domingo, 7 de julio de 2024

Protección mental

 

Protección mental
 

“Parece que a mi alrededor las cosas son como deben ser, como eran antes; están donde siempre deben estar, como estaban antes, solo que ahí fuera parece que ahora el mundo se está rompiendo en pedazos y hay que defenderse.” Manuel Vicent

 

¿Qué sueles sentir?

En un día típico y representativo de tu vida, ¿Qué sientes con más frecuencia: miedo, desilusión, preocupaciones, temores, …? ¿ O más bien sientes optimismo, ilusión, entusiasmo, esperanza, ..? 

Una forma de sentir te lleva al fracaso y a la frustración, mientras que la otra te lleva al logro y a los resultados.

¿Qué hace que sientas lo que sientes?

Sea lo que sea lo que sientes, ello no es debido a la realidad que te toca vivir, sino a lo que piensas, a las ideas que tienes en tu mente acerca de esa realidad. Es por esta razón, que dos realidades objetivas, vividas por dos personas diferentes, lleva a una a sentir sobre todo emociones positivas, agradables, mientras que la otra siente emociones negativas, desagradables.

Lo que marca la diferencia no es la realidad, sino tu pensamiento. Deshazte de estos pensamientos, cámbialos por otros y cambiará tu realidad.

¿Cómo piensas lo que piensas?

La base de tus pensamientos está en lo que crees. Tus creencias son las responsables de tus pensamientos. Investiga tus creencias y llegarás a la raíz de tus pensamientos. Son ellas las que dan una estructura a nuestra mente, creando un “estilo de pensar”, unos hábitos o programas mentales orientados a la negatividad o a la positividad.

También son los “cimientos” de los valores. A partir de lo que creemos, creamos nuestros valores. Los valores son las priorizaciones que tú haces acerca del valor que tienen para ti las cosas. Influyen en tus pensamientos, sentimientos y acciones.

Creencias y valores influyen en lo que experimentamos y en como lo experimentamos. Por eso, cuando nuestras metas y objetivos se ajustan a nuestras creencias y valores, nace en nosotros una fuerza imparable: auto motivación. Por eso, también, cuando nuestras metas y objetivos no sintonizan con nuestras creencias y valores nos auto boicoteamos y auto limitamos.  (Ver apartado de “auto limitaciones: vive según tus sueños, no según tus miedos”)

“En propia defensa usaré este verano la sombra de la parra, el olivo, el limonero, el croar de unas ranas de noche en una charca cercana y los ojos de inmensa bondad con que me miraba la perra mientras deshacía la maleta.”Manuel Vicent

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 COLUMNA

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En defensa propia

He llegado al mar cargando con la suciedad que he acumulado en la mente a lo largo del año

 

MANUEL VICENT

07 JUL 2024 - 05:00 CEST

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Está el ciprés, están las palmeras, están las adelfas, la mesa de ping-pong, la hamaca bajo el algarrobo, la sombra de la parra, el olor a hierba segada, la buganvilla, el olivo, el limonero, los cuatro naranjos del huerto de atrás y el horizonte del mar que se ve desde los sillones blancos de la terraza. Esta es la barricada que he levantado en defensa propia este verano. En este momento sale por la bocana del puerto el barco que va a Formentera. Todo parece natural, sencillo, alegre y austero. La lagartija asoma la cabeza por una grieta, pasa un bando de torcaces, se oye la llamada insistente de la tórtola, las salamandras cazan mosquitos en la pared con una táctica que para sí hubiera querido el famoso estratega chino Sun Tzu. Parece que a mi alrededor las cosas son como deben ser, como eran antes; están donde siempre deben estar, como estaban antes, solo que ahí fuera parece que ahora el mundo se está rompiendo en pedazos y hay que defenderse. He llegado al mar cargando con la suciedad que he acumulado en la mente a lo largo del año. He traído en el equipaje con toda su miseria la guerra de Ucrania, el genocidio de Gaza, el aire envenenado de la política que amenaza con descalabrar las instituciones del Estado. Más allá de las palmeras está el decrépito emperador Joe Biden que da la mano a sus fantasmas cerebrales frente a un búfalo desmesurado de color calabaza, Donald Trump, el nuevo Heliogábalo que amenaza con derribar todas las empalizadas de Occidente; está la extrema derecha a punto de convertir sus ladridos en decretos; están las mujeres asesinadas por ser libres, los náufragos que se cobra el mediterráneo cuyo horizonte lleno de veleros contemplo sentado en la terraza con los pies en la barandilla. En propia defensa usaré este verano la sombra de la parra, el olivo, el limonero, el croar de unas ranas de noche en una charca cercana y los ojos de inmensa bondad con que me miraba la perra mientras deshacía la maleta.

 

 

 

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