El liderazgo de uno mismo es el primer paso para poder liderar a otros.
Julio Iglesias Rodríguez
Un liderazgo de cualquier tipo (organizacional, social, político...), se sustenta en un liderazgo personal sólido.
No puedes liderar a nadie, si no te lideras a ti mismo.
Liderazgo Personal
Podemos entender por Liderazgo Personal la capacidad de saber guiar y gestionar la propia vida. Ello supone mejorarla e enriquecerla de forma constante.
Imagen 2: Elaboración propia
¿Tienes la sensación de que las
decisiones que tomas en la vida y en el trabajo apuntan en una dirección
predeterminada de antemano?
¿No te dejas llevar por las
presiones de la publicidad, de la sociedad o de tus impulsos?
¿Ejerces tu libertad tomando decisiones por ti mismo?
Imagen 3: Elaboración propia
El liderazgo personal es un rol que requiere, entre otras cosas, saber
lo que queremos (esta es mi meta) y organizar nuestra vida para conseguirlo.
Esta organización tiene como eje central la capacidad de marcarse y lograr
objetivos.
Detrás de todo ello subyace la idea del auto desarrollo, de la
construcción de uno mismo (este soy yo). Te invitamos a leer con atención el escrito
que adjuntamos y que titulamos “Cada uno se hace así mismo”. El auto desarrollo
es invertir en uno mismo (estos son mis recursos) y, no renunciar nunca, a
nuestra capacidad para dirigir nuestra propia vida (esta es mi estrategia) y
comprender en todo momento lo que pasa, ser conscientes de ello.
Es un estilo de vida caracterizado por un constante afán de Mejora
Continua Personal. Es tener claro en donde estás, a donde quieres ir, saber con
qué cuentas para llegar allí y,
finalmente, perfilar una
estrategia adecuada.
La estrategia es el arte de coordinar las acciones para alcanzar una meta. Por ello te propondremos la elaboración de un PEPI: Plan Estratégico Personal Individualizado.
Las Métricas del Liderazgo Personal
Si queramos avanzar y mejorar en algo, es importante tener conciencia de cómo evolucionamos. La mejor forma de verlo es a través de la medición. “Lo que no se mide no se gestiona, no se logra” Conseguir algo exige medir, controlar:
Lo que no se controla, se descontrola.
Por esta razón te vamos a proponer unas métricas personales que te orienten en tu camino hacia la construcción de un Liderazgo Personal sólido, lo cual implica mantener a lo largo del tiempo un Índice de Autenticidad elevado.
El índice de autenticidad
El liderazgo personal viene marcado por el índice de autenticidad: grado de coherencia que existe entre lo que piensas, sientes dices y haces. Cuando este índice es alto, haces lo que dices y dices lo que haces.
Hay una correlación, esdadísticamente significativa, entre decir y hacer.
La coherencia personal, causa un gran impacto, tanto en uno mismo como
en los demás. Ni que decir tiene que si “los demás” forman parte del equipo o
grupo que nosotros lideramos ese impacto se traducirá en un respeto y
credibilidad. Después de un cierto tiempo de convivencia, las personas que nos
rodean y trabajan con nosotros suelen terminar, tarde o temprano, descubriendo
nuestro grado de coherencia y autenticidad. El respeto se lo otorgamos a aquellos
que llevan la autenticidad hasta sus últimas consecuencias.
Somos seres únicos, irrepetibles, con nuestros puntos fuertes y
nuestros puntos débiles. Nuestra
peculiar visión y forma de entender e interpretar el entorno es la mejor y más
solicitada aportación que podemos hacer al equipo. “Si tengo 10 y los diez
piensan igual me sobran 9”.
La aplicación en el día a día de nuestros puntos fuertes lleva a la
excelencia, al desarrollo del verdadero potencial y a destacar por encima de la
media. Todos aquellos que destacaron en algo, sobresaliendo de los demás,
adoptaron la estrategia de enfocarse en el desarrollo de sus puntos fuertes.
Por eso es importante construirte a tu medida. “La mejor medida del
éxito, es el éxito a tu medida”. Tienes
que ahorrar energía que ahora tal vez pierdas, tratando de dar una imagen
falsa de ti mismo. Esto nos lleva a construir nuestra propia caricatura a la
medida de los demás. Tienes que
mirar dentro de ti mismo, “la mirada interior” que te propondremos en el
apartado de auto conocimiento, descubrir tus puntos fuertes, reforzarlos
mediante la práctica y el aprendizaje, y encontrar o crear una actividad que
aproveche cotidianamente esos puntos fuertes, es decir, buscar o crear un
entorno en el que los puedas poner de manifiesto.
No hay que tratar de ser
completo, sino de ser excelente en lo propio. Se encuentra más fácilmente agua
en un desierto haciendo un hoyo lo suficientemente profundo que muchos hoyos
superficiales.
La empresa no sólo tiene que adaptarse al hecho de que cada persona es
diferente, sino que también tiene que capitalizar esas diferencias: debe buscar
las fortalezas de cada miembro de la organización para ubicarlo y desarrollarlo
de modo que se potencie al máximo. Se darán así las tres Cs del talento:
Capacidad, Compromiso y Contexto
El índice de autenticidad tiene mucho que ver con los ingredientes por
los cuales te das valor a ti mismo, por lo que entiendas por éxito. ¿Qué
entiendes por tal? ¿Crecimiento interior? ¿Número de valores que practicas? ¿Lo
que los demás digan de ti?
¿Por qué parámetros te valoras? Los parámetros por los que te concedes
valor a ti mismo son muy importantes. Einstein decía a sus alumnos: “Intenta no
convertirte en un hombre de éxito, sino más bien en un hombre de valor”. ¿Cómo
entiendes esta frase?
Imagen4:Elaboración propia
El ciclo dar
Nos aconsejaban los clásicos que un hombre debería tener siempre algo que hacer, alguien o algo a quién amar y, finalmente, algo que esperar. Si traducimos el “algo que hacer” por desarrollo personal y profesional alcanzado en un momento dado; “alguien a quién amar” por aportaciones que haces al entorno y contexto en el que te manejas; y “algo que esperar” por recompensas que tu recibes de ese entorno (LEY DE RECIPROCIDAD) podemos construir un perfil personal y unas métricas que nos pueden guiar en la vida, observando y siendo conscientes si hay una alta correlación entre las tres variables
Imagen 5: Elaboración propia
Le llamo el ciclo DAR y lo podemos resumir
de esta manera: si no creces: no puedes
dar; si no das: no recibes; si no
recibes: no das.
Fíjate que empieza
por ti, por el grado de desarrollo que tú alcances: Desarrollo – Aportaciones
– Recompensas.
¿Qué perfil te sale?
Date
una nota de cero a diez en cada uno de los ejes:
1.
Grado de Desarrollo que has alcanzado hasta este momento.
2.
Valor de las recompensas que haces a tu entorno
3.
Valor de las recompensas que tú recibes.
Dibuja tu perfil:
Imagen 6: Elaboración propia
Si el tema te interesa y si quieres profundizar te invito a ver el siguiente vídeo:
LIDERAZGO PERSONAL
https://youtu.be/64JT5NtJWcUhttps://youtu.be/64JT5NtJWcU
https://youtu.be/64JT5NtJWcUhttps://youtu.be/64JT5NtJWcU
Dios resucita todos los años
Si matar se ha convertido en una obra de arte, ya no
es posible saber cual es la fuente de nuestras lágrimas
La risa y el llanto tienen una expresión parecida en el rostro humano; en algunos casos ambas emociones producen lágrimas que son difíciles de saber si las provoca el que está riendo o el que está llorando. También suenan casi igual los gemidos que produce el dolor y el placer. De noche en la selva se oye una orgía de gritos, aullidos, rugidos y lamentos como si la oscuridad estuviera hirviendo. Son las fieras que están en su trabajo, unas cazan, otras se devoran, se aparean o se matan. Lo mismo hacen los insectos rodeados de flores y todos los peces en medio de los bancos de coral. Durante el sueño te despierta el silbido intermitente del mosquito que busca aterrizar en tu mejilla. Ese insecto está articulado como una obra de arte cuyo inexorable destino consiste en chuparte la sangre y al final lo hará si no lo matas. Cuando uno contempla como persigue el guepardo a la gacela se ve obligado a admirar la elasticidad de ese felino que se mueve como una prodigiosa máquina de matar, pero esa admiración va unida al horror que causa el ver cómo un bello animal ha sido descuartizado con toda crueldad e inocencia que no ha excluido la belleza y el rigor. Visto el mundo de esta forma, no es tan extraño que Leonardo da Vinci diseñara los cañones de César Borgia. Basta con visitar algún museo del ejército para percatarse de que todas las armas a lo largo de la historia han sido adornadas con magníficas obras de orfebrería. Los revólveres tenían culatas de nácar y los alfanjes nunca ocultaban en la deslumbrante trayectoria hacia el cuello de la víctima un resplandor de frutas, soles, animales o dioses finamente incrustados en la empuñadura. Los nazis, después de arrasar un pueblo, escribían en las paredes calcinadas: “No os lamentéis. Admiraros solamente”. Si la vida consiste en morir matando, si matar se ha convertido en una obra de arte que hay que admirar, ya no es posible saber cuál es la fuente de nuestras lágrimas. En medio de esta confusión es obligado resucitar en primavera como hace Dios todos los años.
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