domingo, 30 de julio de 2023

GRAN ACIERTO

 

GRAN ACIERTO

"Porque no escribimos historias, sino vidas; ni es en las acciones más ruidosas en la que se manifiestan la virtud o el vicio, sino que muchas veces un hecho de un momento, un dicho agudo y una niñería sirve más para pintar un carácter que batallas en que mueren millares de hombres, numerosos ejércitos y sitios de ciudades". 

Plutarco: Vidas Paralelas




En todos los tiempos ha sucedido  que las personas mayores se vieron en la necesidad de superar los retos a los que fueron sometidos  en su forma de ver el mundo. Tal vez siempre les ha costado, en los últimos años de su vida,   no solamente adaptarse a los cambios físicos y psicológicos propios de los seres humanos, sino que , además, adaptarse a los nuevos tiempos y a las costumbres que se fueron imponiendo  hasta transformarse, ellas mismas, en elementos referenciales de la realidad. 

Lo cierto es que siempre ha habido cambios, lo que ha variado es la velocidad de los mismos: cambios que antes se iban fraguando lentamente durante décadas, en la actualidad se producen en muy pocos años. Unos están tan convencidos que son para peor,  hasta el punto de declarar que “cualquier tiempo pasado fue mejor que el actual”. Otros, por lo contrario, los ven como positivos, como cambios  que se van produciendo y mejorando el mundo y nuestra estancia en el mismo.

Ver:

EL MEJOR VS EL PEOR DE LOS MUNDOS POSIBLES

https://neuroforma.blogspot.com/2023/02/el-mejor-vs-el-peor-de-los-mundos.html

 

 Esto indica algo muy obvio cual es  que los humanos somos más subjetivos que objetivos: “Soy subjetivo porque soy sujeto, si fuese objetivo sería objeto”. Lo que sucede con esta cuestión es que lo obvio, si no se explica,  deja de ser obvio. De aquí la importancia de recordar que es necesario diferenciar entre hechos y opiniones, y seguir lo que nos decía, en tiempos de Adolfo Suarez, el ministro gallego Otero Novas: “Usted puede tener opiniones distintas a las mías, pero no datos distintos a los míos”. Lo cierto es que  si construimos nuestra visión del mundo con datos reales, es posible que lleguemos a la conclusión de que no es tan malo como parece.


Hans Rosling,  editó en el año 2018 un libro titulado ‘Factfulness’, en el que exponía 10 razones por las que estamos equivocados sobre el mundo y por las que las cosas están mejor de lo que pensamos. Para él, los humanos tenemos una forma muy dramática de ver la realidad actual. Para él,  factfulness es objetividad, remitirse a los hechos y no dejarse llevar por el dramatismo.

El viernes, 12 de abril de 2019, escribí en este mismo  blog un artículo que titulé

MAYORES 6: EL APOCALIPSIS DE LAS PENSIONES  y que empezaba así:

Sobre el tema “Pensiones” el número de relatos que nos cuentan es realmente asombroso:  El relato de la insostenibilidad, el relato de la necesidad de ajustes, el relato de la inviabilidad de las mismas… Hasta algunos lo intentan con el relato de que "vivimos muchos años", que hay que morirse antes, generando entre los pensionistas incertidumbre e incluso culpabilidad...

Yo, en aquel entonces, no había escuchado la palabra apocalipsis a ningún político. En la actualidad se la  escucho con frecuencia.  Es una pena que no  hayan leido el libro de Hans Rosling, los políticos actuales que nos anuncian diariamente el apocalipsis, ya no solo referido a las pensiones, sino a la política en general y a los resultados logrados por el gobierno de Pedro Sanchez.

El gran analista y divulgador de las tendencias globales que fue Hans Rosling, sostenía  que los humanos tenemos 10 instintos que distorsionan nuestra visión y que van desde nuestra tendencia a dividir el mundo en dos campos  (nosotros contra ellos) nunca más actual que en estos tiempos,  a la manera en la que consumimos la información de los medios (basada en la explotación del miedo), de pura actualidad, pasando por el modo en el que percibimos el progreso (creyendo que las cosas siempre empeoran) para muestra la gran cantidad de agoreros. Nuestro problema es que no somos conscientes de lo que no sabemos, e incluso cuando estamos informados nos dejamos llevar por sesgos inconscientes y predecibles, muchos de ellos procedentes de las ideologías. Si cada uno de nosotros pudiera pesar en una balanza, poniendo en un platillo todo lo que sabe y en el otro todo lo que ignora, llegaríamos a la conclusión de que somos una gota de conocimiento en un mar de ignorancia.

Toda la introducción anterior me surgió después de que los medios de comunicación difundieran la noticia que menciono más abajo y, sobre todo, después de leer los comentarios suscitados por los lectores de los tres periódicos digitales a los que estoy suscrito, lo cual me motivó a publicar en mi blog esta noticia como signo evidente de que el mundo va cada vez mejor. 

Gran acierto, a mi juicio, el de Yolanda Díaz de  contar con la joven y talentosa  escritora  Elizabeth Duval como portavoz del feminismo de la campaña de Sumar. La he escuchado en varios debates y siempre me recuerda a Habermas y su obsesión por la democracia deliberativa, la cual, según Habernas, permite la expresión de todas las discrepancias con el fin de que la deliberación avance hacia consensos sociales,  acerca de muchos debates que aparecen en los medios de comunicación, incluidas las opiniones de los lectores.

Elizabeth Duval es, en mi opinión, una practicante del Principio de  Cooperación de Grice y, muy especialmente, de la Máxima  de Cortesía: Intente mantener, a través de sus intervenciones en la conversación, tanto su autoimagen como la autoimagen de su interlocutor.





¿Hará que muchos políticos actuales, sean más conscientes de qué  auto imagen dan   cuando lo que emiten  son exclusivamente exabruptos?



 

Elizabeth, sin duda, contribuirá a democratizar la democracia, poniendo su granito de arena para incrementar  la igualdad y la justicia,  y ojalá elimine, de los espacios públicos, la utilización del exabrupto como medio de argumentar.

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— Sumar incorpora a la escritora Elizabeth Duval como portavoz de feminismo de la campaña

Artículo escrito en elDiario.es por

Elizabeth Duval 

 4 de julio de 2023 11:20h

Dar un paso adelante

No sería consecuente con mi empeño en la transformación y mi insistencia en abrir debates de otro modo si no abrazara la oportunidad de hacerlo cuando se me ofrece tan claramente.

Siempre he creído que hay algo muy peligroso en ese discurso según el cual toda persona que asume una responsabilidad política lo haría por intereses propios y perversos, para enriquecerse, para aferrarse. Me parece un discurso injusto en la exacta medida en que es falso. La política, o al menos la concepción que yo tengo de ella, no es un juego: es la inmensa responsabilidad de hacerse cargo de la transformación social, la producción de un horizonte. Y de ella deriva más dolor que enriquecimiento.

Son varias las circunstancias que para mí representaban requisitos a la hora de decidir implicarme como portavoz de Feminismo, Igualdad y Derechos y Libertades LGTBI+ de Sumar. La primera: se trata de una posición en la que sigo siendo independiente. No represento a un partido, sino a una coalición en la que se unen más de quince fuerzas; no adquiero un carnet.

La segunda: es una responsabilidad transitoria. El 24 de julio, con la campaña finalizada, mis responsabilidades cesarán. Podré volver a mis labores habituales, leer, escribir, también redactar mi columna preciada de cada miércoles. Insisto en esto, porque es una promesa, igual que afirmé que no iría en listas y no voy, o no ocuparía cargos orgánicos en un futuro. No voy a afirmar que nunca lo haga. Pero no será después de estas elecciones, como tampoco lo sería si hubiera repetición electoral. Mi responsabilidad se ciñe a la campaña, en la campaña empieza y en la campaña acaba, y cuando mi labor como comunicadora de esta se termine quiero volver para seguir formándome y aprendiendo, disfrutando.

La tercera es de un carácter distinto al de las otras dos: la consideración ética. No sería consecuente con mi empeño en la transformación y mi insistencia en abrir debates de otro modo si no abrazara la oportunidad de hacerlo cuando se me ofrece tan claramente. No sería responsable con mi país si no ofreciera lo mejor de mí en un momento tan urgente. Y no sería genuinamente independiente si no asumiera, durante esta campaña, la necesidad de cesar mis intervenciones en medios y dedicarme en cuerpo y alma a mis labores de portavocía, con la vista siempre puesta en regresar.

No sobra nadie a la hora de ofrecer un horizonte de certezas para nuestro país. Movimientos políticos tan transformadores y que nutren de forma tan profunda nuestro pensamiento como el feminismo no pueden convertirse en la fractura fantasmáticamente convocada por algunos. Si creo en algo, es en el poder de la palabra; si creo en las palabras, es por el debate; aspiro a un feminismo firme y de mayorías, capaz de convencer a través de esas palabras y transformar todas las vidas. Si no creyera que puedo aportar con mis formas, humildemente, empujando tan sólo un poco ese horizonte de esperanza, nunca me habría implicado en Sumar.

Es difícil no hacerlo cuando alguien de la talla de Yolanda Díaz –la mejor vicepresidenta de la historia de este país; la mejor ministra de Trabajo de la historia de este país– te lo pide y te convoca a esa tarea. Para mí hubiera sido mucho más cómodo criticar la campaña en lugar de buscar influir en ella, pero prefiero lo incómodo, la duda, el intento. Prefiero coger una pequeña parte de la responsabilidad en construir el futuro que queremos y mostrar que la juventud también puede hacerse cargo de la historia de su país, querer otra España distinta, convencer con un feminismo que sume. Son mis motivos para dar un paso adelante. Y les aseguro, lectoras y lectores de elDiario.es, que tan pronto como cese en mis funciones volverán a leerme en estas páginas.

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COLUMNA

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Hydra, 1960

Después de una historia de amor que duró ocho años, al despertar del sueño, Leonard supo que Marianne lo había abandonado

MANUEL VICENT

30 JUL 2023 - 05:00 CEST

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Él se ha quedado dormido en la hamaca con las gafas caídas en la punta de la nariz, el lápiz a un lado y un cuaderno de notas abierto sobre su pecho desnudo; dentro del sueño oye los gritos de los niños de unos pescadores que se bañan en la cala. Algunos retales de sol se filtran entre la sombra de una parra donde en torno a los racimos de la uva dorada zumban las abejas. Ella se balancea en una vieja mecedora. Lleva una camisa de algodón, un sombrero de paja, unas sandalias grecolatinas, el pantalón corto impregnado de salitre, la piel quemada. La casa es muy humilde, tiene las paredes encaladas, las maderas pintadas de verde y en este momento la brisa que viene del mar infla las cortinas blancas. Todos los barrancos de la isla están llenos de espliego y alacranes y abren un ojo azul deslumbrado al Egeo. Nada era tan hermoso como estar juntos y habitar una aseada austeridad junto al mar, olvidados de todos, habiéndolo olvidado todo y oír de noche el sonido de las olas que les llevaba muy lejos con las velas ligeras de la imaginación desplegadas hacia las suaves calinas de una patria común donde habitan marineros semejantes a Telémaco y ninfas aromatizadas de brea y marihuana. Antes de abandonar la casa, ella ha dejado una nota escrita en la mesa de la cocina junto a una ensalada de apio y aguacate, que tanto le gustaba. El joven que duerme en la hamaca se llama Leonard Cohen; la mujer que se balanceaba en la mecedora era su novia Marianne. Estaban en Hydra, una isla griega, en 1960, Fue aquel día cuando después de una historia de amor que duró ocho años, al despertar del sueño, Leonard supo que Marianne lo había abandonado. Entonces él tomó el cuaderno de notas que tenía sobre su pecho y escribió: “Tu cuerpo, Marianne, estará siempre en esta casa, en cualquier otro mar” Leonard entendió que había llegado el tiempo de llorar.

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domingo, 23 de julio de 2023

DÍA DE VOTACIÓN

 

Dado al siete

Si en estas elecciones la extrema derecha me manda al siglo XVI me gustaría conocer al Lazarillo de Tormes y a la Celestina, pero no a los fanáticos racistas que expulsaron de España a los judíos y a los mahometanos

MANUEL VICENT

23 JUL 2023 - 05:00 CEST

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En las elecciones generales que se celebran hoy, nos jugamos a los dados el pasado o el futuro de España. Si de ellas sale que volvemos a la Edad Media, yo, como la escritora Clarice Lispector, dejo registrado que estaré del lado de las brujas. También seré partidario de los alquimistas, de los quiromantes y saltimbanquis; de los canteros que labraban capiteles románicos con un trenzado de reptiles; de los juglares que recitaban versos provenzales al pie de la almena donde permanecía cautiva una princesa; de los monjes que copiaban la metafísica de Aristóteles en códices de vitela, pero no de los clérigos que azotaban la espalda desnuda de los fieles cantando a coro el dies irae. A estos los dejo para quienes hayan votado a la caverna. Si en estas elecciones la extrema derecha me manda al siglo XVI me gustaría conocer al Lazarillo de Tormes y a la Celestina, pero no a los fanáticos racistas que expulsaron de España a los judíos y a los mahometanos. Si las urnas me obligan a recular hasta el siglo XVII estaré a favor de los herejes y en contra de las hogueras, en el bando de Cervantes y de Góngora y no en el de Quevedo y Lope de Vega.

Si gana el Partido Popular e impone su ley y me manda al siglo XVIII seré un afrancesado, amigo de la ilustración, pero no de la España negra que gritaba ¡vivan las cadenas!, ni de la miseria, el odio y la injusticia que nos llevó a la guerra civil. Por el contrario, si en estas elecciones por un milagro la izquierda vota masivamente y gana el futuro, mi país será siempre ese en el que se premia la inteligencia, la solidaridad, la libertad de expresión y mi bandera la que se iza en el podio de todas las canchas del mundo cuando ganan nuestros deportistas, Nadal, Alcaraz, Jon Rham y gente así y no esa misma enseña que llevan algunos en la pulsera y en correa del perro. Mi apuesta: la séptima cara del dado.

miércoles, 19 de julio de 2023

LA TRANSFORMACIÓN DE FEIJÓO

 



LA TRANSFORMACIÓN DE  FEIJÓO

Comunicación:

“Dos personas que se escuchan la una a la otra”

Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras


Irrumpió el Sr. Feijóo en la política nacional convencido de la utilidad del silencio, muy modoso y prudente a la hora de pronunciarse o, mejor aún, de no pronunciarse y  practicar con sus dirigentes, tanto del PP como de Vox, el "laissez faire, laissez passer" (dejen hacer, dejen pasar) halagando con ello a la que parecía su jefa (Sra. Ayuso) y su obsesiva libertad de mercado, reservando para los madrileños de a pie, la libertad de poderse tomar una cañas cuando sus ingresos se lo permitieran.

Tal vez antes estaba ¿convencido? de que pronunciar palabras (lenguaje verbal),  guardando entre ellas  los oportunos silencios (lenguaje no verbal),  son dos de los ingredientes fundamentales de la comunicación humana.

Leer:

La UTILIDAD del silencio 

https://neuroforma.blogspot.com/2021/07/la-utilidad-del-silencio.html

De pronto aparece en una TV privada, después de negarse a participar en todos los debates que el Presidente del Gobierno le propuso, transfigurado: de un achantado jefe de la oposición, resucitó un envalentonado Feijóo que arrasaba y se sentía cómodo y aparentemente tranquilo, disparando, cual metralleta,   todo un cúmulo de mentiras y falacias, logrando que un experimentado Pedro Sánchez en esos menesteres, no pudiera dar lo mejor de sí mismo incrementando, considerablemente, el número de sus votantes.

En absoluto fue consciente el Sr. Feijóo de que el uso  excesivo de palabras al hablar  hace, a veces, que caigamos ,  unos con más y otros con menos frecuencia,   en la verborrea,  la cual define la  RAE  como “locuacidad, verbosidad.  Palabrería excesiva, propia de un charlatán o de un demagogo”.  

Todo parece indicar que el número de personas verborrágicas está creciendo de forma exponencial, sobre todo en el mundo político, aunque no sólo.Las consecuencias de esto da como resultado que muchas conversaciones acaben siendo un  ineficaz monólogo, muy alejado del eficaz diálogo (equilibrio dinámico entre hablar y escuchar),   acabando con frecuencia la discusión en   un diálogo de besugos: conversaciones sin contenido ni sentido, donde se arrojan  palabras - dardo que pretenden alcanzar las pequeñas miserias humanas (a veces no tan pequeñas) que todos tenemos, del otro dejándolo fuera de juego.  La RAE define el diálogo de besugos como “Conversación sin coherencia lógica.”  También nos ofrece,  para el término  “besugo”,  varias acepciones entre las cuales aparece  la siguiente: “Persona torpe o necia.” Tal vez la RAE decidió no juntar ambas acepciones para no tener que definir el diálogo de besugos como 'conversación sin coherencia lógica entre personas torpes y necias', protegiendo, de esta forma,  nuestra  autoestima y no activando nuestra  susceptibilidad, evitando provocar en nosotros  cambios de sentimientos que ponen  de manifiesto nuestra   fragilidad  emocional. 

Fueron las mentiras de Feijóo, lo que incitó en Pedro Sánchez, tal indignación, que no fue capaz de gestionarla adecuadamente. Utilizó, Feijóo,  la técnica llamada el Galope de Gish, también conocida como Ametralladora de Falacias. De un apocado  jefe de la oposición que daba la impresión  de que España le quedaba grande para sus capacidades,  resucitó un envalentonado y arrogante Feijóo que arrasaba y se sentía cómodo y aparentemente tranquilo, disparando, cual metralleta,   todo un cúmulo de mentiras y falacias, dando la razón a la definición de posverdad  del Diccionario de Oxford: "a las circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal". 

 Esperemos que la ira que ha generado en muchos votantes no se quede en una ira farisaica y  se trasforme en una ira funcional, útil y  enérgica para que Pedro Sánchez puede seguir avanzando en los cambios y el progreso.

Leer:

¿INDIGNADOS O RESENTIDOS ? 1 de 3

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/2838149968392333466

 

 

domingo, 16 de julio de 2023

INTELIGENCIA EMOCIONAL: educación emocional

 



INTELIGENCIA EMOCIONAL: educación emocional

Vamos a comenzar hoy exponiendo un ejemplo práctico y real, de la importancia de la Inteligencia Emocional. Nos estamos refiriendo al reciente debate entre Pedro Sánchez y Feijóo,  en el que tanto uno como el otro se jugaban mucho; y no solo ellos: también nosotros,   todos y cada uno de los ciudadanos. También es un buen ejemplo  para que, los 'opositores a las teorías', entiendan  que estas son muy prácticas y nos ayudan a entender la vida y a mejorarla.

Fueron las mentiras de Feijóo, lo que incitó en Pedro Sánchez, tal indignación, que no fue capaz de gestionarla adecuadamente. Utilizó Feijóo,  la técnica llamada el Galope de Gish, también conocida como Ametralladora de Falacias. De un achantado jefe de la oposición, resucitó un envalentonado Feifóo que arrasaba y se sentía cómodo y aparentemente tranquilo, disparando, cual metralleta,   todo un cúmulo de mentiras y falacias. 

Dicen los manuales, que ante semejante  estrategia  que tiene por principal objetivo llenar de fango  el debate hasta ahogar al otro, lo que debería haber hecho Pedro Sánchez es desmontar, una a una, sus mentiras y recordarle a Feijóo lo que decía, en tiempos de Adolfo Suarez, el ministro gallego Otero Novas: "Usted puede tener opiniones distintas a las mías, pero no datos distintos a los míos”.

Se habrá inspirado Manuel Vicent en Feijóo  para escribir hoy su columna  que nosotros publicamos, como todos los domingos, al final de este artículo:

 COLUMNA

Por correo 

Ya sabemos que el comportamiento que damos en una determinada situación se debe, en un 80 %, al estado emocional que generamos y en un 20 % a lo que conocemos o sabemos. Si Pedro Sánchez hubiera sabido gestionar mejor sus emociones (cosa muy fácil de decir pero muy difícil de hacer) sin duda hubiera sido el ganador y según dice algún medio de comunicación, haber ganado un 4% de votos del censo electoral: 1.000.000 de votantes

 Ver en este mismo blog:

 COMPRENSIÓN DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

neuroforma.blogspot.com • 10 min de lectura

 

Cuando en otra “píldora”  tratamos de comprender el concepto de inteligencia emocional decíamos que la cosa iba de emociones y, a continuación,  nos preguntábamos que entendemos por emoción. También decíamos que todos sabemos, por propia experiencia, que son las emociones, pero, se nos hace difícil definirlas, diferenciarlas, hablar de ellas. No tenemos, en general, vocabulario suficiente para hablar sobre nuestro mundo emocional. No suele ser fácil explicar una emoción porque esto implica realizar una transpolación de algo emocional al sistema racional, poner palabras a algo eminentemente no verbal. Tampoco somos, en general, conscientes del impacto que tienen en nuestra vida, como nos afectan, como regularlas y gestionarlas de modo que trabajen a nuestro favor y no en contra nuestra. ¿Por qué? Porque no prestamos atención a nuestras emociones.

El conocimiento de las emociones es fundamental. Es curioso que a pesar de todo ello, en la formación que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, ninguna se ocupó de nuestra alfabetización emocional. La educación formal está enfocada a potenciar y desarrollar los procesos intelectuales y cognitivos ignorando las emociones. La formación emocional quedaría por entero en manos de la familia considerándose que las dificultades emocionales de las personas eran un problema privado que había que resolver individualmente.

Afortunadamente la situación está cambiando. Hoy la formación emocional ha traspasado el ámbito privado y ya se ocupan de ella las escuelas, las universidades y las empresas. Y esto es así dado que la falta de aptitud emocional genera problemas y dificultades de todo tipo en el orden individual, familiar, social, escolar y laboral.

Los humanos somos seres eminentemente emocionales.

La frase que aparece en el logotipo de arriba,  pone de manifiesto que de todos los seres vivos, los humanos somos los más emocionales. Todo lo que nos sucede de una cierta importancia nos genera emoción.

Es difícil dar una definición de emoción. Las emociones no se pueden tocar, ver, oler ni oír, es decir, no pueden ser detectadas ni analizadas por los receptores sensoriales del cerebro humano. Por eso, desde el punto de vista científico no se pueden estudiar directamente. Lo que sí se puede estudiar, analizar y entender es la conducta emocional, suponiendo que hay una correlación entre cierto tipo de conductas y la presencia de una emoción.

La etimología de la palabra emoción tiene que ver con movimiento. Las emociones son las que nos mueven, nos llevan a entrar en acción. Esto se observa fácilmente en los animales y en los niños. No tanto en los adultos porque hemos aprendido a separar la emoción de la acción.

Nos dice Lazarus, Richard S. en su libro 'Pasión y Razón' sobre la comprensión de nuestras emociones que “las emociones son productos de un significado personal, que depende de todo aquello que para nosotros es importante y de las cosas que creemos sobre nosotros mismos y el mundo en general.”

Una emoción es lo que sentimos cuando consciente o inconscientemente evaluamos una situación o suceso que resulta relevante para nosotros.  Lo que sentimos en la emoción se experimenta como tipo característico de estado mental y a veces acompañado o seguido de cambios corporales, expresiones y acciones. Así, pues, las emociones son el estado en el que se pone el organismo como consecuencia de nuestros pensamientos (conscientes o inconscientes) y que cambia nuestra perspectiva. Es decir, son un sistema de avaluación que nos informa de nuestra realidad dándole una carga afectiva. Su función es premiar las conductas adaptativas, aquello que hacemos bien y nos favorece (lo que nos conviene) mientras que nos hacen llegar un feedback negativo cuando nuestra actuación es inadecuada. Nuestros antepasados fueron aprendiendo las conductas, acciones y situaciones funcionales y no funcionales y, asociando cada una de ellas,  a una emoción que nos permitiera diferenciarlas.



 
La importancia de conocer las emociones.

 De las emociones  dependen cosas tan importantes como nuestra salud mental y física, nuestro grado de satisfacción o insatisfacción con la vida en general (BIS) la eficacia de las conductas que desarrollamos en la vida familiar, social y laboral, nuestra entidad como individuos, la opinión que tenemos de nosotros mismos y la imagen que los demás tienen de nosotros. Afectan a la salud dado que la mayoría de emociones implican cambios fisiológicos notables, cuya frecuencia y repetición lleva comúnmente a trastornos somáticos o físicos. Así, por ejemplo, buena parte del  estrés no es otra cosa que estrés emocional.

Si alguien quiere ser feliz, si alguien quiere coger las riendas de su propia vida, sin duda tiene que conocer y gestionar su mundo emocional. Cuando entiendes tus emociones respondes mejor ante los otros en cualquier situación y en cualquier tipo de relación (social, familiar o laboral); estás en mejores condiciones de aceptar ciertas emociones en ti mismo y en los demás, y, lo que es más importante, las puedes gestionar para que no interfieran, negativamente, en tus relaciones con las personas que te importan.

Todo ello te llevará a ser más hábil en el control de tu vida. ¡Hasta podrás mejorar tu salud! Hay una conexión estrecha entre el cerebro, el sistema inmunitario y las emociones.

Si Pedro Sánchez, hubiera gestionado mejor sus emociones, hoy tendría muchas más probabilidades de ganar las próximas elecciones, y seríamos muchos más los convencidos  de que apesar de todo, finalmente, las ganará.

¿Que esto no es suficiente para animarte a meterte en el mundo de las emociones? Sin duda podríamos seguir argumentando otras muy buenas razones para convencerte, pero, la limitación del tiempo y espacio nos lo impide.

Las preguntas

¿No estás interesado en comprender ciertas emociones que te preocupan, tanto propias como las de alguna persona de tu interés?

¿Tal vez te gustaría entender por qué pierdes o alguien pierde los estribos con facilidad?

¿Por qué sientes celos o envidia de alguien?

¿Por qué andas ansioso muchos días sin comprender el por qué?

                                                        

  Práctica

 Las prácticas y ejercicios que te proponemos tienen como objetivo, aprender a observar sin implicarse, describir lo que hemos sentido, y ser conscientes de lo que expresamos:

 -        Empezar a conocer tu mundo emocional

-   Intervenir activamente en su armonía y equilibrio.

Al final del día, repasa lo que has vivido en la jornada. Revive intensamente, las escenas con más “carga emocional”.

 1. ¿Qué ocurrió?: 

Describe objetivamente y con pocas palabras lo que ha pasado. Observa lo sucedido “desde fuera” como si fuese una película que estás viendo.

     

2. ¿Qué has sentido?: 

Anota las emociones que has sentido en ese momento

      

3. ¿Qué has hecho?: 

Describe la forma en que has expresado o reprimido esa emoción


 Bueno, lo dejamos aquí: 

Francamente, creemos que basta un poco de curiosidad para “engancharnos” al tema.       
 

 

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 COLUMNA

Por correo

Se dice que una organización política no se constituye en Estado hasta que el correo funciona correctamente y las cartas llegan con puntualidad a su destino

 

MANUEL VICENT

16 JUL 2023 - 05:00 CEST

Se dice que una organización política no se constituye en Estado hasta que el correo funciona correctamente y las cartas llegan con puntualidad a su destino. En su conjunto las películas del Oeste muestran la forma cómo se fue cohesionando esa gran nación, una epopeya que estuvo marcada por dos iconos, absolutamente idolatrados, el rifle Westminster y Colt 45, frente a la diligencia arreada por tres parejas de caballos. Con esas armas, que todavía permanecen muy activas en el cerebro de los norteamericanos, se dirimía, tirando de gatillo, la más leve disputa política; en cambio, todo parecía estar en orden si la diligencia no había sido asaltada por el camino y llegaba a su hora el poblado con la saca del correo. De la diligencia se apeaban esos personajes que tantas veces hemos visto en las películas de John Ford. Podía ser la chica alegre del salón, algún abogado polvoriento, un juez de la horca, el dueño de una mina de oro, un pistolero a sueldo, un predicador borracho. Las cartas las recibía en la oficina postal un empleado con visera y manguitos quien con voz gangosa se las entregaba a los granjeros que llegaban en la carreta al poblado para abastecerse en el colmado de abarrotes. En tiempo de elecciones también se apeaba de la diligencia para hacer un alto en el largo viaje hacia Washington o Filadelfia un caballero con levita y sombrero de copa. Era el compromisario encargado de elegir al presidente del Estado federal con el acta de los votos que llevaba en una bolsa de cuero. Toda la historia de Norteamérica se puede dilucidar entre el rifle y la diligencia. Lentamente los caminos fueron cada vez más seguros y por ellos discurría el correo como la sangre circula por las venas para conformar el cuerpo. Al depositar el voto por correo deberías pensar que el ciudadano hoy es definido más por su código postal que por su código genético.