domingo, 15 de marzo de 2020

VIRUS CULTURALES: OPTIMISMO DE PANDERETA








VIRUS CULTURALES

Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro.”

Isabel Allende



Llevamos tiempo conviviendo con un virus muy potente. No pertenece a la familia de los corona virus pero puede llegar a ser, en casos extremos,  tan letal como este: es el virus del “optimismo de pandereta”. Pulula en el mundo virtual de las redes sociales y en la vida real se ha colado en los distintos ámbitos y esferas de nuestro mundo social. Ataca exclusivamente al cerebro. 


Sus profetas divulgan, recurriendo a la pedagogía del loro de repetición,  todo un conjunto de mensajes pertenecientes a la familia del  “pensamiento positivo”,  transformando cualquier situación, por muy trágica que esta sea, en otra  propicia para “ser feliz”. Logran semejante proeza, recurriendo a toda la gama de sesgos cognitivos que los seres humanos traemos de fábrica, y con los cuales podemos fabricar  interpretaciones falaces, inexactas, irracionales e ilógicas,  que nada tengan que ver con los datos objetivos que nos muestra la realidad. ​ 

Resumiendo, los profetas del optimismo de pandereta logran esta transformación utilizando  una extrema subjetividad,  y  recurriendo  a  la distorsión manifiesta  e interesada de la realidad.

Es este el paradigma dominante de la sociedad de nuestro tiempo y si alguien  no se enrola en el mismo,  se arriesga a ser condenado al ostracismo social, laboral, e incluso al educativo en el cual, es fundamental,  que haya una conexión entre las ciencias que se preconizan y los hechos objetivos que se dan en la vida de las personas.  

Si tus propuestas no sintonizan de forma absoluta con sus postulados  estas fuera de juego.


Ha habido una generalización  desde el mundo de la política al mundo social, en general,que explica muy bien aquella famosa frase de “el que se mueva no sale en la foto”
Se busca la conformidad entendida según la experimentó Solomon Asch el cual nos permitió conocer cómo influyen los otros en nuestra opinión, hasta el punto de  que aun  cuando tenemos la respuesta correcta, en muchas circunstancias, preferimos optar por seguir la opinión de otros para sentirnos aceptados en un grupo.
                                  




El grupo de los del “optimismo de pandereta” practica y exige la inhibición y se declara firme enemigo de la asertividad pasándose a la agresividad,  excluyendo y eliminando, de su esfera social,  a todo aquel que discrepe de sus postulados generando consecuencias de toda índole para el afectado.  No sólo cuenta con “encantadores de serpientes”, sino,   además, con  personas que siguen el juego a otras  que tienen  poder para tomar decisiones  que pueden facilitar  o dificultar mucho la vida de otras personas. Por resumir la cuestión: 




La estructura de este virus se forma a partir de unos emisores de los mensajes.  Estos mensajes,  se componen a partir de la utilización de falacias y otros sesgos que benefician al emisor. Los receptores de los mensajes deben, necesariamente,  “comulgar” con ellos sin el más mínimo cuestionamiento, sabiendo,  que si lo hacen,  se deja de contar con ellos, por lo que deben, antes de hacerlo preguntarse de cuantas opciones disponen como alternativa a la que tienen  en estos momentos.

El paradigma social del optimismo de pandereta crea una realidad ficticia, no existente, con el objetivo de manipular y someter a la mayoría de las personas a unas condiciones deplorables,  en beneficio de una minoría, llevando a la práctica, de forma extremista, el llamado Efecto Mateo


"Al que más tiene, más se le dará, y al que menos tiene se le quitará para dárselo al que más tiene".   

Es la versión moderna de la “banalización del mal”. Ya no tenemos con nosotros a Hannah Arendt que nos sugería que dada nuestra condición humana, deberíamos estar atentos.  

En la ciencia, cuando el paradigma dominante empiezan a salirle muchas lagunas y se encuentra con dificultades para explicar racionalmente determinadas parcelas de la realidad, es reemplazado por un nuevo paradigma emergente que da explicaciones más ajustadas de la misma.


 Es urgente reemplazar el “Optimismo de Pandereta”  por el “Paradigma del Optimismo Funcional”


Para que ello ocurra, lo primero es  empezar  por dotarnos todos y cada uno de nosotros, del valor de Autonomía Intelectual, el cual nos permite mostrarnos como una entidad autónoma para perseguir nuestras propias metas e intereses intelectuales siendo curiosos y de mente abierta. Esto nos permitirá no ser un mero títere que se limita a seguir puntos de vista ajenos, sino, lo que es más importante, esforzarse en distinguir entre lo verdadero y lo falso.

Sería bueno, a mi juicio, que cada vez que nos lavemos las manos (no metafóricamente,  no comprometiéndonos con las situaciones), sino con agua y jabón para protegernos  del coronavirus, aplicáramos la profilaxis ante el virus del optimismo de pandereta haciéndonos las siguientes preguntas:





¿Cómo percibo yo  el mundo?

¿Cómo utilizo mi atención en el mundo y llego a ser consciente del mismo?

¿Cómo llego a saber?






Entrevista de Jordí Évole al  papa Francisco.

- ¿Es usded óptimista?, le pregunta Évole
 - Respuesta del papa Francisco: 

 "Es una palabra que no me gusta, por que al menos a mí me suena a maquillaje. Yo tengo esperanza en la humanidad." 



Es necesario traspasar el Poder (Estatus social sobre las personas y los recursos) que actualmente tiene el optimismo de pandereta,   al optimismo funcional en forma de Logro (Éxito personal mediante demostración de competencia según criterios sociales)









lunes, 17 de febrero de 2020

LOS seis PILARES de la MORAL -1: FUNDAMENTOS MORALES



Los 6 PILARES de la  MORAL :

Los fundamentos morales






"Necesitamos desarrollar una masa crítica de ciudadanos  éticos. Los ciudadanos éticos son personas que comprenden el propósito de las empresas y la contribución vital que estas pueden hacer a la sociedad, reconocen las normas ímplícitas  en ese propósito  y alientan a los negocios a cumplir las obligaciones mediante dos presiones: la estima y la desaprobación." [1]

Entendiendo el contexto

Cuentan que en una gran multinacional andaban buscando un nuevo Director Financiero.

Entrevistaban a distintos candidatos forjados en las más prestigiosas escuelas de negocios y universidades. A todos les exigían un curriculum  impresionante, además del dominio de varias lenguas. Pero todos fallaban ante una simple pregunta:

"¿Cuantos son dos más dos?" Casi todos contestaban, con una visible sorna, que cuatro, evidentemente.

 Finalmente uno,  que era especialmente observador, tras mirar a los restantes miembros del Consejo a los ojos se dirigió al Presidente y le contestó:


- "¿Cuántos quiere que sean?" 


La respuesta fue inmediata:


- "¡Contratado!"

Si consideramos que el razonamiento es una de nuestras facultades mentales más importantes, que nos permite hacer inferencias y sacar conclusiones:

¿Podemos decir que estamos ante una empresa con un código ético estricto?

¿ Podemos prever que si entramos a trabajar en ella, y nos  caracterizanos  por ser una persona  de rigurosos principios y valores morales,  supondrá, en ese entorno un punto fuerte?

¿Nos adaptaremos  con facilidad a la cultura de empresa y podremos  prosperar en ella?

   
Entendemos por ética la teoría ( el estudio y reflexión ) del comportamiento moral, y por moral, el conjunto de normas de conducta, el  modo de actuar,  que facilitan la convivencia. La moral se  ocupa  de los valores, creencias y normas  que tiene una  sociedad  y que sirven para valorar si el comportamiento que damos ante una situación concreta  está bien o está mal, si es correcto o no correcto, si es aceptable o no aceptable. No es posible comprender y, mucho menos juzgar,  el comportamiento de los humanos sin tener en cuenta en que medida están predeterminados por la civilización en la que vive. No se puede entender el comportamiento laboral de alguien, sin conocer la cultura de empresa (forma de hacer las cosas en esa empresa) en la que trabaja.

 La civilización que hemos alcanzado en este estadio de evolución en el que nos encontramos, no sería posible haberlo escalado, sin un nivel de moralidad determinado. Los logros de los que disfrutamos  no se deben tan solo a la tecnología,  la cual, por muy avanzada que esté en un momento dado,  no tiene mucho valor sin cooperación. Esta cooperación, que nos permite unirnos y colaborar  para realizar proyectos y alcanzar logros,  solamente puede tener lugar con un  determinado nivel de desarrollo moral de las personas, manifestado en su comportamiento individual, grupal y colectivo.


Cuatro reglas

Encontrar el norte de la vida sin GPS, contar con los dedos de las manos, saber el valor del dinero de bolsillo, y no votar a ningún político idiota, con eso basta para ir tirando si vienen mal dadas


   

La moralidad es el "pegamento" que nos une y nos facilita la colaboración. Sin este pegamento se da la polarización, el antagonismo y la competición de todos contra todos.

¿Cómo responderías tú a la situación anterior?


¿Te mantendrías en que dos más dos son cuatro?



Todos hemos constatado que si hablamos de ética y moral nos encontramos con opiniones y puntos de vista muy diferentes  y,  a veces,  contradictorios. En función de la clase social, observaremos notables diferencias respecto a su concepción de la moral. En función de la generación sociológica en la que nacimos podemos encontrarnos con antagonismos en estado puro. Lo mismo ocurre con los diferentes grupos en los que nos movemos.  Sociedades distintas, opinan distinto,  y generan conflictos  de todo tipo debidos, sobre todo, a  sus diferentes concepciones  sobre la moral. Una misma persona a lo largo de su vida puede ir modificando y cambiando su percepción de la misma, considerando, lo que en su momento fue para ella un valor ético importante, al  día de hoy, y pasados los años, algo que en su día idealizó pero que ahora  soslaya con frecuencia sin sentir la más mínima culpabilidad y sin quitarle el sueño en absoluto. 


"Afirmar  en el siglo XXI que la ética debe ser universal es una obviedad. Hacer de 'enfant terrible' a estas alturas de la historia pretendiendo defender el relativismo no deja de ser una postura de salón, por muy extendida  que esté..."
Adela Cortina, 'NeuroÉtica y NeuroPolítica' 



Observando muchas actuaciones que se dan en nuestras sociedades actuales se pone claramente en evidencia que la evolución no es un proceso de diseño inteligente, es simplemente un proceso. Es esta la causa de que no de como fruto personas con cerebros objetivos y racionales, sino  subjetivos y de una racionalidad muy limitada. Cerebros que no solo fabrican razones sino, también emociones y que a veces nos llevan a la miseria moral y en consecuencia social y política como la que se le puede atribuir al mundo actual. 


Por lo que pueda pasar, no te olvides de los cuatro puntos cardinales que aprendiste en la escuela, norte, sur, este y oeste, porque, tal como vienen los telediarios, algún día no lejano, los podrías necesitar.” Manuel Vicent

Un mundo que podemos sintetizarlo  así: "compro luego existo". La mercancía como valor absoluto que desplaza al Ser  eclipsado bajo la fachada del  tener y comprar. 





Necesitamos, con urgencia, una brújula moral.









"Nunca hemos tenido un mundo ético, pero el periodo comprendido entre 1945 y 1970 progresamos más hacia ese objetivo que durante cualquier otro momento de la historia, un progreso que se ha ido deshaciendo. Para restaurar el impulso hacia adelante tenemos que volver al enfoque realista del pragmatismo prudente" [2]

Cómo puede ayudarnos  la psicología moral


Jonathan Haid,  psicólogo social y profesor de liderazgo ético en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, echa mano de múltiples investigaciones  psicológicas, neurológicas y antropológicas,  para sostener lo siguiente [3]:
1.     La moralidad humana es el resultado de procesos evolutivos biológicos y culturales.
2.    
La moralidad individual y colectiva de las  variadas culturas y sociedades que existen en el mundo,   se apoyan en seis pilares que las sustentan y que aparecen en la Figura 1: 


                                                Figura 1: Elaboración propia


Estos  seis pilares tienen un carácter universal y están presentes en los fundamentos morales de todas las culturas.




Figura 2: Elaboración propia

En el cuadro de la Figura 2,  hacemos un resumen  de  estos pilares y seguidamente explicamos, muy someramente,  cada uno de los encabezamientos de las columnas que en él aparecen, dejando, para más adelante,  la profundización en las explicaciones. 

En la primera de las columnas aparecen los pilares. Según nos dice Haid,  él y Craig crearon el  enfoque Teoría de los fundamentos morales:

“al identificar los desafíos adaptativos de la vida social sobre los que escribían con frecuencia los psicólogos evolutivos y luego relacionar esos desafíos con las virtudes que se encuentran de alguna forma en muchas culturas”.



Figura 3: Wikipedia





Explicación de la Teoría de los fundamentos morales



Las columna 1 enumera   cada uno de los  6 pilares. 


  1. Cuidado / daño
  2. Equidad / engaño
  3. Lealtad / traición
  4. Autoridad / subversión
  5. Pureza / degradación
  6. Libertad / opresión


La columna 2  hace referencia a la  función o desafíos adaptativos a los que pretende hacer frente:
  • 1.     Cuidar a los niños vulnerables
  • 2.     Asociarnos con personas con las que no estamos emparentados para obtener beneficios producto de la reciprocidad.
  • 3.     Formar coaliciones para competir con otras coaliciones.
  • 4.     Negociar jerarquías de estatus.
  • 5.     Mantenernos a nosotros mismos y a nuestros parientes libres de parásitos y patógenos, los cuales se propagan rápidamente cuando las personas viven cerca unas de otras.
  • 6.     Responder ante  situaciones  de dominio, maltrato  o restricciones impuestas por otros.



La columna 3, se refiere a los detonadores  o activadores originales, es decir, que es lo que activaba en nuestros antepasados que se pusiese en marcha los pilares morales correspondientes. La evolución premió a aquellos que acertaban a activarlos oportunamente y “castigó”, extinguió a aquellos otros que no lo  hicieron.

La columna 4  corresponde a los detonadores o activadores  actuales, aquellos que hacen que en la sociedad occidental moderna se pongan en marcha cada uno de los 6 pilares morales.

La columna 5, muestra las emociones implicadas en el funcionamiento de cada uno de los pilares.

La columna 6 hace referencia a la vinculación que se da entre cada uno de los pilares y las virtudes que le corresponden. 




La  moralidad nos hace ser muy receptivos a determinadas situaciones y reaccionar ante ellas siguiendo un patrón que es determinado por un módulo correspondiente, tratando la cuestión de una forma altamente especializada. Ver:  Teorías ciéntificas acerca de la evolución.
Así, por ejemplo, si cae una persona anciana en la calle, reaccionamos  ayudándole a levantarse y nos preocupamos por las consecuencias de la caída. Estaría aquí activándose módulo  del  Cuidado que supone, entre otras cosas, la consideración y protección de los demás. Cuando un partido progresista prioriza como importante ocuparse de mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, se está inclinando por el cuidado de los más vulnerables. Cuando esos mismos pensonistas salen a la calle  cuando se pretende implantar el   0,25% como factor de revalorización  de las mismas pensiones impuesto por un partido conservador, está activando el módulo de Equidad (activado por la falta de cooperación, el engaño y la decepción)  y el módulo de Libertad (activado por el abuso de poder político).
   
Lo que varía es el énfasis y la priorización que cada uno de nosotros hacemos de los seis pilares. Para determinadas personas, grupos, partidos políticos, clases sociales y sociedades,  unos pilares son muy importantes y a la vez que para otros no lo son tanto.


"Tampoco los políticos deberían desconocer las cuatro reglas esenciales del buen gobierno. De hecho, por 40 euros tienen a su alcance el conocimiento necesario. Para que su ignorancia no nos humille deberían leer El arte de la guerra, de Sun Tzu, El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo, El arte de la prudencia, de Baltasar Gracián, y añadir como aderezo a Karl Marx, Adam Smith y Karl Popper, si quieren sacar nota. Encontrar el norte de la vida sin GPS, contar con los dedos de las manos, saber el valor del dinero de bolsillo, y no votar a ningún político idiota, con eso basta para ir tirando si vienen mal dadas." Manuel Vicent

Con este post,  simplemente pretendemos hacer una introducción al tema.
Tendremos ocasión de desarrollar cada uno de los pilares que nos permitirán ser conscientes de que valor damos nosotros a cada uno de ellos y, también de la actuación de los diversos partidos políticos.

“El populismo ofrece un corazón sin cabeza; la ideología, una cabeza sin corazón Paul Collier

          


Referencias Bibliográficas: 


[1]  Collier, P. : El futuro del capitalismo. Cómo afrontar las nuevas ansiedades. Barcelona, Debate,2019,             p. 136

[2]   bíd. 289

[3] Haidt, J. : La mente de los justos. Por qué la política y la religión dividen a la gente sensata. Barcelona, Deusto,2019























domingo, 16 de febrero de 2020

EL SENTIDO COMÚN



















EL SENTIDO COMÚN






“La cosa del mundo mejor distribuida, pues todos y cada uno piensan que lo poseen en tal medida que incluso aquellos difíciles de satisfacer en todo lo demás no se quejan de la proporción que les toca”  Descartes [1] 


  
No solamente hemos perdido el ‘menos común de los sentidos’;  también estamos perdiendo nuestra capacidad de entender. La inteligencia se desarrolla en el mundo de los conceptos  y en la construcción de concepciones mentales.
Espejos
A partir del asesinato de Kennedy solo existirían los sucesos que crearan las cámaras como espectáculo
Manuel Vicent

La psicología de la forma (Gestalt),  llegó a la evidencia empírica suficiente para afirmar que nuestras percepciones no son nunca reflejos o calcos inmediatos de lo que observamos:  realizamos reconstrucciones mentales  de lo observado. Por otro lado, en los tiempos que corren, el lenguaje conceptual (abstracto),  es sustituido por el lenguaje perceptivo que es muy inferior y más pobre ya no solo si consideramos el número de palabras, sino, también,  en cuanto a los significados (ver capacidad connotativa del lenguaje).  


La televisión, productora de imágenes,  elimina los conceptos  y socava nuestra capacidad de abstracción haciéndonos 

ver sin entender.



La nueva era de la información comenzó el 22 de noviembre de 1963, a las 12.30, cuando el industrial textilero de ropa femenina Abraham Zapruder se encaramó en un pilar de la plaza Dealey, en Dallas, con una cámara Bell & Howell de ocho milímetros”


Vivimos en un tiempo en donde la capacidad de opinar y  de juzgar los acontecimientos de forma razonable, está de capa caída (utilizo la expresión “de capa caída” siendo consciente  y como ejemplo de falta de sentido común en mí mismo, dado mi radical antagonismo con la tauromaquia, por lo que no debería utilizar su vocabulario).

“A partir de ese momento los periodistas pasaron de ser informadores a llamarse comunicadores, y la noticia era eso que decía en pantalla un tipo agradable, una chica atractiva, los dos con una voz bien modulada, capaces de emitir con una sonrisa ambigua y una dentadura perfecta un bombardeo, una crema, un asesinato, una marca de coche, el discurso del presidente y una sopa.”


Tenemos todos los días múltiples evidencias de ello no tan sólo escuchando los “argumentos” de nuestros políticos a las diversas cuestiones, sino también en las expresiones del hombre común para explicar muchos de los acontecimientos que se dan en el día a día.


“Ser consiste en ser visto —dijo Berkeley—. Eso dicen también los viejos sentados en una solana con una garrota entre las piernas: ver para creer o vivir para ver, y es lo que hace ya gran parte de la humanidad que se mira en el espejo de las pantallas como figurantes de este espectáculo.”

El pensamiento nos permite razonar. No es lo mismo razonar bien que razonar mal. Un raciocinio correcto marca una gran diferencia en todos los órdenes de la vida [2]:

¿Le damos la importancia que merece? 


El pensamiento práctico, que  es el que garantiza el progreso y el avance, se construye a base de argumentos, de razones. La solidez de los argumentos y la evaluación de los mismos,  para saber si son verdaderos o falsos, determinan el grado de solidez de un razonamiento concreto y hace que los demás nos vean como portadores del sentido común. Nuestra imagen mejora considerablemente o termina de capa caída (vuelvo a utilizar, conscientemente,  el lenguaje taurino esperando que el lector de este  post sea generoso conmigo y no me tire por tierra mi credibilidad). Ejemplo sólido de esto es la imagen que los ciudadanos tenemos de nuestros políticos, en general, y ya no digamos nada de algunos de ellos en particular.  





Sin razonamiento práctico no hay avance posible. Este razonamiento práctico se construye a base de razones, de argumentos. La solidez de estos argumentos y la evaluación de los mismos (saber si las proposiciones que nos hacen son verdaderas o falsas)  determinan el grado de solidez de un razonamiento concreto.



¿Cuántos debates de nuestros políticos se ajustan a estos postulados?

¿Cuántas de las propuestas que nos hacen no tiene ninguna solidez lo que las convierte en falaces?

Observando y escuchando el panorama, saltan a nuestra mente preguntas  con un componente cognitivo y  sobre todo emocional, tales como las siguientes:

¿Cómo pueden estos políticos tomar decisiones y gestionar parcelas importantes  de la vida de los ciudadanos?

¿Cómo puede un  ciudadano auto gestionar su propia vida de forma autónoma y responsable?


















Auto gestionar la vida, pasa por el gobierno de uno mismo, el cual forma parte de la existencia y garantiza el control de la misma por uno mismo y no por las circunstancias.


Yo soy yo y mis circunstancia, y si no las salvo a ellas no me salvo yo”
Ortega y Gasset




Se busca empequeñecernos para que sean las circunstancias las que gestionen nuestra vida. 


Se busca la confusión mental (el mejor antídoto para el pensamiento crítico).  Ya no necesitamos entender y comprender nada. 

El profesor Sartori [3], nos habla de la transformación del homo sapiens en homo videns, debido a lo cual la palabra ha perdido valor y actualmente se da la primacía de la imagen, es decir, de lo visible sobre lo inteligible,  que ha acabado con el pensamiento abstracto, con las ideas claras y distintas.

 Ya no interesa la “lógica informal” con la que construimos el razonamiento práctico. Ya no hay necesidad de saber argumentar correctamente. No interesa la capacidad de desmontar razonamientos no válidos que pueden parecer ciertos. Se aceptan fragantes falacias como si fueran dogmas de fe.

En un curioso  y humorístico libro [4],  (para plantear algunas cuestiones, y con la finalidad de hacerlas más digeribles, es una buena estrategia recurrir al humor)  se sostiene la tesis de que la inteligencia,  entendida como el rasgo más distintivo del ser humano y gracias a la cual fuimos capaces de progresar, ya quedó en desuso, está obsoleta. Sostiene cosas como las siguientes:

“El poder de una organización social humana es tanto más fuerte cuanto mayor es la cantidad de inteligencia que consigue destruir”; “la inteligencia intimida y desencadena la agresividad de quién no la posee o está menos dotado”;  “la jerarquía es el instrumento que ha inventado la evolución para agrupar a los sapiens y conducirlos hacia la estupidez”.

Va, aún,  más lejos,  llegando a determinar varias leyes sobre el fin de la inteligencia:
Primera ley sobre el fin de la inteligencia:
 “El imbécil sobrevive. El genio se extingue".
Corolario de la Primera Ley:
 "Antes tontos que muertos".

Sin conciencia (capacidad de darse cuenta) no hay comprensión.


  Sin comprensión (entender) no hay motivación.


 Sin motivación (energía) no hay acción.


 Sin acción no hay evolución.


 “Ser es hacer”


¿Qué circunstancias anulan o merman nuestra
CAPACIDAD DE HACER?
                                      


Referencias bibliográficas

[1]Descartes, René, Discurso del método, Primera parte, Madrid, Espasa Calpe, 2000  

[2] LA GRAN COALICIÓN: PENSAMIENTO CRÍTICO Y OPTIMISMO FUNCIONAL  

 [3] SARTORI, Giovanni: Homo videns. La sociedad teledirigida, Taurus, 1998.

[4] APRILE, Pino: Elogio del Imbécil, Temas de Hoy, 2006