sábado, 15 de marzo de 2025

TIEMPOS CONVULSOS

 

Imagen 1: Elaboración propia

TIEMPOS CONVULSOS

Nunca se debe destruir algo, cambiar una regla o alterar una tradición si no se comprende porqué se creó en primer lugar.”

Chesterton

En una entrevista que le hacen a Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga sobre su penúltimo libro escrito por los dos, en equipo, titulado 'La muerte contada por un sapiens a un neandertal', dice Millás:

“Desde niño he creído que el neandertal era el bueno y que se extinguió por eso. Porque llegó el sapiens, que era un hijo de puta, y no pudo contra tanta hijoputez. Cuando pienso en mí y en mis desencuentros con el mundo y con la realidad, me siento como el último neandertal en una tribu de sapiens. Este seguramente viviría sorprendido y tendría que fingir para no ser calificado de raro”. (El subrayado es mío)

 Corren tiempos convulsos para las buenas personas y se imponen, cada día con más ahínco, cretinos personajes que practican sin sentir ni pizca de rubor ejerciendo en el día a días la hijoputez, con el objetivo explícito de poner el mundo 'patas arriba'.Habría que recordarles a los personajes que quieren configurar un mundo nuevo, al revés, patas arriba, estropeado, involucionando,retrocediendo, que los humanos somos muy hábiles percibiendo los efectos de algo pero muy malos para ver las causas, y ya no digamos nada si hablamos de la causa de las causas):  

No hay solución posible, a ningún tipo de problema, conflicto, guerra...,  si antes no se llega a la causa raíz. 


"Hoy se habla con toda naturalidad de drones, tanques, misiles con cabeza nuclear, aviones de combate, armamento de defensa o ataque como si una próxima guerra que se avecina fuera una fiesta a la que todos estamos invitados. En vista del caso, ¿qué le gustaría salvar primero, el pellejo o la patria?" Manuel Vicent

 

¿Lo han tenido en cuenta los personajes que pretenden dirigir el mundo?: 

                         ¡Sin duda, 

salvar el pellejo!


 

Bolsa, mercados y cotizaciones

El aviso de un gigante de Wall Street a Tesla: "Nunca antes una marca de coches había quemado su reputación tan rápido"

 Parece que no, que lo único que buscan y declaran abiertamente es que la función de los pobres no es otra que la de contribuir a hacerlos, a ellos, cada día más ricos, sin disimulos ni fingimientos. Ya no tratan como antaño de preservar el statu quo (estado de las cosas en un momento dado considerado como un equilibrio o una armonía que, si se rompe, aparece la agitación o conmoción.

 Ya nos ponía en guardia el sociólogo Norbert Elías cuando sostenía que:

"La civilización no es un estado permanente, sino un proceso precario
 que puede revertirse por completo" 

Entendía como civilización “un proceso permanente que hunde sus raíces en las estructuras más profundas de la psicología y las estructuras de organización social de los occidentales.”

 Según nos decía Elías Canetti en su obra ‘Masa y Poder’ (1960), es un hecho que el miedo obnubila el juicio, sobre todo en los más débiles sometidos al estrés económico cuando aprecian que no son capaces de satisfacer sus necesidades más básicas o primarias y empiezan a verlo todo negro.


¿ Cuál es, a tu juicio,  la táctica más utilizada por   Trump?

¿Habrá leído el libro de Dan Ariely titulado 'Las trampas del deseo' (Ariel) y subtitulado:  "Cómo controlar los impulsos irracionales que nos llevan al error"   


El miedo, al igual que el placer provoca radicales cambios de personalidad con respecto a la toma de decisiones de los humanos. Un claro ejemplo de ello nos lo está ofreciendo Feijóo y Mazón en Valencia.

Chesterton frente a los anhelos del populismo sostenía que

«para corromper a un individuo basta con enseñarle a llamar derechos a sus anhelos personales».

Estos amargos tragos no los pasan los ricos ricos, lo cual no quiere decir que los miedos de los ricos y poderosos no sean iguales a los miedos de los no poderosos, pero todos tenemos claro que su reacción al mismo es totalmente diferente: ellos tienen medios y recursos de todo tipo suficientes para arremeter contra lo que les provoca el miedo sea cual sea la causa del mismo que, en muchos casos, pueden llegar a ser eficazmente destructivos sea cual sea el contexto en el que operan (ejemplos paradigmáticos: Trump, Putin, Elon Musk, y un largo etcétera que podríamos añadir a la lista.


 ¿Podríamos vivir si no tuviéramos la capacidad de auto engañarnos?

Mi respuesta es que no. El mundo que tenemos construido, en el que se dan tragedias de todo tipo que la mayoría de las personas psíquicamente sanas no serían capaz de soportar, no funcionaría sin mentiras y sin auto engañarnos a través de lo cual creamos y sostenemos percepciones distorsionadas que nos evitan enfrentarnos a la cruda realidad y tener que manejar determinado tipo de emociones que nos hacen muy vulnerables.
¿Habría arrasado (55% de los votos) en las elecciones de EE.UU. Donald Trump sin recurrir a las tecnologías actuales para implantar en el cerebro de miles de americanos relatos que estos acabaron creyéndolos y votándolos?

“Las redes basadas en relatos hicieron de Homo sapiens el animal más poderoso del planeta, al conferirle una ventaja decisiva no solo sobre leones y mamuts, sino también sobre otras especies humanas remotas como los neandertales”

Yuval Noah Harari

Tal vez sea necesario, hoy en día, que se crean relatos de lo más estrambóticos, aplicar aquello de que “el dato anula el relato” y siguiendo a Albert Camus que ya no se trata de “revolución” sino de rebelión constante que promueve el hombre crítico, humanista, que no se dejan engañar por tiranos demagogos/as que dicen hablar en nombre de la libertad. Para él rebelde es que se revuelve contra algo. La rebelión la entiende como un acto interior de aceptación: es una especie de conversión en virtud de la cual busca el hombre una coherencia entre lo que hace, lo que siente y lo que cree. Muy parecido a lo que hace años empecé a llamar y explicar cómo 

ÍNDICE DE AUTENTICIDAD. 

Si no se cree en nada, ni nada tiene sentido, nada tiene importancia y cualquier conducta humana, haga lo que haga, sea justa o egoísta está en sí misma justificada: 

De aquí se deduce la importancia de entender el CONTEXTO

Imagen 3: Elaboración propia



Termino con la gran pregunta de Hume:

¿Por qué tantos se someten a tan pocos?

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COLUMNA

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Para salvar el pellejo

Si hoy se repitiera 1936, ¿quién haría el papel de Unamuno, que primero fue franquista y luego antifranquista?

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Dada la confrontación social y el grado de odio que existe en la política española, a veces durante los insomnios me entretengo imaginando qué bando elegirían los políticos, los intelectuales, los escritores y líderes de opinión, que hoy acaparan la actualidad, si se repitiera un 18 de julio de 1936, tal como sucedió entonces. En este juego, que no deja de ser una macabra pesadilla, doy por supuesto que habría muchas sorpresas en una España en guerra, partida en dos, rojos y azules, con una victoria incierta. Muchos cambiarían de ideología a la fuerza según el bando geográfico que les hubiera tocado en suerte, pero, sin duda, a alguna gente que hoy es muy de derechas la verías puño en alto y otros de izquierdas te saludarían con el brazo extendido a la manera fascista; ese que parece un santo varón tal vez te mandaría fusilar y ese otro tan siniestro te refugiaría en su casa.

Así es el alma humana cuando se pone en ebullición. ¿Quién haría el papel de Unamuno? Al principio fue socialista y se enfrentó a los nacionalistas; después la tomó contra el rey Alfonso XIII y el dictador Primo de Rivera, como un Quijote lanza en ristre. Exiliado en Fuerteventura y luego en París y Hendaya, de regreso a España tuvo un voto para ser presidente de la República, pero su odio visceral a Azaña, que le había arrebatado alguna prebenda académica, lo vertió contra el Frente Popular; saludó al Alzamiento Nacional como la salvación de España; se deshizo elogiando la limpia espada de Franco hasta armarse una empanada mental en el famoso acto de la Universidad de Salamanca aquel Día de la Raza para acabar cazando moscas sin saber en qué bando estaba. Y todo porque le dolía España.

Hoy se habla con toda naturalidad de drones, tanques, misiles con cabeza nuclear, aviones de combate, armamento de defensa o ataque como si una próxima guerra que se avecina fuera una fiesta a la que todos estamos invitados. En vista del caso, ¿qué le gustaría salvar primero, el pellejo o la patria?

 

 

 

 


domingo, 9 de marzo de 2025

Las emociones en las relaciones con los compañeros de trabajo (2)

 



  Las emociones en las relaciones

 con los compañeros de trabajo (2)


El salario emocional.

Lo propio del ser humano es demostrar su valía y competencia para de este modo fortalecer su autoestima. Esto lo logra teniendo éxito en aquella actividad que realiza. El éxito consiste en alcanzar metas que previamente se han definido y está ligado a alcanzar los objetivos en nuestro trabajo.

Para esto es necesario considerar las necesidades emocionales de las personas de tal forma que se les garantice un salario emocional lo más digno posible. El salario emocional lo constituye todo aquello que sirve para satisfacer nuestras necesidades emocionales.

En la búsqueda de este salario el propio individuo, y el propio grupo tiene mucho que ver. Cada uno tiene en su mano hacer más atractivas las consecuencias de trabajar y crearse una percepción más grata del trabajo, mediante una estrategia mental concreta.

En función del salario emocional que tú des a los demás, así tú recibirás y tendrás influencia en los otros. También es una forma de crecer en autoestima. ¿Cómo?: Si tú eres la causa de felicidad de otro, la causa no puede ser menor que el efecto, por lo tanto serás más feliz. Si uno es la causa de la desgracia del otro, la causa no puede ser menor que el efecto... Por otro lado:

 Si das a una persona más de lo que le pides
 tu capacidad de influir está garantizada.

 

¿Qué pagos emocionales das a los demás? 

Dependerá de tu “estilo afectivo”.Para tomar conciencia del mismo te invitamos a seguir el Método de Muestreo de Emociones: Chequea tu estado emocional para tomar conciencia de cuales son las emociones que sueles sentir con más frecuencia y como estas pueden estar relacionadas con determinadas horas y momentos del día. No solamente adquirimos hábitos psicomotores; también tenemos hábitos emocionales. De aquí que se diga que una persona a los treinta y algo años tiene la cara que se merece. Así, por ejemplo, si una persona tiene el hábito emocional de la ira, con el tiempo se le configuran en su cara ciertas expresiones y arrugas que llevan a los demás a etiquetarlo de « persona avinagrada ». Él mismo ha construido su propia cara.

 

Contagio y me contagias

 

El contagio emocional es recíproco: yo te contagio a ti y tú me contagias a mí. También es, la mayor parte de las veces, inconsciente: transmitimos a los demás y los demás nos transmiten a nosotros un estado de ánimo de forma no consciente y sin control alguno por nuestra parte.  Fruto de ese contagio, cada uno va forjando una idea de los otros a través de los sucesos contagiosos y, finalmente, le ponemos una etiqueta a cada cual. La imagen que los demás tienen de ti es una consecuencia de los balances emocionales que han tenido contigo.

No solo operamos con números y establecemos balances en nuestras cuentas bancarias. También establecemos balances emocionales: en lugar de operar con números, operamos con emociones y  sentimientos que nos llevan a establecer balances emocionales fruto de los cuales tomamos decisiones del siguiente orden: me divorcio o no me divorcio, trabajo a gusto en esta empresa o no trabajo a gusto, esta persona me cae bien o mal, etc.

 

Mejorando nuestra comunicación emocional.

 

Para mejorar lo que transmitimos lo primero es convertir el proceso del contagio emocional en consciente. ¿Cómo? Reflexionando sobre qué es lo que contagiamos y que efecto tiene sobre la gente.

La conciencia es un espacio que creamos entre lo que nos sucede y cómo reaccionamos a ello. Los animales tienen instintos a través de los cuales dan respuestas a los estímulos del entorno. El Homo Sapiens aprende como responder a ellos de un proceso de socialización en una cultura determinada.

No es justo andar por ahí contagiando nuestras frustraciones y mal humor a todos los que se encuentran con nosotros. No es justo que si cuando vamos a trabajar tenemos un altercado con otro conductor, con los atascos o con quién sea, transmitamos nuestro enfado y mal humor a todos los compañeros de la oficina. No es justo que si has tenido una bronca con tu jefe, lo paguen tus hijos cuando llegues a casa. Recuerda: “

« Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.

Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto,

 En el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto,

eso, ciertamente, no resulta tan sencillo »

Aristóteles


 

Por eso, la dificultad de trato de muchas personas no está en que les falte afabilidad o cordialidad, sino en que no saben compartimentar. Al permitir que sus frustraciones contaminen otras situaciones distintas de la causante originaria, hacen pagar por ellas a quienes no tienen nada que ver con el origen de sus males. Ese tipo de personas sufre con facilidad muchas decepciones, porque se ven arrastradas por sus estados de desánimo, crispación o euforia. Son un poco simples, se lee en ellos como en un libro abierto, y son por eso muy vulnerables: el que sepa captar sus cambios de humor jugará con ellos como con una marioneta, con sólo saber tocar los puntos oportunos en el momento oportuno.
 

Lógicamente, para hacer el proceso de contagio emocional consciente, lo primero es estar en contacto con tus sentimientos. Te invitamos a realizar de vez en cuando el ejercicio “Informe metereológico interior”. Dedicar un tiempo cada día a escucharte un poco por dentro identificar el estado emocional en el que te encuentras será muy rentable.


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 Columna

Cómo manejar la palanca

Ante el peligro que ofrece este perro mundo no cabe otra solución que la huida

Manuel Vicent

09 MAR 2025 - 05:00 CET

 

Recordaba como un momento estelar en su vida aquella vez que le plantó cara al abusón en el patio del colegio y le dio una patada en los huevos. También pudo tratarse de aquella noche en que después de bailar a la luz de la luna la chica de sus sueños le besó por primera vez con los labios salados a la orilla del mar. No creo que haya nadie, por muy desgraciado que se sienta, que no recuerde que hubo una vez en que dio la talla y se comportó como un valiente o a quien la vida no dejó de regalarle al menos un instante de felicidad. El placer en este caso tiene también un grado de fortaleza. En cualquier hecho del que uno se sienta orgulloso es en el que debe apoyar la pértiga para dar el gran salto adelante. “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, dijo Arquímedes. Pero sucede que este mundo está a punto de romperse en pedazos y no conviene moverlo más. Por un lado, ahí tienes a Donald Trump, un gañán de color calabaza que gobierna el imperio con el pulgar hacia arriba o hacia abajo, como un Diocleciano hortera, a merced de los impulsos con su cerebro testicular. Por otro, está Putin, ese chulángano de cantina que se sienta siempre espatarrado como si los brazos de su poltrona estuvieran más allá de las fronteras de Rusia. Este par de matones se han puesto a jugar al tres en raya de una hipotética guerra nuclear, mientras Europa busca en vano una silla para sumarse a la partida. Ante el peligro que ofrece este perro mundo no cabe otra solución que la huida. Hay que ser muy audaz y huir hacia dentro de uno mismo con la pértiga en la mano en busca de un punto de apoyo para preservarse del lodazal de la política, de la basura mediática, del ruido espantoso de este circo. Hasta el más desgraciado es capaz de encontrar aquel momento de rebeldía en que dijo no, o en el que mereció un placer con el que se siente recompensado. Fija en ese punto la palanca y salta. Si este mundo no tiene arreglo, al menos habrás salvado la cara dejando toda esa mierda atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 22 de febrero de 2025

Las emociones en las relaciones con los compañeros de trabajo (1)



 

Imagen 1: Elaboración propia

  Las emociones en las relaciones

 con los compañeros de trabajo (1)

 

"El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas;

el perfecto conocedor de los hombres las hace vibrar todas,

como un buen músico."

Charles Dickens

Introducción

Pasamos mucho tiempo en el trabajo. Por eso es importante y merece la pena,  gastar tiempo y energía en la mejora de las relaciones. Aquí te vamos a proponer cómo hacerlo a través de  las emociones pero, antes, te pedimos una reflexión sobre estas preguntas:

 

Imagen 2: Elaboración propia

   Situación actual

 ¿Qué tipo de relación mantienes  con tus compañeros?:

 

         ¿Competición o colaboración?

         ¿Facilitador o entorpecedor?

         ¿De relación de poder, sumisión paralizante, o de ayuda y responsabilidad?

         ¿Contagias en ellos optimismo o por lo contrario desgana y apatía?

         ¿Contribuyes  a lograr un “buen ambiente” o a bajar la moral?

         ¿Proporcionas energía positiva a los demás o eres un “vampiro emocional”?

         ¿Con tu  actitud relajas el ambiente o creas situaciones envenenadas y tensas?

 

El contagio emocional

 

Imagen 3: Elaboración propia

El punto de partida es el siguiente: 

las personas que comparten espacios de relación, sea en el trabajo o en la vida personal, acaban compartiendo los estados de ánimo y los sentimientos. No es lo mismo compartir enfado, ira o frustración, que compartir buen humor, optimismo o entusiasmo.


Puede que te estés preguntando en que me baso para hacer tal afirmación, si es una opinión personal, o se sustenta en algo más que una mera opinión:

 Me baso en un hecho manifiestamente probado que se llama 

“contagio emocional”.

 

Todos conocemos personas que al estar con ellas salimos llenos de energía, mientras que con otras salimos exhaustos, vaciados de energía y desde el punto de vista emocional, 'aplanado'. Esto ocurre por que estamos expuestos al contagio emocional de los demás, por lo tanto, a todo tipo de emociones, positivas y muy especialmente negativas. Como dice Sebastià Serrano “las emociones saltan de una mente a otra como si nada, los sentimientos son contagiosos, mucho más que las ideas”

 

La “wifi” emocional funciona. Lo que se siente se transmite. El contagio emocional es un hecho probado. Como ha señalado Daniel Goleman, las personas no expresamos verbalmente la mayoría de nuestros sentimientos, sino que emitimos continuos mensajes emocionales no verbales, mediante gestos, expresiones de la cara o de las manos, el tono de voz, la postura corporal, o incluso los silencios, tantas veces tan elocuentes. Cada persona es un continuo emisor de mensajes afectivos del más diverso género (de aprecio, desagrado, cordialidad, hostilidad, etc.) y, al tiempo, cada persona es también un continuo receptor de los mensajes que irradian los demás.

En el aprendizaje emocional tienen un gran protagonismo los procesos de imitación, que pueden llegar a ser muy sutiles en la vida cotidiana.



Basta pensar, por ejemplo, en la facilidad con que se producen transferencias de estado de ánimo entre las personas (tanto la alegría como la tristeza, el buen o mal humor, la apacibilidad o el enfado, son estados de ánimo notablemente contagiosos). O en cómo se transmite de padres a hijos la capacidad de reconocer el dolor ajeno y de brindar ayuda a quien lo necesita. Son estilos emocionales que todos vamos aprendiendo de modo natural, casi por impregnación.


Imagen 4: Elaboración propia

No hay que olvidar que la mayoría de las veces las personas captamos los mensajes emocionales de una forma casi inconsciente, y los registramos en nuestra memoria sin saber bien qué son, y respondemos a ellos sin apenas reflexión. Por ejemplo, ante determinada actitud de otra persona, reaccionamos con afecto y simpatía o, por el contrario, con recelo y desconfianza, y todo ello de modo casi automático, sin que sepamos explicar bien por qué. Todos estamos muy influidos por hábitos emocionales, que en bastantes casos hemos ido aprendiendo sin apenas darnos cuenta, observando a quienes nos rodean.



Explicando el cómo te sientes

 

Imagen 5: Elaboración propia

¿Nunca te has sentido eufórico sin saber por qué?

¿Alguna vez te has sentido triste y deprimido sin causa aparente?

¿Te sientes a veces de una manera determinada sin una causa objetiva que lo justifique?

 

La causa está en el contagio emocional: las emociones intercambiadas con los demás a lo largo del día determinan nuestro estado anímico. Es esto lo que determina que digas “he tenido un buen día” y, también,  que otros días digas “hoy ha sido un día horrible”

Si el ambiente que te rodea es tóxico, cargado de emociones negativas, sin duda te acarreará daños colaterales, es decir, serás víctima inocente de explosiones emocionales ajenas en forma de enfados, rabia, resentimiento, etc. ¿Qué rango de victima alcanzarás? Esta en función de tu sensibilidad. No todos somos igualmente vulnerables o contagiables: los más vulnerables son las personas más sensibles.

 

 

El salario emocional.

Lo propio del ser humano es demostrar su valía y competencia para de este modo fortalecer su autoestima. Esto lo logra teniendo éxito en aquella actividad que realiza. El éxito consiste en alcanzar metas que previamente se han definido y está ligado a alcanzar los objetivos en nuestro trabajo.

Para esto es necesario considerar las necesidades emocionales de las personas de tal forma que se les garantice un salario emocional lo más digno posible. El salario emocional lo constituye todo aquello que sirve para satisfacer nuestras necesidades emocionales.

En la búsqueda de este salario el propio individuo, y el propio grupo tiene mucho que ver. Cada uno tiene en su mano hacer más atractivas las consecuencias de trabajar y crearse una percepción más grata del trabajo, mediante una estrategia mental concreta.

En función del salario emocional que tú des a los demás, así tú recibirás y tendrás influencia en los otros. También es una forma de crecer en autoestima. ¿Cómo?: Si tú eres la causa de felicidad de otro, la causa no puede ser menor que el efecto, por lo tanto serás más feliz. Si uno es la causa de la desgracia del otro, la causa no puede ser menor que el efecto...

Por otro lado: 

si das a una persona más de lo que pides tu capacidad de influir está garantizada.

¿Qué pagos  das a los demás? Dependerá de tu “estilo afectivo”.Para tomar conciencia del mismo te invitamos a seguir el Método de Muestreo de Emociones: Chequea tu estado emocional para tomar conciencia de cuales son las emociones que sueles sentir con más frecuencia y como estas pueden estar relacionadas con determinadas horas y momentos del día. No solamente adquirimos hábitos psicomotores; también tenemos hábitos emocionales. De aquí que se diga que una persona a los treinta y algo años tiene la cara que se merece. Así, por ejemplo, si una persona tiene el hábito emocional de la ira, con el tiempo se le configuran en su cara ciertas expresiones y arrugas que llevan a los demás a etiquetarlo de « persona avinagrada ». Él mismo ha construido su propia cara.

 

Contagio y me contagias

 

El contagio emocional es recíproco: yo te contagio a ti y tú me contagias a mí. También es, la mayor parte de las veces, inconsciente: transmitimos a los demás y los demás nos transmiten a nosotros un estado de ánimo de forma no consciente y sin control alguno por nuestra parte.  Fruto de ese contagio, cada uno va forjando una idea de los otros a través de los sucesos contagiosos y, finalmente, le ponemos una etiqueta a cada cual. La imagen que los demás tienen de ti es una consecuencia de los balances emocionales que han tenido contigo.

No solo operamos con números y establecemos balances en nuestras cuentas bancarias. También establecemos balances emocionales: en lugar de operar con números, operamos con emociones y  sentimientos que nos llevan a establecer balances emocionales fruto de los cuales tomamos decisiones del siguiente orden: me divorcio o no me divorcio, trabajo a gusto en esta empresa o no trabajo a gusto, esta persona me cae bien o mal, etc.

 

Mejorando nuestra comunicación emocional.

 

Para mejorar lo que transmitimos lo primero es convertir el proceso del contagio emocional en consciente. ¿Cómo? Reflexionando sobre qué es lo que contagiamos y que efecto tiene sobre la gente.

La conciencia es un espacio que creamos entre lo que nos sucede y cómo reaccionamos a ello. Los animales tienen instintos a través de los cuales dan respuestas a los estímulos del entorno. El Homo Sapiens aprende como responder a ellos en un proceso de socialización en una cultura determinada.

No es justo andar por ahí contagiando nuestras frustraciones y mal humor a todos los que se encuentran con nosotros. No es justo que si cuando vamos a trabajar tenemos un altercado con otro conductor, con los atascos o con quién sea, transmitimos nuestro enfado y mal humor a todos los compañeros de la oficina. No es justo que si has tenido una bronca con tu jefe, lo paguen tus hijos cuando llegues a casa. Recuerda: “

« Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.

Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto,

 En el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto,

eso, ciertamente, no resulta tan sencillo »

Aristóteles


Por eso, la dificultad de trato de muchas personas no está en que les falte afabilidad o cordialidad, sino en que no saben compartimentar. Al permitir que sus frustraciones contaminen otras situaciones distintas de la causante originaria, hacen pagar por ellas a quienes no tienen nada que ver con el origen de sus males. Ese tipo de personas sufre con facilidad muchas decepciones, porque se ven arrastradas por sus estados de desánimo, crispación o euforia. Son un poco simples, se lee en ellos como en un libro abierto, y son por eso muy vulnerables: el que sepa captar sus cambios de humor jugará con ellos como con una marioneta, con sólo saber tocar los puntos oportunos en el momento oportuno.

 

Lógicamente, para hacer el proceso de contagio emocional consciente, lo primero es estar en contacto con tus sentimientos. Te invitamos a realizar de vez en cuando el ejercicio que titulamos “Informe metereológico interior”. Dedicar un tiempo cada día a escucharte un poco por dentro, identificar el estado emocional en el que te encuentras será muy rentable.


 

                                                                                                Imagen 6: Elaboración propia

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Un asteroide muy extraño

Se acerca a la tierra un aerolito de gran tamaño. Trae templos y murallas de una civilización que se había perdido en el espacio


Algunas veces he imaginado que esto podría suceder. Hace 66 millones de años un asteroide de aproximadamente 10 kilómetros de diámetro hizo impacto sobre la tierra, el polvo oscureció la luz del sol durante años y al carecer de alimento se extinguieron los dinosaurios y otras especies de animales. Entre los pocos que sobrevivieron se hallan unos pequeños roedores de los que desciende el ser humano. Toda el agua del mar proviene de asteroides de hielo y en alguno de ellos desde el fondo del universo tal vez llegó una bacteria que fue origen de la vida. Más o menos esto es lo que nos cuentan los científicos. Ahora se está acercando a la tierra un asteroide, el 2024 YR4, que mide entre 40 y 90 metros. Se trata de una roca del tamaño de un edificio y su trayectoria la vigila el sistema de Alerta de la NASA. Se espera que pase de largo. Pero algunas veces he soñado que esto podría suceder. Imagino que un día podría acercarse a la órbita de nuestro planeta un asteroide muy extraño hasta el punto que los astrónomos no dieran crédito a sus telescopios al descubrir que sobre una enorme roca perdida en el espacio se vislumbraban algunas murallas, aparecían un templo, un anfiteatro, columnas de atrios, estatuas de Apolo derribadas, y otras ruinas semejantes a las que ha dejado nuestra civilización. Los técnicos de la NASA conseguían desviar su trayectoria con un cohete para evitar una inmensa catástrofe que acabaría con la historia de la humanidad aplastada por su propia historia. En ese caso el asteroide se perdía en la oscuridad del universo, como un sueño y los científicos, poetas, filósofos y teólogos se preguntaban en un largo y absurdo debate de qué lugar del tiempo había sido extraída esa roca, quién fue su creador, qué clase de seres la habitaron, cuál era su destino. Según los astrónomos, ese esteroide navegando por el espacio con nuestras propias ruinas se acercará de nuevo a la tierra dentro de miles de años, cuando aquí ya no quede nadie para soñarlo.