domingo, 9 de abril de 2023

VERDAD O MENTIRA



 VERDAD O MENTIRA

"Todos los hombres por naturaleza, desean saber. Así nos lo indica el amor a los sentidos; pues, al margen de su utilidad, son amados por sí mismos, y el más preciado , el de la vista. En efecto, no solo para la acción, sino también en los momentos de reposo, preferimos la vista, por decirlo así, al resto de los sentidos. Y la causa es que de los sentidos , este es el que nos hace conocer más, y nos muestra más diferencias." 

Aristóteles (Metafísica)

 

Cuando Aristóteles escribió esto aún no existía la ciencia como tal, aunque sus aportaciones y sus discrepancias con su maestro Platón, contribuyeron  en  cierta medida a poner su granito de arena.

 

Hoy Vicent, nos propone un regreso al empirismo, a la primacía de la experiencia, y al escepticismo de lo afirmado si este no es evidente a la  percepción  que nos ofrecen nuestros sentidos.  Fue precisamente el escepticismo de David Hume (1711-1776) el que contribuyó a enterrar la metafísica cuyos relatos eran muy  alejados de la experiencia. También, el escepticismo de  Tomás,  no aceptando lo que le contaban si antes no podía ver las heridas de las manos y meter  su dedo en el costado de Jesús.

LA GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO + OPTIMISMO FUNCIONAL (1)

https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/la-gran-coalicion-pensamientocritico-y.html



Tal vez para regresar al mundo idílico que nos propone Manuel Vicent: “las cosas simples, naturales y sencillas, el trato personal, una conversación agradable que no conduzca a nada con una botella de vino interpuesta” nos sería útil resucitar muchas de las viejas ideas de Aristóteles, entre ellas,  la lógica como método formal de analizar razonamientos, es decir, conectar de manera correcta las premisas y las conclusiones, para elaborar razonamientos lógicamente válidos (no olvidemos que la lógica aristotélica estuvo presente en el  pensamiento occidental durante muchos siglos, hasta muy avanzado el siglo XIX). 

También saber que debe haber una relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad  (la de nuestro mundo, aquí y ahora, dejando de lado posibles mundos paralelos). Aunque las palabras que se utilizan para decir una cosa pueden ser distintas, para distintas personas y distintas comunidades lingüísticas,  los contenidos mentales expresados con las palabras no necesariamente son diferentes.

También nos puede ayudar lo que sostiene de que todo lo que decimos, sin ninguna conexión entre sí,  se puede clasificar en las siguientes 10 categorías: substancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posesión,  acción, pasión. La categoría primaria es la sustancia que Aristóteles la define como “aquello que es soporte de cualidades sin ser él mismo una cualidad”.


¿En qué categorías meteríamos los tomates, las frutas, las conversaciones interpersonales (cara a cara), el sol,  el mar, el aire de las montañas...


  Para conocer la verdad es necesario abandonar los mitos y recurrir a la ciencia, la cual no nos proporciona verdades absolutas,  sino verdades provisionales: con los conocimientos científicos que tenemos hoy podemos afirmar que...

  "Platón es mi amigo, pero más amiga es la verdad"

Aristóteles

 LA GRANDEZA DE LA CIENCIA Y SUS PARADIGMAS

https://neuroforma.blogspot.com/2018/08/la-grandeza-de-la-ciencia-y-sus.html

 


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  Como siempre, a continuación, copio y pego la columna de Manuel Vicent para que la puedan leer los no abonados a El País, por no abrirle el enlace.

 En mi opinión (respeto al que piense justamente lo contrario) lo que escribe Manuel Vicent es auténtica sabiduría, que debería llegar a todo el mundo. Yo con ello pretendo cumplir lo que digo en mi blog. “Actualmente, mi motivación básica es la trascendente (" Me gusta lo que hago porque beneficia a muchas personas"): Hacer de forma altruista mi pequeña aportación al desarrollo personal y profesional de las personas y a crear una sociedad más justa.”

 

Sigo siempre el mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado en ella,  escribo mi comentario y, dos horas después,  lo publico en mi blog. Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta  y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo ya definitivamente terminado en mi blog.

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COLUMNA

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Vivo o muerto

Nada será real si no se puede ver, oír, oler, gustar y tocar. Para salir de dudas habrá que meter la mano en la propia herida que le haya inferido a cada uno la vida

 

MANUEL VICENT

09 ABR 2023 - 05:00 CEST

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Distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, lo real de lo ficticio empieza a ser una labor muy ardua. La confusión no ha hecho más que empezar. Cuando la inteligencia artificial instaure definitivamente un universo paralelo no vas a saber si ese primo tuyo al que le das la mano existe de verdad o es un replicante cuántico. Un día como hoy, Domingo de Resurrección, Cristo salió vivo del sepulcro después de pasar tres días en el infierno. El apóstol Tomás no estaba dispuesto a creer en semejante prodigio si no metía el dedo en la herida de su costado. La incredulidad empieza a ser creativa. Existen mentes privilegiadas que ya vislumbran la nueva realidad que en el futuro se va a establecer más allá de la inteligencia artificial. Para saber si estamos vivos o muertos habrá que usar de nuevo los sentidos corporales como fuentes del conocimiento. En el futuro volverán a oler las rosas, los tomates recuperarán el antiguo sabor, las frutas con su perfume intacto marcarán las estaciones del año y puede que la ciencia empiece de nuevo con los lápices Alpino para sumar, restar y multiplicar en un cuaderno de cuadrículas. Cobrarán un valor incalculable las cosas simples, naturales y sencillas, el trato personal, una conversación agradable que no conduzca a nada con una botella de vino interpuesta. Más allá de la inteligencia artificial seguirá estando el sol, el mar, el aire de las montañas a disposición de cualquiera que tenga el espíritu muy desarrollado para valorar esos dones de la naturaleza. Como Cristo recién resucitado fuera del sepulcro o como el gato de Schrödinger dentro de una caja hermética la inteligencia artificial hará muy difícil saber si estás vivo o muerto. Nada será real si no se puede ver, oír, oler, gustar y tocar. Para salir de dudas habrá que meter la mano en la propia herida que le haya inferido a cada uno la vida.

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