Nuestras circunstancias
Este
artículo que escribí y publiqué en este blog el 1/8/21 10:58, me parece
muy oportuno publicarlo de nuevo hoy que regresa Manuel Vicent de sus
vacaciones de Agosto con su habitual columna en El País, la cual, como siempre,
se puede leer más abajo, con un tema muy
relacionado, a mi juicio, con el contenido del artículo que escribí en su día.
“Nadie sabe qué nos va a deparar el
destino cuando este domingo 1 de septiembre se ponga en marcha esta nave
derrengada con un motor de fortuna. Habrá sucesos que puedes dar por seguros.”
Manuel Vicent
Nuestras circunstancias
“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”
Ortega y Gasset
No me gusta mucho expresarme a través de frases hechas por otros, que
suenen bien y con las que, necesariamente, todos los que tenemos algún sentido
común, estamos de acuerdo con lo que dicen. Prefiero manifestarme con mi propio
estilo.
Esta, que publico hoy, la encontré echándole un vistazo al Facebook y
observar que la había subido una amiga mía. Después de pensarlo, decidí
compartirla haciendo mi propia interpretación y explicándola con mi propio y personal
estilo.
Supongamos que le decimos a una atleta de élite con un palmarés de éxitos
tras de sí, que no tiene ningún mérito lo que ha conseguido ya que lo puede lograr
cualquier otro. ¿Se enfadará? Seguro que no, que lo tomará como cómico y se
reirá de muy buena gana.
Considerará a quien se lo dijo, como una persona excesivamente susceptible,
testimonio claro de una manifiesta inferioridad que la persona cree tener (a
veces erróneamente) y que le dice
eso, no desde su racionalidad, sino desde un arrebato de impulsividad que le
impidió haber reflexionado y medir el
alcance de lo que dice.
El dejarse ir, además de las torpezas que ello suscita y de los resentimientos
que engendra, quita toda autoridad a quién así se manifiesta. No me resisto a citar otra frase que encontré hoy en Facebook :
"Pon el cerebro en funciomamiento, antes de poner la lengua en movimiento"
Leer: https://neuroforma.blogspot.com/2021/07/la-utilidad-del-silencio.html
El cóctel del resentimiento, con todos y cada uno de sus
ingredientes, es una mezcla que nos “emborracha” y nubla nuestro raciocinio no
facilitándonos una vida saludable. Tiene un alto coste emocional y físico para
quien lo lleva encima impidiéndole sentirse libre, con la sensación de que
controla su vida, con proactividad y sentido de logro. Va por la vida
sintiéndose víctima con todos los sentimientos negativos que ello conlleva.
Leer:https://neuroforma.blogspot.com/2017/06/cambio-depreguntas-4-cambiar-de.html
Una persona resentida adopta en la vida diversas actitudes y comportamientos para enfrentarse a la misma. Una forma que se adopta, muy abundantemente, es la del victimismo, el cual está a la orden del día.
En la vida cotidiana, encontramos a gran número de personas culpando de sus males a
las más diversas causas, sin darse
cuenta, que como adultos responsables,
hacen acciones que tienen consecuencias. Hay que considerar que todo acto tiene consecuencias lógicas, previsibles. También es cierto que otras veces, las consecuencias son ilógicas, imprevisibles e inesperadas. Aún así, de forma general podemos establecer el siguiente axioma:
Si no te gustan las
consecuencias (resultado), cambiar las acciones (comportamientos), es
más práctico que buscar culpables.
Analizar las consecuencias, y si estás no son las que esperábamos y deseábamos, sustituir el comportamiento por otro más efectivo es el camino a seguir.
Hoy más que nunca es necesario dejar de lamentarse y pasar a ocuparse. Pasar a formar parte de la solución y no del problema.
No convertirse en “protagonistas paralizantes” poniendo nuestra atención
en el miedo, la preocupación y en lo
incierto, sino convertirse en protagonistas activos dotándonos de iniciativa y autonomía, vencer
al miedo, teniendo la valentía de decir
lo que pensamos y aportando soluciones a las dificultades con las que nos vayamos encontrando. Nos dice José Antonio Marina, en su 'Anatomía del miedo' que para vencer el miedo la naturaleza generó en los animales diferentes estrategias: huir, paralización, sumisión y ataque. Además de estas, en los humanos, se inventó la valentía.
“El que pierde abundancia
pierde mucho; el que pierde a sus amigos pierde más; pero el que pierde su valor pierde a todos”
¿Qué rol adoptas en
la vida: el de víctima o el de protagonista?
¿En que medida estás de acuerdo o en desacuerdo con estas tres cuestiones siguientes?:
1. Para todo efecto hay una causa.
2. No se pueden producir determinados efectos si no se facilitan determinadas causas.
3. Para cambiar un determinado efecto hay que modificar las causas.
Leer:https://neuroforma.blogspot.com/2017/03/construyendo-te-aplicacion-practica-del.html
APLICANDO lo anterior a NUESTRA VIDA, podemos quedarnos con lo siguiente:
1. “La vida es como un eco, si no te gusta lo que recibes (efecto), presta atención a lo que emites (causa)”.
2. La proactividad es poner las causas que provoquen los efectos que deseamos.
3. Si quieres dirigir tu vida (efectos), tienes que hacerte cargo del control de las causas.
Yo
soy yo y mis circunstancias
Esta frase, tan repetida y que todos
escuchamos alguna o muchas veces, pone el énfasis en las circunstancias, en la
resignación, en la reacción, en la falta de control que tenemos sobre lo que
nos sucede, en que cada uno somos como somos, en que tenemos la situación que
tenemos y en que hay muy poco que hacer, salvo el conformarse.
Detrás de ella están otras que también todos escuchamos, o incluso
dijimos, tales como “Yo soy así”, “Yo nací así”, “no hay nada que hacer”,
“las cosas son como son”, “todos tenemos un destino predeterminado”, “hay que
resignarse” etc. etc. etc. Una retahíla de etcéteras que nos salen automáticamente y que una vez dichas nos quedamos tan panchos, tranquilos, sin preocupaciones, satisfechos.
¿Eres de los que utilizan, de forma
habitual, frases de este tipo?
En mi infancia, los
“ilustrados” de la época lo repetían muchas veces: “yo soy yo
y mis circunstancias”. Nos lo decían para que no intentáramos modificar o
cambiar las circunstancias y nos conformáramos con lo que éramos y teníamos.
No sé si era ignorancia o mala fe, más bien creo que lo primero. Es probable
que estuvieran convencidos de que era lo mejor para todos. Lo cierto es que dicha frase era una adulteración (alteración o eliminación de la calidad y pureza de una cosa por agregación de algo que le es ajeno o impropio) clara y manifiesta de la auténtica y original frase.
¿Conocerían la frase completa de Ortega
y Gasset? :
“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me
salvo yo”.
El mensaje de esta segunda frase es justamente contrario y opuesto al de la primera.
En el supuesto de que la conocieran completa:
¿Alcanzarían
a ver su significado?
¿Entenderían que hay que abordar la vida desde la
proactividad y no desde la reactividad?
En el supuesto de que la conocieran
completa y comprendieran su significado:
¿Les parecería un mensaje
revolucionario y pervertidor del orden establecido el intentar cambiar las
circunstancias?
¿Tendrían miedo a divulgar el mensaje de la segunda por las consecuencias funestas que podrían acarrearle en el contexto de aquella época?
Hoy sigue habiendo “ilustrados
analfabetos” (valga el oxímoron) que mandan mensajes
similares, unos de forma explícita (como aquel eurodiputado polaco que se atrevió a decir, en estos tiempos actuales, que las mujeres son "más débiles, más pequeñas y menos inteligentes"), y otros en forma subliminal.
En la figura de los círculos que aparece más abajo, queremos representar a dos personas, la persona A y la persona B. La B, aceptando la frase del ilustrado de la época; la A, poniendo en práctica la auténtica frase de Ortega Y Gasset. Los dos círculos que representan a ambas personas son iguales aunque, por un efecto de ilusiones ópticas, los vemos desiguales percibiendo que el círculo A tiene un diámetro mayor que el círculo B. Una persona, rodeada que personas pequeñas, la percibimos como más alta de lo que realmente es. El círculo A, rodeado de círculos pequeño, parece más grande que el mismo círculo B, rodeado de círculos más grades.
En la vida práctica sucede lo mismo. Una personas con miedo y con un extremo conformismo que le lleva a estar convencida de que no puede hacer nada para modificar su situación, las circunstancias de la vida lo aplastan. Por lo contrario, una persona convencida que que puede hacer algo por cambiar su situación, las circunstancias de la vida, las mismas o parecidas a las de la otra persona, no solo no le aplastan, sino que le motivan a hacer algo para mejorar su situación.
"Solo la acción consigue resultados"
"El simple hecho de intuir, a una edad temprana, un destino más favorable a menudo nos permite romper los muros que nos aprisionan." (Pascal Bruckner)
Vivir, hombre y mujeres, según nuestros sueños y no según nuestros miedos, es muy práctico, siempre, claro está, que no caigamos en el que yo llamo "optimismo de pandereta" o extravagante, y actuemos desde la óptica del optimismo funcional:
"la mirada en el cielo y los pies en la tierra"
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COLUMNA
i
Por un mar muy convulso
En este viaje del nuevo curso, en medio de un mundo
tan desquiciado, en cierto modo todos vamos a ser también inmigrantes a bordo
de un cayuco
MANUEL VICENT
01 SEPT 2024
- 05:00 CEST
Empieza un nuevo curso político. Imagino
este domingo 1 de septiembre de 2024 como un barco cargado de confusos
pasajeros dispuestos a navegar por un mar muy convulso. En los muelles del
puerto predican el futuro los agoreros; unos auspician una travesía feliz,
otros presagian toda clase de desgracias. Azar en árabe significa flor. Estaba
grabada en una de las seis caras de los dados sarracenos. En la antigüedad
había augures especializados en echar los dados en los puertos y en los cruces
de caminos del desierto. La flor daba buena suerte. En este viaje del nuevo
curso, en medio de un mundo tan desquiciado, en cierto modo todos vamos a ser
también inmigrantes a bordo de un cayuco que tratan de llegar sanos y salvos a
una imaginaria bahía azul, cada uno a la suya, después de sortear múltiples y
peligrosos escollos. Nadie sabe qué nos va a deparar el destino cuando este
domingo 1 de septiembre se ponga en marcha esta nave derrengada con un motor de
fortuna. Habrá sucesos que puedes dar por seguros. Al iniciarse el otoño se alargarán las
sombras y el color dorado de los membrillos competirá con unos telediarios muy
ensangrentados; apenas te descuides llegará por la espalda la Navidad y una vez
más formularás buenos propósitos de año nuevo que no vas a cumplir, pero en el
caso de que en este viaje se te niegue la flor en la cara del dado, frente a
cualquier desgracia siempre llegará al rescate la nueva savia que brotará con
fuerza en la primavera. ¿Qué va a suceder en este curso que empieza? Como el
odio ideológico ha dividido a los españoles en buenos y malos, según dijo el
poeta, sucederá lo de siempre: morirán cuatro romanos y cinco cartagineses. Pero
si sirve de consuelo hay que saber que el futuro no existe. En el momento en
que pronuncias esa palabra ya es el pasado. La suerte consiste en convertir la
vida en un solo y único presente por el que siempre cruzará un instante de
felicidad como un ave fugaz que habrá que cazar al vuelo.