https://tv.uvigo.es/video/93279.html

[7]  Wilkinson, R. y  K. Pichett.: “Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva”, Turner Publicaciones S.L., 2009

[8]  Piketty Thomas.: “El capital en el siglo XXI”, Fondo de Cultura Económica de España, S.L., 2014, p. 643

[9]  Arias X.C. y Costas A. “La nueva piel del capitalismo”, Galaxia Gutenberg, S.L., 2016, p. 243

[10]  Wilkinson, R. y  K. Pichett.: “Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva”, Turner Publicaciones S.L., 2009, p.272


domingo, 3 de septiembre de 2017

LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 1: PERSPECTIVA Y CLARIDAD MENTAL






LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 


LA  PERSPECTIVA  APORTA  CLARIDAD MENTAL
                                                      



“Solo tenemos experiencia de aquello que hemos vivido y hemos reflexionado”

EL ANTES


El 25 de marzo de 1984, empecé a escribir el primer artículo,  de una larga serie de ellos, sobre el trabajo. Fueron publicados en un boletín y en un contexto, que ahora no tiene sentido ni merece la pena  explicar.

Este primer artículo comenzaba así:

Considerando que el hombre es el ser supremo de la naturaleza y el trabajo su actividad más importante y trascendente, vamos a iniciar hoy una serie de artículos sobre el trabajo, con el propósito de que nos den una visión un poco amplia del mismo que nos ayude a comprender mejor nuestra tarea diaria.

Años después, escribía el último de los artículos,  el cual comenzaba diciendo:

 Desde hace tiempo venimos hablando de diversos temas relacionados con el trabajo. El tema,  como decíamos en el primer artículo, es muy complejo y así lo fuimos apreciando cuando lo enfocamos desde puntos de vista distintos, aunque sin duda complementarios, tales como físico, intelectual, psicológico, sociológico, religioso, político, etc.

[…]Hoy en día,  cuando todos conocemos a alguien que no tiene trabajo [1], parece más que nunca una utopía el recordar aquello que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaraba en el año 1948, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 23:

(1) Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
(2) Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
(3) Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
(4) Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Todos somos verdaderamente conscientes que si la situación del país no cambia, el trabajo  será un artículo de lujo al alcance de muy pocos.
Los que trabajamos, los que no conocemos que es estar en  el paro, debemos asimilar experiencias ajenas y canalizar nuestra actitud, contribuyendo a que nuestro puesto de trabajo siga existiendo. Una vez que se pierde las lamentaciones valen de muy poco.

Este último artículo terminaba de este modo:

Quisiéramos cerrar esta seria de artículos diciendo (y valga como una justificación más para este Derecho Humano tan fundamental y como reflejo de la realidad que diariamente estamos viviendo) que el que la juventud se apunte al “pasotismo” será dañino y grave, pero no tan incomprensible, desde el momento en que sabemos qué hace años, están talando los cauces naturales de sus aspiraciones, entre las que ocupa un lugar de primacía el DERECHO AL TRABAJO[2], y que este trabajo no se tome sólo como una especie de castigo bíblico, ("Ganarás el pan con el sudor de tu frente") sino que tenga sentido y que la organización en la que trabaje, no sea tan impermeable que le cierre horizontes.

Así terminaba la serie.

Aquel  trabajo de antes (trabajo sólido),  nos permitió a muchos alcanzar lo que Adela Cortina  llama  “libertad como independencia” [3], aquella que permite a las personas tener su propia vida (un hogar, una familia, atender a sus necesidades, etc.)

Nos permitió a muchas  personas la posibilidad de plantear y planificar una vida deseada, con proyectos y expectativas a la medida de cada uno. (En aquellos tiempos no estaba tan extendido el “optimismo de pandereta” y el positivismo doctrinario)
Nos permitió a muchos “construirnos” a nosotros mismos, desarrollarnos y encontrar un sentido personal, apoyándonos en el optimismo funcional.  
Nos permitió a algunos sostener, en diversos foros,  que llevábamos 30 años sin trabajar (cuando nuestra jornada laboral era en algunos casos de 12 horas) por haber logrado aquello que se atribuye a Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

¿Cuál es tu experiencia laboral?
¿Qué vivencias significativas has tenido en tu vida laboral, las has reflexionado y has sacado tus propias conclusiones?
¿Tal vez entiendes el trabajo como “ganarás el pan con el sudor de tu frente”?
¿Cuántos puntos del artículo 23, mencionado anteriormente, se cumplen en tu entorno?
¿Te has, tal vez, refugiado en el “pasotismo”?



EL AHORA










Estamos ante un nuevo paradigma profesional.  Conocerlo, entenderlo y comprenderlo, “darse cuenta”,  es básico para poder adaptarse al mismo o para adaptarlo a nosotros. Tiene unas nuevas reglas de juego, diferentes a las anteriores en muchos sentidos y que le añaden al trabajo de hoy una gran fragilidad.


Hace ya una década que el  sociólogo Zygmunt Bauman acuñó  el concepto  de  “sociedad líquida”: una sociedad que cambia de forma rápida y constante y en la cual la incertidumbre, el desconocido  futuro que nos espera en lo referente a la economía en general y al mercado de trabajo en particular, es difícil de vislumbrar.

Los artículos que escribí en su día sobre el trabajo, tal vez  le parezcan, a un joven actual, un ensayo sobre ciencia- ficción.

La cuestión es que ha cambiado mucho hasta el punto de que hoy se habla de “trabajo líquido”,  en contraposición al “trabajo sólido” que muchos hemos disfrutado largamente (en concreto, mi vida laboral abarca  40 y tantos años cotizados a la Seguridad Social, y los mismos años totalmente activo con, que yo recuerde, dos bajas, una de pocos días por una operación y  otra de una semana por un pequeño accidente). Nunca he estado en el paro.

 Esta contraposición  de la que antes hablamos,  nos indica por donde van a ir los tiros, y  nos sugiere que estamos en una realidad distinta, la cual necesita ser reflexionada para que no nos coja fuera de juego, es decir, confusos, abatidos, faltos de lucidez mental.

 Poner en juego cada día la mejor versión de nosotros mismos, es la mejor estrategia a seguir. Desarrollar el pensamiento crítico y el optimismo funcional  huyendo  del “optimismo de pandereta”, tan en boga, es, a mi juicio,  ir por el camino adecuado.


Actualmente,  el filósofo Byung-Chul Han, profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín,  nos dice:
  • "El esclavo se libera del dominio del amo, pero paga un precio: convertirse en un esclavo del trabajo. El dispositivo del trabajo lo abarca todo, tanto al amo como al esclavo. De este modo,  surge una sociedad del trabajo en la que todos son esclavos del trabajo, una sociedad de la actividad. Todo tiene que ser trabajo. No hay ningún tiempo que no sea trabajo”.   “… Hoy, el ocio es un tiempo de recuperación o de relajación necesario para el trabajo como actividad” [4]


Byung-Chul Han, supo anticipar lo que parece que se generalizará: el elevado número de falsos autónomos.

Un artículo del Confidencial [5] no dice que   según un estudio de 2016 de la Resolution Foundation, los trabajadores autoempleados cobran menos en la Inglaterra de ese año que lo que un trabajador medio percibía en 1994. Igualmente, los autónomos han perdido un 22% de sus ingresos desde 2008 hasta 2014, y las condiciones reales en las que desempeñan su trabajo provocan que no tengan ni derecho a baja ni a vacaciones y no puedan contribuir a su pensión.

Nos sigue diciendo que como se trata de un escenario en el que ser humano es empresario de sí mismo, las fronteras tradicionales entre el tiempo de trabajo y el de ocio se desvanecen. Cuando se está inmerso en un proyecto que tiene fecha de entrega, o cuando la tarea requiere presencia o actividad, no tiene sentido que el empleado no esté pendiente, sea el día o la hora que sea. El síndrome de estar quemado o el sobretrabajo son inevitables, asegura Fleming.

Saber cómo va a ir evolucionando el mundo, y sobre todo, saber adaptarse (o adaptarlo) y sobrevivir a los rápidos y profundos cambios originados como consecuencia de la globalización, las nuevas tecnologías y la digitalización, es todo un reto al que nos enfrentamos en este tiempo.


¿Te permite tu trabajo actual alcanzar la  “libertad como independencia”?
¿Está equilibrado tu quehacer cotidiano con tu talento y con tu reto? [6]




                                 Figura 1: Elaboración propia











EL MAÑANA: Lo que puede  acabar pasando

Hace dos siglos que Hegel expuso su dialéctica del amo y el esclavo. Con ella pretendía establecer la dialéctica de la libertad.

  • "¿Cómo se resolverá la contradicción? Inevitablemente con la lucha: el amo será la conciencia de sí que persevera como todo, y el esclavo, la conciencia de sí que se ha convertido en mera parte. ¿Qué criterio hay para establecer quién resulta ganador? Un clásico: el amo no está dispuesto a subsistir a cualquier precio, triunfa o muere; el esclavo simplemente prefiere la vida a la libertad”. [7]


Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén,  sostiene [8]  que el dilema más importante de la economía del siglo XXI será que hacer con toda la gente superflua, prescindibles, no necesaria, sin valor alguno: ni económico, ni militar ni tan siquiera con autoridad personal. Se pregunta:

“¿Que harán los humanos conscientes cuando tengamos algoritmos no conscientes  y muy inteligentes capaces de hacer casi todo mejor?”  [9]

El pronóstico y las probabilidades de lo que puede acabar siendo nos las resume, sosteniendo,  que a lo largo del siglo XXI ocurrirá lo siguiente: [10] 

  1.       .  Los seres humanos perderán su utilidad económica y militar, es decir, perderán completamente su valor.
  2.      . El sistema seguirá encontrando valor en los humanos considerados como colectivo, pero no como individuos, es decir, perderán su autoridad individual y serán gestionados por algoritmos externos (inteligencia artificial).
  3.      . El sistema seguirá encontrando valor en algunos individuos, pero estos serán una nueva élite  de súper humanos mejorados y no masa de la población. Desempañarán servicios cruciales para el sistema, mientras que el sistema no podrá entenderlos ni gestionarlos. Sin embargo, la mayoría de los humanos no serán mejorados, y en consecuencia se convertirán en una casta inferior, dominada tanto por los algoritmos informáticos como por los nuevos super humanos.

Nos advierte:

 “Dividir a la humanidad en castas biológicas destruirá los cimientos de la ideología liberal”. [11]

Decía más arriba que los artículos que escribí en su día sobre el trabajo, a un joven actual le parecerían un ensayo sobre ciencia- ficción.
No creo  que le pase lo mismo a un joven actual,  bien formado,   con los pronósticos que hace Yuval Noah Harari. Las probabilidades de que el mundo camine por las sendas que él vislumbra son altas.
Con todo esto no pretendo ni sugerir, ni mucho menos caer en aquella falacia de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Pero si quiero manifestar abiertamente que no me gusta lo que se vislumbra.


¿Volverá a tener sentido la dialéctica del amo y del esclavo?
¿Pasaremos del paradigma del “trabajo líquido” al paradigma amo-esclavo?
¿Podría ocurrir que pasase a ser realidad, que los tiempos de tus abuelos y tus padres, fueron mejor y con más oportunidades que los tuyos?

La próxima entrada de este blog la titularemos así:

LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 2

De nuevo  EL AHORA: QUE PODEMOS HACER,  para que  lo que puede  acabar pasando, no pase.
“Ser es hacer”




Referencias bibliográficas


[1] 1991-1994. Nuevamente se produce un incremento de la tasa de desempleo hasta alcanzar la cifra record hasta entonces del 24,55%, la más alta hasta la fecha y con mucho, de Europa:  https://es.wikipedia.org/wiki/Desempleo_en_Espa%C3%B1a

[2],  Tasa de paro menores de 25 años actualmente (agosto 2017 en España) 39,50% (40,7 hombres y 38,2 % mujeres):  http://www.datosmacro.com/paro-epa/espana

[3],  CORTINA, Adela.: Ciudadanos del mundo: hacia una teoría de la ciudadanía. Alianza Editorial. 1993

[4],  Byung-Chul Han.: El aroma del tiempo. Pensamiento Herder Editorial, S.L., Barcelona 2015. p. 140-141

[5],  Fernández, Estaban., “Lo que nos espera: la teoría que está llevando a la debacle a nuestro mercado laboral”, en El Confidencial, 22.05.2017. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-05-22/la-teoria-que-esta-llevando-a-la-debacle-a-nuestro-mercado-laboral_1385095/

[6]Video: “Una vida bien vivida requiere ser preSIDIDA: https://tv.uvigo.es/video/93278.html

[7]  GOMEZ PIN, Victor.: Hegel. Lo real y lo racional. Batisfalo, S.L., 2015, p.95

 [8] Noah Harari Yuval.: Homo Deus. Breve historia del mañana. Peguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. Barcelona, 2016 

[9]  Ibíd. P.349

[10] Ibíd. P.337

[11] Ibíd. P.379

jueves, 3 de agosto de 2017

LA FRAGILIDAD DEL LÍDER






LA FRAGILIDAD DEL LÍDER








“Después descubrió que los líderes solo parecen débiles cuando se comportan como si lo supiesen todo. Después de todo, un líder que nunca ha fracasado en nada es o una anomalía humana o un mentiroso. Incluso si el fracaso en cuestión no es aplicable al equipo, simplemente reconocerlo ayuda a conectar”.

He asistido, a lo largo de mi vida laboral, a una gran cantidad de  cursos. Sigo en ello. He impartido a lo largo de mi misma vida laboral, también,  gran cantidad de cursos. Sigo en ello, altruistamente (en mucha menor cantidad) y seguiré hasta… Es una cuestión de dar sentido a la vida.

He tenido el privilegio de asistir a cursos de figuras y escuelas de negocios relevantes  en temas   de liderazgo. Al final, te quedas con cuatros cosas. Confirman la hipótesis de que el conocimiento es lo que queda en tu cabeza después de haberlo olvidado todo.
Un concepto con el que me quedé, que no se utiliza mucho, pero que yo considero importante, es el de la “fragilidad del líder”.
¿Cómo gestionas esta fragilidad?

¿Tal vez pasándote al polo opuesto y haciendo ver a los que te rodean que te sientes invulnerable?

¡Tremendo error! Atraerás a cuatro “pelotas”, "sí, bwana". Pero no a ningún colaborador con sensibilidad. A estos los espantarás.

Si demuestras que eres frágil, demostrarás que necesitas a los demás, y estos reaccionarán echándote una mano, o las dos. Todo ello te hará más fuerte. Si demuestras tu prepotencia demostrarás que no necesitas a nadie y estos te rechazarán, te darán la espalda. Acabas siendo más débil.

Una cosa es liderar y otra es gestionar. Sin duda la primera resulta mucho más difícil que la segunda. El  líder  actual,  se asegura de liderar al equipo, de conducirlo hacia el futuro. Se centra en conseguir un equipo liderado de acuerdo a su diversidad. Para ello se requiere un alto índice de relación: (Recursos x Relaciones = Resultados). Ganarse el respeto, respetando a los demás, es un requisito imprescindible para liderar.

Aceptar que somos frágiles (diferenciar entre fragilidad y debilidad, que no es lo mismo), nos hace más fuertes y auténticos.

Un  índice de autenticidad [2] alto, es otro de los requisitos sin los cuales nunca te podrás llamar líder. Tal vez gestor, jefe, mando, etc., pero no líder. El liderazgo viene marcado por este índice de autenticidad: grado de coherencia que existe entre lo que piensas, sientes y haces. Cuando este índice es alto, haces lo que dices y dices lo que haces.      
La coherencia personal, causa un gran impacto, tanto en uno mismo como en los demás. Ni que decir tiene que si “los demás” forman parte del equipo o grupo que nosotros lideramos ese impacto se traducirá en un respeto y credibilidad.
Después de un cierto tiempo de convivencia, las personas que nos rodean y trabajan con nosotros suelen terminar, tarde o temprano, descubriendo nuestro grado de coherencia y autenticidad. El respeto se lo otorgamos a aquellos que llevan la autenticidad hasta sus últimas consecuencias.
  
El índice de autenticidad, tiene mucho que ver con los ingredientes por los cuales te das valor a ti mismo, por lo que  que entiendas por éxito
l3].


 ¿Qué entiendes por tal?
           ¿Crecimiento interior?
¿Número de valores que practicas?
¿Lo que los demás digan de ti?
¿Por qué parámetros te valoras?

Los parámetros por los que te concedes valor a ti mismo son muy importantes. Einstein decía a sus alumnos: “Intenta no convertirte en un hombre de éxito, sino más bien en un hombre de valor”.

¿Cómo entiendes esta frase?

¿Cómo te enfrentas a tu fragilidad?


REFERENCIAS:
    

          [1]IGLESIAS RODRÍGUEZ Julio.: "Construyendo Líderes. ¿A quién llamar Líder?" Edición Digital.   Vigo 2008. Pg.23

          [2] La práctica consciente te lleva a ser competente: 

               Video: La práctica consciente te lleva a ser competente:

Sobre desarrollo de las competencias en las empresas indito a ver el siguiente video:

LA PRACTICA CONSCIENTE TE LLEVA A SER COMPETENTE

https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/418444215550406












martes, 11 de julio de 2017

LOS MAYORES 1. LAS TRES EDADES




LAS TRES EDADES









¡Feliz cumpleaños!
¡Mis mejores deseos para que te sigas manteniendo joven…!
Casi todos, a lo largo del año, echamos mano del repertorio de frases convencionales para desearle un feliz aniversario a nuestros semejantes.

Siempre nos referimos a lo mismo, a la edad cronológica, a esa que cae a golpe de calendario. En al artículo que comparto  invito a reflexionar sobre las otras edades, ante las cuales, la edad cronológica, la que se refleja en el DNI, va perdiendo cada día más valor. Hoy priman la edad biológica y la edad psicológica sobre las otras.

¿CUÁL ES TU EXPERIENCIA CON LA EDAD?

Todos cumplimos años, pero no todos lo percibimos lo mismo. La edad se mueve en dos mundos muy diferentes en los humanos: en el mundo inconsciente y en el mundo consciente. No nos preocupa ni nos acordamos apenas de ella cuando somos jóvenes. Es difícil marcar un tope de años para el límite de la consideración de “jóvenes”. Depende de cada persona. Lo que si es cierto, con carácter general, es que a partir de un determinado momento, que varía en función de cada cultura y persona, somos más conscientes de los años que cumplimos, de la edad que tenemos y de la rapidez con la que se esfuman los días. En mi caso concreto, la última cifra significativa que tengo en mi mente con respecto a mi edad, es la de 39 años. A esa edad emprendí un proyecto ilusionante que me absorbió 7 años sin ser consciente, en ningún momento, de cual era mi edad. De repente, retomé de nuevo mis años, en mi mundo consciente, y me di cuenta de que tenía 47 años, de que me acercaba al umbral de los cincuenta. Sí, ¡cincuenta!, con toda la carga emotiva que acompaña en nuestra cultura a semejante cifra.

Hasta entonces, mi tiempo vivido podía sintetizarse en una frase que escuché en una película, cuyo título no recuerdo, y en la que una madre decía a su hija:
“Tu reloj biológico debe de ser digital, porque no oyes su tic tac”.
De repente mi reloj biológico se había convertido en el viejo despertador del abuelo cuyo tic tac resonaba en la habitación, con tal intensidad, que era necesario amortiguar su sonido con un cojín puesto encima para poder dormir.

Otras personas tienen el primer encontronazo consciente con la edad a través de lo que llaman “crisis de la edad mediana” la cual, al parecer, asalta a todo ser humano en un momento de su vida que según algún experto oscila entre los 35 y los 50 años. Yo, en mi caso concreto, no soy consciente de este tipo de crisis. A partir de los 50 años sí me he dado cuenta de que la vida transcurre a gran velocidad.

¿QUÉ PASA CON LA EDAD?

¿Es tan mala como algunos sostienen?
 ¿Es, tal vez, solamente un artefacto social creado por una sociedad sin valores, totalmente hedonista, en la cual el culto a la juventud es lo que prima? 
¿Una sociedad que pasa de todo excepto de ganar dinero y gastarlo, que burla cualquier tipo de espiritualidad, desarrollo personal, ética, valores y otras palabrejas que no son otra cosa que “monsergas de los mayores”?
 ¿Será cierto que la edad, por sí misma, marca pautas de siniestro y desolación?
 ¿Qué hay de cierto con las tan mencionadas pérdidas de “facultades” de los mayores?

Conozco a personas que superan los 65 años y se mantienen muy bien. Incluso declaran sentirse felices. ¿Será que al vivir con una percepción de “ser feliz” el tiempo no deja huellas ni en el cuerpo ni en el espíritu (mente)? A mí no me cabe duda de que nuestras percepciones modulan nuestro cuerpo y nuestra mente. Las virutas que el tiempo deja tras de sí, no son las mismas si vivimos con una percepción positiva que si nos instalamos en la negatividad. No me estoy refiriendo al optimismo bobalicón y sin sentido tan predicado hoy en día en algunos foros y que yo denomino 'Optimismo de pandereta'. Un optimismo que predica el buen humor sin sentido, expectativas irreales y un positivismo doctrinario. Me refiero a un optimismo funcional que invita a pensar que, en buena parte, puedes controlar tu futuro a partir del esfuerzo que dedicas a crearlo según tus preferencias y deseos.

JUVENTUD, DIVINO TESORO.

Estamos hablando de la edad, pero, ¿que entendemos por tal?

 ¿Qué es la edad? 
¿Qué es ser joven?
 ¿Qué diría hoy Rubén Darío?

Yo considero que ser joven no es un periodo de la vida, sino, la vida misma en toda su extensión. Implica y lleva consigo, no un cuerpo sin arrugas, un DNI con pocos años, sino, un estado mental, una forma determinada de percibir la vida. Supone, sobre todo, maravillarse, ser capaz de admirar: quedar sorprendido, entusiasmarse, indagar. Supone, también, tener fe en ti mismo, el gesto abierto a todos los aires, la mirada clara y transparente en la que no existen telarañas que dificultan la visión. 

Conozco personas de 30 años que ya no tienen capacidad de asombrase por nada ni ante nada. Conozco a personas de 70 años que parece que cada mañana, cuando se levantan, estrenan el mundo. Que saben asombrase de lo cotidiano. ¿Cuál de los dos es más joven?
La psicología evolutiva, cuando aborda el desarrollo personal y social durante la vida adulta y la vejez, lo hace recordando que aun cuando hay razones legales y económicas para situar la vejez en los 65 años, (ahora a los 67 y dentro de poco ni se sabe, tal vez en los 80) no se puede considerar ésta sin tener en cuenta ciertos acontecimientos vitales y roles sociales. Considera la edad en función de los cambios que se producen en la misma y nos habla de distintos conceptos de edad: edad cronológica, edad biológica, edad psicológica y edad social. También maneja el término de edad funcional para referirse a los cambios en la capacidad de llevar a cabo tareas con el mismo nivel de eficacia.

Hay personas de edad cronológica (esa que cae a golpe de calendario) de 40 años, con hígados y otros órganos de 60 años. Tienen una edad biológica (estado celular y demás de cada organismo) que no correlaciona con su edad cronológica. Depende del estilo de vida que llevemos. Depende de en qué medida nos cuidemos y adquiramos unos hábitos sanos, lo que los clásicos llamaban virtudes, en contraposición a los hábitos malos o vicios. La predisposición a obrar bien (virtudes) que vamos adquiriendo a lo largo de la vida, terminan con crear nuestro carácter. Hace años la edad social de “jubilado” o la de “abuelo”, era sinónimo de persona renqueante y próximo a la muerte. Hoy hay abuelos con una esperanza de vida de 40 años por delante.

Desde el punto de vista psicológico, puede decirse que una persona es vieja cuando se ve a sí misma como tal. Mientras alguien siga teniendo curiosidad y capacidad de asombro no puede decirse, a mi juicio, que sea viejo, al margen de la edad cronológica que tenga. 

Jean-Jacques Rousseau nos habla de las 4 edades: edad de la naturaleza, edad de la fuerza, edad de la razón y de las pasiones y, por último, edad de la sabiduría.
Coincide con esta clasificación, la definición de vejez de Ingmar Bergman: 

“Envejecer es como escalar una montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, y la vista más amplia y serena”.

Saber aceptar y disfrutar con la edad que cada uno tiene es un signo de “mirada amplia” y madurez.


¿Cuándo nos olvidaremos de la edad cronológica y empezaremos felicitar a las personas por su edad psicológica?