LA GRAN COALICIÓN:
PENSAMIENTO CRÍTICO Y OPTIMISMO FUNCIONAL (1)
Sin
conciencia (capacidad de darse cuenta) no hay comprensión.
Sin comprensión (entender) no hay
motivación.
Sin motivación (energía) no hay
acción.
Sin acción no hay evolución.
“Ser es hacer”
Pensar bien para sentirse bien.
Llevamos
mucho tiempo abogando por una educación holística, la cual parte de una visión integral e
integradora de la persona. Se trata, en este caso, básicamente de sumar lo emocional al aprendizaje intelectual,
de modo que se logre educar y no solo instruir. Una
educación que nos forme para el trabajo y para la vida. [1]
Autogestionar
la vida, pasa por el gobierno de uno mismo, el cual, ya no solo forma parte de la existencia, sino
que, además, la compone y la garantiza. Para el gobierno de uno mismo,
proponemos hoy una gran coalición entre lo intelectual y lo emocional, entre el
pensar y el sentir, entre el pensamiento
crítico y el optimismo funcional.
A nuestro
juicio no. Hay muchas razones del por
qué esto es así. Una de ellas es la de que pensar es gratis. A lo que es
gratis, no le damos valor. El mundo consumista que tenemos, no funciona con pensamientos: funciona con
consumo, ¡que no es gratis!. Por eso al consumo sí le damos valor, un exagerado
valor, un exclusivo valor.
En muchos
casos se da una paradoja entre pensar y
consumir. Tienden a mantener una
relación inversa: cuanto más pensamos menos consumimos. A menor pensar más
consumir. Por si a alguien esto le parece muy fuerte, vamos a plantearlo de
otra manera: a más pensar, menos consumo irracional; a menos pensar,
más consumo irracional. El mundo
actual lo tenemos montado sobre un consumo irracional.
A través de
los enunciados anteriores podemos explicar, causalmente, muchas de las cosas
que nos están sucediendo. Entender el mundo sin sentido actual, pasa por captar el sinsentido de cómo lo
tenemos montado. El fenómeno de causa-efecto, inherente al paradigma
racionalista, y el fenómeno de la interdependencia, propio del paradigma sistémico, están detrás
de las posibles explicaciones.
Obstáculos al pensar.
Pensar es
peligroso. Es una consecuencia de lo
afirmado anteriormente. Por eso se combate todo aquello que lo fomente. Vivir sin conciencia, sin capacidad de darse
cuenta, es lo más adaptativo para
sobrevivir en el mundo actual. Para
consumir, de forma irracional, tenemos que dejarnos manipular, lo cual está
reñido con la razón, con la capacidad de descubrir las falacias y demás fallos
en el razonar de los manipuladores.
Nada de
fomentar espacios para pensar. Todo lo
contrario: fomentemos y practiquemos la anestesia
mental. Fomento de la televisión basura, de la redes sociales del “ja, ja, ja”,
de la banalidad y superficialidad. Fomento,
también, de otras redes en las que
prolifera la búsqueda de relaciones exclusivamente instrumentales, y en las que se repiten contenidos llenos de
tópicos y se abusa de la pedagogía del “loro de repetición”: saturación de
frases y conceptos que no llegamos a comprender, simplemente por entender que
están dentro de lo políticamente correcto y que van a gustar a quién los
lee, o a quién tiene poder y sintonizando con su posición siempre nos puede benéficiar en
algo. Implica un sometimiento exagerado
a la convención social, síntoma claro de miedo, el cual llega a arrugarnos, a empequeñecernos, a anularnos.
Tertulias de amigos en las que se habla, en exclusiva, ya no de ideas, ni siquiera de cosas, sino de personas para resaltar sus defectillos y pequeñas miserias humanas (entiéndase como “chafardeo”). Anéctotillas del pasado, de lo que hizo Juan o Pepe en determinada situación, es la mejor forma de rehuir hablar y abordar el presente para desde el mismo tratar de construir el futuro.
Tertulias de amigos en las que se habla, en exclusiva, ya no de ideas, ni siquiera de cosas, sino de personas para resaltar sus defectillos y pequeñas miserias humanas (entiéndase como “chafardeo”). Anéctotillas del pasado, de lo que hizo Juan o Pepe en determinada situación, es la mejor forma de rehuir hablar y abordar el presente para desde el mismo tratar de construir el futuro.
No dejar
tiempo para la reflexión, para la filosofía, para el dialogo interesante
contrastando distintos puntos de vista sobre ideas. Nada de lectura, no interesa conocer lo que
pensaron las figuras relevantes de nuestra historia. La premisa que sostienen
los historiadores de que no se puede
entender el presente si no se conoce y asume el pasado, se considera
irrisoria. A nadie interesa el camino
recorrido, es ridículo intentar comprender y encontrar sentido. Vivir en la
inconsciencia es la mejor fórmula.
Recurrir a la lógica para elaborar
pensamientos claros, pensamientos que expresen, nítidamente, de modo
directo y sin subterfugios la realidad a
la que se refieren, es casi un “pecado”. Para los manipuladores
que se benefician del consumo irracional, para sus intereses, viene mejor
fomentar pensamientos confusos (todos los días tenemos numerosos ejemplos de
este tipo de pensamientos; fue muy comentado, y valga como ejemplo, el “y su
indemnización se ha satisfecho en diferido”.
Hace muy pocos día felicité a un amigo que cumplía años más o menos así:
“(…) casi siempre es un placer cumplir años. Un adolescente ansía “hacerse mayor”. A partir de cierta edad cronológica, el placer consiste en ser consciente, darse cuenta, de que las virutas que el tiempo cronológico va dejando, somos capaces de asimilarlas y quemarlas y así producen el milagro de alumbrarnos, dándonos una mayor claridad mental. Incrementar la claridad mental es una de las metas humanas más importante. Nos hace más humanos”.
Se busca la confusión mental (el mejor antídoto para el
pensamiento crítico). Ya no necesitamos
entender y comprender nada. El profesor Sartori [2], nos habla de la transformación del homo sapiens
en homo videns, debido a lo cual la palabra ha perdido valor y actualmente se
da la primacía de la imagen, es decir, de lo visible sobre lo inteligible, lo
cual lleva a un ver sin entender que ha acabado con el pensamiento abstracto,
con las ideas claras y distintas.
Ya no interesa la “lógica informal”. Ya no hay
necesidad de saber argumentar correctamente. No interesa la capacidad de
desmontar razonamientos no válidos que pueden parecer ciertos. Se aceptan fragantes
falacias como si fueran dogmas de fe.
En un curioso y humorístico libro [3], se
sostiene la tesis de que la inteligencia, entendida como el rasgo más distintivo del ser
humano y gracias a la cual fuimos capaces de progresar, ya quedó en desuso, está
obsoleta. Sostiene cosas como las siguientes:
“El poder de una organización social humana es tanto más fuerte cuanto mayor es la cantidad de inteligencia que consigue destruir”; “la inteligencia intimida y desencadena la agresividad de quién no la posee o está menos dotado”; “la jerarquía es el instrumento que ha inventado la evolución para agrupar a los sapiens y conducirlos hacia la estupidez”.
Va, aún, más lejos, llegando a determinar varias leyes
sobre el fin de la inteligencia:
Primera ley
sobre el fin de la inteligencia:
“El imbécil sobrevive. El genio se extingue".
Corolario de la Primera Ley:
"Antes tontos que muertos".
Sentirse bien para vivir mejor
Si has llegado en tu lectura
hasta aquí, tal vez estés pensando que la cosa va más bien de pesimismo.
A mi juicio, no. Va de
optimismo funcional y, por lo tanto, rehuyendo del optimismo bobalicón y sin
sentido que tanto se está utilizando como una herramienta más de manipulación. El
optimismo funcional va de posición. Es
aquel que te hace colocarte ante las situaciones, en una posición de proactividad y creyendo
que con tu esfuerzo y recursos la sacarás adelante. El optimismo bobalicón va
de ingenuidad, de creer que basta solo con tener fe para que la cosa se arregle
por sí mismas. El optimismo bobalicón va de humor; el optimismo funcional va de
voluntad. Al Bienestar Individual Subjetivo se llega con voluntad y gobierno; jamás se llega con anestesia mental y consumo irracional.
El artículo pretender ser un canto
al pensamiento crítico, considerándolo como la mejor forma de posicionarse
ante la sociedad para que esta prospere
desde todos los puntos de vista.
“Un hombre no tiene muchos más enemigos que sí mismo: Un hombre es su peor enemigo a causa de sus falsos juicios, de sus temores vanos, de su desesperación y de los discursos deprimentes que se dirige. Decirle simplemente a un hombre: “Su destino depende de usted”, es un consejo que vale…” [4]
¿Cómo posicionarse ante el mundo con esta coalición?
Lo abordaremos en la próxima entrada.
Lo abordaremos en la próxima entrada.
BIBLIOGRAFIA
[2] SARTORI, Giovanni : Homo
videns. La sociedad teledirigida, Taurus, 1998.
[3] APRILE, Pino: Elogio del Imbécil, Temas de Hoy, 2006
[4] ALAIN, (Émile Chartier).: Mira a lo lejos. 66 escritos sobre la
felicidad, RBA libros, 2007, p.188
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