domingo, 5 de enero de 2025

CONSTRUYENDO LÍDERES: Liderazgo personal 4

 


Liderazgo Personal 4

Un liderazgo de cualquier tipo (organización, social, político), se sustenta en un liderazgo personal. No puedes liderar a nadie si no te lideras a ti mismo.

¿Tienes la sensación de gobernar las decisiones que tomas en la vida y en el trabajo?

El liderazgo personal viene marcado por el índice de autenticidad: grado de coherencia que existe entre lo que piensas, sientes y haces. Cuando este índice es alto, haces lo que dices y dices lo que haces.

La necesidad de legitimarse y posicionarse frente a los demás hace imprescindible que uno se perciba como auténtico y leal a sus principios.

El respeto dentro del equipo sólo lo consiguen aquellos que llevan la autenticidad a sus últimos términos. Las personas que nos rodean y trabajan con nosotros suelen terminar, tarde o temprano, descubriendo nuestro grado de autenticidad.

Nuestra peculiar visión y forma de entender e interpretar el entorno es la mejor y más solicitada aportación que podemos hacer al equipo. “Si tengo 10 y los diez piensan igual me sobran 9”.

La excelencia está ubicada en la aplicación de los talentos naturales de cada persona, aquellas pocas cosas que uno hace mejor que nadie. Cada uno las suyas, en una combinación personalísima que constituye el verdadero potencial de crecimiento. Para ello tienes que construirte a tu medida. Tienes que liberar  energía que ahora tal vez pierdas, tratando de "parecerte a X", "emular a Y", "tener igual que Z", o "conseguir igual que B". Esto nos lleva a construir nuestra propia caricatura a la medida  de no se sabe quién. Cada persona debe mirar dentro de sí misma, descubrir sus mayores talentos, reforzarlos mediante la práctica y el aprendizaje, y encontrar o crear una actividad que aproveche cotidianamente esos puntos fuertes. No hay que tratar de ser completo, sino de ser excelente en lo propio. Se encuentra más fácilmente agua en un desierto haciendo un hoyo lo suficientemente profundo que muchos hoyos superficiales. (Ver en Introducción al Management: Centrarse en los puntos fuertes).

La empresa no sólo tiene que adaptarse al hecho de que cada persona es diferente, sino que también tiene que capitalizar esas diferencias: debe buscar las fortalezas de cada miembro de la organización para ubicarlo y desarrollarlo de modo que se potencie al máximo. Para ello lo primero es corregir dos hipótesis erróneas y muy extendidas sobre el personal:

    1. Toda persona puede aprender a ser competente en prácticamente cualquier campo.

    2. El mayor potencial de crecimiento se encuentra en las áreas de mayor debilidad.

Estas dos opiniones erróneas deben ser sustituidas por las dos siguientes:

    1. Los talentos de cada persona son únicos y duraderos.

    2. El mayor potencial de crecimiento está en los puntos fuertes.

  Las empresas deben  utilizar el principio de aprovechamiento de los puntos fuertes para lograr los impactos más importantes relacionado con las personas.  Tenerlo en cuenta en la selección de personal, en la formación, en el diseño de puestos de trabajo, en la asignación de los mismos, en la valoración del rendimiento y en el análisis de potenciales.

 ¿Cómo descubrir el talento personal para identificar el mayor potencial de crecimiento personal? Una forma segura y sencilla de hacerlo es probando una actividad para ver cuánto tardas en dominarla, a qué velocidad superas los hitos de aprendizaje de la misma y cuantas cosas descubres por ti mismo sin que nadie te las enseñe; ver si la concentración en ella es tal que pierdes la medida del tiempo: lo que el psicólogo Mihalyi Czikszentmihalyi llama el “flow”: “Cuando más contento está el ser humano, es al estar activamente ocupado con una tarea, donde deba utilizar todas sus fuerzas físicas y emocionales. Entonces se encuentra en “flow”, un estado de conciencia extraordinario, en donde concentra toda su energía en una sola meta y deja de lado las preocupaciones cotidianas”.  

Aprende a descubrirte, invierte en ti,  aprende a ser tu mismo y descubrirás tus  puntos fuertes y  tus auténticos valores, los que dan sentido a tu vida los que te enfocan  guían para saber lo que tienes que hacer en cada momento.

Algunos conceptos:

LIDER: persona que logra resultados:

            1. Por sí mismo si hablamos de liderazgo personal

            2. A través de otros si hablamos de liderazgo organizacional.

LIDARAZGO: Es crear cohesión y resultados en un grupo humano de forma que ambos sean sostenidos en el tiempo. Crear y dirigir procesos de cambio que mejoren la posición actual de cohesión y eficacia.

MANAGEMENT: el arte de transformar los conocimientos en resultados.

RESULTADOS: La respuesta adaptativa la medio.

CONOCIMIENTOS: el recurso actual más importante en la era actual que no es ni la agrícola ni la industrial, sino la del conocimiento. Es la materia prima de la sociedad actual.

RECURSOS: con qué cuento para lograr los resultados

MOVILIZACIÓN: cómo utilizar lo que tengo para conseguir lo que quiero (resultados)

AUTO MANAGEMENT: movilización de los recursos propios.

MANAGEMENT: movilización de mi equipo

Imagen 1: Elaboración propia


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Nos plantea hoy Manuel Vicent un dilema entre la bomba nuclear y el sol en el supuesto que este fuese dios.

También podría haber titulado su columna de hoy así:

Riesgo, Certeza e Incertidumbre, con lo cual, muchos nos haríamos ‘una empanada mental’ en estos tiempos en los cuales es muy normal que emitamos juicios falsos creyéndolos verdaderos. Se nos pasa por alto que solamente la verdad de las premisas lleva a la verdad de la conclusión (“validez deductiva”) y a la emisión de juicios verdaderos. Si hablamos de razonamiento inductivo, si las conclusiones presentan un grado de probabilidad determinado (“fuerza inductiva”).   Otras veces confundimos los hechos con las opiniones. Esto da como resultado que nos lancemos a hacer afirmaciones basadas en opiniones que pretenden convertirse en hechos. De nuevo se nos pasa por alto, que los hechos deben dar lugar a las opiniones; las opiniones no dan lugar a los hechos. Otras veces, desde un estado de ignorancia (ausencia de conocimientos con respecto a algo) emitimos juicios bajo la etiqueta de certeza (afirmar algo sin temor a equivocarse) lo cual da como resultado el error, tomando lo verdadero como falso y lo falso como verdadero.

Los errores y los sesgos en el razonamiento aparecen cuando nos saltamos las reglas de la lógica, las cuales, en el razonamiento deductivo, nos permiten saber si a partir de unas premisas podemos inferir unas conclusiones válidas o inválidas.  Si hablamos de razonamiento inductivo, no tenemos en cuenta el teorema de Bayes, el cual nos permite obtener la probabilidad de una conclusión ante un conjunto posible de conclusiones alternativas (“fuerza inductiva”).Recurrir a la lógica para elaborar pensamientos claros, pensamientos que expresen, nítidamente,   de modo directo y sin subterfugios  la realidad a la que se refieren, es casi un “pecado”.  Para los manipuladores, para sus intereses, viene mejor fomentar pensamientos confusos (todos los días tenemos numerosos ejemplos de este tipo de pensamientos): fue muy comentado, y valga como ejemplo, el “y su indemnización se ha satisfecho en diferido”.

Como, a mi juicio, pone muy bien hoy Manuel Vicent, la incertidumbre siempre es más confusa que el riesgo.  

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Columna


Bomba nuclear o dios

Si el sol fuera un dios uno podría pedirle algunos favores: que su luz nos regale un pequeño placer cada día, alguna aventura, alguna pasión incontrolada, que por una vez liberara a nuestro planeta de su órbita y lo dejara vagar suelto por el universo

 Manuel Vicent

05 ENE 2025 - 05:00 CET

Ante esta nueva luz que cada año, como regalo, nos traen los Reyes Magos existen dos opciones: creer que el sol es una bomba de hidrógeno o que es todavía un dios como creían los antiguos egipcios, al que se debe adorar. En cualquier caso, se trata de una actitud ante la vida. Si se admite que el sol es solo una bomba nuclear que obliga a nuestro planeta a dar vueltas a su alrededor de forma inexorable atado a su órbita, esclavo de la ley de la gravedad que rige en todo el universo, es difícil imaginar que uno pueda ser libre mientras ninguno de los miles de millones de astros de todas las galaxias lo es. En ese caso una vida humana equivale en dar a lo sumo 90 y tantas vueltas en torno a esa bomba de hidrógeno hasta que el destino te obligue a bajarte de la noria. En ese viaje apenas hay sorpresas. Uno sabe más o menos lo que va a suceder a lo largo del año. Puedes jurar que volverán las oscuras golondrinas en tu balcón los nidos a colgar, una y otra vez y así todo, siempre lo mismo, siempre igual, el ciclo de la savia, los almendros en flor, los cataclismos, el polen en la primavera, los bombardeos, el mar unas veces con olas de dulzura y otras tragándose como un monstruo a los náufragos, los otoños con aguaceros y hojas amarillas. Si el planeta no es libre, si las semillas, las plantas, los árboles, los animales tampoco no lo son, ¿por qué lo ibas a ser tú? En cambio, si el sol fuera un dios uno podría pedirle algunos favores: que su luz nos regale un pequeño placer cada día, alguna aventura, alguna pasión incontrolada, que por una vez liberara a nuestro planeta de su órbita y lo dejara vagar suelto por el universo. Puede que solo entonces nuestros sueños se harían realidad. Las almas de los muertos, en lugar de abrasarse, se convertirían en cosmonautas capaces de alcanzar y conquistar otras galaxias. Si el sol fuera un dios habría que pedirle sobre todo que la muerte no nos coja confesados para seguir fingiendo que somos efímeros pero libres.

domingo, 29 de diciembre de 2024

Construyendo Líderes: Visión de helicóptero del liderazgo 3

 

Imagen 1: Elaboración propia

 

Imagen 2: Elaboración propia

Entendiendo el Contexto 

Nada tiene sentido si no lo ubicamos dentro de un contexto, 
por ello recomiendo comenzar visionando el siguiente vídeo. (Tarda unos segundos en aparecer, después de activar el enlace)

         VISIÓN DE HELICOPTERO DEL LIDERAZGO

https://youtu.be/64JT5NtJWcUhttps://youtu.be/64JT5NtJWcU


Imagen 3: Elaboración propia

EL CASO: Jaime

Juan Duque, se sentía un tanto confuso. Había asistido a lo largo de su vida laboral a muchos cursos de Habilidades Directivas y Liderazgo, había leído multitud de artículos y libros sobre el mismo tema y, ahora, que quería aplicar en el día a día los mejores enfoques de liderazgo, no sabía por dónde empezar.

Decidió hablarlo con Jaime Jate, pues, sin duda, este tendría su propia opinión sobre el tema y, seguro –pensaba Juan-,  que sería una opinión muy valiosa e interesante.

- Si los árboles no te dejan ver el bosque – le dijo Jaime- ¡Elévate!

 

-¿Recuerdas aquella escena de la película “El club de los poetas muertos” en la que Robín Williams, que hacía el papel del  profesor Keating, les hizo subir a sus alumnos de literatura a la mesa del profesor y ponerse en píe sobre ella:

            -¿Por qué he subido aquí?  ¿Quién lo sabe?

            -Para sentirse más alto – le respondió un alumno-

- No. Me ha subido a la mesa para recordarme que debemos mirar constantemente las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde arriba. Si no me creen, vengan a comprobarlo.

- Cuando ustedes crean que saben algo, deben mirarlo de un modo distinto… Cuando lean no consideren solo lo que piensa el autor: consideren lo que piensen ustedes.

 

- Alguien, que no recuerdo en este momento quién – prosiguió Jaime- habló del “segundo diluvio” para referirse a que nos están ahogando con un exceso de información. Si quieres volver idiota a alguien no lo hagas ocultándole información;  dale mucha información que no sabe cómo procesar, no sabe diferenciar el grano de la paja, lo que es útil de lo que no sirve para nada.

 

Juan Duque quedó un tanto sorprendido por estas ideas de Jaime. Creía que realmente no le faltaba razón. Un líder, si quería ser tal, tenía que tener, necesariamente, ideas claras y propias, fruto no sólo de lo que había leído y vivido, sino, sobre todo, fruto de sus propias reflexiones. Recordaba haberle escuchado decir en otras ocasiones a Jaime que la experiencia no es cuestión de años y de haber vivido muchas situaciones, sino, de las conclusiones personales que se han sacado de esos años y de esas situaciones: “una cosa son veinte años de experiencia y otra, muy distinta, un día repetido veinte años”.

 

Jaime quedó en enviarle un correo electrónico con unas ideas que él llamaba “Visión de helicóptero del Liderazgo”, que según él, sintetizaban los conceptos más importantes que un líder debería 

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Conocimientos más práctica.

 El liderazgo, a nuestro juicio, no es un “arte intuitivo “, en el sentido de que pones a cualquier persona en un puesto y este ya ejerce de líder. No. El que  quiera convertirte en líder debe planificar detalladamente esa aspiración y ponerse “manos a la obra”.

Tampoco te vas a convertir en líder simplemente leyendo muchos libros sobre el tema. La lectura es importante, entre otras cosas,  para adquirir unos conocimientos, pero,  lo que realmente aporta un valor añadido no es el conocimiento en sí mismo, sino,  la aplicación de ese conocimiento. 

Tenemos,  entonces, ya dos cuestiones: por un lado la adquisición de los conocimientos necesarios para ser un líder y, por otro lado, el llevar a la práctica esos conocimientos.


¿Cómo adquirir los conocimientos?


Lo primero a considerar es que estamos asistiendo a lo que alguien llamó el “segundo diluvio” informativo el cual nos está “ahogando”, no con agua, sino, con un exceso de información.

Si te limitas a leer por leer todo lo que encuentres sobre liderazgo sin saber distinguir el grano de la paja, lo que es útil de lo que no lo es, lo que es aplicable de lo utópico, lo práctico de lo meramente teórico, en definitiva, lo que aporta resultados de lo que simplemente nos hace perder el tiempo,  no sólo no avanzarás en la adquisición de la competencia de liderazgo, sino que retrocederás por aquello de “nunca tanta información, nunca tanta confusión”.

La estrategia para volver ignorante a alguien, no es hoy ocultándole información, sino, justamente la contraria: dándole un exceso de  información que él no sabe procesar en el sentido que acabamos de exponer.

Un ejemplo de esto que estamos hablando: vete a Google, introduce la palabra líder y observa el número de enlaces o resultados que te salen. Yo lo hice hoy, 4 de agosto del 2008,  y me salen 70.400.000. 

 Los “espacios de atención

¿Cómo protegerse de este “segundo diluvio”?

Yo utilizo desde hace mucho tiempo dos mecanismos:

1. Seleccionando a lo que presto atención, en general.

2. Empleando filtros de selección de la información, en concreto.

 

Con respecto al primero es necesario ser conscientes de que vivimos en un mundo  en el que se nos reclama la atención constantemente. Todo el mundo llama a la puerta de entrada de nuestro cerebro: la atención.

 

Randall Collins en su obra Sociología de las filosofías: una teoría global del cambio intelectual, Hacer Editorial, 2005, sostiene que el conocimiento nace y se transmite a través de grupos que comparten “espacios de atención”, es decir, colectividades de seguidores.

 

La realidad es aquello hacia lo que focalizamos la atención. Por eso, mantener el control sobre nuestra atención, en un mundo en el que un batallón de estímulos compiten por despojarnos de ella, exige un arduo trabajo.

Estar atentos significa que nosotros mismos determinamos nuestra calidad de vida conservando el control de lo que tenemos en la mente.

 

Los filtros

Con respecto a lo segundo, a los filtros  de selección de la información, es bueno emplear lo siguiente:

Buscando lo útil

 Hay que buscar aquello que nos sea de utilidad: es decir, que esté orientado a los resultados, que el valor de utilidad de las ideas que nos queden y de las herramientas desarrolladas sea elevado y, también, que tengan  un alto grado de aplicabilidad  dentro de nuestro día a día.  Las teorías sirven de poco si no nos ayudan a mejorar nuestra práctica cotidiana.

Dar valor a lo que nos convence

Aquello que nos convence   nos ayuda a asumir el auto desarrollo como  una de las metas  en nuestra vida. Para ello hace falta motivación  por la formación y entender que el desarrollo es siempre, y fundamentalmente, auto desarrollo, en el sentido de que cada uno debe convertirse en actor y motor de su propio desarrollo. Lo sintetiza muy bien la siguiente  frase: “diseña tu futuro, pues, es en donde pasarás el resto de tu vida”. Esto supone, entre otras cosas, que las ideas de la formación las hagamos nuestras, dándoles sentido, practicándolas y diseñando planes de aprendizaje. El conocimiento no es una herramienta; la práctica sí. Si algo te convence es más probable que te haga reaccionar y te lleve a la acción.






La importancia de la reflexión.

La práctica de la reflexión. Es la cualidad que más nos diferencia de otros animales no tan evolucionados: la capacidad de salirse de uno mismo y reflexionar sobre sí mismo. Esto nos dio a los humanos una ventaja evolutiva de primordial importancia. Sólo tenemos experiencia sobre las cosas que hemos reflexionado. El aprendizaje es ser consciente (reflexión) de lo que ha resultado eficaz para resolver un problema, para adaptarse a una situación determinada, para salir con éxito de una dificultad. El aprendizaje eficaz, es el resultado de razonar acerca del propio comportamiento. Muchas personas no sólo no saben cómo aprender, sino que ni siquiera son conscientes de que resulta necesario. Conciben el aprendizaje como una resolución de problemas concretos ante situaciones concretas, sin darse cuenta que detrás del aprendizaje subyace una actitud de autocrítica como forma de abordar y mejorar el día a día. El verdadero aprendizaje conlleva un trabajo de introspección, de reflexión, orientado a la crítica del propio comportamiento. El aprendizaje sólo empieza cuando la gente admite que no sabe; algo muy difícil, en general y,  todavía más difícil,  para ciertas personas en particular.

También es necesaria la reflexión para  desaprender. ¿Qué es desaprender?. Como nos dice Manuel Vicent en su columna de hoy:

 “Durante esa travesía, el joven se pregunta por qué está vivo, qué sentido tiene levantarse de la cama cada mañana, qué hay más allá de los sueños. El viejo sabe de qué se trata.”.

 Ha aprendido de la vida y ha desaprendido.

Es ser conscientes (reflexión), de lo que ya no da resultado. En un mundo tan cambiante, en el cual el cambio ya no es una anécdota, sino el mundo mismo (“la vida es cambio, el cambio es vida”), tener la capacidad de desaprender es tan esencial como tener la capacidad de aprender.

Desaprender es asumir que lo que sabemos ya no vale, ¡casi nada!, lo cual requiere muchas dosis de humildad, apertura, receptividad, alta autoestima..., en definitiva, para muchas personas un tema difícil. “Sólo se puede mejorar al hombre si éste es consciente de su estado actual”. Abraham Lincoln.


Formación y esfuerzo de aplicación de la misma como condición necesaria (aunque no suficiente).


Todo lo dicho nos llevaría a la ecuación siguiente: 

Formación más Esfuerzo Personal es igual a Desarrollo Personal y Profesional. Otra condición necesaria es darse cuenta que hoy en día ya no funciona el macho alfa: La prepotencia y determinadas herramientas que se utilizaban hace muchos años  ya no son ni eficaces ni eficientes

Si te interesa el tema, y quieres saber más,

 te invito a leer el siguiente artículo que he titulado: 

LA FRAGILIDAD DEL LÍDER

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/9082996773940558121

La seguimos manteniendo, a pesar de  las objeciones que le ponen las personas cuando se la exponemos: que la formación  y el esfuerzo personal es una condición necesaria (a veces ni eso) pero no suficiente. De que hay otras variables que a veces tienen un peso definitivo: suerte, recomendación, peloteo, etc.

Soy un convencido de que la suerte se la inventó un vago, y de que el peloteo y la adulación, es moneda falsa que empobrece a quién la da y a quién la admite. En cuanto al esfuerzo hay que decir, que “el único sitio en donde el éxito viene antes que el trabajo es en el diccionario”.

No hay duda de  que algunas veces el éxito es fruto de la casualidad. Otras veces el éxito es fruto, incluso,  de una injusticia. De todas formas, creo sinceramente, que estas situaciones son la excepción y no la regla. Empleamos a veces la excepción para invalidar la regla, sin darnos cuenta de que la excepción no invalida la regla sino que la confirma.

Siguiendo la ecuación que te proponemos haces que el éxito lo controle no la casualidad sino la causalidad.


Imagen 4: Elaboración propia






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COLUMNA

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Tiempo de mandarinas

Mientras te sientas joven pensarás que la muerte solo les sucede a los demás; en cambio, ser viejo consiste en creer en que solo tú vas a morir

Manuel Vicent

Manuel Vicent

29 DIC 2024 - 05:00 CET

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Si no hubiera calendarios nadie cumpliría años. Si no hubiera espejos solo se envejecería en el rostro destruido de los demás. El tiempo sería una fuerza invisible que te iba empujando por la espalda hacia el futuro y en lugar de años cumpliríamos amaneceres y puestas de sol. El oficio de vivir se desarrollaría en consonancia con el ciclo de las frutas de temporada; tiempo de mandarinas, tiempo de cerezas, tiempo de fresas, de melocotones, de uvas, de manzanas. La vida consistiría en atravesar la naturaleza con sus ríos, mares y montañas, con sus lluvias y vientos, nieves, tormentas, cielos azules, brisas placenteras, catástrofes, cataclismos y soles radiantes. Y al final el cuerpo caería del árbol como una fruta madura sobre un lecho de hojas amarillas. Ser joven consiste en hacerse preguntas; ser viejo consiste en creer que se tienen ya todas las respuestas. La edad no cuenta. Durante esa travesía, el joven se pregunta por qué está vivo, qué sentido tiene levantarse de la cama cada mañana, qué hay más allá de los sueños. El viejo sabe de qué se trata. Fuera de la cama está la historia con los triunfos, las derrotas, los honores y todas las infamias humanas. El futuro es todo lo que sucede mientras lo soñabas. El mundo no es más que esa bola de estiércol que arrastra el escarabajo guiándose por la Vía Láctea. Ya que el tiempo está en poder de los relojes y calendarios se sabe que va empezar el año 2025. Para un joven será un año más; para un viejo será un año menos, pero la vida es como el acordeón que puede tocar la misma bella melodía cuando el fuelle se expande y cuando se contrae. Mientras te sientas joven tendrás la sensación de que la muerte es algo que solo les sucede a los demás; en cambio, ser viejo consiste en creer en que solo tú vas a morir y que a partir de ese momento va a comenzar una gran fiesta en el planeta, de modo que después de una larga vida resulta que te vas a perder lo mejor, puesto que al cielo solo van a ir los tontos.


domingo, 22 de diciembre de 2024

Construyendo Líderes: Introducción 2

 


CASO: Juan

Juan Duque es el responsable de fabricación de una empresa que se dedica a la producción y venta de productos de plástico especiales que se utilizan en diversas actividades industriales.

Depende directamente del director, Javier Meda, de la planta ubicada en Vigo y dirige a 150 colaboradores organizados en la siguiente estructura: 3 jefes de Sección, 6 mandos directos y 141 profesionales y operarios. 

 

 Juan tiene 40 años, es Ingeniero Industrial y reconoce abiertamente que se le da mejor la resolución de problemas técnicos (CI) que los problemas de los colaboradores (CE). No obstante, es consciente de la importancia que tienen las personas en la organización y su aspiración es la de convertirse en un buen líder.

 

No está muy satisfecho de cómo están transcurriendo las cosas últimamente y ya no piensa demorar más un proyecto personal que tiene aparcado desde hace tiempo: dedicar recursos, entre ellos  tiempo,  a  formarse y formar a sus directos colaboradores en las técnicas y herramientas que les permitan abandonar el estilo actual de gestionar las personas, caracterizado por una cultura de empresa claramente  autoritaria ( a pesar de todo lo que se diga y de  que se presuma de los indicadores de participación que tienen en cuestión de sugerencias emitidas por los operarios y de los círculos de calidad que tienen implantados) y pasar a ejercer un liderazgo de influencia.

 

Actualmente tienen un alto absentismo, unos índices de calidad muy deficientes y constantes conflictos con los representantes de los trabajadores pertenecientes a los tres sindicatos que tienen representación en la fábrica. Le dejó preocupado lo que hace dos días le dijo el representante del sindicato de la CIGA, cuando en una reunión les informó de los indicadores de participación: “hay mucha obsesión por la medición y por los indicadores. Los mandos están convirtiendo el “midiendo” en “mintiendo”. No importa la realidad sino el salir en la foto, el indicador”.

  

Sus reflexiones sobre el mundo laboral, más que los años que llevaba trabajando, le hicieron llegar a la conclusión de que el liderazgo era un tema sobre el que se había teorizado mucho, pero avanzado poco en el terreno del día a día. Conocía a muchas personas que se decían líderes, pero,  en realidad no eran otra cosa que jefes autoritario, que iban sacando adelante sus objetivos con un gran deterioro del clima social y dejando en el camino cantidad de “cadáveres” y “quemados” (ni vinculados a la empresa ni motivados con su trabajo): personas, a veces de gran valía personal y profesional, que al final optan, ante la falta de un auténtico liderazgo ilusionante y motivador, por un papel de “ir tirando”, sin más, limitándose a cumplir con lo mínimo necesario para no ser puestos en evidencia.

 

De estas reflexiones concluyó, que si bien era cierto lo que escuchó en múltiples cursos a los que había asistido, de que el líder “no nace” sino que “se hace”, no todo el mundo valía para ser líder, que se requería una base personal muy sólida y desarrollada para poder sobre ella construir un liderazgo organizacional impactante y consistente.

 

 El liderazgo no era, como creían muchas personas que él conocía, algo que venía dado cuando a uno lo situaban en una organización en un puesto en el que teóricamente tenía que liderar a un número más o menos amplio de personas. Era algo que cada cual tenía que construir.

 

Decidió, pues, emprender un viejo proyecto personal, habló con Jaime Jate, persona a la que él respetaba como profesional que había tenido una vida laboral dilatada y que ahora se encontraba jubilado, para que le guiase en este proceso de construirse como un líder sólido y solvente.

 

También habló con su director, Javier Meda, acerca de su proyecto, el cuál le dijo que a él lo que le importaba eran los resultados y que estos, últimamente, se alejaban bastante de los estándares establecidos; que, si Juan creía que con una nueva orientación en el estilo de llevar a las personas los resultados mejorarían, adelante, pero que él como director quería resultados y que por ellos valoraría a sus colaboradores.

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Si te interesa el tema, y quieres saber más, 

te invito a leer el siguiente artículo que he titulado: 

 

¿JEFE GAVIOTA O LÍDER INFLUYENTE?

https://neuroforma.blogspot.com/2018/01/jefe-vs.html



Aclaración previa

Recuerdo aquello que memorizábamos en la escuela de “el signo lingüístico es arbitrario”. No hay ninguna razón objetiva para llamar a la silla 'silla'. Podemos decidir llamarle 'caballo' y si todos lo hacemos acabaremos por nombrarla y entenderla con esta última palabra. Los académicos de la Real Academia de la Lengua y los grupos de presión, crean nuevos vocablos que todos terminamos por utilizar. Como un ejemplo y  muestra palpable de esto que decimos podemos poner al diccionario Cheli de Francisco Umbral. 

 

Con lo anterior queremos llegar a lo siguiente:¿cuando escuchas o nombras la palabra “Líder” (significante), qué idea te viene a la mente (significado)?

 

Es probable que, si ahora mismo estamos en un grupo de diez personas y alguien pronuncia la palabra líder, cada persona entienda algo diferente. En la mayoría de situaciones se da este fenómeno puesto que cada uno lo interpreta en función de su propia y única experiencia, valores, situación, etc. Habrá, entonces, una mayor o menor coincidencia del significado, pero, nunca una coincidencia total. En donde esta coincidencia se aproxima hasta ser prácticamente total es en la terminología científica. Por eso todas las ciencias hacen un enorme esfuerzo en definir con precisión aquellos términos que le son propios.

 

Lo que pretendemos en este trabajo es clarificar y exponer nuestra idea (significado) de líder.  No a través de una definición, sino desarrollando unos valores, actitudes, conductas y herramientas que, a nuestro juicio, deberían estar presentes en todo líder. 
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Al parecer, en 2025 el Gobierno socialista se dispone a sacar a Franco de nuevo a pública subasta con motivo del 50 aniversario de su muerte. Eso significa volver a manosear su nombre cuando la mayoría de los españoles no conocieron al dictador y quienes saben cómo se las gastaba, salvo una minoría de nostálgicos, lo tienen olvidado o les importa un comino. “Ahora mismo yo cambiaría a Franco a pelo por un bidé”, —eso decía el pintor Díaz-Caneja en aquellos tiempos de plomo—. El Gobierno socialista debería saber que basta con que se le nombre, bien o mal, para que Franco exista. Eso es lo que busca la extrema derecha, que el dictador salga de la tumba, no importa en qué estado se encuentren sus restos, para que comience a cabalgar otra vez, ensalzado o zaherido, qué más da. Las redes, desde el anonimato, podrían unirse a esta gran charca de mierda en que se ha convertido la política española, ahora de nuevo con Franco dentro de la disputa tabernaria. Mientras tanto en el argumentario de la derecha se ha impuesto la expresión “vas pa’lante”, como anticipo de una sentencia condenatoria contra la izquierda. Puede que a algunos les parezca muy castiza, pero esta expresión se usaba en uno y otro bando de la Guerra Civil y la pronunciaba el esbirro de turno cuando sacaba de casa o de la cárcel a un ciudadano de derechas o de izquierdas para llevarlo al paredón. Esa expresión, “Eh, tú, tira pa’lante”, la oiría García Lorca aquella madrugada cuando lo empujaban hacia un barranco de Viznar, la oiría Ramiro de Maeztu cuando unos milicianos se lo llevaron hasta Aravaca donde lo fusilaron, la oiría Muñoz Seca camino de Paracuellos, la oirían miles de españoles cuyos restos permanecen todavía en las cunetas. Esa expresión es de muy baja calaña y equivalía a dar un paseo que te llevaba a la muerte. De modo que, visto lo visto, quien hoy diga alegremente vas pa’lante, llegado el momento, con Franco o sin Franco, podría convertirse en un sujeto de mucho peligro. Feliz Navidad.