domingo, 15 de mayo de 2022

EL VIENTO Y LOS POLÍTICOS

 


El viento y la política


"El pesimista se queja del viento, 
el optimista espera que cambie, 
el realista ajusta las velas.”
William George Ward


Hay muchas clases  de vientos, cada uno de ellos con unas características determinadas en función de variables tales como dirección,  intensidad, carga de humedad, velocidad, temperatura, etc. Cada uno de los vientos tiene su propio nombre.

Lo más relevante, para mí, es la influencia que tienen en la mente de las personas y, más concretamente, con las perturbaciones mentales que pueden generar.

“Todos los vientos constantes ejercen mucho poder sobre los cerebros de la gente que habita bajo su jurisdicción. Causan depresión, nerviosismo, cierto tipo de locura, pero también excitan la creatividad y engendran genios universales.”

Catavientos

MANUEL VICENT

15 MAY 2022 - 05:00 CEST

https://elpais.com/opinion/2022-05-15/catavientos.html

 

Los que nacimos y vivimos la mayor parte de nuestra vida en Galicia,  sin duda escuchamos decir a alguien, a modo de saludo,  algo así como “Hoxe hai que ter coidado, que fai un vento solano que volve e un turubelo”

Esta sabiduría popular que podría parecer a primera vista mera palabrería, la apoya en una ciencia multidisciplinar llamada  biometeorología y,  más concretamente, dentro de ella, la biometeorología psiquiátrica.

¿La aplicarán los políticos  y la tendrán en cuenta a la hora de fijar determinados acontecimientos,  entre ellos las fechas electorales?

Sería curioso que, a través de esta ciencia,  pudiéramos explicar, racionalmente, determinados comportamientos,  totalmente anómalos, como el que  nos menciona Vicent:

 “El viento siempre es una enseñanza, que también se puede aplicar a la política. Hace unos años la cólera de los jóvenes fue un vendaval que llevó a la izquierda al Gobierno. Ahora el viento ha rolado y es la indignación de los viejos, la racha que puede devolver a la derecha de nuevo a La Moncloa. Se llama aventura a ese desafío que te depara el viento y que en este caso es el cabreo de la gente con una papeleta en la mano.”

 Si hablamos de viejos (hay que dejar de lado eufemismos del tipo “tercera edad”,  “personas mayores”, etc.)  Los fines  del eufemismo es el engaño: Disfrazar lo feo de bonito o neutro; disfrazar lo fácil de complicado; disfrazar la vacuidad de palabrería; disfrazar lo concreto de vaguedades.

 Leer: 

LA CORROSIÓN  DEL LENGUAJE

https://neuroforma.blogspot.com/2017/01/la-corrosion-lenguaje-sinconciencia.html

 

Si hablamos de viejos, decíamos,  hablamos de jubilados, de personas que viven, fundamentalmente,  de su pensión y que recuerdan el timo del 0,25%,  con el que querían convencer a los viejos que así las pensiones no perdían poder adquisitivo. Los viejos, no afectados por el solano,   son plenamente conscientes  de que dado que todos los recursos son limitados es necesario priorizar. También son plenamente conscientes,  y de que  cómo prioriza un  gobierno es un indicativo fiable y significativo de sus inquietudes.

¿Priorizará el PP  al colectivo de pensionistas?

A las personas que  se ven muy afectadas por los peligrosos vientos, la ciencia les llama «meteosensibles». Como nos dice un refrán gallego: "Vento solano, lévello o diaño."

“En el Código Penal de algunos países constituye un atenuante si alguien comete un crimen mientras sopla con furia una determinada clase de viento.”Manuel Vicent

Esperemos, que el día de las elecciones,  los vientos sean propicios a defender los derechos de los pensionistas, y no salga un partido que se salte a la torera la ley (revalorización de las pensiones en función del IPC real). Si ello ocurre,  no debería ningún código penal en ningún país encontrar ningún atenuante para semejante delito.

Leer:

LA PESADILLA DE LAS PENSIONES: opiniones, datos y acciones

https://neuroforma.blogspot.com/2018/03/la-pesadilla-de-las-pensiones-opiniones.html








Fuente de las tablas: Elaboración propia

-------------------------------------------------------------------------------------------------------


Catavientos

Se llama aventura a ese desafío que te depara el viento y que en este caso es el cabreo de la gente con una papeleta en la mano

 

MANUEL VICENT

15 MAY 2022 - 05:00 CEST

En el estrecho de Gibraltar siempre sopla el viento, unas veces de levante, otras veces de poniente; el que viene de levante es cálido, el que viene de poniente es fresco, así será un día y otro mientras exista el Estrecho. En el golfo de León sopla la tramontana, un viento frío y turbulento del norte o noreste que se abate con rachas violentas sobre el Ampurdán y las islas Baleares. El cierzo es un viento seco y frío que sopla canalizado por el valle del Ebro cuando coincide una borrasca en el Mediterráneo con un anticiclón en el Cantábrico. Todos los vientos constantes ejercen mucho poder sobre los cerebros de la gente que habita bajo su jurisdicción. Causan depresión, nerviosismo, cierto tipo de locura, pero también excitan la creatividad y engendran genios universales. En el Código Penal de algunos países constituye un atenuante si alguien comete un crimen mientras sopla con furia una determinada clase de viento. El viejo marinero que me enseñó a navegar me dijo que cuando sintiera que el viento atravesaba mi cuerpo antes de que inflara la vela en ese momento podía considerarme un navegante. Se llama tramontana porque llega de más allá de los montes, siroco porque proviene de Siria, gregal porque sopla de Grecia, llebeig o lebeche porque llega de Libia. Son nombres que se corresponden con la isla de Malta, llamada en la Odisea el ombligo del Mediterráneo, y han llegado a nosotros por los navegantes genoveses y sicilianos. El viento siempre es una enseñanza, que también se puede aplicar a la política. Hace unos años la cólera de los jóvenes fue un vendaval que llevó a la izquierda al Gobierno. Ahora el viento ha rolado y es la indignación de los viejos, la racha que puede devolver a la derecha de nuevo a La Moncloa. Se llama aventura a ese desafío que te depara el viento y que en este caso es el cabreo de la gente con una papeleta en la mano.

 

 

 

 

 







No hay comentarios:

Publicar un comentario