El viento y la política
Hay muchas clases de vientos, cada
uno de ellos con unas características determinadas en función de variables
tales como dirección, intensidad, carga de humedad,
velocidad, temperatura, etc. Cada uno de los vientos tiene su propio nombre.
Lo más relevante, para mí, es la influencia
que tienen en la mente de las personas y, más concretamente, con las
perturbaciones mentales que pueden generar.
“Todos los vientos constantes ejercen mucho poder sobre los cerebros de la
gente que habita bajo su jurisdicción. Causan depresión, nerviosismo, cierto
tipo de locura, pero también excitan la creatividad y engendran genios
universales.”
Catavientos
https://elpais.com/opinion/2022-05-15/catavientos.html
Los que nacimos y vivimos la mayor parte
de nuestra vida en Galicia, sin duda
escuchamos decir a alguien, a modo de saludo, algo así como “Hoxe hai que
ter coidado, que fai un vento solano que volve e un turubelo”
Esta sabiduría popular que podría parecer
a primera vista mera palabrería, la apoya en una ciencia multidisciplinar
llamada biometeorología y, más concretamente, dentro de ella, la biometeorología
psiquiátrica.
¿La aplicarán los políticos y la tendrán en cuenta a la hora de fijar
determinados acontecimientos, entre
ellos las fechas electorales?
Sería curioso que, a través de esta ciencia, pudiéramos explicar, racionalmente, determinados comportamientos, totalmente anómalos, como el que nos menciona Vicent:
LA CORROSIÓN DEL LENGUAJE
https://neuroforma.blogspot.com/2017/01/la-corrosion-lenguaje-sinconciencia.html
Si hablamos
de viejos, decíamos, hablamos de jubilados, de personas que viven, fundamentalmente, de su pensión y que recuerdan el timo del 0,25%,
con el que querían convencer a los
viejos que así las pensiones no perdían poder adquisitivo. Los viejos, no
afectados por el solano, son plenamente conscientes de que dado que todos los
recursos son limitados es necesario priorizar. También son plenamente conscientes, y de que cómo prioriza un gobierno es un indicativo fiable y significativo de
sus inquietudes.
¿Priorizará el PP al colectivo de pensionistas?
A las personas que se ven muy afectadas por los peligrosos vientos, la ciencia les llama «meteosensibles». Como nos dice un refrán gallego: "Vento solano, lévello o diaño."
“En el Código Penal de algunos países constituye un atenuante si alguien
comete un crimen mientras sopla con furia una determinada clase de viento.”Manuel
Vicent
Esperemos, que el día de las elecciones, los vientos sean propicios a defender los derechos de los pensionistas, y no salga un partido que se salte a la torera la ley (revalorización de las pensiones en función del IPC real). Si ello ocurre, no debería ningún código penal en ningún país encontrar ningún atenuante para semejante delito.
Leer:
LA
PESADILLA DE LAS PENSIONES: opiniones, datos y acciones
https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/la-pesadilla-de-las-pensiones-opiniones.html
Fuente de las tablas: Elaboración propia
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Catavientos
Se llama aventura a ese desafío que te depara el
viento y que en este caso es el cabreo de la gente con una papeleta en la mano
En
el estrecho de Gibraltar siempre sopla el viento, unas veces de levante, otras
veces de poniente; el que viene de levante es cálido, el que viene de poniente
es fresco, así será un día y otro mientras exista el Estrecho. En el golfo de
León sopla la tramontana, un viento frío y turbulento del norte o noreste que
se abate con rachas violentas sobre el Ampurdán y las islas Baleares. El cierzo
es un viento seco y frío que sopla canalizado por el valle del Ebro cuando
coincide una borrasca en el Mediterráneo con un anticiclón en el Cantábrico.
Todos los vientos constantes ejercen mucho poder sobre los cerebros de la gente
que habita bajo su jurisdicción. Causan depresión, nerviosismo, cierto tipo de
locura, pero también excitan la creatividad y engendran genios universales. En
el Código Penal de algunos países constituye un atenuante si alguien comete un
crimen mientras sopla con furia una determinada clase de viento. El viejo
marinero que me enseñó a navegar me dijo que cuando sintiera que el viento
atravesaba mi cuerpo antes de que inflara la vela en ese momento podía
considerarme un navegante. Se llama tramontana porque llega de más allá de los
montes, siroco porque proviene de Siria, gregal porque sopla de Grecia, llebeig o
lebeche porque llega de Libia. Son nombres que se corresponden con la isla de
Malta, llamada en la Odisea el ombligo del Mediterráneo, y han
llegado a nosotros por los navegantes genoveses y sicilianos. El viento siempre
es una enseñanza, que también se puede aplicar a la política. Hace unos años la
cólera de los jóvenes fue un vendaval que llevó a la izquierda al Gobierno.
Ahora el viento ha rolado y es la indignación de los viejos, la racha que puede devolver a la derecha de
nuevo a La Moncloa. Se llama aventura a ese desafío que te
depara el viento y que en este caso es el cabreo de la gente con una papeleta
en la mano.
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