sábado, 19 de octubre de 2024

DECÁLOGO DE AUTOGESTIÓN 5




Modelo SIDIDA:

El como satisfagas  tus necesidades SIDIDA, 
 marca el camino que te llevará a la CIMA

Si quieres saber más, te invito a ver el siguiente vídeo al cual puedes acceder pinchando en cualquiera de los dos siguientes enlaces:

https://www.facebook.com/watch/?v=452197862257656

https://www.facebook.com/JulioIglesiasRo/videos/452197862257656/


Este modelo nos va a permitir dar respuesta a las siguientes preguntas:


Qué nos  “mueve” en la vida


Por qué hacemos  lo que hacemos


Cuál es la fuente de nuestra  energía


Figura 1: Elaboración propia


Nos permitirá aclarar que nos novemos en función de nuestras necesidades. Sentimos carencia de algo (necesidad) y esto genera en nosotros impulsos, motivos (motivación) para ponernos en acción y satisfacerla. Ser consciente y saber  identificar qué es lo que motiva, y conocer  y analizar las variables que inician la conducta, es muy interesante por múltiples motivos.


 El comportamiento de las personas depende de las necesidades que éstas tienen. Trabajamos para satisfacer necesidades. Cuanta mayor intensidad tenga la necesidad y cuanto más relevante sea esta para el individuo, mayor será la intensidad con la que trabaje. Una persona está satisfecha con su trabajo en la medida en que éste contribuya a satisfacer sus necesidades. Una vez satisfechas las necesidades primarias, básicas o de supervivencia, se complica el tema de la motivación. Sigue teniendo su peso el dinero, pero este, por si sólo se queda corto a la hora de ponderar el ratio emocional. Puedes ganar mucho dinero y vivir con un BIS (Bienestar Individual Subjetivo). Por eso es de gran importancia otras cosas para producir satisfacción. Un contenido de trabajo que nos permita poner en juego nuestra iniciativa, autonomía, creatividad, responsabilidad, aprendizaje y auto desarrollo es, sin duda, una gran fuente de motivación. 


Figura 2: Elaboración propia


Una teoría de la motivación que no considere las necesidades emocionales de las personas, es una teoría que no puede explicar el comportamiento humano. El salario monetario debe ir acompañado de un salario emocional  digno que le permita a la persona la búsqueda de la satisfacción emocional e intelectual.Cada día mayor número de personas son conscientes de que hay emociones, sentimientos y sensaciones de bienestar que proporcionan una calidad de vida superior a la que pueda proporcionar la mera acumulación salarial, siempre, lógicamente,  que esta sea lo suficientemente digna.Personas que aspiran a cumplir aquella máxima de Confucio: 

“Busca el trabajo que te guste y no trabajarás ni un solo día” 
 

De lo expuesto anteriormente podemos concluir que sólo somos racionales en apariencia. En la vida real, ya sea en nuestra faceta social, familiar o laboral actuamos influenciados por un conjunto de emociones que marcan y determinan nuestra conducta.No siempre somos conscientes de su influencia. Normalmente estas emociones trabajan a bajo nivel, de forma que no somos conscientes de que estamos actuando bajo una de ellas. A veces su volumen es tan alto y su influencia tan notoria que nos llevan hasta el punto de trastornarnos completamente nuestra conducta racional.Todas las personas tenemos necesidades emocionales. Un entorno de trabajo que facilite la satisfacción de las mismas contribuirá a una mejora del auto concepto, de la salud emocional y al desarrollo de la inteligencia emocional. Si tenemos en cuenta que esta última justifica el 80% del éxito laboral, qué duda cabe que estamos en el buen camino y que un buen programa de motivación debería tener en cuenta estas necesidades emocionales.Un entorno de trabajo motivante ha de tener en cuenta las  necesidades emocionales SIDIDA.


Lo propio del ser humano es demostrar su valía y competencia para de ese modo fortalecer su auto estima. Esto lo logra teniendo éxito en aquellas actividades que realiza.

  

Figura 3: Elaboración propia
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La niña que me llevó al mar

La muerte se lleva con mi hermana Rosita la memoria de todos los días azules y confiados de mi niñez

 

MANUEL VICENT

20 OCT 2024 - 05:00 CEST

Aunque los primeros meses de mi vida los pasé en el mar, una dicha solar inconsciente interrumpida por la guerra, fue a los cinco años, un 29 de junio de 1941, festividad de san Pedro, cuando un labrador vecino de casa cumplió el rito que entonces abría el verano con el primer viaje a la playa. En su carro de labranza, a modo de tartana, fueron subiendo su mujer y sus hijas, una de ellas amiga de mi hermana Rosita, que fue invitada y yo también con ella. Mi memoria de un mar consciente con todas las sensaciones placenteras que resbalaban por la piel las llevo muy dentro unidas a mi hermana Rosita, que acaba de morir. Fue ayer. Sé muy bien por quién doblan las campanas. La muerte se lleva con ella el recuerdo de todos los días alegres, felices, confiados de mi niñez. Puede que fuera aquella vez en la playa cuando en el momento de partir me señaló una casa de pescadores blanca y azul y me dijo: “Allí vivíamos nosotros cuando empezó la guerra. Tú eras un niño de pañales y yo te bañaba en la orilla del mar”. De regreso al pueblo con el pelo áspero por el salitre, las sandalias llenas de arena y los labios hinchados por la sal quedé dormido en el regazo de mi hermana y desde el fondo del sueño oía las canciones que cantaban las niñas. “Una tarde fresquita de mayo cogí mi caballo y me fui a pasear”. Su muerte me ha obligado a abrir el álbum de fotos. Aquí está con sus amigas adolescentes paseando por la carretera a la sombra de los nogales: era sin duda la más guapa, con sus ojos azules trasparentes, la sonrisa siempre abierta. Aquí está con sus trenzas y un gran lazo en la espalda junto a la maestra y después bodas, fiestas, meriendas en la playa, mesas largas llenas de vasos y botellas y detrás de los manteles todo el mundo riendo feliz. Siempre la recordaré de niña en el mar con su falda floreada sentada a la sombra de una barca varada. Nunca borraré tu nombre, Rosita, de mi agenda por si necesito llamarte algún día.


domingo, 13 de octubre de 2024

MAYORES 10: Anticipación social de la muerte-1

  

 

 

MAYORES 10:

Anticipación social de la muerte-1 

 



 

“Los cartujos no hablan. Su regla es el silencio. Solo cuando se cruzan por el claustro encapuchados hasta las cejas, con las manos metidas en la manga contraria del hábito se les está permitido saludarse con estas palabras mirándose de soslayo. Uno dice: “Hermano, morir tenemos”. Otro contesta: “Ya lo sabemos". 

Manuel Vicent:  'Luz de vela' 

 

Si este diálogo se estableciera, en estos tiempos actuales, como costumbre en el colectivo de las personas mayores, que han pasado de ser respetadas a ser un estorbo, además de un coste insostenible de sus pensiones, según sostienen los predicadores apocalípticos que abundan en la actualidad, surgiría una tercera persona que añadiría: 


¡Pero sin que nadie empuje! 


El constructo cultural y social que las personas de nuestra época   se han formado sobre la vejez, considerándola como decadencia, decrepitud y humanos instrumentalizados e inservibles, es la forma más sibilina de condicionar e impedir a las personas que llegan a ella, el disfrutar de una vejez activa y gratificante. Los epítetos que se le aplican a los viejos son potentes fuerzas que derriban la autoestima de cualquier persona humana. La percepción social de los viejos como seres debilitados cognitivamente es otro atentado a su autoestima, la cual opera directamente sobre un potente término de la Psicología – “Indefensión aprendida”- y a su vez sobre otro dramático término de la sociología - “Anticipación social de la muerte”-. Hacerse una idea falsa de la vejez, compuesta a través de prejuicios y estereotipos, es una agresión a la identidad social de los viejos. No todos los viejos son vulnerables, dependientes e inútiles. Los prejuicios y estereotipos conducen a que muchos que aún no llegaron a la vejez ya empiecen y tenerle miedo a esta: La gerontofobia está más extendida de lo que creemos. 

"Murieron porque se les denegó el derecho a la vida y a la salud. Se les discriminó por edad y por dónde vivían. Se consideró que, si eran mayores, eran prescindibles. Insisto: no es posible llamarnos un Estado de Derecho sin que se haga justicia. Si no, estamos condenados a repetirlo. En la próxima pandemia volverá a pasar. Dejar morir a gente mayor sale gratis."[2] 

Si te interesa el tema y quieres saber más, te invito a leer:

LOS seis PILARES de la MORAL -2: CUIDADO 

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/3037712878605047999


Hay en el ecosistema social actual muchas formas de “empujar”: una de las más efectivas, la conceptualiza la sociología llamándole: 


“Anticipación social de la muerte”. 


Vamos, para entender el concepto, recurrir a la imaginación y desde ella diseñar el siguiente experimento mental:

Seleccionamos digamos 80 ancianos que tengan una semejante salud  física y mental. 

2.    Los dividimos en dos grupos y los ingresamos cada uno de los grupos en dos residencias distintas. 

3.    Ambas residencias son similares en lo referente a la comida y las condiciones ambientales. Lo que, si varía, significativamente, es el trato que le dan las personas que se ocupan de cuidar a los componentes de cada uno de los grupos de ancianos. Los cuidadores del grupo 1 recibieron instrucciones de que los trataran como personas mayores con muchas deficiencias que les complicaban mucho su autonomía y la vida en general. Los cuidadores del grupo 2 recibieron instrucciones de que los dejaran a su aire, moviéndose con libertad y sin estar permanentemente encima de ellos. 

4.    Supongamos que un anciano del grupo 1 se cae en el suelo de la sala. Un cuidador/a se dirige a él con premura y le reprocha que se mueva como si fuese una persona joven: “Tiene usted que tener mucho cuidado. Ud. ya es muy mayor y no puede moverse así con esa soltura". 

5.    Si se cae uno del grupo 2, se acerca un cuidador/a, lo levanta del suelo, y acto seguido, frotando un pie en el piso le dice al anciano: “Que horror, el suelo está muy resbaladizo. Voy hablar con lo persona que lo ha limpiado para que lo seque más a conciencia.” 

 

El mensaje que le llega a la persona del grupo 1 es que la culpa de caerse es suya, interna, que ya está muy limitado. El mensaje que le llega a la persona del grupo 2 es que la causa es externa, suelo resbaladizo y deficientemente seco. 

 

Los mayores del grupo 1 no solo tendrán un bienestar inferior al del grupo 2, sino que su autoeficacia quedará dañada, con todo lo que ello supone. 

 

 


Entendemos la autoeficacia como la estimación de la probabilidad subjetiva de realizar una acción con éxito; es la expectativa de que se puede alcanzar con éxito una conducta que es necesaria para lograr un objetivo. Ante un objetivo que nos haya o nos hayan establecido, lo primero que hacemos es calcular, subjetivamente, las probabilidades que tenemos de alcanzarlo. Si no nos vemos auto eficaces para lograrlo, nos boicoteamos a nosotros mismos, por lo que lo primero sería tratar de sacarnos de la cabeza esa auto creencia. 

 

La auto eficacia influye en la decisión de emprender la acción, en el nivel de esfuerzo implicado y en la persistencia de la conducta.Es fundamental para obtener éxito en la ejecución de una tarea y pone de relieve que no es suficiente con tener las habilidades necesarias: dos personas con las mismas habilidades para realizar una tarea pueden tener un rendimiento totalmente diferente en función de su auto eficacia, lo cual determinará el grado de motivación y el nivel de esfuerzo que aplicará a la realización de la tarea. 

Además de afectar a la motivación, la auto eficacia también afecta al bienestar psicológico, a la cantidad de estrés y depresión que una persona puede tolerar y al establecimiento personal de objetivos, de tal forma que, cuanto mayor sea la auto eficacia o “expectativa de eficacia personal”, más altos serán los objetivos que se marque una persona y mayor el compromiso y la implicación con ellos.Cuanto mayor sea la auto eficacia, mayor será el esfuerzo que pondrá una persona en conseguir los objetivos. Así de este modo actúa como un motivador para la acción y facilita la adaptación a un determinado contexto. 


Las personas el grupo 1, no solamente tendrán un envejecimiento más complicado que los del grupo 2, sino que, además, es probable que acaben muriéndose unos cuantos años antes que los del grupo 2. De aquí viene lo de la “anticipación social de la muerte". 


 La auto eficacia tiene una gran incidencias a todo lo largo del ciclo vital de las personas, pero, sobre todo, es muy importante en la vejez. Las personas que no llegaron a la edad de viejos, suelen desconfiar de las percepciones y de los criterios de los mayores. Al mismo tiempo, estos también empiezan a ser conscientes de que su mundo cognitivo es de distinta calidad  del que disfrutaban cuando eran más jóvenes. Generalizar estás creencias y ponerlas en práctica con todos los mayores en general, lleva inexorablemente a que estos últimos tengan su auto eficacia por los suelos. Su nivel de adaptación a su vejez y a las circunstancias derivadas de la misma. Si su meta era vivir los años que les quedan por delante con un determinado nivel de bienestar, después de estas “terapias” las probabilidades subjetivas que calculan anticipadamente de lograrlo, son nulas, bajan sus expectativas y se consolida el fenómeno de la profecía auto cumplida. 

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo se refiere a la forma de pensar -estereotipos-, sentir -prejuicios- y actuar -discriminación- con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad. 


Un  dramático  caso de Discriminación de los mayores   

 “A mediados de marzo de 2020, los mayores quedaron atrapados en las residencias. El coronavirus comienza a aniquilarlos por miles, pero no hay espacio para ellos en los hospitales de Madrid porque las autoridades han recomendado a los médicos reservar las camas para el resto de la población. En una pequeña sala de un hospital a las afueras un grupo de médicos piensa que esta decisión es horrible y prepara una respuesta. Este relato periodístico indaga en el dolor de los afectados y muestra, con material inédito, la actuación de los políticos que estaban al mando durante aquellos días” [3] 


Si te interesa el tema y quieres saber más, te invito a leer:

LOS seis PILARES de la MORAL -2: CUIDADO 

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/3037712878605047999




Sin la  ética del cuidado volvemos a las cavernas 

Si quieres saber más te invito a leer:

MAYORES 11:

Anticipación Social de la Muerte 2

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/2843714223781088046

Referencias Bibliográficas 

 1 ManuelVicent., “Luz de vela”


 2 https://elpais.com/elpais/2018/10/13/opinion/1539442223_742924.html 



 [3]Amnistía Internacional exige reabrir los casos archivados de los muertos por Covid en residencias. PABLO RECIO / LAURA MORO 

JUEVES 26 DE ENERO DE 2023

 

4. https://www.65ymas.com/actualidad/amnistia-internacional-reabrir-muertes-covid-residencias_47273_102.html 


 [5]https://     Podcast:Puedes escucharlo aquí:  https://elpais.com/especiales/2021/covid-19-en-las-residencias-de-ancianos/

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COLUMNA

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La siesta del fauno

Si uno es rey debe saber que hace un millón de años los primates ya conocían el lado de desvalimiento que tiene el sexo

 

MANUEL VICENT

13 OCT 2024 - 05:00 CEST

Se supone que durante millones de años los homínidos copularían al aire libre desprevenidos como el resto de los animales, pero en la historia de la evolución llegó un momento en que alguno de aquellos primates decidió esconderse a la hora de aparearse. No sería por pudor. Tal vez comenzó a intuir que, durante el coito, llevado por la ceguera del instinto, se sentía muy vulnerable. Durante el acto sexual había que bajar la guardia y dejar la espalda a merced de cualquier clase de peligro. Podía atacarle una fiera, podía un enemigo de la tribu contraria pegarle un garrotazo en el cogote y terminar así con la fiesta. Probablemente sería la hembra, más precavida, la que con el tiempo llevaría al macho hacia un escondrijo o se mostraría más receptiva si se sentía protegida por la oscuridad de la noche. Después de miles de años los humanos son los únicos entre todos los demás animales a quienes, salvo a algunos muy depravados, no les gusta que les sorprendan copulando y menos que se convierta esta actuación en un espectáculo. Por eso en el sexo consentido, más allá de toda moral, lo primero que hay que procurar es que no te pillen. Ignoro el motivo, pero es evidente que el sexo da mucha risa. Lo saben muy bien los humoristas. Basta con una insinuación que ataña a los genitales para que la gente rompa en carcajadas. “El sexo es sucio siempre que se haga bien”, dice Woody Allen. Aunque entre los amantes se establezca un amor muy delicado, digno de Petrarca, el sexo tiene siempre un lado ridículo. Reyes y villanos, sabios e idiotas, poetas y gañanes, todos llegan a la cima del placer de forma parecida. Sería terrible que en el orgasmo también hubiera clases. Cualquier villano puede ir a casa de su amante, ponerse la gorra del revés para hacer una paella seguida de una siesta del fauno, pero si uno es rey debe saber que hace un millón de años los primates ya conocían ese lado de desvalimiento que tiene el sexo. Si te pillan, no tendrá el pueblo mejor espectáculo.

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Aclarando conceptos

La lectura de las columnas de Manuel Vicent siempre me exigen aclarar algunos conceptos desconocidos por mi. Menos mal que podemos recurrir a Google

 Según la RAE Fauno:

1.Semidiós de los campos y selvas

2. Hombre lascivo

Según Wikipedia. “Fauno fue adorado en dos roles diferentes: como el dios de los campos y los pastores, y como una divinidad oracular y profética. Como deidad rústica, era un espíritu del bosque, las llanuras y los campos, y cuando hacía fértil al ganado se le llamaba Inuo (en latín, Innuus).”