LA CADENA PSA como fuente de nuestros RECURSOS 3
Primero pensamos, después sentimos algo como
resultado de ese pensamiento, y después actuamos sobre la base de ese
sentimiento.
Herramienta práctica:
A partir de lo
dicho anteriormente en “La Cadena PSA como fuente de nuestros recursos 2”,
exponemos, a continuación, una
herramienta que si la utilizamos a la hora de abordar un problema o dificultad,
nos llevará a un abordaje del mismo con un estado de ánimo que nos potencie y
nos facilite el encontrar la solución.
Para familiarizarte
en su uso te pedimos que realices el siguiente ejercicio:
1. Piensa en algo que,
en estos momentos, represente un problema para ti.
Responde por
escrito, escribiendo cada respuesta antes de pasar a la siguiente, a estas
cuestiones:
1. ¿Qué es lo que va
mal?
2. ¿Por qué tengo este problema?
3. ¿Cuánto tiempo hace
que lo tengo?
4. ¿En qué aspectos me
está limitando?
5. ¿Qué es lo que me
está impidiendo hacer lo que quería lograr?
6. ¿Quién tiene la
culpa de que yo tenga este problema?
7. ¿Cuándo fue la
ocasión en la que lo experimenté con mayor intensidad?
Reflexiona un momento y anota
tus propios sentimientos.
2. A continuación,
pensando de nuevo en el problema o dificultad anterior,
responde por
escrito, escribiendo cada respuesta antes de pasar a la siguiente, es estas
cuestiones:
1. ¿Qué es lo que
quiero lograr?
2. ¿Cuándo deseo
tenerlo?
3. ¿Cómo sabré que lo
he conseguido?
4. Cuando lo haya
conseguido, ¿qué otras cosas mejorarán en mi vida?
5. ¿De qué recursos
dispongo para ayudarme a conseguirlo?
6. ¿Cuál es la mejor
manera de utilizar los recursos que tengo?
7. ¿Qué voy a empezar
a hacer ahora para conseguir conseguir lo que quiero?
Reflexiona un momento y anota tus propios
sentimientos.
Como observamos, hay una diferencia importante
en plantearse los temas de una forma u otra. El primer tipo de preguntas nos lleva a vernos en un pozo sin encontrar la salida, generando un estodo de ánimo de culpabilización que nos debilita o imposibilita que actuemos. El segundo tipo de preguntas nos lleva a un estado de ánimo de proactividad, potenciándonos en las acciones que realicemos. De ahí la importancia que tiene el
formularlos de forma adecuada. Ante un
mismo problema, en función del enfoque que le demos, cambia nuestra actitud y
nuestros sentimientos, cambia nuestro estado de ánimo para abordarlo. . El que
se consiga o no un objetivo, depende de cómo nos lo planteemos. Por todo ello
es muy importante hacer un buen planteamiento situándonos en un MARCO DE META
(el segundo tipo de preguntas) y no en un marco de CULPABILIZACION (el primer
tipo de preguntas).
Nuestro cerebro no es capaz de reconocer la
diferencia entre lo real y lo que nos imaginamos vívidamente. Las vías
neuronales que empleamos cuando imaginamos algo, son las mismas que empleamos
en la realidad. Piensa intensamente en
un limón, en que lo comes. ¿Se te hace agua en la boca, igual que si lo
comiese?
Es importante imaginarse el resultado que
deseamos y no el que no deseamos. Es importante conseguir mentalmente lo que se
quiere (imaginarlo) antes de poder conseguirlo materialmente.
Los Psicólogos deportivos recurren a métodos
de visualización. ¿Por qué?; porque los pensamientos visualizados son absorbidos
por nuestro cerebro y este emite el mensaje con total claridad. Los
musculatura, y todos los actos, reaccionan adecuadamente ante las instrucciones
precisas que ha ordenado la visualización.
¿Conoce a alguien que haya triunfado en algo?
Pregúntele cuantas veces “soñó” con el triunfo y se imaginó la situación antes
de lograrlo.
No se puede conseguir nada en lo material sin haberlo conseguido antes en lo mental.
“La mente domina la materia”, nos
dice la filosofía oriental.
Una forma inteligente y eficaz de abordar
nuestras metas u objetivos, es fomentar en nosotros pensamientos, ideas y
sentimientos conforme a aquellas acciones que nos conviene llevar a la
práctica, y nunca fomentar pensamientos, ideas o sentimientos conformes a las
acciones que es necesario evitar. Al que constantemente piensa que le duele la
cabeza, acaba doliéndole. Otra cuestión relacionada con esto es la autoestima
(confianza en mí mismo, firme convicción de que somos competentes para lograr
los objetivos que nos marquemos). Detrás del éxito o el fracaso está siempre la
autoestima. ¿Por qué? Porque la forma que tenemos de pensar, sentir y actuar,
la forma en que reaccionamos ante las distintas situaciones, depende mucho de
lo que pensemos que somos y de cómo nos sentimos. Por eso la autoestima es tan
importante.
Cualquier transformación que emprendamos empieza, y probablemente acaba, en un cambio de nuestra forma de pensar.
_ _ ____ ____ ________ ______
_ _____ _____ __________ _____ __
_ _____ ______ ________ _______ __
_ ___ ____ __________ ________ _
_______ ___________ ______
_
____________________________ _______
_______ _____
No hay comentarios:
Publicar un comentario