domingo, 31 de diciembre de 2023

CONTROL PERSONAL

 



CONTROL PERSONAL

 

<<De todas las cosas existentes, algunas están en nuestro poder. En nuestro poder están el pensamiento, el impulso, la voluntad de conseguir  y la voluntad de evitar y, en una palabra, todo lo que corresponde a lo que podemos hacer. Cosas que no están en nuestro poder incluyen el cuerpo, la propiedad, la reputación , el cargo  y, en una palabra, todo aquello que no corresponde a nuestro hacer. Las cosas en nuestro poder son por naturaleza libres, inexorables, sin impedimentos; las cosas que no están en nuestro poder son débiles, servibles, sujetas a estorbo, dependientes de otros<<

Manual de Epicteto

 

Dedica Manuel Vicent hoy su columna, como muchas más personas, a poner por escrito sus propósitos (los que trabajamos diríamos objetivos)  para encarar el año que está a punto de comenzar. Nos está hablando (en este caso escribiendo como es habitual en él) en lenguaje metafórico, de objetivos personales. Una cosa son los objetivos que teníamos que conseguir en la empresa en la que trabajamos y otra son los objetivos personales. Podemos resumir que para los personales sirven los mismos parámetros que para los de trabajo ( que sean medibles, evaluables, etc.) pero, a los primeros,  es necesario añadirle dos condiciones más: que sean ecológicos, evaluar el impacto que causarán en nuestro entorno, no vaya a ser que si los consigues no te reconozca ni tu pareja... y, en segundo lugar, que estén bajo nuestro poder personal, que los podemos conseguir por nosotros mismos.  Concentrarse en las cosas que están en nuestro poder y no perder el tiempo en aquello para lo cual no tenemos poder. Nos lo decía Epicteto así: <<ejercítate en aquello que está en tu poder<<.

También en la vida hay circunstancias a las que nos oponemos y otras que aceptamos. Cuando una determinada circunstancia que no nos gusta y nos oponemos a ella y  no está   bajo nuestro control personal, nos genera un estado de ánimo pernicioso que nos complicará mucho la vida: el resentimiento. Sin embargo si esta misma situación la aceptamos nos genera un estado de ánimo que nos proporciona cierta paz. Lo que no podemos cambiar es mejor que lo aceptemos.

Cuando nos marcamos un propósito u objetivo que está bajo nuestro control personal y nos oponemos a la nueva situación  conseguida nos genera resignación. Por lo contrario si la nueva situación la aceptamos nos proporciona un estado de ánimo que sana ambición.

Si esto lo aplicamos a Manuel Vicent podemos intuir que es una persona vieja (no me gustan los eufemismos) y los viejos somos conscientes de que hay cada vez un mayor número de cosas que antes estaban en nuestra posibilidad cambiar pero que ahora ya no lo están: la finitud de nuestro cuerpo nos manda cada día mensajes elocuentes; nos hacemos plenamente conscientes de que nuestras acciones que podemos llevar a cabo, están restringidas por los límites de nuestra biología y nos recuerda  diariamente que lo que podemos conseguir disminuye, considerablemente, a medida que envejecemos.

Escuchando a muchas personas lamentarse, enseguida nos damos cuenta de que arrastran un dañino resentimiento que les amarga la vida a consecuencia de que no aceptan el pasado el cual es algo que no podemos modificar y que por lo tanto la postura más inteligente es aceptarlo. Caer en la vejez en la aversión, en el malhumor, pasar por la vida como un gruñón y saltar por cualquier cosa sin importancia, es una vida que no merece la pena ser vivida. Montaigne  se referia a esto como las <<arrugas del alma<<.  << No hay almas, o son raras de ver, que al envejecer, no huelan a agrio y a humedad<<. 

Nos decía Thomas Mann <<que es natural para un hombre de cierta edad mirar atrás con sentido del humor<<.

 

 

¿En donde ubicarías los propósitos para 2024, de nuestro admirado Manuel Vicent?:

  -Cumplir con su obligación de no morirse.

-Ir tirando del carro con cierta dignidad.

-No malgastar ni un gramo de energía en cosas que no le gustaran.

-No resbalar en el cuarto de baño y darse con la nuca en el bidé.

- Mirar dónde pones el pie es el principio de toda sabiduría.

-Una buena digestión es un derecho constitucional y debe ir acompañada con el recuerdo de cosas agradables.




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 Propósito para 2024

Poco importa que España se rompa o no si al final la crispación política te rompe el diafragma

Un hombre mayor sentado en un banco de un parque de Madrid.OLMO CALVO

 

MANUEL VICENT

31 DIC 2023 - 05:00 CET

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Como cualquier persona corriente, también este viejo se había formulado algún propósito ante el año nuevo. Dada su avanzada edad, el primero consistía en cumplir con su obligación de no morirse, de modo que para ir tirando del carro con cierta dignidad había decidido no malgastar ni un gramo de energía en cosas que no le gustaran. Pondría, como siempre, la radio cada mañana al despertar para enterarse de lo único que quería saber. ¿Se había producido el fin del mundo? ¿Se había roto España? ¿Había alguna señal de inminente catástrofe en la ventana? Si pese a los malos presagios con que le atormentaban los agoreros, el sol había amanecido un día más con toda normalidad y, al parecer, no había forma de que el Apocalipsis llegara ni que España se rompiera, apartaría definitivamente de su mente este problema. A continuación, pondría una sonata de Bach mientras toda la casa comenzaba a oler a café. Pero sabía que existe un fin del mundo prêt-á- porter, a la medida de cada uno. Bastaba con resbalar en el cuarto de baño y darse con la nuca en el bidé para que a este ciudadano se le apagara el universo entero. Mirar dónde pones el pie es el principio de toda sabiduría. Por otra parte, poco importa que España se rompa o no si al final la crispación política te rompe el diafragma, te llena de acidez el estómago por verte obligado a asistir a ese espectáculo en que cada bando político se disputa como un trofeo la soga del ahorcado. Una buena digestión es un derecho constitucional y debe ir acompañada con el recuerdo de cosas agradables. Sería lógico que este viejo recordara los placeres que había dejado atrás, aquellos amigos, aquellos veranos, aquellos viajes. No fue así en este caso. Su único propósito para el año 2024 fue el de fijarse bien dónde pondría los pies, más que nada para no tener que pisar alguna de esas mierdas que caen del cielo. Con eso le bastaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 24 de diciembre de 2023

 


PERSISTIR EN EL ERROR, ES UN ERROR

(continuación)

 

“Como muy bien saben los buenos líderes (personas que logran resultados a través de otros) en cuestiones humanas lo efectivo suele ser  lo afectivo”.

En el artículo que escribimos el pasado domingo y que titulamos    PERSISTIR EN EL ERROR, ES UN ERROR, decíamos que no deberíamos permitir que los políticos nos instrumentalizaran, que combinando la  razón y la emoción podemos sostener que  la libertad no está  solo en  “poder tomarse unas cañas”. Está, sobre todo,  en  poder decidir lo que hago frente a lo que ocurre y lo que sentimos. El razonamiento  proporciona el conocimiento de lo que ocurre y el conocimiento  de lo que sentimos,  nos permitirá saber lo que queremos.

Algunos lectores me indicaron que el último párrafo no lo entendían bien, por eso incorporo hoy la siguiente herramienta para facilitar el entendimiento y al mismo tiempo facilitar que el que esté interesado en la cuestión la apliquen en su día a día: le proporcionará, a mi juicio,  ser más consciente de la vida que lleva y se blindará sobre la manipulación, sin la cual existiría “un mundo otro” en el sentido que le otorga la teología de la liberación.






También decía en ese mismo artículo que nos lo advertía Alain Finkielkraut en su libro: La humanidad perdida. Ensayo sobre el siglo XX,. Anagrama, Barcelona, 1998: “Una sociedad que sólo valora lo material, convierte al ser humano en instrumento, lo rebaja de nivel y lo hace mercancía”.

Si estás interesado en el tema puedes leer el artículo entero en el siguiente enlace:

PERSISTIR EN EL ERROR, ES UN ERROR

https://neuroforma.blogspot.com/2023/12/persistir-en-el-error-es-un-error.html

Nos movemos en un entorno psicoafectivo que creamos entre todos,  a través de nuestros estilos de sentir, (me gusta repetir que los sitios son lo que sentimos en ellos) de nuestra identidad emocional y de su manifestación en las interacciones que establecemos con los demás.  

Un entorno en el que interaccionamos unos con otros y en el que nos mandamos  constantemente mensajes emocionales,  positivos o negativos,  siendo el ratio entre ambos los que dan como producto final un balance emocional que determina que nos sintamos a gusto o no, con energía o desvalidos, alegres o tristes, en calma o agitados.

En las relaciones mandan las emociones y viceversa, de tal forma que podemos sostener que las relaciones multiplican lo bueno y lo malo que nos sucede. Cuando estas relaciones son positivas, sinérgicas, se multiplica el número y la intensidad de las cosas buenas que nos suceden. Cuando estas relaciones son negativas, destructivas, se multiplican en número y en intensidad las cosas malas que nos suceden.

Después de ver la importancia que tienen en nuestra vida las relaciones, respondiendo a las siguientes preguntas podemos ser más conscientes de nuestra capacidad para construir relaciones  o no, y también de valorar la importancia que tienen las emociones en la construcción de las relaciones y viceversa, la importancia que las relaciones tienen en cómo te sientas.  

 

¿Encuentras muchas dificultades al relacionarte con los demás?

¿Cómo reaccionas ante un conflicto interpersonal?
¿Hasta qué punto conoces lo que los demás piensan de ti?
¿Cómo respondes ante alguien enfadado u hostil?
¿Tienes la sensación de que te es difícil entender a los demás?
¿Estás seguro de que los demás te entiendan?
¿Eres sensible a los sentimientos de los demás?
¿Puedes anticipar que respuesta te dará tu compañero de trabajo si le pides que te eche una mano en una tarea urgente?

 

 


Las emociones son nuestro medio de actuación. Antonio Damasio demostró que no hay conexión directa entre la razón y la acción.  El área límbica (en ella se encuentra la Amígdala) , alojamiento de nuestro mundo emocional, tiene potentes líneas directas con la corteza cerebral, donde se asienta la lógica, la razón; más concretamente, con los lóbulos frontales que son los centros directivos y decisionales.

 Si la línea directa se interrumpe por efecto de un accidente o de una intervención quirúrgica necesaria ante un tumor, la persona sigue razonando perfectamente, pero, es incapaz de tomar decisiones, incluso las más simples. Steven Pinker, psicólogo experimental americano, cuenta el caso de un joven que se pasaba horas y más horas en la ducha dilucidando si se había aclarado lo suficiente o no.

En las relaciones mandan  las emociones. Es por ello que en cuestiones humanas, como muy bien saben los políticos, lo “efectivo suele ser lo afectivo”: no movilizan a nadie a través de la pura razón. Lo que convence no son las ideas por sí solas, sino las ideas que despiertan emociones.

Desde el punto de vista somático lo normal es que tengamos una temperatura de 36,5 grados. Desde el punto de vista emocional, lo normal es que las personas se encuentren a gusto, tranquilas, optimistas e ilusionadas. Si las emociones que sientes son otras,  distintas y negativas, es señal de que tienes un problema que resolver. Un problema que puede estar localizado dentro  o fuera de uno mismo, o incluso en los dos sitios a la vez. La fiebre cumple a nivel somático la misma función que las emociones negativas y desagradables a nivel emocional: no solo nos indican que tenemos un problema, sino que nos invitan a tomar medidas para volver a la temperatura normal: estar sereno y satisfecho.

 

Pensar mejor para sentirte bien. Esta es la gran receta para la gestión emocional relacional. Si pienso mal de todos y de todo iré  desprendiendo alrededor partículas tóxicas y contaminantes: mal humor, rencor, resentimiento, envidias, victimismo, quejas permanentes y un largo etcétera de basura emocional. Te convertirás en un títere de tus circunstancias.

Si piensas en positivo (optimismo funcional opuesto al que yo acabé llamando  'optimismo de pandereta') irás transmitiendo entusiasmo, confianza, seguridad, etc. Entonces crearás tus circunstancias. Habrás cambiado la frase, que seguro escuchaste muchas veces, de “yo soy yo y mis circunstancias” (pasividad) por la que originalmente nos dijo Ortega y Gasset: “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo” (pro actividad).


 

Terminamos el artículo del domingo pasado así:

Cosechamos lo que sembramos

(Funcionan aquí dos leyes: la de causa-efecto y la de la Reciprocidad)

La causa de errores repetidos y no enmendados, genera el efecto de no gobernar a nadie ni siquiera a uno mismo. 

 

 

 Un padre y su hijo pasean por un sendero de montaña. El niño tropieza, resbala y cae, se hiere en una rodilla y grita: “¡Aaaaayyyyyy!”

Con sorpresa escucha una voz que viene de algún lugar de la montaña:“¡Aaaaayyyyyy!”.

Curioso, grita de nuevo: “¿Quién eres?”. Y recibe como respuesta: “¿Quién eres?”.

El niño grita de nuevo: “¡Lo he preguntado yo primero¡”. La voz responde: “¡Lo he preguntado yo primero¡”.

Enfadado por la respuesta, el niño grita más fuerte: “¡Estúpido!”. Y recibe la respuesta: “¡Estúpido!”.

El niño mira a su padre y le pregunta: “Papá, ¿qué es lo que está pasando?”.

El padre sonríe y le dice: “Presta atención, hijo mío!”. Y el hombre comienza a gritar: “!Eres un campeón¡”. Y la voz responde: “!Eres un campeón¡”.

El niño vuelve a sorprenderse pero sigue sin comprender, el padre le explica: “La gente lo llama eco, pero en realidad esto es la vida, te devuelve cualquier cosa que dices o haces. Nuestra vida es un reflejo de nuestras acciones.

 Vamos a terminar hoy así:

Recibimos lo que emitimos

(Siguen funcionando aquí las dos leyes anteriores: la de causa-efecto y la de la Reciprocidad)

 

La vida es como un eco, si no te gusta lo que recibes presta atención a lo que emites.

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COLUMNA

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Dios, de nuevo

Durante el banquete todos juntos cantaban y reían, se hacían promesas de amor y de paz. Terminada la fiesta la gente continuó matándose como si se tratara de un oficio ordinario

 

MANUEL VICENT

24 DIC 2023 - 05:00 CET

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Nació en una gruta muy oscura una Nochebuena como esta. Las semillas, los insectos y algunos reptiles, antes que los pastores, supieron que había nacido dios y a su manera celebraron un prodigio semejante. Gracias a la energía que brotaba de esa gruta las semillas germinaron bajo tierra, los insectos iniciaron su bullicio entre las gemas de las flores, los lagartos hibernados movieron la cola. Toda la naturaleza se desperezó como un gato después del sueño. Los humanos tardaron en darse cuenta de que era el dios de cada día el que había nacido en esa cueva y al final terminaron por convertir ese milagro en una fiesta. Para conmemorar su nacimiento por todo el Imperio Romano la gente se hacía regalos, los amos sentaban a sus esclavos esa noche a la mesa y con sus propias manos les servían exquisitos manjares y licores. Durante el banquete todos juntos cantaban y reían, se hacían promesas de amor y de paz, aunque al abrazarse notaban que las dagas seguían bajo las faltriqueras. Terminada la fiesta los amos y los esclavos volvieron cada cual a su lugar, unos abajo y otros arriba, y la gente continuó matándose como si se tratara de un oficio ordinario. El niño nacido en la gruta creció un poco más cada día hasta que la savia de los árboles llegó a la última punta de todas las ramas y los trigales comenzaron a ondularse con la brisa de primavera. Pero ese dios estaba destinado a morir, un rito que sucedería cuando al terminar la siega el calor del verano hiciera estallar las sandías que había en la mesa. Su muerte sería muy lenta hasta convertirse en otra hoja amarilla que en otoño pisas con los zapatos. Morir para resucitar, esa es la promesa que nos ofrece la luz del solsticio de invierno, el nuevo dios que vuelve a nacer esta Nochebuena. Morir moriremos todos, pero resucitar es cosa de cada uno según a cada uno le parezca. Salud.

 

 

 


domingo, 17 de diciembre de 2023

PERSISTIR EN EL ERROR, ES UN ERROR

 

PERSISTIR EN EL ERROR, ES UN ERROR
 

“Si sigues haciendo lo que estás haciendo seguirás consiguiendo lo que estás consiguiendo”

 

Cometer errores es inherente a todos los humanos. Es, además, una fuente de aprendizaje si reflexionamos sobre el mismo y rectificamos los comportamientos oportunos para que no se vuelvan a repetir y, la próxima vez,   logremos con eses comportamientos rectificados mejores resultados que los que hemos obtenido hasta entonces. En toda conducta participa una emoción y en consecuencia podemos aplicar la siguiente regla de oro: actuar sobre los sentimientos para cambiar los comportamientos. 

Repetir reiteradamente el mismo error, es una evidencia palpable de que estamos perdidos por lo que se hacen  urgentes  dos cosas: saber el camino correcto que nos conduzca a dónde queremos ir  y, a continuación, seguir ese camino: son muchas las personas que saben lo que tienen que hacer, pero, muchos de ellos no hacen lo que saben que tienen que hacer.  En el  caso del que hoy nos ocupamos,  de los políticos en general y dado que los políticos son humanos entre los cuales existe una gran diversidad,  de algunos políticos en particular: no es cierto el estribillo de que “todos los políticos son iguales”. Nos ocupamos hoy de algunos, para no caer en el sesgo de la generalización, y sobre todo de algunos políticos en particular  en los cuales  el problema no se encuentra tanto en las circunstancias que se le dan en el día a día como en la causa que los lleva al efecto de que generan muchos problemas los cuales persisten.

En otro artículo anterior sostenía que no me gustaba la clásica clasificación de izquierda-derecha dadas las connotaciones que arrastraba; que prefería la de progresistas y conservadores. La política en nuestro país anda mal. La derecha de España (ya ni siquiera hablamos  de la  ultraderecha, que la derecha tiene como socio necesario para poder gobernar, ambos, en donde los votos de los ciudadanos no le dan para hacerlo por separado) se encuentra en una clara desorientación vital cuyo resultado final se traduce en una crisis existencial relacionada con las personas consideradas individualmente, nuestro lugar en el mundo, la calidad de nuestra existencia, y los significados colectivos que explican quiénes somos y cuáles son nuestras creencias sobre el mundo y nuestra visión personal sobre la vida. La política, en general, y la vida de muchos  ciudadanos, en concreto, se percibe llena de dificultades.  

La política en España  se siente y se encuentra mal, ha caído, entre otros muchos síntomas,  en la perniciosa enfermedad de la polarización afectiva: grado o intensidad de la antipatía que un votante siente  hacia el resto de los partidos.  Ha perdido su norte  y parece ignorar que lo que se deja de controlar se descontrola y, a la vez,  descontrola a las personas que tenían la obligación de encauzar la situación: el rol del gobierno es gobernar logrando mejorar la vida de la mayor parte de ciudadanos, muy especialmente de los más necesitados. El papel de la oposición no se limita a generar la mayor bulla posible. Han olvidado, o quizás nunca lo han sabido,  que la calidad que los humanos aportamos a la sociedad consiste en añadir valor a cualquier cosa que hagamos. Hoy por hoy,  (esperemos que mañana sea diferente) los conservadores  españoles lo único que nos aportan a los ciudadanos es ruido, mucho ruido (al cual me gusta definir como “sonido molesto”), estridente, algarabía, griterío, vocerío, barullo...Ya nos decía Schopenhauer que “la cantidad de ruido que alguien puede soportar es inversamente proporcional a su capacidad mental”.

Cada vez que cualquiera de sus dirigentes salen en los medios de comunicación actúan como un pirómanos echando leña al fuego, más concretamente, parecen tener grabado en su cerebro el camino que les llevará al éxito sin darse cuenta de que cada día les aleja más del mismo cometiendo error tras error sin ponerle remedio a los mismos. No nos vamos a parar en sus múltiples declaraciones en los medios de comunicación y las redes sociales. No vamos a mencionar todos los palos que ponen cotidianamente en las ruedas del gobierno para que este no funcione y se vaya al garete. No diremos nada sobre su actitud que no contribuye para nada en  compensar las carencias de aptitud de muchos de sus líderes conservadores.  Resumiendo, podemos sintetizar su estrategia gravada en sus cerebros así: nuestro rol consiste en  hacer el papel de encendedores de amígdalas: cuando le escuchan sus seguidores generan en ellos por la vía indirecta euforia. Cuando le escuchan sus contrarios que son, numéricamente más, le generan por vía directa (lo explicamos a continuación de la siguiente imagen) un pernicioso malestar que les aleja de sus proclamas hiperbólicas, por lo que dicen (ni un solo argumento y sí muchas mentiras, falacias y un largo etcétera de vocablos equivalentes) y por cómo lo dicen (con un exceso de agresividad que expresa y visibiliza muy fehacientemente su rostro.

Da la impresión de que consideran a  sus oyentes, si seguimos  a Schopenhauer, con escasa o nula capacidad mental. Tal vez son conocedores de que nuestra amígdala genera, entre otras muchas emociones,  miedo el cual, cuando adquiere determinada intensidad,  programa dos posibles respuestas: huir o luchar. Es por esto por lo que antes despiertan a   sus seguidores con un coctel emocional apropiado  y señalan a un personaje hacia el que deben canalizar sus negativas emociones, muy especialmente hacia el Legítimo Presidente del Gobierno: Pedro Sánchez, hasta llegar al tabernario insulto.


 

Generamos emociones por dos vías:

Una vía directa: Tálamo – Amígdala.

    Una  vía indirecta: Tálamo – Corteza cerebral – Amígdala.

     La vía directa es rápida, primitiva, inconsciente pero muy útil para adaptarse a situaciones peligrosas inmediatas. La vía indirecta es lenta, elaborada, más precisa, consciente, y permite una adaptación más fina y menos errónea. Esta vía indirecta produce sentimientos que es la parte consciente de las emociones, y a través de la evaluación o interpretación  que damos a la situación genera sentimientos distintos.

      Las emociones funcionan en relación con los pensamientos y las distintas situaciones. Estas situaciones que provocan emociones pueden ser de dos tipos:Situaciones que provocan emociones súbitas como la sorpresa, inconscientes. Reacción             emocional y corporal súbita ante un estímulo no esperado. Situaciones que producen               emociones elaboradas en las que interviene nuestra interpretación    cognitiva. Reacción o inhibición provocada tras analizar un hecho u objeto.Tanto una como la otra pueden ser aprendidas a través de un proceso de condicionamiento. Cuando las emociones son aprendidas, fruto del aprendizaje, se trata de una reacción emocional positiva o negativa ante un estímulo en función de las experiencias previas que hemos tenido con dicho estímulo. Por lo tanto es preciso un nuevo reaprendizaje para cambiarlas. La “desensibilización sistemática” es una técnica directa utilizada por los psicólogos basada en el reaprendizaje para cambiar las reacciones a un estímulo concreto. La “reestructuración cognitiva” es otra vía más analítica basada en el razonamiento para llegar a una nueva interpretación de situación

            

Richard S. Lazarus y Bernice N. Lazarus sostienen en su libro titulado ‘Pasión y Razón’, editado por Paidós, que las emociones existenciales son la Ansiedad-Miedo, la Culpa y la Vergüenza. La Ansiedad-Miedo se centra en nuestra seguridad personal, nuestra identidad como individuos, así como con temas de vida y muerte. La culpa y la vergüenza tienen en común que las dos se centran en la percepción de un fracaso personal. De forma más concreta, la culpa se refiere a las infracciones morales y la vergüenza se centra en nuestro fracaso en vivir según nuestros propios ideales y los de los demás.

  Los conservadores de España no solamente creen que los humanos normales (normalidad estadística) tenemos nula o escasa capacidad mental por eso utilizan la estrategia de generar en sus escuchantes no argumentos racionales  expresados razonablemente, sino, activando emociones y sentimientos, cuanto más negativos mejor. No nos considera personas pensantes y proactivas que nos auto gestionamos en función de nuestros valores e intereses, y que  no somos meros instrumentos a los que se puede utilizar para salirse, ‘ellos’, con la suya no vaya a ser que ‘nosotros’ nos salgamos con la nuestra.

No permitamos que los políticos, en general, nos instrumentalicen:

Combinando la  razón y la emoción podemos sostener que  la libertad no está  solo en  “poder tomarse unas cañas”. Está, sobre todo,  en  poder decidir lo que hago frente a lo que ocurre y lo que sentimos. El razonamiento  proporciona el conocimiento de lo que ocurre y el conocimiento  de lo que sentimos nos permitirá saber lo que queremos.  

Nos lo advertía Alain Finkielkraut en su libro: La humanidad perdida. Ensayo sobre el siglo XX,. Anagrama, Barcelona, 1998: 

“Una sociedad que sólo valora lo material, convierte al ser humano en instrumento, lo rebaja de nivel y lo hace mercancía”. 

 Cosechamos lo que sembramos




Cosechamos lo que sembramos

(Funcionan aquí dos leyes: la de causa-efecto y la de la Reciprocidad)

La causa de errores repetidos y no enmendados, genera el efecto de no gobernar a nadie ni siquiera a uno mismo. 

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MANUEL VICENT

17 DIC 2023 - 05:00 CET

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Los ejércitos bombardean; los terroristas ponen bombas. Unos lanzan centenares de misiles con una precisión matemática; los otros pueden producir una carnicería si se inmolan con una faja de dinamita o colocan una carga de explosivos bajo un coche, o asaltan con una metralleta una discoteca o un mercado; también pueden degollar con una daga; luego se esconden como alimañas, mientras los ejércitos al final de su matanza desfilan y reciben medallas. Pero la alta tecnología ya permite a los terroristas el sueño de obtener también armas de destrucción masiva, algo que está a punto de suceder, como ha demostrado el abominable crimen de los terroristas de Hamás, no solo condenable por su execrable maldad sino también por su estupidez, puesto que era previsible la venganza que iba a desencadenar. Solo que parecía difícil imaginar que esa sed de venganza de los israelíes sobre el pueblo palestino de Gaza fuera tan insaciable, hasta el punto que está alcanzando un carácter bíblico como en los peores tiempos del Yahvé más sanguinario. Su ejército lanza los misiles con tal saña sobre gente inocente, entre los que se encuentran miles de niños, que da la idea de que los quisiera exterminar. Ignoro si a esta masacre sin freno se le llama genocidio, guerra de exterminio o crimen de guerra, pero es evidente que ese espectáculo atroz solo por el hecho de contemplarlo en los telediarios rodeado de anuncios navideños causa una profunda degradación en el alma del espectador. Queda por ver el precio emocional que nuestro inconsciente va a pagar a la hora de metabolizar las imágenes en directo de niños destrozados mientras suenan dulces canciones de navidad; hospitales con los enfermos saltando por los aires entre turrones, perfumes, calles iluminadas, familias felices que esperan al hijo que vuelve a casa chapoteando sobre el charco de sangre que invade el salón del dulce hogar.

 














sábado, 9 de diciembre de 2023

ALGARABÍA POLÍTICA (continuación)



ALGARABÍA  POLÍTICA 

(continuación)

 

Empezamos el artículo del domingo pasado que titulamos Algarabías políticas diciendo que  todos los humanos, cuando procesamos información   caemos, unos más y otros menos, en  “distorsiones cognitivas” que nos llevan a interpretaciones muy alejadas de la realidad. Un ejemplo paradigmático,  que todos los días sufrimos los ciudadanos,  hace referencia a los políticos: son capaces de adulterar una noticia veraz referida a hechos contrastados hasta convertirla en otra que cambie por completo el mensaje  original en su contrario pasando lo que ayer  era blanco hoy a negro. 

Procede hoy, antes de hacer referencia a algunos de los sesgos más significativos,  profundizar un poco más en el concepto de sesgos cognitivos: distorsión que nos sucede cuando procesamos información y que  nos afecta no sólo a la interpretación adulterada  que hacemos de la realidad  sino, también,    a las decisiones que tomamos y en consecuencia a las actuaciones (comportamientos) que llevamos a cabo para ejecutar la decisión. Este proceso es de vital importancia para todos los humanos pero, mucho más,  para todos aquellos que toman decisiones que no solamente le afectan a ellos mismos  sino a muchas personas y colectivos:  nos estamos refiriendo, entre otros muchos, en este caso concreto  a los políticos  y muy especialmente a aquellos que ejercen de líderes, es decir, a aquellos que ostentan el poder.

Es también fundamental  para todos y,   sobre todo, para los políticos a los que acabamos de referirnos,   que sean conscientes de los sesgos cognitivos en los que suelen caer y se doten de las oportunas herramientas (las hay y algunas muy eficaces) que se los minimicen: apertura mental, cuestionar la información que nos llega, desarrollar el pensamiento crítico,  revisar  viejas creencias que en su día nos  pudieron haber sido útiles pero que hoy nos aportan únicamente graves consecuencias derivadas de la  falta de adaptación a la realidad actual, saber que alguien puede tener una opinión muy elaborada sobre algo pero que , aun así, muy alejada del mejor punto de vista que puede llegar a poseer...



Las herramientas para mejorar esta cuestión exigen todas ellas, como primer y elemental paso, la escucha: poner el foco en lo que el interlocutor nos dice en lugar de ponerlo en lo que le vamos a decir nosotros.

<<Necesitamos escuchar ideas que no compartimos, respetar al que las dice y tener un poquito de humildad para admitir la posibilidad de que, a lo mejor, hay cosas en las que el otro lleva razón<<. JORGE MARIRRODRIGA, https://elpais.com/opinion/2023-11-22/no-podemos-dejar-de-hablarnos.html

La herramienta que aporto a continuación puede ser una buena aproximación al objetivo que todos deberíamos marcarnos de incrementar nuestra racionalidad  para llegar a través  de ella (es el único camino posible) a la objetividad. Sólo así se pueden tomar decisiones que alcancen los estándares éticos y morales (único camino posible, a mi juicio,  para arreglar el mundo tan estropeado que tenemos en estos momentos. Pienso que no  vamos  a mejorar su funcionamiento con las ideologías, los populismos, los partidos políticos sino formando  a los ciudadanos para que interioricen los principios  de disciplinas como la ética y la moral.

"Necesitamos desarrollar una masa crítica de ciudadanos  éticos. Los ciudadanos éticos son personas que comprenden el propósito de las empresas y la contribución vital que estas pueden hacer a la sociedad, reconocen las normas implícitas  en ese propósito  y alientan a los negocios a cumplir las obligaciones mediante dos presiones: la estima y la desaprobación."  Collier, P. : El futuro del capitalismo. Cómo afrontar las nuevas ansiedades. Barcelona, Debate,2019, p. 136




Si estás interesado puedes leer:

Los 6 PILARES de la  MORAL :

Los fundamentos morales

https://neuroforma.blogspot.com/2020/02/los-seis-pilares-de-la-moral-1.html


No voy a explicar todo lo que se infiere de la imagen de arriba, no es el momento de extenderme en demasía (me llegan mensajes de algunos  lectores diciéndome que mis artículos son "muy largos”. Como síntesis podemos decir de la misma  que solamente deberíamos tomar decisiones cuando nuestro estado emocional esté dentro de la zona amarilla. De la zona de la izquierda que corresponde a las emociones negativas  hay que escapar  y ya no digamos nada cuando la intensidad de este tipo de emociones  es alta lo cual quiere decir que estamos funcionando desde la pura irracionalidad estado que nos impide acercarnos a  la  objetividad.

<<[...]mientras los líderes políticos estabulados en un salón del Congreso han celebrado la Carta Magna, que nos une a todos, sin hablarse, mirándose unos a otros con cara de perro, puesto que a algunos solo les falta aprender a mover el rabo y a ladrar. La gente común, aun cargada de problemas, ha tratado de cumplir con su deber de ser feliz>>. Manuel Vicent

Si estás interesado en el tema puedes leer:

Sentirse BIEN, sentirse MAL

https://neuroforma.blogspot.com/2022/02/sentirse-bien-sentirse-mal.html

 

  Copio y pego la siguiente imagen que alguien me envío. Dado que este blog es puramente altruista y no quiero anuncios publicitarios pagados en el mismo, la comparto con los lectores  por su potencia pedagógica con lo que estamos escribiendo.


Me pareció relevante comenzar así este nuevo blog, dado que va a ser una continuación del otro, pero, con algunas diferencias esenciales. Las circunstancias cambian, y con ellas nosotros, y es debido a esto que  no se ajusta exactamente, lo que escribía en el año 2011, a lo que ahora pretendo. Ya es un tópico aquello de que es necesario reinventarse. Entiéndase en este caso,  no como “cambiar la forma de ser”,  sino en el sentido de “cambiar la forma de estar en el mundo”. Con respecto al inicio de 2011, ha cambiado sustancialmente mi forma de estar en el mundo.

Si estás interesado en el tema puedes leer:

SOBRE MÍ

https://neuroforma.blogspot.com/2016/10/comienzo-2-si-has-leido-la-primera.html

Los analistas políticos que estos días salen en TV explicándonos los  fregado en el que estamos metidos hablan no en función de hechos objetivos sino  cada uno a su manera, siempre, por supuesto, que  coincida con lo que su partido considera que entra dentro de lo “políticamente correcto”, dicho de otra manera, lo que cae bien a la ideología que profesa por mucho que lo dicho sorprenda a parte de la población debido a su demagogia. Lo confirma el hecho de que alguien que toma, en estos tiempos, la opción de la guerra  algo en  su mente está estropeado, no funciona bien. Será por eso que ahora hace tantos esfuerzos por racionalizar su decisión, explicándola a través de  gigantes falacias sin sentido y que al parecer el trata de venderlas como “argumentos de peso”. Echa mano del  Sesgo de confirmación: Buscar, interpretar o recordar información de manera selectiva para confirmar nuestras creencias preexistentes. Los “creadores del relato” buscan datos que respalden sus opiniones políticas y descarten  información que contradiga sus puntos de vista.

Hasta son capaces de convencernos de  <<[...]que los españoles seamos libres e iguales ante la ley según proclama esta Constitución, que en el momento de ser concebida fue negada y denostada por la extrema derecha, la misma que hoy la defiende como una creación propia para convertirla en un arma arrojadiza<<. Manuel Vicent

En una asignatura que cursé ya hace muchos años estudiábamos que el lenguaje siempre era un acto intencional, es decir,  cuando conversamos con alguien buscamos algo: un objetivo previamente planificado, influir en él, etc. Reflexioné estos últimos tiempos observando los monólogos y también algunos (muy pocos) diálogos que aparecían en los medios de comunicación en los que los protagonistas eran los políticos. No sé si fue en esa asignatura u otra en la  que también se nos decía que  sean cuales sean nuestros objetivos, comunicarnos con efectividad con la gente que nos rodea es vital para conseguirlos. No se puede lograr nada, no se puede ejercer ningún papel social con eficacia, sin dominar la comunicación. Detrás de un buen padre, un buen jefe, un buen compañero, de un buen político (aquel que mejora la vida de los ciudadanos...) está siempre el dominio de la comunicación. Detrás de muchos problemas referidos al bienestar psicológico, la salud física y mental, el alcoholismo, la depresión, el descontento matrimonial, el divorcio, la falta de productividad laboral, el envejecimiento prematuro, etc., está   la falta de comunicación o una comunicación deficiente.


Con la reflexión, y poniendo el foco en el PP+VOX,  me cayó el alma al suelo y en ese estado me asaltaron diversas peguntas:

 












¿Cuáles son las intenciones (confesables) previas de estos partidos que se comunican con semejante estilo?

 

¿Qué objetivos (confesables) buscan lograr de esa manera?

 

¿Habrán pasado por alguno de los problemas que acabamos de

mencionar?


¿Sus "neuronas espejo" no se le activan para sentir empatía con personas que lo están pasando mal?













En el artículo anterior del domingo pasado hablamos de algunas distorsiones cognitivas las cuales tienen una gran importancia en nuestro mundo mental y tienen su posible expresión en el diálogo interno, (autocharla) que todos, de forma consciente o inconsciente, mantenernos con nosotros mismos.

Vamos hoy mencionar otra que se utiliza con profusión y que conocemos como <<Lectura del Pensamiento<<. Entiendo las dudas de algunos ciudadanos sobre si Pedro Sánchez buscaba  exclusivamente los votos que le hacían falta para gobernar (ambición de absolutamente todos los políticos). A través de esta distorsión creemos adivinar todo lo que los demás están pensando, creemos conocer sus motivaciones ocultas, adivinamos como se comportarán en el futuro hacia nosotros. “Me trata bien pero yo sé que no le caigo simpático”. Todo ello bajo un prisma negativo y distorsionado. Ejemplos paradigmáticos nos los ofrece todos los días el Sr. Feijóo. Subyace en esta distorsión un mecanismo de proyección por el cual se imagina que los demás piensan y actúan de la misma manera que nosotros haríamos ante la misma situación. Sin pretender por mi parte caer en el sesgo que estoy describiendo, desde la autenticidad y sin ningún tipo de condicionamiento sostengo que es muy probable (99%) que el Sr. Feijóo pactaría con el Sr. Puigdemont  la amnistía si pudiera con ello gobernar. 

  

Muchos ciudadanos pensamos, entre ellos yo, que puede que pesara mucho, en las decisiones que tomó Pedro Sánchez, cual era la alternativa a si él no accedía al gobierno: Feijóo + Abascal gobernando. Desde esta perspectiva, a mi juicio, Pedro Sánchez   le hizo un gran servicio  a España. Además yo pienso (racionalmente amortiguando las emociones) que alguien tiene que arreglar el asunto catalán, que vuelvan a la normalidad y se integren en España.

Algunos se refieren a esto como “el mal menor” que suele ser tomado desde la emocionalidad. A mí me gusta más y define mejor la decisión de Pedro Sánchez y es más objetivo el “Coste de oportunidad”: El que Pedro Sánchez haya desechado la opción Feijóo+ Abascal es un auténtico servicio patriótico esencial (grano)  y no el que exhiben otros con anécdotas (paja).



Otro de los principios de Grice:


- PRINCIPIO DE REALIDAD: Suponga, como hablante, que sus interlocutores suponen que ustedes van a hablar de situaciones, estados o hechos comprensibles para ellos/as.

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 COLUMNA

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Dos milagros

 MANUEL VICENT

10 DIC 2023 - 05:00 CET

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El 6 de diciembre se ha celebrado el Día de la Constitución, votada en referéndum en 1978. Después de 45 años, constituye un verdadero milagro el que todavía siga vigente. Dos días después, el 8 de diciembre, en España se conmemora otro milagro, en este caso el de la Inmaculada Concepción. Entre estos dos milagros se tiende un puente que los españoles aprovechan para largarse de casa. En 1854, el papa Pío IX proclamó el dogma por el cual los fieles están obligados a creer que la Virgen María fue concebida sin pecado original y permaneció virgen con el himen intacto en el parto con el que dio a luz al hijo de Dios. Ignoro qué es más difícil de creer, el que la Virgen fuera fecundada por obra y gracia del Espíritu Santo en forma de paloma o el que los españoles seamos libres e iguales ante la ley según proclama esta Constitución, que en el momento de ser concebida fue negada y denostada por la extrema derecha, la misma que hoy la defiende como una creación propia para convertirla en un arma arrojadiza. Entre la derecha y la izquierda han sido volados todos los puentes, salvo este que se apoya en dos milagros y que los españoles con gran placer han aprovechado para desparramarse por mares y montañas, llenando hoteles, estaciones de esquí, casas rurales, restaurantes, bares y terrazas, mientras los líderes políticos estabulados en un salón del Congreso han celebrado la Carta Magna, que nos une a todos, sin hablarse, mirándose unos a otros con cara de perro, puesto que a algunos solo les falta aprender a mover el rabo y a ladrar. La gente común, aun cargada de problemas, ha tratado de cumplir con su deber de ser feliz.

De regreso a casa, al final del puente, podría producirse un gran atasco, pero este no será comparable con el que provoca la ideología petrificada de los políticos de cada bando que permanecen con los pies enterrados en la arena dándose garrotazos.