LA TRANSFORMACIÓN DE FEIJÓO
Comunicación:
“Dos personas que se
escuchan la una a la otra”
Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras
Irrumpió el Sr. Feijóo en la política nacional convencido de
la utilidad del silencio, muy modoso y prudente a la hora de pronunciarse o, mejor aún, de no pronunciarse y practicar
con sus dirigentes, tanto del PP como de Vox,
el "laissez faire, laissez passer" (dejen hacer, dejen pasar)
halagando con ello a la que parecía su jefa (Sra. Ayuso) y su obsesiva libertad
de mercado, reservando para los madrileños de a pie, la libertad de poderse
tomar una cañas cuando sus ingresos se lo permitieran.
Tal vez antes estaba ¿convencido? de que pronunciar palabras (lenguaje verbal), guardando entre ellas los oportunos silencios (lenguaje no verbal), son dos de los ingredientes fundamentales de la comunicación humana.
Leer:
https://neuroforma.blogspot.com/2021/07/la-utilidad-del-silencio.html
De pronto aparece en una TV privada, después de negarse a participar en todos los debates que el Presidente del Gobierno le propuso, transfigurado: de un achantado jefe de la oposición, resucitó un envalentonado Feijóo que arrasaba y se sentía cómodo y aparentemente tranquilo, disparando, cual metralleta, todo un cúmulo de mentiras y falacias, logrando que un experimentado Pedro Sánchez en esos menesteres, no pudiera dar lo mejor de sí mismo incrementando, considerablemente, el número de sus votantes.
En absoluto fue consciente el Sr. Feijóo de que el uso excesivo de palabras al hablar hace, a veces, que caigamos , unos con más y otros con menos frecuencia, en la verborrea, la cual define la RAE como “locuacidad, verbosidad. Palabrería excesiva, propia de un charlatán o de un demagogo”.
Todo parece indicar que el número de personas verborrágicas está creciendo de forma exponencial, sobre todo en el mundo político, aunque no sólo.Las consecuencias de esto da como resultado que muchas conversaciones acaben siendo un ineficaz monólogo, muy alejado del eficaz diálogo (equilibrio dinámico entre hablar y escuchar), acabando con frecuencia la discusión en un diálogo de besugos: conversaciones sin contenido ni sentido, donde se arrojan palabras - dardo que pretenden alcanzar las pequeñas miserias humanas (a veces no tan pequeñas) que todos tenemos, del otro dejándolo fuera de juego. La RAE define el diálogo de besugos como “Conversación sin coherencia lógica.” También nos ofrece, para el término “besugo”, varias acepciones entre las cuales aparece la siguiente: “Persona torpe o necia.” Tal vez la RAE decidió no juntar ambas acepciones para no tener que definir el diálogo de besugos como 'conversación sin coherencia lógica entre personas torpes y necias', protegiendo, de esta forma, nuestra autoestima y no activando nuestra susceptibilidad, evitando provocar en nosotros cambios de sentimientos que ponen de manifiesto nuestra fragilidad emocional.
Fueron las mentiras de Feijóo, lo que incitó en Pedro
Sánchez, tal indignación, que no fue capaz de gestionarla adecuadamente.
Utilizó, Feijóo, la técnica llamada el
Galope de Gish, también conocida como Ametralladora de Falacias. De un apocado jefe de la oposición que daba la impresión de que España le quedaba grande para sus
capacidades, resucitó un envalentonado y
arrogante Feijóo que arrasaba y se sentía cómodo y aparentemente tranquilo,
disparando, cual metralleta, todo un
cúmulo de mentiras y falacias, dando la razón a la definición de posverdad del Diccionario de Oxford: "a las
circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la
opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia
personal".
Leer:
¿INDIGNADOS
O RESENTIDOS ? 1 de 3
https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/2838149968392333466
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