CAUSAS FICTICIAS EFECTOS PERVERSOS
‘La última vez que voté fue el domingo, 28 de mayo de 2023 (Elecciones municipales). Como siempre que he votado (no recuerdo que no haya faltado a ninguna de las convocatorias a las que hemos sido convocados). Los que hemos pasado parte de nuestra vida: niños-adolescentes- primera juventud en un régimen dictatorial, terminamos cogiendo un apego a las urnas a las que guardamos una fidelidad absoluta.
Inicio los artículos que
escribo los domingos que coinciden con elecciones de la forma que acabo de
iniciar el de hoy. El último que escribí lo titulé ‘Contando Votos.’
He decidido titular de esta manera el artículo de hoy, debido a que está de plena actualidad en los medios de comunicación habituales, en las redes sociales y en los comentarios que hacen los lectores de los periódicos digitales a los artículos que escriben los periodistas, muchas opiniones que tratan de matizar y diferenciar entre casualidad y causalidad.
Así, por ejemplo, escribía Juanlu Sánchez en elDiario.es. lo siguiente: “Oye, que lo mismo es casualidad. Lo mismo es casualidad que un juez acepte abrir un caso basado en recortes de prensa sin pruebas contra una tal Begoña Gómez que es esposa del presidente del Gobierno. Lo mismo es casualidad que decida seguir adelante a pesar de que la Guardia Civil le pone un informe encima de la mesa diciendo que no hay ningún indicio de delito. Lo mismo son cosas de la vida, puritita casualidad, que ese juez decida, sin que haya ningún indicio nuevo, ni tenga declaraciones de ningún testigo, ni haya ninguna novedad de ningún tipo, imputar a esa tal Begoña Gómez a cinco días de las elecciones europeas. El magistrado Juan Carlos Peinado la ha llamado a declarar como investigada el próximo cinco de julio a las diez de la mañana.” Juanlu Sánchez en elDiario.es.
Soy socio de elDiario.es. desde hace años pues considero una obligación moral apoyar a periódicos de investigación serios y rigurosos. Me parece captar cierta ironía (no confundir con sarcasmo) en el texto de Juanlu, la cual valoro y pido a los tres poderes del Estado que, por favor, nos respeten y no atenten contra la capacidad intelectual de los ciudadanos. Nos están metiendo en múltiples paradojas y afirmaciones que si las contrastamos con los hechos no sólo atentan contra la lógica sino que, además, ponen de manifiesto que se contradicen. Ante paradojas de este tipo puede ser de utilidad, recurrir a la "Navaja de Ockam" : "Entre dos teorías en igualdad de condiciones que tienen las mismas consecuencias, la explicación más sencilla suele ser la correcta." para, como decimos los gallegos, "desbrozar" y clarificar la situación. Digámoslo claramente, sin circunloquios, que el ruído no nos confunda: Montesquieu tenía razón cuando decía que "todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo; va hasta que encuentra límites.” (ver en Transparencia 2 La conducta regulada por las consecuencias)
Transparencia 1: Elaboración propia
También tenía razón al sostener que la separación de poderes contribuye a la protección de los derechos individuales y al funcionamiento democrático.
A mi juicio, de todo lo que está ocurriendo en estas elecciones, que votaremos este domingo 9-06-2024, la mayoría de acontecimientos son fruto de la causalidad (hay previamente una intención planificada esperando que produzca un efecto determinado). También suceden determinadas acciones que podemos englobarlas bajo el título de “Sin rumbo ni orden.” Esto pasa por que ejecutar la planificación exige mucho rigor y voluntad para la puesta en práctica en el día a día y no todos tienen la voluntad necesaria ni el rigor exigido. Es mucho menos agotador contar cuatro anécdotas (huyendo de lo esencial) y entretener al personal. Además proporciona un refuerzo positivo al ponente cuando su público le ríe sus gracias. Su ego sale inflado. No olvidemos que el ego inflativo es un generador de emociones negativas y todos hemos contemplado a determinados personajes saliéndose de sus casillas y completamente fuera de sí.La falta de ego (escaso) y el ego inflativo (excesivo), generan un ratio emocional muy bajo. En cualquier tipo de entorno en el que las personas se caractericen por el ego equilibrado, sin duda, generan muchas más emociones positivas que negativas
Transparencia 2: Elaboración propia
Sin duda la “ley de causa- efecto” está muy extendida en múltiples contextos de la sociedad. La mayoría de asignaturas que tienen que estudiar y aplicar los ingenieros y todos los demás técnicos, se basan en esta ley. La utiliza también la ciencia para llegar a resultados empíricos eficientes. La utilizan (a veces con gran torpeza) los políticos, cierto que unos más que otros, de forma sibilina para obtener unos buenos resultados en las elecciones. La utilizan las instituciones que tienen algún tipo de poder para facilitar el efecto de que los de su ideología ganen las elecciones fabricando para ello causas disparatadas que acaban produciendo efectos (dudé cuando escribí el título de este artículo entre poner adversos o perversos, optando, después de consultar la RAE, finalmente por el segundo que define así: (1. adj. Muy malo o que causa daño de manera intencionada. 2. adj. Que altera de manera perjudicial el orden o el estado normal de las cosas).
La ley de causa- efecto utilizada por la ciencia no es infalible. Por eso decimos que todo es mutable, incluso la ciencia, la cual no llega a verdades definitivas sino provisionales y tiene la capacidad y a su vez la humildad, de sostener sobre algo lo siguiente: con los conocimientos científicos que tenemos al día de hoy, podemos sostener que esto es… En otros muchos ámbitos lo casual se impone sobre lo causal.
Transparencia 3: Elaboración propia
Si los políticos, en
general, hubieran adquirido la competencia de negociar, como manejan (algunos a veces con malas artes) la de
presionar, sin duda problemas que hoy por hoy damos como irresolubles a juzgar
por el tiempo que permanecen sin posible arreglo, nuestra democracia no estaría
tan en peligro como está en estos momentos, en los cuales debería estar
funcionando con el paradigma de la interdependencia:
Yo dependo de ti, tú dependes de mí
El primer paso
para funcionar dentro de este nuevo y actual paradigma es tener en cuenta que en las interacciones entre humanos no funciona la ley
de causa- efecto, y no funciona por varias razones:
- 1. Una misma causa puede producir efectos diferentes en personas diferentes.
- 2. Una misma causa puede producir un efecto en una persona hoy, y mañana, en la misma persona, puede producir un efecto diferente dependiendo del estado y momento en el que se encuentre.
- 3. La interacción entre los elementos, hace que a veces se convierta una causa en el efecto y un efecto en una causa.
- 4. En los problemas humanos de interacción ocurre que en la mayoría de las situaciones la causa más visible no es la causa más importante.
- 5. Lo racional y lo emocional casi siempre van juntos.
Advertir a los
que tienden a justificar lo casual como
causal que somos, grosso modo, muy hábiles percibiendo los efectos de algo pero
realmente torpes para ver la causa. Los japoneses nos dicen que un problema se
resuelve, solamente, cuando atacamos las
causas últimas o raíz a la que llaman 'la causa de las causas' Entre las
herramientas que nos ofrecen para
encontrarlas, una de ellas es la llamada 'Los 5 ¿Por qué?', ya que están
convencidos de que las causas se
encuentran, por lo menos, cuatro niveles por debajo de la superficie. Por eso,
para llegar a la causa raíz se hacen,
ante cada una de las causas, 5 veces la
pregunta ¿Por qué?
Invito
a leer, al que quiera profundizar :
LA
CAUSA DE LAS CAUSAS
https://neuroforma.blogspot.com/2023/09/los-5-por-que.html
En general, hay personas, en las que se incluyen también los políticos, que se mueven mejor en el mundo de la conspiración que en el de las ideas. Hay otras que se mueven mejor en el mundo de las ideas que en el de la conspiración. En función de lo anterior suelen tomar cuatro tipos de decisiones:
1. Cómodas
2. Pragmáticas
3. Precipitadas
4. Inteligentes
Cuando logremos que los políticos (poder ejecutivo) que nos gobiernen tomen decisiones inteligentes, la democracia habrá ganado muchos puntos.Los que se mueven mejor en la conspiración suelen tomar decisiones precipitadas. Los segundos, de las ideas, las reparten entre las cómodas y las pragmáticas.
Para todos cabe preguntarse no por las casualidades ( lo que surge fruto del azar es ingestionable) pero sí por las causas (buscar la relación de causa y efecto entre dos eventos o situaciones, sí es gestionable siempre y cuando, como decíamos más arriba, se tenga la voluntad y el rigor de aplicar lo planificado en el día a día) :
Transparencia 5: Elaboración propia
¿Cansancio o falta de criterio?
¿Cuales son las causas de la falta de criterio?
¿Que las personas no piensan?
¿Que las personas tienen miedo a decir lo que piensan?
Transparencia 6: Elaboración propia
Pasar de ser una pesada carga para la sociedad a tener en la misma sociedad un peso político, no sólo es un cambio cualitativo sino también un cambio cuantitativo importante y significativo.
"Me ha costado cuatro décadas comprender que el hombre empieza a vivir en la medida en que deja de soñar consigo mismo. Que empezamos a dar frutos cuando dejamos de construir castillos en el aire. Que no hay nada que no tenga su cepa en la realidad. Cuanto más se familiariza uno con la realidad, sea esta cual sea, mejor." Pablo d'Ors
i
Las lecciones del paraíso
Al cumplir los siete años, empezó a pensar que el bien
y el mal estaban atados con un mismo nudo
No había cumplido todavía siete años
aquel niño cuando una tarde de verano con unos niños de su edad jugaba junto a
una acequia que discurría entre naranjos. Todos se bañaban desnudos. El agua
era profunda, fresca y clara. No muy lejos se oían gritos y chapuzones de otros
niños. Aprender a nadar y a guardar la ropa eran las dos primeras lecciones que
se aprendían en aquel paraíso terrenal. El niño que se bañaba desnudo tenía que
esconder la ropa en la copa de un árbol para evitar que una pandilla de
chavales aviesos se la llevaran y hubiera que volver a casa en cueros con el
bochorno ante todo el mundo. En un momento en que este niño, que tal vez iba
para poeta, se encontraba lleno de dudas mirando absorto a las libélulas que
sobrevolaban la acequia, uno de los amigos, el más leal, lo empujó por la espalda
y lo echó al agua. Todavía no sabía nadar. Pudo haberse ahogado. De hecho,
haber sobrevivido lo consideraba el primer milagro que le había regalado el
azar. Comenzó a bracear y de pronto sintió que bastaba con no ponerse nervioso
para que su cuerpo comenzara a flotar. Al salir del agua se le planteó un
dilema: darle una patada en los huevos a aquel niño que le había empujado a
traición o abrazarlo con emoción y darle las gracias por haberle obligado a
salir de dudas, a vencer el miedo y a afrontar el peligro, una contradicción
que ya no lo abandonó a lo largo de la vida. Al cumplir los siete años, recién
instalada la inteligencia en su cerebro, este niño empezó a pensar que el bien
y el mal estaban atados con un mismo nudo. Por un lado, a esa edad el uso de
razón le hacía culpable, de modo que cualquier pecado podía llevarlo al
infierno; por otro, podía bañarse desnudo en la acequia de agua clara que
discurría entre los naranjos, un placer furtivo, lleno de armonía que lo
redimía. A nadar y a guardar la ropa hoy lo enseñan las altas escuelas de
economía y política, inspiradas por el propio Maquiavelo, pero son lecciones
que aquel niño aprendió en el paraíso.
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