VERDAD O MENTIRA
"Todos los hombres por naturaleza, desean saber. Así nos lo indica el amor a los sentidos; pues, al margen de su utilidad, son amados por sí mismos, y el más preciado , el de la vista. En efecto, no solo para la acción, sino también en los momentos de reposo, preferimos la vista, por decirlo así, al resto de los sentidos. Y la causa es que de los sentidos , este es el que nos hace conocer más, y nos muestra más diferencias."
Aristóteles (Metafísica)
Cuando
Aristóteles escribió esto aún no existía la ciencia como tal, aunque sus
aportaciones y sus discrepancias con su maestro Platón, contribuyeron en cierta
medida a poner su granito de arena.
Hoy
Vicent, nos propone un regreso al empirismo, a la primacía de la experiencia, y
al escepticismo de lo afirmado si este no es evidente a la percepción que nos ofrecen nuestros sentidos. Fue precisamente el escepticismo de David
Hume (1711-1776) el que contribuyó a enterrar la metafísica cuyos relatos eran muy alejados
de la experiencia. También, el escepticismo de Tomás, no
aceptando lo que le contaban si antes no podía ver las heridas de las manos y
meter su dedo en el costado de Jesús.
LA
GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO + OPTIMISMO FUNCIONAL (1)
https://neuroforma.blogspot.com/2017/02/la-gran-coalicion-pensamientocritico-y.html
Tal vez para regresar al mundo idílico que nos propone Manuel Vicent: “las cosas simples, naturales y sencillas, el trato personal, una conversación agradable que no conduzca a nada con una botella de vino interpuesta” nos sería útil resucitar muchas de las viejas ideas de Aristóteles, entre ellas, la lógica como método formal de analizar razonamientos, es decir, conectar de manera correcta las premisas y las conclusiones, para elaborar razonamientos lógicamente válidos (no olvidemos que la lógica aristotélica estuvo presente en el pensamiento occidental durante muchos siglos, hasta muy avanzado el siglo XIX).
También saber que debe haber una relación entre el lenguaje, el pensamiento y la realidad (la de nuestro mundo, aquí y ahora, dejando de lado posibles mundos paralelos). Aunque las palabras que se utilizan para decir una cosa pueden ser distintas, para distintas personas y distintas comunidades lingüísticas, los contenidos mentales expresados con las palabras no necesariamente son diferentes.
También nos puede ayudar lo que sostiene de que
todo lo que decimos, sin ninguna conexión entre sí, se puede clasificar en las siguientes
10 categorías: substancia, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posesión, acción, pasión.
https://neuroforma.blogspot.com/2018/08/la-grandeza-de-la-ciencia-y-sus.html
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Sigo siempre el
mismo proceso: Como todos los lectores suscritos a El País,leo la columna de
Vicent el domingo a la mañana cuando me despierto. La reflexiono, e inspirado
en ella, escribo mi comentario y, dos
horas después, lo publico en mi blog.
Posteriormente, si tengo tiempo, le doy otra vuelta y añado cosas que se me ocurren hasta dejarlo
ya definitivamente terminado en mi blog.
i
Vivo o muerto
Nada será real si no se puede ver, oír, oler, gustar y
tocar. Para salir de dudas habrá que meter la mano en la propia herida que le
haya inferido a cada uno la vida
Distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, lo
real de lo ficticio empieza a ser una labor muy ardua. La
confusión no ha hecho más que empezar. Cuando la inteligencia artificial
instaure definitivamente un universo paralelo no vas a saber si ese primo tuyo
al que le das la mano existe de verdad o es un replicante cuántico. Un día como
hoy, Domingo de Resurrección, Cristo salió vivo del sepulcro después de pasar
tres días en el infierno. El apóstol Tomás no estaba dispuesto a creer en
semejante prodigio si no metía el dedo en la herida de su costado. La
incredulidad empieza a ser creativa. Existen mentes privilegiadas que ya
vislumbran la nueva realidad que en el futuro se va a establecer más allá de la
inteligencia artificial. Para saber si estamos vivos o muertos habrá que usar
de nuevo los sentidos corporales como fuentes del conocimiento. En el futuro
volverán a oler las rosas, los tomates recuperarán el
antiguo sabor, las frutas con su perfume intacto marcarán las
estaciones del año y puede que la ciencia empiece de nuevo con los lápices
Alpino para sumar, restar y multiplicar en un cuaderno de cuadrículas. Cobrarán
un valor incalculable las cosas simples, naturales y sencillas, el trato
personal, una conversación agradable que no
conduzca a nada con una botella de vino interpuesta. Más allá
de la inteligencia artificial seguirá estando el sol, el mar, el aire de las
montañas a disposición de cualquiera que tenga el espíritu muy desarrollado
para valorar esos dones de la naturaleza. Como Cristo recién resucitado fuera
del sepulcro o como el gato de Schrödinger dentro de una caja hermética la
inteligencia artificial hará muy difícil saber si estás vivo o muerto. Nada
será real si no se puede ver, oír, oler, gustar y tocar. Para salir de dudas
habrá que meter la mano en la propia herida que le haya inferido a cada uno la
vida.
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