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domingo, 10 de enero de 2021

El trumpismo ha tropezado: ¡Aleluya!

 


Cuando Trump dejó de ser Presidente de EEUU, lleno de júbilo publiqué, en este mismo blog,  el que hoy público de nuevo  para que nos formemos una idea más clara del contexto de aquel entonces y de ahora mismo. Lo titulé así:

El trumpismo ha tropezado: ¡Aleluya!

Actualizo el publicado hoy 17/11/2024 añadiéndole matices que nos puedan situar y entender el contexto actual, empezando por como lo titularía si hoy escribiera un artículo nuevo:

El trumpismo ha regresado:
¡UN TORMENTO!

No me voy a extender en el perfil de semejante personaje. Resumo el gran tormento que puede llegar a ser Trump como presidente (de nuevo, a pesar de las 34 condenas, según diferentes fuentes que no he tenido tiempo ni recursos para evidenciarlas que recibió de la justicia americana en su periodo anterior), recurriendo a ANDREA RIZZI en el artículo que publicó en el País 16/11/2024

 “La campaña electoral de Donald Trump dejaba presagiar que, en caso de victoria, su ejercicio del poder sería un tsunami, y ahora los nombramientos que se van acumulando lo confirman: viene una embestida trampista radical, brutal y sin complejos (El subrayado es mío).Conviene dejar las esperanzas de que haya significativos factores de contención. Desgraciadamente, los primeros compases de la reacción europea son nefastos.”

https://elpais.com/opinion/2024-11-16/que-hacer-ante-la-calamidad-trumpista.html

 Sigo, pues,  con el artículo anterior:

Nos decía Paul Sartre que “un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”.

¿En qué circunstancias, acontecimientos, contexto social, etc., nació y se desenvolvió Trump, que hicieron de él semejante personaje  para acabar siendo lo que es ahora, en este momento: una nueva versión de 'Conan el bárbaro'. Pretender, en los tiempos actuales,  hacer política  desde un poder fabricado a través de la espada y la brujería es toda una temeridad.

Unos siglos antes, Baruch Spinoza nos había definido, de forma clara y precisa el centro de la psicología, la ética y la política que él desarrolló a lo largo de su corta vida.

Llamó a este centro el conatus: y lo definió así: “Cada cosa se esfuerza, en cuanto está en ella, por perseverar en su ser”. En una primera aproximación podemos entender el conato, como  que todo lo que existe, tiende a la auto conservación.

El empecinamiento de Trump en mantenerse en la presidencia del país más poderoso de la tierra, saltándose las normas que este se había dado para que ello fuera posible, es una prueba empírica relevante,  confirmatoria de la hipótesis de que la personalidad,  muchas veces anula la inteligencia y recursos cognitivos y económicos  que alguien pueda tener,  obteniendo en la vida cotidiana resultados totalmente negativos, por mucha riqueza que este pueda tener.

Freud incorporó al desarrollo de su sistema el conatus de Spinoza,    y sostuvo  que las acciones de auto preservación se activaban de forma inconsciente. La imprudencia e irreflexión de Trump que le llevaban a no valorar las consecuencias de sus acciones,  son una prueba evidente de su falta de conocimiento e incapacidad de percibir y darse cuenta del  funcionamiento del mundo político actual. Confirman, también, la  afirmación del psicoanálisis de que es el inconsciente el que manda y regula la vida de los humanos dejando en un segundo plano a la razón.

Con  personajes como Trump quedó confirmado que son los instintos y no la razón los que nos llevan a actuar y, también, que aquello tantas veces repetido que  somos ‘Homo Sapiens Sapiens’, hombres doblemente sabios, es una de las más grandes falacias jamás inventadas.

 En una de las cartas que Sartre escribió a Simone de Beauvoir,  le hablaba de otra persona y le decía entre otras cosas “(…) se había dado cuenta de que lo que le estropeaba la vida no era la fatalidad sino su propia forma de ser”.  Sartre, J.P.: Cartas al castor 1. Barcelona, Edhasa, 1986 p.117

La personalidad tiene una gran incidencia en nuestro comportamiento y poderosos efectos sobre la calidad de vida que uno logra tener. Es, a través de ella,  que  hace que nos adaptamos mejor o peor, social y personalmente,  a la vida en general y a  las diferentes parcelas de esta. Sin duda Trump, no se adaptó a la política.

La historia recodará los años 2020 y 2021, como la victoria de la humanidad ante dos destructores  virus, a cada cuál más letal: el SARS-CoV-2, propagador de la enfermedad Covid-19 , y el trumpismo, propagador de la enfermedad “comecocos”,  que produce, entre otras cosas,  unas intensas mermas de madurez, sensatez y sentido común,  llegando, en los casos más graves, a suspender la actividad funcional del cerebro humano generando individuos descerebrados.

Ya nos lo advertía, en el siglo pasado,  Skinner:

“El auténtico problema no es si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres”. 

Burrhus Frederic Skinner

 Sólo, si se dan estas condiciones, es posible que un personaje como Trump (que despues de todo lo que hizo)  repita de nuevo como presidente de Estados Unidos.

 

¿Podríamos vivir si no tuviéramos la capacidad de auto engañarnos?


Mi respuesta es que no. El mundo que tenemos construido, en el que se dan tragedias de todo tipo que la mayoría de las personas psíquicamente sanas no serían capaz de soportar, no funcionaría sin mentiras y sin auto engañarnos a través de lo cual creamos y sostenemos percepciones distorsionadas que nos evitan enfrentarnos a la cruda realidad y tener que manejar determinado tipo de emociones que nos hacen muy vulnerables.
¿Habría arrasado (55% de los votos) en las elecciones de EE.UU. Donald Trump sin recurrir a las tecnologías actuales para implantar en el cerebro de miles de americanos relatos que estos acabaron creyéndolos y votándolos?


“Las redes basadas en relatos hicieron de Homo sapiens el animal más poderoso del planeta, al conferirle una ventaja decisiva no solo sobre leones y mamuts, sino también sobre otras especies humanas remotas como los neandertales”
Así se explica en su reciente libro (p.63) titulado ‘NEXUS’ Yuval Noah Harari



Si quieres saber más, te invito a leer:

INVENTANDO RELATOS

https://neuroforma.blogspot.com/

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De héroes y ratas

Cuando pasen los años también esta dana mortífera de 2024 partirá en dos la memoria de los valencianos

MANUEL VICENT

17 NOV 2024 - 05:00 CET

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Apenas llovía en Valencia aquella tarde del 14 de octubre de 1957, pero las trombas de agua llegaron de madrugada desde las cabeceras del Turia, donde no había cesado de caer un persistente aguacero. La riada desbordó los puentes y después de llevarse hasta el mar la vida que había en el cauce del río, enseres, personas y animales, dejó anegadas las calles de la ciudad vieja bajo dos metros de agua y barro. Como siempre sucede en cualquier tragedia hubo ciudadanos que se comportaron como héroes y otros como ratas. Franco no se acercó a Valencia hasta el 24 de octubre, pasados 10 días de la catástrofe, cuando el lodo ya se había secado, para ser obligatoriamente aclamado, aunque las primeras ayudas no llegaron hasta ocho meses después. El alcalde Tomás Trénor fue destituido de modo fulminante solo por haber insinuado ante el pleno que los valencianos se sentían abandonados, y al periódico Las Provincias le cortaron el suministro de papel porque su director, Martín Domínguez, que hubo de dimitir, había escrito: “Si no hablan los políticos hablarán las piedras”. Los muertos, el barro y la desolación tardaron mucho en olvidarse. A partir de aquella inundación el tiempo en Valencia se dividió en antes y en después de la riada. El lanzamiento del Sputnik soviético, el estreno de El último cupléGildael bayón de Ana, el gol de Zarra, ah, eso fue antes de la riada; la venida de Eisenhower a España, el garrote que le dieron a la envenenadora, la retirada de Puchades, ah, eso fue después de la riada. Cuando pasen los años también esta dana mortífera de 2024 partirá en dos la memoria de los valencianos, y la rueda de la vida con los amores, viajes, negocios y proyectos habrá sucedido antes o después de la dana. Y en medio de la tragedia, como sucedió con la riada de 1957, se recordará que hubo ciudadanos que se comportaron como héroes y un presidente de la Comunidad que estaba de larga sobremesa mientras muchos de sus queridos paisanos se ahogaban.