LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO
LA PERSPECTIVA APORTA CLARIDAD MENTAL
“Solo tenemos experiencia de aquello que hemos vivido y hemos reflexionado”
EL ANTES
El 25 de marzo de 1984, empecé a escribir el
primer artículo, de una larga serie de
ellos, sobre el trabajo. Fueron publicados en un boletín y en un contexto, que
ahora no tiene sentido ni merece la pena explicar.
Este primer artículo comenzaba así:
Considerando que el hombre es el ser supremo de
la naturaleza y el trabajo su actividad más importante y trascendente, vamos a
iniciar hoy una serie de artículos sobre el trabajo, con el propósito de que
nos den una visión un poco amplia del mismo que nos ayude a comprender mejor nuestra tarea diaria.
Años después, escribía el último de los artículos,
el cual comenzaba diciendo:
Desde
hace tiempo venimos hablando de diversos temas relacionados con el trabajo. El
tema, como decíamos en el primer
artículo, es muy complejo y así lo fuimos apreciando cuando lo enfocamos desde
puntos de vista distintos, aunque sin duda complementarios, tales como físico,
intelectual, psicológico, sociológico, religioso, político, etc.
[…]Hoy en día,
cuando todos conocemos a alguien que no tiene trabajo [1], parece más que nunca una utopía el recordar
aquello que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaraba en el año
1948, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 23:
(1) Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su
trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la
protección contra el desempleo.
(2) Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual
salario por trabajo igual.
(3) Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa
y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme
a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera
otros medios de protección social.
(4) Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para
la defensa de sus intereses.
Todos somos verdaderamente conscientes que si
la situación del país no cambia, el trabajo será un artículo de lujo al alcance de muy
pocos.
Los que trabajamos, los que no conocemos que es
estar en el paro, debemos asimilar
experiencias ajenas y canalizar nuestra actitud, contribuyendo a que nuestro
puesto de trabajo siga existiendo. Una vez que se pierde las lamentaciones
valen de muy poco.
Este último artículo terminaba de este modo:
Quisiéramos cerrar esta seria de artículos
diciendo (y valga como una justificación más para este Derecho Humano tan
fundamental y como reflejo de la realidad que diariamente estamos viviendo) que
el que la juventud se apunte al “pasotismo” será dañino y grave, pero no tan
incomprensible, desde el momento en que sabemos qué hace años, están talando
los cauces naturales de sus aspiraciones, entre las que ocupa un lugar de
primacía el DERECHO AL TRABAJO[2], y que
este trabajo no se tome sólo como una especie de castigo bíblico, ("Ganarás el pan con el sudor de tu frente") sino que
tenga sentido y que la organización en la que trabaje, no sea tan impermeable
que le cierre horizontes.
Así terminaba la serie.
Aquel trabajo de antes (trabajo sólido), nos permitió a muchos alcanzar lo que Adela
Cortina llama “libertad como
independencia” [3], aquella que permite a las
personas tener su propia vida (un hogar, una familia, atender a sus necesidades,
etc.)
Nos permitió a muchas personas la posibilidad de plantear y
planificar una vida deseada, con proyectos y expectativas a la medida de cada
uno. (En aquellos tiempos no estaba tan extendido el “optimismo de pandereta” y
el positivismo doctrinario)
Nos permitió a muchos “construirnos” a nosotros
mismos, desarrollarnos y encontrar un sentido personal, apoyándonos en el optimismo
funcional.
Nos permitió a algunos sostener, en diversos
foros, que llevábamos 30 años sin
trabajar (cuando nuestra jornada laboral era en algunos casos de 12 horas) por
haber logrado aquello que se atribuye a Confucio: “Elige un trabajo que te
guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.
¿Cuál es tu experiencia laboral?
¿Qué vivencias significativas has tenido en tu vida
laboral, las has reflexionado y has sacado tus propias conclusiones?
¿Tal vez entiendes el trabajo como “ganarás el pan
con el sudor de tu frente”?
¿Cuántos puntos del artículo 23, mencionado
anteriormente, se cumplen en tu entorno?
¿Te has, tal vez, refugiado en el “pasotismo”?
EL
AHORA
Hace ya una década que el sociólogo Zygmunt Bauman acuñó
el concepto de “sociedad líquida”: una sociedad que
cambia de forma rápida y constante y en la cual la incertidumbre, el
desconocido futuro que nos espera en lo
referente a la economía en general y al mercado de trabajo en particular, es difícil
de vislumbrar.
Los artículos que escribí en su día sobre el
trabajo, tal vez le parezcan, a un joven
actual, un ensayo sobre ciencia- ficción.
La cuestión es que ha cambiado mucho hasta el
punto de que hoy se habla de “trabajo líquido”, en contraposición al “trabajo sólido” que
muchos hemos disfrutado largamente (en concreto, mi vida laboral abarca 40 y tantos años cotizados a la Seguridad
Social, y los mismos años totalmente activo con, que yo recuerde, dos bajas,
una de pocos días por una operación y
otra de una semana por un pequeño accidente). Nunca he estado en el
paro.
Esta
contraposición de la que antes hablamos,
nos indica por donde van a ir los tiros,
y nos sugiere que estamos en una
realidad distinta, la cual necesita ser reflexionada para que no nos coja fuera
de juego, es decir, confusos, abatidos, faltos de lucidez mental.
Poner en juego cada día la mejor versión de nosotros mismos, es la mejor estrategia a seguir. Desarrollar el pensamiento crítico y el optimismo funcional huyendo del “optimismo de pandereta”, tan en boga, es, a mi juicio, ir por el camino adecuado.
Poner en juego cada día la mejor versión de nosotros mismos, es la mejor estrategia a seguir. Desarrollar el pensamiento crítico y el optimismo funcional huyendo del “optimismo de pandereta”, tan en boga, es, a mi juicio, ir por el camino adecuado.
Actualmente, el filósofo Byung-Chul Han, profesor de Filosofía y Estudios culturales en la Universidad de las Artes de Berlín, nos dice:
- "El esclavo se libera del dominio del amo, pero paga un precio: convertirse en un esclavo del trabajo. El dispositivo del trabajo lo abarca todo, tanto al amo como al esclavo. De este modo, surge una sociedad del trabajo en la que todos son esclavos del trabajo, una sociedad de la actividad. Todo tiene que ser trabajo. No hay ningún tiempo que no sea trabajo”. “… Hoy, el ocio es un tiempo de recuperación o de relajación necesario para el trabajo como actividad” [4]
Byung-Chul Han, supo anticipar lo que parece
que se generalizará: el elevado número de falsos autónomos.
Un artículo del Confidencial [5] no dice que según
un estudio de 2016 de la Resolution Foundation, los trabajadores autoempleados
cobran menos en la Inglaterra de ese año que lo que un trabajador medio
percibía en 1994. Igualmente, los autónomos han perdido un 22% de sus ingresos
desde 2008 hasta 2014, y las condiciones reales en las que desempeñan su
trabajo provocan que no tengan ni derecho a baja ni a vacaciones y no puedan
contribuir a su pensión.
Nos sigue diciendo que como se trata de un
escenario en el que ser humano es empresario de sí mismo, las fronteras
tradicionales entre el tiempo de trabajo y el de ocio se desvanecen. Cuando se
está inmerso en un proyecto que tiene fecha de entrega, o cuando la tarea
requiere presencia o actividad, no tiene sentido que el empleado no esté pendiente,
sea el día o la hora que sea. El síndrome de estar quemado o el sobretrabajo
son inevitables, asegura Fleming.
Saber cómo va a ir evolucionando el mundo, y
sobre todo, saber adaptarse (o adaptarlo) y sobrevivir a los rápidos y
profundos cambios originados como consecuencia de la globalización, las nuevas tecnologías
y la digitalización, es todo un reto al que nos enfrentamos en este tiempo.
¿Te permite tu trabajo actual alcanzar la “libertad como independencia”?
Figura 1: Elaboración propia
EL MAÑANA: Lo que puede acabar pasando
Hace dos siglos que Hegel expuso su dialéctica del amo y el esclavo. Con ella pretendía establecer la dialéctica de la libertad.
- "¿Cómo se resolverá la contradicción? Inevitablemente con la lucha: el amo será la conciencia de sí que persevera como todo, y el esclavo, la conciencia de sí que se ha convertido en mera parte. ¿Qué criterio hay para establecer quién resulta ganador? Un clásico: el amo no está dispuesto a subsistir a cualquier precio, triunfa o muere; el esclavo simplemente prefiere la vida a la libertad”. [7]
Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad
Hebrea de Jerusalén, sostiene [8] que el
dilema más importante de la economía del siglo XXI será que hacer con toda la
gente superflua, prescindibles, no necesaria, sin valor alguno: ni económico,
ni militar ni tan siquiera con autoridad personal. Se pregunta:
“¿Que harán los humanos conscientes cuando tengamos algoritmos no conscientes y muy inteligentes capaces de hacer casi todo mejor?” [9]
El pronóstico y las probabilidades de lo que
puede acabar siendo nos las resume, sosteniendo, que a lo largo del siglo XXI ocurrirá lo
siguiente: [10]
- . Los seres humanos perderán su utilidad económica y militar, es decir, perderán completamente su valor.
- . El sistema seguirá encontrando valor en los humanos considerados como colectivo, pero no como individuos, es decir, perderán su autoridad individual y serán gestionados por algoritmos externos (inteligencia artificial).
- . El sistema seguirá encontrando valor en algunos individuos, pero estos serán una nueva élite de súper humanos mejorados y no masa de la población. Desempañarán servicios cruciales para el sistema, mientras que el sistema no podrá entenderlos ni gestionarlos. Sin embargo, la mayoría de los humanos no serán mejorados, y en consecuencia se convertirán en una casta inferior, dominada tanto por los algoritmos informáticos como por los nuevos super humanos.
Nos advierte:
“Dividir
a la humanidad en castas biológicas destruirá los cimientos de la ideología
liberal”. [11]
Decía más arriba que los artículos que escribí
en su día sobre el trabajo, a un joven actual le parecerían un ensayo sobre
ciencia- ficción.
No creo
que le pase lo mismo a un joven actual,
bien formado, con los
pronósticos que hace Yuval Noah Harari. Las probabilidades de que el mundo
camine por las sendas que él vislumbra son altas.
Con todo esto no pretendo ni sugerir, ni mucho
menos caer en aquella falacia de “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Pero si
quiero manifestar abiertamente que no me gusta lo que se vislumbra.
¿Volverá a tener sentido la dialéctica del amo y
del esclavo?
¿Pasaremos del paradigma del “trabajo líquido” al
paradigma amo-esclavo?
¿Podría ocurrir que pasase a ser realidad, que los
tiempos de tus abuelos y tus padres, fueron mejor y con más oportunidades que
los tuyos?
La próxima entrada de este blog la titularemos
así:
LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 2
De nuevo
EL AHORA: QUE PODEMOS HACER, para
que lo que puede acabar pasando, no pase.
“Ser es hacer”
Referencias bibliográficas
[1] 1991-1994. Nuevamente se produce un incremento de la tasa de
desempleo hasta alcanzar la cifra record hasta entonces del 24,55%, la más alta
hasta la fecha y con mucho, de Europa: https://es.wikipedia.org/wiki/Desempleo_en_Espa%C3%B1a
[2],
Tasa de paro menores de 25 años actualmente (agosto 2017 en España)
39,50% (40,7 hombres y 38,2 % mujeres): http://www.datosmacro.com/paro-epa/espana
[3],
CORTINA, Adela.: Ciudadanos del
mundo: hacia una teoría de la ciudadanía. Alianza Editorial. 1993
[4], Byung-Chul Han.: El aroma del tiempo. Pensamiento Herder Editorial, S.L., Barcelona
2015. p. 140-141
[5], Fernández,
Estaban., “Lo que nos espera: la teoría
que está llevando a la debacle a nuestro mercado laboral”, en El
Confidencial, 22.05.2017.
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-05-22/la-teoria-que-esta-llevando-a-la-debacle-a-nuestro-mercado-laboral_1385095/
[6]Video:
“Una vida bien vivida requiere ser
preSIDIDA: https://tv.uvigo.es/video/93278.html
[7] GOMEZ PIN,
Victor.: Hegel. Lo real y lo racional.
Batisfalo, S.L., 2015, p.95
[8] Noah Harari Yuval.: Homo Deus. Breve historia del mañana. Peguin Random House Grupo
Editorial, S.A.U. Barcelona, 2016
[9] Ibíd. P.349
[10] Ibíd. P.337
[11] Ibíd. P.379