domingo, 14 de julio de 2024

SIN DESPEINARSE

 

SIN DESPEINARSE

"Casi nunca nos damos cuenta de que el problema que nos preocupa no suele ser el problema real. Tras el problema aparente, está siempre el problema auténtico, palpitante, intacto. Las soluciones que damos a los problemas aparentes son siempre completamente inútiles, puesto que son también aparentes.”

Pablo d'Ors 


Es cierto que todos somos diferentes y que cada persona es única e irrepetible. Las hay que pasan por la vida cometiendo todo tipo de fechorías: lo hacen sin despeinarse y sin preocuparse.

 También las hay que pasan por la vida cambiando para bien el mundo, mejorándolo, es decir, emprendiendo buenas acciones que benefician a mucha gente (motivación trascendente): les gusta lo que hacen porque benefician a gran número de personas. Se despeinan de mucho rascar su cabeza, siendo la causa, no el Trastorno por Excoriación neurótica, sino de la preocupación que les provoca ser conscientes de las penalidades e injusticias que  observan cada día. Ante tantas preocupaciones (causas) suelen adquirir la costumbre de rascarse la cabeza (efecto). 

Invito a leer:

CAUSAS FICTICIAS EFECTOS PERVERSOS

https://neuroforma.blogspot.com/2024/06/causas-ficticias-efectos-perversos.html


 Con el tiempo  siguen rascándose la cabeza pero, ya no se preocupan: acaban entendiendo que las preocupaciones requieren sobre todo de acciones que lleven a solucionarlas. La causa ya no está en la angustia que genera la preocupación: terminan descubriendo  que las preocupaciones seguidas de acciones pueden ser el primer paso para terminar construyendo algo nuevo y gratamente sorprendente.

 Llega un día que tienen claro que  las preocupaciones son “oportunidades disfrazadas", que nos llevan al  aprendizaje y al crecimiento, si en lugar de sentirnos  atrapados en sus perversas y manipuladoras telarañas, buscamos soluciones y actuamos con determinación y entendiendo que las soluciones no siempre surgen de manera inmediata. Algunas de ellas huyen de la inmediatez y exigen la visión a largo plazo. 

No es malo seguir despeinándose, siempre que se asocie el gesto físico de rascarse la cabeza con la idea de que las preocupaciones no son insuperables.




Si estas interesado puedes leer:

LA MEJOR VS.  LA PEOR VERSIÓN DE NOSOTROS MISMOS

https://neuroforma.blogspot.com/2023/02/la-mejor-vs-la-peor-version-de-nosotros.html

Hace unos días coincidimos cuatro personas tomando un café en una terraza. Hablamos un poco de todo y dado que una de ellas es muy religiosa le hice, con gran interés, la siguiente afirmación seguida de una pregunta: Yo cuando me muera tengo decidido que quiero incinerarme, ¿Qué opinas tú?: "No coincido contigo pero respeto tu decisión." De forma espontánea me salió decirle, sin pensarlo mucho y con gran énfasis, resaltando su importancia: ¡si todos pensáramos así arreglábamos medio mundo! La señora de la que estoy hablando no me dijo que me respetaba a mí, como es obvio dado que soy persona sino a mi decisión. Fue esto lo que me llevó a valorar la sabiduría de la señora y entender que siendo muy religiosa,nada le impide  respetar la pluralidad y entender que cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles. Por eso le dedico el siguiente  párrafo de Pablo d'Ors  (sacerdote católico y escritor español).

  “Definir a una persona y no aceptar su radical mutabilidad es como meter a un animal en una jaula. Un león enjaulado no es un león, sino un león enjaulado; y eso es muy distinto. [..] Actuamos siempre conforme a la sabiduría que tenemos en cada momento, y si actuamos mal es porque , al menos en ese punto , había ignorancia. Es absurdo, condenar la ignorancia pasada desde la sabiduría de presente.”  Pablo d’Ors

En general, muchos pensamos que a las personas hay que respetarlas, a todas y  siempre, pero no así a sus opiniones si estas contradicen la lógica, siendo algunas tan estrambóticas  que hay que rechazarlas con vigor. ¿Es aceptable en el mundo occidental la opinión que sostiene la  ablación del clítoris? Llevar la tolerancia a tal extremo es un atentado a la propia democracia. Hay opiniones rechazables que no cumplen con ciertos criterios: no tienen  argumentos sólidos; otras se basan en la discriminación, racismo o sexismo; las que se fundamentan en datos incorrectos o falsos; las ofensivas o irrespetuosas hacia las personas, y un largo etcétera...

 Nos dice el dicho que hay de todo en la viña del Señor. Cierto, hay personas que viven rodeadas de problemas reales a la vez que hay otras que se inventan problemas ficticios para adoptar el papel de víctima y ser reconfortadas por alguien presto a escucharles y mostrarse empáticos con ellas. El riesgo del victimismo, entendido como la tendencia a considerarse víctima o hacerse pasar por tal, es que un alto porcentaje de ellos suelen terminar en el resentimiento con todo lo que ello implica.

"Unos envejecen mejor que otros, según vengan de fábrica o según el distinto rigor con que los haya tratado la vida, pero tengo la convicción de que a partir de cierta edad uno ya no cumple más años, solo cumple salud o enfermedad, optimismo o derrotismo, proyectos todavía o cabreo, sueños o deserciones." Manuel Vicent



El cóctel del resentimiento, con todos y cada uno de sus ingredientes, es una mezcla que nos “emborracha”, nubla nuestro raciocinio no facilitándonos una vida saludable. Tiene un alto coste emocional y físico para quien lo lleva encima y para quienes les rodean, impidiéndole sentirse libre, con la sensación de que controla su vida, con proactividad y sentido de logro. Va por la vida sintiéndose víctima con todos los sentimientos negativos que ello conlleva.

Si te interesa el tema puedes leer:

¿INDIGNADOS O RESENTIDOS? (2)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/06/cambio-depreguntas-4-cambiar-de.html

En una de las múltiples cartas que Jean-Paul Sartre  escribió a Simone de Beauvoir comenzaba así:

 "Mi querida Castor" (le escribe sobre  una amiga de ambos): "Se lo dije cuando bajábamos las escaleras:Tiene cara de haberle estando dando vueltas a su vida”. Por supuesto, cándido semblante, me miró estupefacta: “Cómo lo sabe?”.  Le dije que era crónico en ella, y siempre de origen fisiológico o provocado por  un descontento ajeno a la cosa misma "[…]se había dado cuenta de que lo que le estropeaba la vida no era la fatalidad sino su propia manera de ser”.  

(El subrayado es mío).

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 Manera de envejecer

En la escalera de bajada que conduce al embarcadero de Caronte hacia el Hades no se avanza por peldaños sino por rellanos

 

MANUEL VICENT

14 JUL 2024 - 05:00 CEST

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A una edad se empieza a envejecer en el rostro de los demás, en la cara que pone ese amigo con el que no te habías visto desde hace algunos años. Al producirse ese encuentro te dirá: estás más gordo o más delgado, como si fuera un hombre báscula; a continuación analizará tu aspecto general y puede que añada que estás igual que siempre, que por ti no pasa el tiempo, que has hecho un pacto con el diablo. Estas expresiones no son más que lisonjas formales. Lo peor es que al verte después de unos años ese amigo guarde silencio. En este caso ten por seguro que luego comentará con alguien: he visto a fulano y la verdad es que ha dado tal bajón que si lo ves no lo vas a reconocer. En la escalera de bajada que conduce al embarcadero de Caronte hacia el Hades no se envejece por peldaños sino por rellanos. Pueden pasar varios años, incluso una década, y el espejo te devuelve la misma imagen, apenas notas diferencia en las erosiones que la vida imprime en tu rostro, pero un buen día se produce un derribo. Resulta que tu imagen se ha instalado de golpe en el rellano inferior, 10 peldaños más abajo, para permanecer allí inalterable durante algunos años más. En cada rellano de bajada cambian también las formas de vivir. Se da por supuesto que mientras ese amigo te escruta el rostro también tú analizas el suyo. Esta prospección mutua es como un combate entre dos espejos deteriorados. Unos envejecen mejor que otros, según vengan de fábrica o según el distinto rigor con que los haya tratado la vida, pero tengo la convicción de que a partir de cierta edad uno ya no cumple más años, solo cumple salud o enfermedad, optimismo o derrotismo, proyectos todavía o cabreo, sueños o deserciones. Son los demás quienes te hacen viejo. Es cierto que el postre es lo más dulce y en las sobremesas siempre se guarda para el final. En este sentido corres el peligro de que te conviertan en el flan de la casa. Niégate. De lo contrario dispón ya la cerviz para el descabello.



 

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