EL PODER DEL DINERO
“Habrá un periodo en el que solo los más ricos podrán pagar los nuevos fármacos contra el cáncer” Antoni Ribas
EL PODER DEL DINERO
La ciencia,
de la que decimos que no genera verdades absolutas, sino “verdades
provisionales”, no cree en los dogmas, pero, si
cree en el dinero. Esta última creencia, cuya consecuencia directa es la
mercantilización de la misma, genera unos efectos perversos y dañinos de gran
alcance.
El saber
positivo y objetivo que de ella salía, se está convirtiendo en sospechoso de no buscar
ya, ni de ofrecer, una imagen objetiva del mundo y la realidad tal y como esta es.
La ciencia ya no genera un saber neutro y desinteresado. Su fin ya no es buscar la descripción objetiva de lo que ocurre, sino manipular en función de los intereses económicos que la promueven.
Lyotard, en
su obra ‘La condición postmoderna’, se pregunta:
¿quién decide lo que es saber,
y quién sabe lo que conviene decidir?
El saber
canalizado a la obtención de plusvalía, genera efectos como el que se señala en el artículo que adjunto:
Leer:
“Habrá un periodo en el que solo los más ricos
podrán pagar los nuevos fármacos contra el cáncer”
El saber se
mercantiliza al mismo tiempo que se privatiza. Se cambian las reglas de juego
de la ciencia, en el sentido de que el saber ya no es apreciado en sí mismo; ya
no es distribuido públicamente de tal forma que todos podamos tener acceso al mismo; solamente se investiga aquello que
prometa generar rentabilidad.
Desde un enfoque propio de un optimista funcional (contrario al optimismo de pandereta) creo que los nuevos eslóganes
que ya están en buena medida implantados son, y
serán cada vez más, los siguientes: