sábado, 25 de noviembre de 2017

VISIÓN DE HELICÓPTERO DEL LIDERAZGO



LA  PERSPECTIVA  APORTA  CLARIDAD MENTAL

                                                     
“Solo tenemos experiencia de aquello que hemos vivido y hemos reflexionado”














La dificultad de ver una situación o asunto en su conjunto, suele tener como causa el perderse en los detalles, de tal forma que el árbol nos oculta el bosque.  Tener un conocimiento de la necesidad de precisión y un interés por el detalle tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre estos últimos, además de no dejarnos ver el bosque, también están el de no saber definir prioridades, no saber separar lo importante de lo que no lo es (el detalle se convierte en anécdota) y no tener  capacidad de síntesis.


 El tema de liderazgo es un buen ejemplo para explicar el  “segundo diluvio” al que estamos asistiendo, y que nos está 'ahogando', no con agua,  sino con información. Si en el pasado se aplicó lo de ocultar información a los demás para uno destacar en estar al corriente de todo y hacerse el imprescindible (fue una conducta muy extendida en los  distintos niveles jerárquicos de las empresas), hoy en día la cosa funciona al revés: se avasalla a la gente con todo un exceso de información irrelevante. La consecuencia de esto, entre otras muchas,  es la de que simplemente no sabemos a qué prestar atención y pasamos el tiempo interesándonos, investigando y debatiendo asuntos secundarios, anécdotas y practicando el onanismo mental. La mayoría se queda mirando el dedo; muy pocos miran la luna.   

Vamos a un ejemplo práctico de esto que estamos diciendo.
 Una consulta a Google (24-11-2017, 11:11 horas) con la palabra Líder, nos da lo siguiente: Aproximadamente 108.000.000 resultados.
















Una nueva consulta con otra herramienta llamadaAnswerThePublic  https://answerthepublic.com/
 la cual muestra todas las preguntas que la gente busca en Google sobre el término que tú le indiques da como resultado, segundos después, 858 cuestiones planteadas, dudas más frecuentes o los aspectos que más interesan. En la imagen, se muestran las preguntas más comunes sobre el término. Con estos ejemplos podemos ver y apreciar los dos fenómenos: el del “diluvio”, y el de las anécdotas. Son muchas las miradas que se dirigen al dedo olvidándose de la luna.



Si antes el tener poder pasaba necesariamente por tener acceso a los datos y a la información, hoy en día pasa por saber qué obviar, por hacer las cosas sencillas, prácticas y manejables, lo cual se logra, no cuando ya no hay nada más que añadir, sino nada que sacar.  Es necesario combatir el “onanismo mental” que se refleja en artículos, debates, cursos, conferencias y demás foros de divulgación.

 Sobre desarrollo de las competencias en las empresas indito a ver el siguiente video:

LA PRACTICA CONSCIENTE TE LLEVA A SER COMPETENTE

https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/418444215550406


Para hacer sencillo (que no simple), práctico y manejable el tema del liderazgo en el sentido que acabamos de mencionar,  solo puede hacerse teniendo una “visión de helicóptero” del mismo. Para tener este tipo de visión una condición necesaria es no perderse en las anécdotas. Para esto  último, para impedir que el árbol nos oculte el bosque, abordaremos, en sucesivos artículos,  las HERRAMIENTAS CONCEPTUALES fundamentales, para abordar la vida en general, y desarrollar el liderazgo en particular.

“La perfección se logra no cuando no queda nada que agregar, sino cuando ya no queda nada que quitar”
Saint-Exupéry





REFERENCIAS:
   

-
IGLESIAS RODRÍGUEZ Julio.: "Construyendo Líderes. ¿A quién llamar Líder?" Edición Digital. Vigo 2008.


 
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Manuel Vicent

08 SEPT 2024 - 05:00 CEST

Cuando comencé a vivir en la casa de Denia, hacia el final de los años 60 del siglo pasado, veía el mar desde la cama. Veía salir y regresar a puerto las barcas de pesca y el oleaje golpeando la escollera los días de temporal. La casa tenía alrededor campos de almendros, de naranjos y viñedos. Cerca había una granja adonde los niños iban a comprar huevos y leche con una cesta como la de Caperucita; desde una residencia de evangelistas situada en la falda del Montgó cada mañana me despertaban los acordes de un órgano y los cánticos de un coro juvenil que se expandían por la extraordinaria sonoridad del valle. El jardín estaba cercado por una hilera de palmeras recién plantadas que fueron creciendo a medida que el desarrollo y la especulación comenzaron a llenar de cemento todo el paisaje. Las palmeras ganaron altura hasta que al cabo de los años las palmas taparon la visión del mar. Las nuevas urbanizaciones terminaron por invadir todo el territorio y el horizonte azul que se veía desde la cama se convirtió en una ensoñación. Ha pasado más de medio siglo de todo eso hasta que la lucha entre la vida y la muerte ha terminado por producir una vez más el milagro. Debido a una plaga llegada precisamente de Egipto, la del picudo rojo, algunas palmeras han muerto y ha habido que serrarlas por el tronco. De pronto una mañana me incorporé en la cama y vi que las olas volvían a batir la escollera. El mar había regresado a casa. Si al olmo viejo, podrido y hendido por el rayo del poema de Machado le habían brotado algunas hojas verdes y el poeta esperaba para si un milagro semejante de la primavera, en este caso las palmeras muertas han devuelto al jardín la visión de aquel horizonte azul de los veranos de mi juventud y la memoria de un aire incontaminado que me traía hasta la cama los acordes de un órgano unidos con el sonido de las barcas de pesca que salían a faenar. Por encima de la muerte agarrada a los troncos podridos de las palmeras veo ahora cruzar los veleros.

 

 








   


viernes, 3 de noviembre de 2017

LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO 3: EL AHORA




LA FRAGILIDAD DEL TRABAJO  3:

EL AHORA: 

"Hoy el mundo está estructurado como un circo, de manera que media humanidad permanece sentada contemplando cómo en la pista la otra mitad juega, hace el payaso y se degüella sin más."
Manuel Vicent

EL AHORA: 

De lo general a lo concreto.

         QUE MÁS  PODEMOS HACER,
                                     para que  lo que puede  acabar pasando, no pase.
   “Ser es hacer”

SITUARSE EN EL CONTEXTO


En La Fragilidad del Trabajo 1,  hemos pasado por los  tres tiempos: El Antes, El Ahora y El Mañana. Por el pasado, sin el cual no se puede entender el presente; por el presente, sin el cual no se puede construir el futuro; por el futuro, que da sentido a los otros dos y motivación (energía) al presente. 

En La Fragilidad del Trabajo 2, tratamos de enfocar el QUÉ PODEMOS HACER, desde un punto de vista amplio y general. Si has leído el post,  con atención concentrada, habrás sacado 5 o 6 ideas clave.



Hoy, en La Fragilidad del Trabajo 3, vamos ya a concretar  QUE MÁS PODEMOS HACER.
Estamos tratando de qué hacer, ahora,   para construir un mañana determinado, es decir, estamos reconociendo de forma explícita, que todos podemos hacer algo, unos más, otros menos, pero todos algo, en la construcción de un futuro deseado.





PLANIFICANDO  EL FUTURO
“La mirada en el cielo y los pies en la tierra”


Para ganar en concreción me voy a referir a cada persona, de una en una. Aquí no valen las generalidades ya que cada uno somos únicos. Me dirijo, pues, a ti individualmente, como persona única e irrepetible.
  
Planificar el futuro requiere, en primer lugar, aplicar uno de los tres principios que están detrás de toda “vida lograda” (diferente de lo que comúnmente llamamos éxito): La Auto conciencia: la capacidad de “darse cuenta” [1]. Para facilitar el incremento de esta Auto conciencia,  aportamos la herramienta de la Figura 1.

 Cada uno debe tener en cuenta  los tres futuros que los humanos tenemos: futuro probable  o muy probable,  futuro menos probable pero posible y, finalmente, futuro imposible. Tú, debes de tener en cuenta los tuyos, diferente de todos los demás, en función de variables tales como las tres edades, salud, aptitudes, expectativas,  etc.

No te olvides que la gran coalición está formada por el pensamiento crítico más  el optimismo funcional, distinto del optimismo de pandereta, tan en boga, que sostiene que todo es posible. Un optimismo funcional diferencia claramente entre riesgo e incertidumbre. El riesgo puede  medirse a través  de las opciones disponibles y de las probabilidades que tienen cada una de las opciones. La incertidumbre no es medible, es todo azar.  




En donde te encuentres ahora mismo,  en función de cual haya sido tu  trayectoria,  y el cómo te sientas, es fruto de las decisiones que has tomado o dejado de tomar en el pasado y, sobre todo, de los hábitos que hayas ido creando a lo largo de tu vida. El pasado que viviste creó en ti unos hábitos determinados que marcan una predisposición a actuar de una manera determinada la cual, a su vez, determina la dirección que tomas.

Los hábitos se pueden crear y, en consecuencia, se pueden eliminar. En otra ocasión desarrollaremos un modelo empírico que he trabajado y practicado largos años.

De momento clarifica tu situación actual con respecto a tus tres futuros.


TUS FUTUROS:


¿Tienes una idea, más a menos elaborada,  de  los acontecimientos que puedes ubicar en cada uno de los tres futuros?

¿Puede que algo que tengas en el futuro imposible, podrías ubicarlo en el futuro menos probable pero posible?

¿Tal vez tienes algo en el futuro muy probable que, si fueras realista,  deberías ubicarlo en el futuro imposible? 

 
A medida que vamos cumpliendo años, edad cronológica, se va incrementando la lista de cosas que pertenecen al  “futuro imposible”. Por eso hay que empezar cuanto antes a meterlas en el apartado de “Futuro posible”.

El optimismo funcional, parte del principio  de que el futuro, en buena parte  se puede crear, no solamente deseándolo, (como sostiene el optimismo de pandereta), sino poniéndose a trabajar para crear el futuro que tú deseas. Nos aporta la herramienta de la Figura 3.

Consiste,  en primer lugar,  mirar hacia atrás y, en segundo lugar, mirar hacia adelante.
Mirando hacia atrás: Sitúate (imaginación) en una edad de 80 años. Mira hacia atrás y responde a las preguntas que aparecen en la figura.
Seguidamente, sitúate en el presente, en el ahora,  mira hacia adelante y márcate el plan de acción correspondiente.


Haz lo que quieras hacer, antes de que se convierta en lo que te gustaría hacer pero ya no puedes hacerlo.
Siempre he tenido mucho interés en las opiniones de personas muy mayores que están en el final de su vida. Conservo toda una colección de páginas de periódico (aún no teníamos internet), de entrevistas realizadas por diversos periodistas a este tipo de personas.  Hablan sin los condicionamientos que tenemos los demás, con sinceridad,  y hablan desde la sabiduría que han acumulado a lo largo de su ciclo vital. Entre otras muchas cosas he descubierto que no suelen arrepentirse de lo que hicieron, pero si suelen arrepentirse de lo que no hicieron.

¿Tal vez echas de menos no haber puesto más en juego tus recursos personales y haberte arriesgado más?

CREANDO   EL FUTURO probable o muy probable.
Decíamos, anteriormente, que sin el pasado, no se puede entender el presente; sin el presente, no se puede construir el futuro; sin el futuro, no encontramos  sentido ni al pasado ni motivación (energía) en el  presente.  Lo que hacemos en el presente determina el futuro. Acciones que hoy llevamos a cabo tienen consecuencias en el futuro. Acciones que hoy  no llevamos a cabo, determinan un futuro diferente. Si algo me gusta”, pero “no me conviene”, posponerlo y llevar a cabo algo que “me conviene” me permite alcanzar un objetivo o meta determinado. Ver, para mejor entenderlo y aplicarlo,  en este mismo blog, la entrada “Decálogo de  AUTOGESTIÓN: Tú conduces tu vida, tú DECIDES”.
Si bien es cierto que creamos el futuro con lo que hacemos o dejamos de hacer en el presente, también lo es,  que el futuro crea el presente. La idea que tú tengas de cómo será tu futuro, te ayuda y motiva a llevar un presente determinado. Durante mucho tiempo, en selección de personal,  se consideró que el mejor predictor de la trayectoria laboral de una persona que se contrataba, era el cómo se imaginaba su futuro laboral. Por ello se exploraba tanto en la entrevista de selección sobre ello.

También es cierto que  tener en cuenta el pasado, conocer la historia, nos ayuda también a la construcción de un presente determinado y, en consecuencia, a un futuro concreto. Saber aquello que funcionó y trajo buenas consecuencias y aquello que se hizo y lo que ocasionó  fue el  desastre y desolación, es el primer paso para tomar conciencia de nuestro presente y de los comportamientos y conductas más adecuados. Las mayores ventajas de conocer el pasado no se sacan repitiéndolo, sino liberándonos del mismo, es decir, ser conscientes de que tu yo actual, tus pensamientos, miedos, deseos, expectativas,  etc.,  fueron modelados por la historia, lo que te impide, en muchos casos,  desprenderte de los mismos e imaginar futuros posibles que  hoy das por imposibles. En un modelo de cambio que veremos más adelante, en otro post, nos daremos cuenta de lo importante que es empezar dicho cambio por cambiar nuestra propia percepción y nuestra forma de pensar, antes de seguir avanzando en el mismo.

En definitiva, se trata de saber sacar ventaja de esa facultad que tiene  Homo sapiens,  que te permite ponerte en el pasado a través de tu memoria, en el presente a través de tu percepción  y en el futuro a través de tu imaginación. Las dos primeras, memoria y percepción las compartimos con otros animales. La tercera, imaginación, por lo que sabemos al día de hoy, parece ser exclusiva de Homo sapiens.

Una de las múltiples preguntas de se hace Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, es la siguiente: 
"¿Qué le ocurrirá al mercado laboral cuando la inteligencia artificial consiga mejores resultados que los humanos en la mayoría de las tareas cognitivas?" [2]

Los algoritmos informáticos  que creará la inteligencia artificial, sin duda ya nos superan hoy en algunas tareas cognitivas. Nos superarán mañana (un mañana próximo),  en la mayoría de ellas, pero, ¿llegarán algún día a tener imaginación?

Los humanos nos movemos en tres realidades: la realidad objetiva, la realidad subjetiva, y la realidad intersubjetiva. En la primera de ella, la objetiva, la inteligencia artificial nos dará lecciones, pero, ¿y en las otras dos? ¿Llegarán a tener conciencia plena de sí mismos  y, en consecuencia,  realidad subjetiva construida por uno mismo de forma individual a través de sus propias percepciones? ¿Llegarán a comunicarse y  compartir entre ellos su propia realidad subjetiva y a generar creencias y sentimientos colectivos ante determinadas cuestiones que son las que construyen la realidad intersubjetiva? Por ejemplo, ¿llegarán a sentir lo que sentimos los humanos ante el símbolo de una bandera? ¿Llegarán a entender que un papel, sin ningún valor objetivo, que pone  50 euros  permite satisfacer toda una seria de necesidades por que los humanos creemos en ello?

Byung-Chul Han, a partir de “El tiempo recobrado” de Proust, nos dice:
“Solo las relaciones de afinidad, amistad o familia hacen que las cosas sean verdaderas. La verdad es lo opuesto de la mera sensación fortuita. Implica un vínculo, una relación y una proximidad. Solo las relaciones intensivas hacen que las cosas sean reales” [3]

Este tipo de preguntas no nos las podríamos hacer los humanos si no tuviéramos imaginación, realidad subjetiva y realidad intersubjetiva. ¿La llegarán a tener los algoritmos futuros? ¿La perderemos los humanos para adaptarse al mundo creado por la inteligencia artificial?

Adaptarse o adaptarlo, he ahí la cuestión. Adaptarse al mundo, la vida las situaciones  o adaptar el mundo, la vida, las situaciones a nosotros.


¿Cómo te imaginas  tu futuro?


Para incrementar tu conciencia, tu “darte cuenta” te aporto la  Herramienta   de la Figura 4.
“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
-Albert Einstein-





Referencias Bibliográficas

[1] Video: Decálogo de Autogestión. Cardar para progresar
[2] Noah Harari Yuval.: Homo Deus. Breve historia del mañana. Peguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. Barcelona, 2016. p. 299 
 [3],  Byung-Chul Han.: El aroma del tiempo. Pensamiento Herder Editorial, S.L., Barcelona 2015. p. 74
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El poder del juego

Los científicos son admirados, los deportistas son adorados. Qué grandes serían Newton y Einstein si además supieran regatear como Mbappé

MANUEL VICENT

30 JUN 2024 - 05:00 CEST

Al parecer el primate aprendió a pensar y a desarrollar la inteligencia jugando. De hecho, al Homo sapiens actual sentado en las gradas del estadio le conmueve más el cerebro el gol marcado de cabeza por la escuadra en el descuento que da la victoria a su equipo que haber levantado las Pirámides, construido el Partenón, inventado el alfabeto, escrito la Odisea, elaborado el teorema de Pitágoras, descubierto la ley de la gravedad, desarrollado toda la ciencia y la técnica necesarias para poder viajar a Marte. Recuerdo aquella noche en que los tres astronautas norteamericanos llegaron a la Luna. La gente observó la hazaña en silencio, entre incrédula y sobrecogida. No se oyó en los alrededores ni aplausos ni gritos. Los vecinos permanecieron callados. Algunos ni se lo creen todavía. En cambio, el famoso gol de Iniesta el 11 de julio de 2010 levantó una explosión casi planetaria de júbilo salido de las entrañas. Los científicos son admirados, los deportistas son adorados. Qué grandes serían Newton y Einstein si además supieran regatear como Mbappé. Al final de unos juegos olímpicos de la antigua Grecia hubo que demoler parte de la muralla de Siracusa para que pudiera entrar en la ciudad la cohorte que acompañaba a uno de sus atletas que volvía coronado con hojas de acebuche por haber vencido en la carrera de cuadrigas. Sin embargo, Arquímedes, que acababa de descubrir en la bañera el principio de física que lleva su nombre, recorrió desnudo las calles gritando ¡Eureka! y lo tomaron por un loco. Hoy el mundo está estructurado como un circo, de manera que media humanidad permanece sentada contemplando cómo en la pista la otra mitad juega, hace el payaso y se degüella sin más. Puede que el dinero y la mafia instalada en los palcos de honor hayan podrido todo el deporte, pero hay un momento glorioso en la cancha en que el atleta arrebata ese segundo al tiempo, ese centímetro al espacio que estaban en poder de los dioses. Y solo por eso son adorados.