sábado, 15 de febrero de 2025

CÓMO POTENCIAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (1)



Imagen1: Elaboración propia



CÓMO POTENCIAR LA 

INTELIGENCIA EMOCIONAL (1) 

 Desde siempre ha habido un enorme interés por el control de las emociones: la falta de este control de las mismas ocasionó serios y variados problemas de todo tipo.

La psicología utiliza el término de “regulación emocional” para designar diversos procesos que tienen la función de modificar, en algún sentido, ya sea atenuando, fortaleciendo o transformando, tanto la expresión exterior como la experiencia subjetiva de cualquier emoción, ya sea positiva o negativa. El control exterior no ofrece, en general, muchas dificultades y todos tenemos un mayor o menor control voluntario, que hemos aprendido en la infancia. Lo que suele presentar mayor dificultad es la regulación de la expresión emocional subjetiva, lo que va por dentro.

Imagen2: Elaboración propia

Ya sabemos que las emociones son respuestas a sucesos o eventos especialmente relevantes para una persona en concreto. Una respuesta a hechos que nos afectan, que dependen, sobre todo, del significado que le da cada uno desde sus valores, preferencias, metas, planes, expectativas y, sobre todo, de su estado de ánimo en ese momento etc. Esto nos lleva, primero a pensar, (intra comunicación) y luego a reaccionar a través de un comportamiento determinado, observable por las demás personas de lo cual deducimos, en función de nuestra experiencia  que cada una   se comporta de forma diferente en función  de determinadas variables entre las que destaca el contexto. (A mi juicio,  es procedente recalcar aquí que muchas veces nuestras interpretaciones pueden ser erróneas, ya que lo que otro piensa es imposible llegar adivinarlo, actualmente, de momento...).

Imagen3: Elaboración propia


Aprender a controlar las emociones supone:

- 1. Saber cómo funcionan

- 2. Conocer los mecanismos que se activan

- 3. Practicar las técnicas de auto control

Si has seguido con atención los anteriores artículos, ya sabes mucho de cómo funcionan. Vamos aquí a hacer un breve resumen:

Las emociones son reacciones de nuestro cerebro, ante situaciones que observamos o vivimos, a sonidos que escuchamos, a palabras, a recuerdos, etc. Estas reacciones suponen respuestas, en unos casos respuestas adaptativas (recuerda lo de las emociones básicas o primaria) y en otros casos respuestas sin una finalidad aparente.

Dado que son reacciones de nuestro cerebro, y el cerebro está conectado con todo el cuerpo, este, el cuerpo, también se altera. Las emociones afectan también a nuestro sistema inmunológico, al sistema cardiovascular y al sistema endocrino.

En rigor, podemos decir que no hay emociones buenas y emociones malas, sino que dependen de cómo y cuándo tengan lugar. Sin embargo, para conceptualizar el tema, desde un punto de vista práctico, vamos a sostener que hay emociones negativas o destructivas.

 
                                                            Imagen4: Elaboración propia

 ¿Cómo diferenciarlas?

 

Una emoción es negativa o destructiva:

- Cuando se apodera de nosotros de tal forma que o por su frecuencia o por su intensidad nos incapacita.

- Cuando nos intoxica y nos secuestra la voluntad.

- Cuando altera nuestra conciencia y nuestra forma de ver la realidad.

- Cuando altera la forma de comportarnos con los demás, creando conflictos y envenenando el ambiente. (ver píldora “Las emociones en las relaciones”)

Ante este panorama, todos vemos que no puede ser y que necesariamente procede el controlar estas emociones negativas o destructivas.

Imagen5: Elaboración propia

Procede, en consecuencia, la búsqueda del equilibrio emocional, aceptar experiencias nuevas, facilitar y promover el trato afable con los demás y, sobre todo,  no caer en emociones destructivas  que convierten la convivencia en un auténtico  infierno, en el cual no se coopera sino que se compite, a veces de forma feroz..., se pierde la confianza  que es la base de la intimidad y de otros muchos valores exclusivamente humanos.

 La vida termina por enseñarnos que estar contento por obligación con el objetivo de no tener líos genera más malestar todavía: las emociones negativas generan estrés y a la corta ‘no son mortales’ pero, a la larga, matan; las emociones positivas incrementan el BIS, (Bienestar Individual Subjetivo) y a la larga generan tranquilidad mental y salud.

Procede, a mi juicio, ante esta situación, tener en cuenta el siguiente consejo:

“Ser sabio es el arte de saber qué pasar por alto y saber lo que no hay que dejar pasar”.

Imagen 6: Elaboración propia

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Columna

Vivir, bailar, es lo que hay

La aventura de la humanidad habrá sido solo el chisporroteo de una cerilla que prendió un enigmático creador frotándola en su trasero

Manuel Vicent

16 FEB 2025 - 05:00 CET

 Cuando la raza humana desaparezca de la Tierra, se oirá por todo el mundo, desiertos, selvas, montes y valles, a todos los animales del planeta gritando cada uno en su lengua: ¡albricias!. Pájaros de todas clases, jilgueros, mirlos, golondrinas y también cuervos y otras aves de rapiña podrán hacer sus nidos y poner los huevos en la Capilla Sixtina. El Despacho Oval de la Casa Blanca, el trono del palacio de Buckingham o el sillón de oro del Kremlin estarán ocupados por sucesivas dinastías de chimpancés y visto desde el universo, nadie será capaz de distinguir la diferencia en este cambio de régimen.Durante su reinado irá creciendo la hiedra hasta la rodilla en el asfalto de todas las ciudades, en la Quinta Avenida, en los Campos Elíseos, y luego ascenderá por las paredes hasta lo alto de los rascacielos y toda la cultura de nuestra civilización, el Louvre, el Museo del Prado, la Galería de los Uffizi, desaparecerá bajo las ruinas.

La aventura de la humanidad habrá sido solo el chisporroteo de una cerilla que prendió un enigmático creador frotándola en su trasero. Tarde o temprano esto sucederá y ya no tendrá sentido haber esculpido el David de Miguel Ángel, haber escrito el Quijote, ni haber pintado La Gioconda. Todo habrá sido un juego vano de unos seres que se creyeron dioses. Pero tal vez, cuando la humanidad desaparezca, la belleza quedará a salvo en suspensión en el aire y los vencejos la llevarán en el pico gritando.

Heidegger dijo que el-hombre-es-un-ser-para-la-muerte. Lo escribió así, formando una sola palabra. A este mundo hemos venido a morirnos. Este es el único destino de la humanidad, por tanto, nuestra esencia consiste en nuestra existencia, en ese baile absurdo al que hemos sido invitados por el azar. Mientras estás vivo, te toca bailar, eso es lo que hay. Unas veces suena el vals y otras el saxo del payaso. En el mejor de los casos el triunfo es ese laurel que crece en una grieta inasequible del acantilado con el que serás coronado durante la caída.

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