domingo, 9 de octubre de 2016

COMIENZO hoy este BLOG



COMIENZO 1

Comienzo hoy este blog. Lo hago desde el entusiasmo, el cual me acompaña muy a menudo en mi vida. ¿Cómo se puede vivir y emprender proyectos sin entusiasmo?
Me voy a presentar a través de una metáfora que me inspiró con frecuencia  y me ayudó a dar sentido a mi quehacer cotidiano: me considero un “agricultor de ideas”.

Llevo años dedicando mi actividad laboral a la formación,  a la consultoría y al coaching.
Mis actividades extra laborales son múltiples,  aunque mis preferencias se inclinan por la naturaleza y por la lectura. Disfruto haciendo senderismo,   especialmente en las montañas de nuestra Galicia rural. En la naturaleza busco y disfruto con muchas cosas, pero,  sobre todo, busco el silencio, la falta de ruidos. En la lectura busco conocimientos y deleite  intelectual.

Cuando me encuentro en el rural, observo la preocupación por la naturaleza que tienen las personas que viven allí. Comparten esta preocupación con los filósofos presocráticos. Pero  sobre todo, me maravilla,  como los agricultores  combinan, con maestría,  los cuatros elementos de los  presocráticos: tierra, agua, aire y fuego,  para crear productos tangibles, prácticos y comestibles.

Nosotros disfrutamos combinando ideas, teorías y conocimientos hasta crear con ellos herramientas prácticas que ayudan a conseguir resultados tangibles a las personas y a las empresas con las que trabajamos


Para las personas que viven en el rural, su materia prima es la tierra. Con tierra, con mucho trabajo, con algo de capital y algo de conocimiento, según se ve en el gráfico, consiguen tomates, patatas, etc., Para muchas de las personas que  no vivimos de la agricultura,  nuestra materia prima son los conocimientos. Para algunas es el capital y para otras es el trabajo.
Los agricultores creen más en la “transpiración” que en la inspiración. En consecuencia con esta creencia abonan y riegan con gran esfuerzo sus tierras para obtener los  frutos adecuados.
Nosotros, aún sabiendo que las ideas surgen a veces sin previo aviso, por inspiración, también creemos en la “transpiración”. Estamos convencidos de que requieren  previamente un cerebro bien abonado y regado de experiencias, conocimientos y sabiduría.
                                                                                                                  
Es por ello que dedicamos mucho de nuestro tiempo a actualizar conocimientos, en mejorar nuestra cualificación profesional, en formarnos para poder ofrecer soluciones a través de productos mentales que llevan a conseguir valores tangibles.

Todo esto lo conseguimos consiguiendo estar entusiasmados. Y conseguimos estar entusiasmados por que nos gusta lo que hacemos. Disfrutamos con  lo que hacemos y creemos en ello. Esta es la base de los resultados que obtenemos. La creencia es más poderosa que el cálculo de probabilidades.



 Para conseguir resultados tangibles partimos de dos ideas que, en principio, pueden parecer contradictorias: 

  1. “Nada más práctico que una buena teoría”
  2. "Las teorías no sirven de mucho si no nos ayudan a mejorar nuestra práctica cotidiana”




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