NUESTROS
“PUNTOS CIEGOS”
"Aquel que conoce a otros es inteligente.Aquel que se conoce a sí mismo es sabio.”
Lao Tse
Cuando vamos conduciendo nuestro coche, hay unos puntos
ciegos en los que no vemos nada a través de los espejos retrovisores. Se
localizan en las esquinas posteriores de la derecha y de la izquierda de
nuestro coche.
Cuando vamos por la vida, conduciéndonos a nosotros mismos, (“tú conduces tu vida, tú decides”, repito muchas veces en diversos contextos) tampoco somos conscientes de muchas de nuestras carencias, defectos, debilidades, que afectan a nuestro comportamiento y a la forma de relacionarnos con los demás. Nosotros no los vemos pero sí lo ven los demás. De aquí que muchas veces se da una gran diferencia entre cómo nos percibimos a nosotros mismos y en cómo nos perciben los demás.
Algunos tests que tratan de ayudarnos y facilitarnos el auto-conocimiento, distinguen entre el comportamiento natural y el comportamiento adaptado. El natural es un reflejo de nuestra manera innata de comportarnos, aquella que nos hace sentirnos bien, o dicho en un lenguaje de informática, "por defecto", la opción que viene predeterminada. El comportamiento adaptado es el resultado de lo que nosotros creemos que es el más adecuado a la situación o circunstancia en la que nos encontramos en un momento dado. Eliminamos la opción "por defecto" y optamos por una que damos conscientemente.
Dilucidar qué tendencias conductuales del viejo marxista que nos describe Manuel son naturales y cuales son adaptadas, puede ser un buen ejercicio para descubrir posibles “puntos ciegos” del marxista y, lo que es más interesante, de nosotros mismos.